𝑳𝒂𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 𝒃𝒓𝒊𝒍𝒍𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒕𝒂́𝒏...
"𝑬𝒏 𝒍𝒂 𝒏𝒐𝒄𝒉𝒆 𝒍𝒍𝒆𝒏𝒂 𝒅𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒓𝒆𝒍𝒍𝒂𝒔 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒂́𝒔 𝒕𝒆𝒓𝒏𝒖𝒓𝒂 𝒊𝒏𝒇𝒊𝒏𝒊𝒕𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒆𝒏 𝒕𝒐𝒅𝒐𝒔 𝒍𝒐𝒔 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒉𝒖𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔." - 𝑱𝒐𝒔𝒆́ 𝑽𝒂𝒔𝒄𝒐𝒏𝒄𝒆𝒍𝒐𝒔.
El muchacho de los ojos azules caminaba en dirección a la puerta de la casa de los García, venía acompañado de su familia y amigos (no soportó la idea de llegar solo a la fiesta), todos parecían venir en manada protegiendo a quien sería la cría de la misma, es decir a Valentín.
El chico se encontraba bastante nervioso, era un día especial para Orión y quería estar con él, pero a su vez entendía que ahora que tenía a su papá a su lado tal vez no quería pasar tiempo a su lado como antes. Nunca pensó en crear una competencia con Ivo y mucho menos, pero tampoco quería que Orión se alejara de él solo porque por fin tenía a la figura paterna que tanto había deseado, al final solo quería que el pequeño siguiera manteniéndolo en su vida, quería seguir jugando con él, seguir teniendo la misma complicidad, los mismos chistes internos, no quería perderlo, eso era todo.
Lo irónico del asunto es que Orión no pensaba hacer eso, claro que estaba emocionado por comenzar un lazo con su padre, recuperar los años perdidos y reparar los daños ocurridos, pero también estaba consciente que Valentín seguía siendo importante para él pase lo que pase, seguía teniéndole un cariño inmenso y eso nadie lo iba a borrar jamás.
Tanto era el cariño que lo estaba esperando ansioso en el patio trasero mirando la puerta corrediza una y otra vez esperando que el Argentino llegara, tenía claro que entre él y su mamá ya no había nada, y por eso estaba nervioso, no quería que Valentín se arrepintiera de venir solo porque ya no era novio de Andrómeda, esperaba seguir siendo importante para Valentín, esperaba que su amistad no se hubiera basado solamente en un puente para estar con su madre, rezaba para que eso no fuera así.
—Él va a venir, Orión, tranquilo. ¿Por qué no vas a jugar con tus amiguitos mientras? Anda, te doy permiso de lanzarles un Avada Kedavra —Andrómeda se agachó a un lado de su hijo y habló en un tono divertido en un intento de que subirle el ánimo a su hijo.
El pequeño solo suspiro y se dio la vuelta para volver a su grupo de amigos quienes jugaban con las varitas mágicas mientras se lanzaban hechizos, algunos ni siquiera existían en el mundo mágico, aún así se veían tiernos.
La muchacha hizo una mueca y se levantó para ir hacia donde estaba su familia junto a Khea, tan pronto llegó abrazó a su madre en busca de consuelo o más bien queriendo que la rabia se extinguiera de su cuerpo.
—Voy a matar a Valentín, nada que me contesta el teléfono y aún no aparece, él sabía muy bien lo importante que era para Orión que él estuviera aquí —se quejó la castaña separándose de su mamá para volver a sacar su teléfono y así poder llamar a Valentín otra vez.
Pero antes de que pudiera hacerlo por la puerta del jardín entró todo el clan Oliva junto con la crew del cantante, todos con algún regalo en las manos. Aquella imagen hizo sonreír a Andrómeda de oreja a oreja, pero lo que estaba apunto de pasar la iba a hacer incluso más feliz.
—¡Valen! —el grito alegre de Orión se escuchó en cada pequeña parte del jardín mientras esté salía corriendo hacia los brazos del cantante.
Valentín reaccionó rápido y puso el regalo en el piso antes de alzar a Orión para darle un abrazo desde su altura, le dio vueltas en su propio eje mientras sonreía sin poder creerse lo feliz que estaba el pequeño por verlo, ahora se sentía un idiota por pensar que el niño ya no lo quería. A su vez Orión se daba cuenta que su amistad con Valentín no se basaba solo en la relación que tenía esté con su madre, sino que en verdad el artista estaba interesado en ser su amigo.
Muchas veces vio a hombres queriendo estar con su madre y por eso le regalaban juguetes o dulces, sólo con la intención de llegar a Andrómeda mediante Orión y como el niño no era para nada tonto se daba cuenta muy fácilmente. Estaba claro que Valentín supo manejar todo a la perfección, él entendió que madre e hijo eran un combo, entendió lo importante que era entablar una relación con el niño, hacerse amigos y desarrollar un lazo emocional verdadero entre ellos.
—Creí que ya no venías, ¡Y te disfrazaste! —celebró con alegría sin dejar de abrazarlo ni por un segundo. —Igual no tenés personalidad de Hufflepuff, pero te la paso —acotó soltando una risa ya por fin separándose del abrazo, sin embargo Valentín lo siguió cargando sin molestia alguna.
—Me disfrace de Cedric Diggory, por eso estoy de Hufflepuff —aclaró con una sonrisa dejando un beso rápido en la mejilla de Orión. —Y ¿Cómo es eso de que no pensabas que venía? Claro que venía, yo te lo prometí y siempre cumplo mis promesas. Me tardé un poquito porque hay personas que no son puntuales —levantó la voz con intenciones de que su crew lo escuchara.
—Yo pensé eso porque no le contestabas el teléfono a mi mami —respondió de inmediato. —Ella me decía que sí le habías contestado y que habías dicho que venías, pero su cara de enojo me decía lo contrario —se encogió de hombros como si nada mientras Valentín llevaba su mirada hacia Andrómeda quien estaba a unos metros de ellos. —Pero bueno, espero que al final de la fiesta no terminés muerto como Cedric, mi mami se disfrazó de una Slytherin, tenés que tener cuidado, esas casas no se llevan bien —bromeó con una risita al final y seguidamente pidió que lo bajará, con un último abrazo y un agradecimiento a todos por los múltiples regalos se fue corriendo hacia sus amigos de nuevo.
Cuando Andrómeda vio que Orión se alejaba decidió ir hacia el grupo para saludar, primero abrazo a los padres y hermano de Valentín, luego pasó hacia la crew saludándolos uno por uno mientras les indicaba en donde colocar los regalos, por último terminó delante del chico que aún seguía dando vueltas en su mente sin parar.
—Perdón por no contestar en el camino, dejé el celu en casa. Lo que pasó es que organizamos todo para venirnos juntos, tonce' algunos no llegaban y yo ya estaba nervioso, me daba miedo contestar y que me putearas, así que no contestaba por eso, luego llegaron todos y... —el hablar de Valentín era rápido y nervioso, así que Andrómeda optó por interrumpirlo y parar su sufrimiento.
—Entiendo, entiendo, tranquilo —soltó una risa tomando las manos de Valentín con las suyas. —Gracias por venir, con sólo tu presencia Orión se ha puesto demasiado feliz, eres uno de sus mejores regalos el día de hoy —le dio un leve apretón a sus manos y seguidamente lo abrazó sin poder evitarlo. —Espero que disfrutes la fiesta, en una hora vamos a jugar Quidditch —se separó del abrazo y sonrío emocionada por lo último que dijo.
—Soy un experto en ese juego, Meda, estuve apunto de ir al mundial, pero me lastime la rodilla —habló con gracia provocando una risa en la muchacha.
—Pues espero que sí seas bueno porque soy demasiado competitiva —sonrió levemente y prosiguió. —Me pone muy feliz verte aquí, de verdad... Bueno, disfruta de la fiesta, hay muchos juegos y cosas por hacer, espero que te diviertas porque gasté mucha plata en esto —ambos rieron ante esa sentencia. —Bueno, nos vemos por ahí —se acercó y dejó un beso en la mejilla del más alto para luego darse la vuelta e irse de ahí.
Si quería aguantar las ganas de estar a su lado debían mantener cierta distancia, no quería que un simple desliz ocasionara que el proceso de reconciliación con ella misma se estropeará.
Andrómeda había empezado a ir a terapia y ciertamente la estaba ayudando mucho entender el porqué no podía estar sola, ahora entendía que no era algo raro, que ella no era la única que pasaba por eso, se sentía mucho mejor, ahora disfrutaba de ir sola al parque o a comer, disfrutaba del silencio en casa cuando Orión se iba con Khea a pasear o cuando el pequeño tomaba la siesta, leía un libro, cocinaba e incluso había comenzado a hacer jardinería, cosas que nunca pensó que disfrutaría la estaban ayudando, como hacer yoga o meditar. Dentro de ella estaba creciendo una nueva Andrómeda y no quería parar su crecimiento, Valentín entendería, él mismo dijo que la iba a esperar tanto como hiciera falta y ella le creía.
Su madre solía decir que lo que estaba escrito en las estrellas no había manera de que no pasará y ella quería creer que su amor con Valentín estaba escrito en el firmamento con tinta permanente, quería creer que pronto ella estaría mejor consigo misma y así podría por fin tener su cuento de hadas con Valentín. Lo bueno tarda en llegar decían por ahí, Andrómeda rezaba internamente porque eso fuera verdad.
Llegó a donde estaban sus amigas y se sentó junto a ellas en total silencio, sin embargo, eso no duraría por mucho tiempo.
—Que feo estar conviviendo con tu ex todo el tiempo —habló Victoria mirando hacia Andrómeda. —Y aún más si lo seguís amando todavía, además, tu hijo lo adora, Meda, te re admiro por no saltarle encima como una leona hambrienta —aquel último comentario logró sacarle una risa a la Venezolana.
—Tengo autocontrol, además, tengo la suerte de que Valentín me está ayudando, si él se comportará igual de insistente que al principio yo no tendría oportunidad alguna —suspiró levemente fijando su mirada en el chico quien justo ponía su regalo en la mesa. —Valen está respetando mi decisión y lo amo más por eso, odio el amor —hizo un puchero cruzándose de brazos.
—No odias al amor, odias que no te vaya bien en él y lo peor es que en teoría sí te va bien —intervino Elisa luego de darle un sorbo a su cerveza de mantequilla. —Tienes a Khea por un lado, un wey que aún te quiere románticamente, al menos un poquito, está todo el tiempo contigo y te trata super bien, por otro lado tienes a Valentín, otro wey que te ama con locura y que te trata maravilloso, puedes elegir a cualquiera de los dos y ganas, así que tan mal no te va —sonrió divertida.
—Por favor, no creen un triángulo amoroso en donde no lo hay. Sí es cierto que Ivo se comporta genial, es un excelente padre... —esta vez miró hacia donde está el susodicho jugando con Orión mientras lo hacía “volar” en su escoba, en realidad sólo lo estaba cargando, aún así era muy dulce la imagen. —Es un excelente chamo, me trata muy bien y hemos creado una amistad increíble, pero hasta ahí, él comprende que nunca vamos a estar juntos, no importa cuanto lo intentamos nunca sucederá —después de terminar de decir eso giró su mirada hacia Valentín. —Con Valentín pues está claro que sí hay amor, pero es imposible que ahora suceda algo, si alguna vez pasa será en un futuro, en unos meses tal vez —cuando terminó de decir eso automáticamente se sintió triste. Odiaba no poder volver con él pronto.
—Me parece guay que estés yendo a terapia, que te estés tomando un tiempo del amor porque es cierto que nunca lo hiciste... —ahora fue el turno de Isabel para hablar. —Pero tienes que admitir que te mueres de ganas por mandar a la mierda todo e ir a besuquear al Wos —Andrómeda soltó una risa ante eso. —Recuerda que él no te va a esperar por siempre, tal vez cuando estés lista él ya esté con otra —la Española la miró con una mueca dejando pensativa a nuestra protagonista.
Andrómeda sabía muy bien que corría el riesgo de que Valentín la olvidará en sus múltiples noches con chicas diferentes, pero ahí ella no podía hacer nada para evitar aquello, no podía ir y decirle que tenía prohibido hacer eso porque al final no eran nada, no le debía fidelidad. Pero tampoco podía olvidarse del porque no estaba con él, ella no estaba preparada para comenzar una relación otra vez, no importa si lo intentaba porque sabía que todo iba a acabar mal y es lo que menos quería.
Andrómeda quería una relación bonita, con bases fuertes e indestructibles, para eso necesitaba apretar las tuercas que tenía flojas, faltaba aceitar ciertas cosas para que dejarán de rechinar y hacia falta dejar de comprar cemento de mala calidad, cuando tuviera todo lo necesario para construir una buena relación lo sabría e iría a buscar a Valentín con la esperanza de que él aún estuviera dispuesto a estar con ella.
La fiesta transcurrió en total normalidad, Orión se divirtió mucho en compañía de todos, saltó, bailó, cantó y se tomó un montón de fotos en cada centímetro de la fiesta, Andrómeda por su parte terminó agotada, había pasado semanas organizando la fiesta porque también quería disfrutar de ella, nunca tuvo una fiesta de Harry Potter y quería que fuera espectacular. Ahora que todos se habían ido debía de limpiar todo y de tan solo pensar eso le daba aún más sueño del que ya tenía.
—Mañana vamos a venir para ayudarte a limpiar el jardín —habló Victoria con una pequeña sonrisa mientras abrazaba a Andrómeda.
—Gracias por venir, espero que hayan disfrutado la fiestuki —dijo Andrómeda soltando una pequeña risa mientras se separaba de su amiga. —Y espero que sí vengan porque no voy a poder con esto sola —suspiró dramáticamente haciendo reír a su grupo de amigas.
—¡Mami! ¡Valentín me va a enseñar mi regalo, vení! —exclamó Orión saltando con alegría mientras Valentín se encargaba de llevar el regalo escaleras arriba.
El Argentino no quiso que Orión abriera el regalo delante de todos porque no lo iba a entender, tenía que esperar a que anocheciera para apreciar el regalo con mejor calidad.
—No creo que vayas a quedarte completamente sola —acotó la Mexicana con una sonrisa pícara en su rostro haciendo referencia a la presencia de Valentín.
Andrómeda sólo rodó los ojos con fastidio y cerró la puerta ocasionando las carcajadas del trío detrás de la misma. La chica se dio la vuelta y caminó hacia el piso de arriba en donde ya Orión estaba quitándole el papel que envolvía la caja con una expresión de felicidad en su rostro.
En cuanto su mamá llegó a la habitación ya estaban sentados sobre la cama abriendo la caja para poder mirar en su interior y como Valentín lo prefijo no pudo adivinar que objeto era el que le había regalado. El mayor soltó una risa y de la caja sacó un proyector de estrellas, Andrómeda no esperó que Valentín le pidiera apagar la luz ella simplemente lo hizo dejando el lugar en penumbras, seguidamente el muchacho encendió el proyector y la habitación se iluminó de estrellas con una luz azul, la cual empezó a cambiar de colores mientras los segundos transcurrían maravillando así a Orión quien veía todo a su alrededor con una amplia sonrisa en su rostro.
—Tú mamá me dijo que su familia le tiene un gran amor a las estrellas y al universo en general... —Orión asintió rápidamente ante ese comentario confirmándolo. —Así que me imaginé que vos también tenías esa fascinación... —el pequeño volvió a asentir de la misma manera sacándole una risa a los presentes. —Tengo un amigo que hace estás cosas y le pedí específicamente que pusiera las constelaciones de Orión, Andrómeda, Lyra y la estrella de Regulus —mientras hablaba iba señalando en el techo y las paredes en donde estaban cada una de ellas. —Pensé que era una lástima que tu abuelo ni tu papá estuvieran, ¿Viste? Así que le dije que hiciera una R y una I con pequeñas estrellas, allá —señaló el lugar. —Así podrías tener a toda tu familia junta en una misma habitación, cuando tengas miedo solo tenés que encender este cosito y vas a estar rodeado de la gente que te quiere... ¿Te gustó? —le preguntó con una sonrisa algo nerviosa.
Sin embargo, los nervios escaparon de su cuerpo en cuanto Orión se acercó a él para abrazarlo con fuerzas reposando su cabeza en el hombro del mayor, tal imagen hizo sonreír a Andrómeda quien no esperó ni un segundo antes de sacar su teléfono para capturar el momento.
—Me encanta, Valentín, gracias por ser el mejor de todos, te quiero —mientras decía esto Orión no borró su sonrisa en todo momento y Valentín se sintió completamente aliviado. —Igual en las estrellitas faltas vos... —el pequeño se separó para ver al mayor con claridad. —Vos también sos parte de mi familia, Valen, siempre serás parte —declaró con seguridad y está vez fue Valentín quien se acercó para abrazarlo.
Los ojos azules del muchacho viajaron hacia la puerta hasta conectar con los marrones de Andrómeda, ambos sonrieron al mismo tiempo y la castaña musitó un “gracias” que logró una sonrisa en el chico.
Andrómeda no sabía con certeza como iba a evitar caer perdidamente enamorada de Valentín si él continuaba haciendo esas cosas por su hijo... Pero lo que sí sabía es que ella estaba avanzando en su proceso de construcción, estaba avanzando muy rápido y más temprano que tarde podría volver a estar con Valentín, solo debía tener paciencia, solo eso.
¡Lamento la demora! Mejor tarde que nunca, ¿No? Jejeje.
Este capítulo me gustó muchoooooo, especialmente la última parte, toda la escena entre Valentín y Orión estuvo proyectada en mi mente todo el tiempo, fue realmente precioso, espero que les haya gustado tanto como a mí 💖💖
Si les gustó comenten, voten y dejen mucho amor como siempre ✨
¡Hasta la próxima!
El edit de Valen y Meda lo hizo la maravillosa -tessauy. Es una genia, así que vayan a darle mucho amor a su cuenta ✨
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