𝑬𝒍 𝒂𝒎𝒐𝒓 𝒏𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒓𝒂́ 𝒍𝒊𝒃𝒓𝒆𝒔
𝑺𝒐 𝒕𝒂𝒌𝒆 𝒂 𝒄𝒉𝒂𝒏𝒄𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒎𝒆, 𝒍𝒆𝒕 𝒎𝒆 𝒓𝒐𝒎𝒂𝒏𝒄𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒚𝒐𝒖. 𝑰'𝒎 𝒄𝒂𝒖𝒈𝒉𝒕 𝒊𝒏 𝒂 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎, 𝒂𝒏𝒅 𝒎𝒚 𝒅𝒓𝒆𝒂𝒎'𝒔 𝒄𝒐𝒎𝒆 𝒕𝒓𝒖𝒆, 𝒊𝒕'𝒔 𝒔𝒐 𝒉𝒂𝒓𝒅 𝒕𝒐 𝒃𝒆𝒍𝒊𝒆𝒗𝒆 𝒕𝒉𝒊𝒔 𝒊𝒔 𝒉𝒂𝒑𝒑𝒆𝒏𝒊𝒏𝒈 𝒕𝒐 𝒎𝒆, 𝒂𝒏 𝒂𝒎𝒂𝒛𝒊𝒏𝒈 𝒇𝒆𝒆𝒍𝒊𝒏𝒈 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒏' 𝒕𝒉𝒓𝒐𝒖𝒈𝒉 - 𝑰 𝑾𝒂𝒔 𝑩𝒐𝒓𝒏 𝑻𝒐 𝑳𝒐𝒗𝒆 𝒀𝒐𝒖, 𝑸𝒖𝒆𝒆𝒏
Luego de que, con mucho esfuerzo, Andrómeda ingresara el colorido arreglo floral a su habitación decidió que lo mejor que podía hacer en ese momento era buscar a Valentín para agradecerle tal detalle, aún no tenía ni la más mínima idea de que le iba a decir o como iba a actuar frente a él luego de haber llegado a la conclusión a la que llegó, ahora era su turno de abrir su corazón y dejar de darle largas a algo que ya estaba bastante claro.
Ella quería a Valentín, lo quería y mucho, no tenía ninguna duda de eso, tal vez nunca la tuvo, tal vez solo se estaba negando el hecho de sentir algo por él, su cerebro estaba programado para rechazar el amor sin siquiera dar una mínima oportunidad y lo extraño de todo el asunto es que sin razón aparente acepto el acercamiento del muchacho a su vida, a su hijo y a ella. Ya habían pasado casi dos meses desde que se conocen y aún no descifra que tiene Valentín que otro chico no.
Para él fue sumamente fácil ir derrumbando muro tras muro hasta llegar cerca de ella, ¿Fue su sonrisa, sus ojos o tal vez su risa característica? De lo que estaba segura es que su carismática y amorosa forma de tratar a Orión había sido el punto definitivo para empezar a confiar en él y verlo como algo más que el joven para quien trabajaba, sin mencionar que el propio Orión fue alguien clave para que esa simple atracción evolucionara a más, él había sido el cupido que había logrado unir dos almas que a simple vista se veían imposible de congeniar. Sus constantes bromas, su afán de querer estar cerca de Valentín, la intención de dejarlos solos cada que podía, todo eso había influenciado de alguna manera a que sucediera lo que estaba sucediendo entre Andrómeda y Valentín.
Ahora era ella quien había decidido culminarlo, pero no para mal sino para bien, había decidido terminar la espera de algo que era casi inevitable, la relación entre ellos dos ya era un hecho que había ignorado por mucho tiempo.
Fueron cuestión de minutos para que la castaña estuviera entrando al área de la piscina del hotel donde se encontraban actualmente, casi de inmediato ubicó a sus amigas, los chicos y para su sorpresa a Orión junto a Valentín, todos dentro de la piscina riendo y conversando entre ellos.
—¡Mami, mirá lo que me compró Valu! —el pequeño Orión, quien se encontraba en un flotador de pato con su cara cubierta por una fina capa de bloqueador, alzó una gran pelota inflable de playa con una gran sonrisa en el rostro.
—Uy, que hermosa está, mi amor —la chica se arrodilló a la orilla de la piscina con una cálida sonrisa que solo aparecía cuando veía a su hijo. —De hecho, que bien que mencionaste a Valu porque justamente necesito hablar con él —su mirada café se posó en el Argentino provocando que los presentes entonaran al unísono un “uuuuuh” con un tono de diversión marcado.
Valentín no se preocupó ni un poco a pesar del tono algo serio de Andrómeda, él sabía muy bien de que iban a hablar, si ella no mencionaba nada del arreglo floral que le había enviado hace menos de treinta minutos se sentiría confundido y él tenía la confianza de que había terminado de convencerla sobre lo que estaba pasando entre ellos. Había hecho una muy linda carta sobre las cosas que él pensaba de ella y es que no se cansaba de compararla con cosas hermosas existentes en el mundo, estaba tan entregado a ella que hasta un amanecer le recordaba a ella solamente por lo hermosa que era.
—Okey, vuelvo en un ratico, tengo que hablar con tu mami —el de ojos azules se separó de Orión con una pequeña sonrisa y salió de la piscina con el agua escurriendo por su pecho desnudo hasta caer al piso.
Andrómeda siempre había puntualizado las cosas buenas de la personalidad de Valentín, pero realmente nunca había halagado lo suficiente el físico del artista y debía de admitir que merecía ser halagado. No era el típico chico musculoso y mucho menos, en realidad era bastante delgado, pero aún así tenía su abdomen ligeramente marcado y eso le parecía mucho más atractivo que un tipo inflado de músculos, además, el tatuaje al lado izquierdo de su pecho le daba un toque aún más atractivo y ya ni siquiera quería admirar su rostro, ya lo había hecho bastante y no había duda de que era hermoso ante sus ojos y ante los ojos de cualquiera que tuviera un poco de inteligencia en su cerebro. En definitiva Andrómeda no se podía quejar de que un chico como Valentín estuviera detrás de ella.
Al salir de su deslumbramiento provocado por el cuerpo de su pretendiente tomó su mano y lideró el camino hacia unos metros lejos de la piscina, a un pequeño parque infantil con algunos niños jugando en él mientras sus padres los vigilaban de cerca, ambos terminaron sentados en un banco quedándose en silencio por unos cuantos segundos.
—¿Y bien? ¿De qué querías hablar? —fue Valentín quien rompió el silencio haciendo que la castaña fijara su mirada en él.
—Me gustaron las flores y la nota, ambos fueron hermosos —comenzó a hablar provocando una sonrisa en el de ojos azules. —Nunca antes me habían comparado con flores, eso fue un gran detalle, bastante original a mi parecer —soltó un suspiro y tomó su mano entrelazando sus dedos con los de él. —Tengo cinco años sin salir de manera seria con alguien y en los últimos dos años no ha existido nadie que haya logrado convencerme para tener algo, por lo tanto no estoy familiarizada con sentirme de la manera en la que me siento y... —antes de que siguiera hablando su acompañante la interrumpió.
—¿Por qué no intentas simplificar tus palabras? Creo que estás utilizando palabras elegantes y eso te está enredando más —le dijo con una sonrisa de ternura en su rostro por verla de esa manera tan nerviosa al hablar.
—Ta' bien, tienes razón —asintió y tomó aire antes de seguir hablando. —Quiero tener algo contigo en plan serio, en plan noviecitos y así, creo que te he dado muchas largas innecesarias porque desde hace ya bastante tiempo se nota que nos gustamos burda y creo que es estúpido aplazar algo que ambos queremos porque yo tenga miedo, tú te has comportado muy bien conmigo y con Orión, no tengo ninguna queja sobre ti y creo que es hora... —Andrómeda se encontraba hablando muy rápido sin intenciones de callarse por lo que Valentín volvió a interrumpirla, pero esta vez con un beso.
Al final las acciones hablan más que las palabras y ellos dos solo necesitaban un beso para sellar lo que ambos querían empezar, ni siquiera hacía falta hablar sobre sus sentimientos porque ya habían sido muchas las ocasiones en donde se sentaron a hablar sin llegar a ninguna conclusión debido a la indecisión de Andrómeda, pero ahora sí que había conclusión. La chica por fin había decido a oficializar la relación que ya estaba construyéndose entre ambos, había decido que quería ser feliz y quería ser feliz con Valentín, con aquel chico que tanto se había esforzado por tener algo con ella a pesar de los constantes rechazos de la Venezolana, ella había sido terca, pero él lo fue aún más y logró su cometido.
—Con lo que voy a decir probablemente suene como un nene de la edad de Orión, pero... —ambos soltaron una pequeña risa sin separarse del todo. —¿Te gustaría ser mi wacha? —terminó por preguntar ocasionado que la sonrisa de Andrómeda aumente.
—Te habría salido más cursi si hubieras dicho “mi novia”, así que agradezco que no lo hayas dicho de esa manera porque habría vomitado arcoíris -confesó sin perder la sonrisa. —Pero sí, me encantaría ser tu wacha. Te advierto que pediré mimos y atención las veinticuatro siete —se acercó y dejó otro beso en los labios de su ahora novio antes de que esté la abrazara pegándola a su pecho ligeramente húmedo.
—Y yo te advierto que soy un cargoso y un trolo de mierda que estará encima de vos todo el tiempo dándote besos, abrazos y todos los mimos que vos quieras —mientras decía todo eso dejaba algunos besos en la mejilla de la castaña haciéndola soltar la risa que tanto le gustaba.
Ninguno de los dos estaba familiarizado con estar dentro de una relación, no sabían muy bien como era estar en una porque sus únicas experiencias habían sido en la adolescencia y ambos habían cambiado muchísimo desde aquellos años. Pero algo que se debía puntualizar es que tenían un montón de cariño y amor para dar, lo habían guardado todo ese tiempo para la persona correcta y ahora ambos estaban dispuesto a entregar todo ese amor al otro sin dudarlo, porque cuando alguien quiere de verdad hace el esfuerzo de aprender a estar en una relación y ambos darían el todo por el todo para que funcionara.
Ambos querían un cambio en su vida rutinaria y veían ese cambio en el otro, veían la oportunidad de amar y enamorarse, veían la oportunidad de por fin establecerse con alguien y aunque ambos sabían que no iba a ser fácil, aún querían seguir intentándolo porque al final la vida no es vida sin un poco de amor en ella.
—Orión se volverá loco cuando lo sepa —comentó Valentín aún sin dejar de abrazar a la chica sintiendo como esta había empezado a dejar algunas caricias en su espalda con la yema de sus dedos provocando algunos escalofríos que no pasaron desaparecidos por Andrómeda, quien sonrió ante eso.
—Tienes razón, deberías pensar en la manera correcta de decírselo —la muchacha iba a seguir hablando sobre algunas posibilidades de como decírselo, pero como ya era costumbre Valentín volvió a interrumpirla con un beso.
Por mucho tiempo había querido besarla cuando y donde sea, ahora podía hacer eso porque era su novia y no iba a desabrochar ninguna oportunidad de besarla hasta delante del papa si tuviera oportunidad.
Mientras ellos dos estaban enfrascados en un beso que no parecía terminar pronto, Orión había salido de la piscina con ayuda de sus tías insistiendo que quería jugar en el parque del hotel, a nadie le pareció un problema porque no sabían que Valentín y Andrómeda estaban en ese lugar, así que las tres muchachas junto al pequeño caminaron hacia allá y a los pocos minutos de llegar observaron a lo lejos a la pareja.
—¡Mamá, Valu! —exclamó Orión con sorpresa provocando que los dos adultos jóvenes se separaran rápidamente y Valentín terminara cayendo de espaldas en el césped. —¡Se estaban besando! —su cara de sorpresa pasó a una sonrisa inmensa de oreja a oreja sin prestarle atención al Argentino en el suelo. —¡Sabia que esto pasaría! ¡Sí! —gritó con alegría alzando sus dos manos en puños.
—Bueno, al parecer ya no tenemos que pensar en como decirte —sonrió con tranquilidad a ver la buena reacción que tuvo su pequeño ante la noticia. Al final lo más importante era la posición de Orión, Andrómeda nunca lo pondría en una posición incómoda con una pareja que a él no le agradara.
—Yo estoy bien, eh, solo casi me rompo la columna nomás, gracias por la importancia, tranquila, mi amor, no tenés porqué llorar, aún queda Valentín para rato —el joven se levanta de a poco del suelo mientras las amigas de su novia ahogan un grito de emoción al escuchar el apodo “mi amor” dirigido a Andrómeda.
—No es para tanto —contestó la aludida con un ligero tono rojizo en sus mejillas a la vez que con sus manos quitaba el pasto que había quedado en la espalda de Valentín. —Bueno, ¿Quién tiene hambre? —preguntó levantándose solo para que el más alto pasara un brazo por sus hombros acercándola a su pecho.
—Yo no tengo hambre, lo que quiero es llorar de emoción por verlos a ustedes ahí tan lindos, boluda —Victoria hace un pequeño puchero viendo a pareja, solo imaginándose lo increíble que sería estar en una situación como esa.
—¿Están armando una joda y nosotros quedamos afuera? —la voz de Agustín se hace presente seguido por las risas de sus otros dos acompañantes, Mauro y Mateo.
—Creo que lo que acaba de pasar es una señal de destino —intervino Andrómeda con una sonrisa divertida abrazada al torso de Valentín a lo que la Argentina rueda los ojos aunque se le escapa una pequeña sonrisa. Meda sabía que pronto aquellos dos se reconciliarían.
—Deberíamos hacer una fiesta porque mi mami y Valu ahora son novios —Orión volvió a tomar la palabra aún con la inmensa sonrisa en el rostro recibiendo la atención de los recién llegados.
—¡El Wosito por fin la pone! ¡Vamoooos! —celebró el de La Boca alzando sus brazos en forma de celebración recibiendo un golpe en la nuca de parte de Mauro junto con un “se más sutil, boludo” señalando a Orión con la mirada quien los veía con confusión. —El Wosito por fin consiguió una mina para amar, adorar y proteger de todo mal —rectifico haciendo que sea Orión quien gritó el “¡Vamos!” causante la risa de los presentes.
—Sí, abue, son novios, los vi dándose besitos en la boca —Orión se encontraba en el teléfono hablando con Lyra mientras le contaba todo su día y como la estaba pasando. Obviamente no pasó por alto que su madre tenía nueva pareja y se trataba de su ídolo, en su mente aniñada solo podía pensar en que su mamá iba a ser feliz, que Sirius encontraría a un amigo en Baco y él iba a tener pases gratis de por vida a los conciertos de Valentín, así que toda su familia iba a ser feliz.
—Creo que en definitiva él es el más feliz por esto —comentó Andrómeda viéndolo desde su lugar en el sofa de la habitación junto a Valentín quien soltó una risa ante eso estando por completo de acuerdo.
—Él puede ser el primero, pero yo soy el segundo —al decir eso volteó a verla con una pequeña sonrisa recibiendo el mismo trato de parte de la chica. —Creí que nunca íbamos a ser nada, posta, estaba a punto de perder la esperanza y me iba a resignar a ser solo amigos, ahí, queriéndote en silencio —soltó una pequeña risa con una mirada llena de felicidad.
—Yo también pensé lo mismo, no pienses que no —se encogió de hombros haciendo una mueca. —Sentía que era injusto para ti estar con alguien que posee tantos miedos sobre amar y sobre estar en una relación. Muchas veces estuve a nada de salir huyendo, te lo juro, pero luego te veía y me daban ganas de todo menos de irme de tu lado, y ese arreglo floral... fue hermoso, siempre haces lo correcto para hacerme feliz y me haces bien, muy bien —su mano se dirigió a la mejilla del chico dejando algunas caricias en la zona. —Te quiero mucho, Valen, estoy dejando todas las esperanzas que tengo sobre el amor en tus manos esperando que no las dañes —su voz era dulce, pero clara y como ya era costumbre de ellos se besaron porque cuando se trataba de ellos dos no habían palabras que pudieran reemplazar un beso.
—Voy a cuidar cada una de esas esperanzas junto a tu corazón con todo el amor que siente el mio por vos, no te vas a arrepentir de empezar esto, posta, voy a hacerte la piba más feliz del mundo, seré un mejor Valentín todos los días por vos y por Orión porque es lo que se merecen, eso y mucho más —murmuró sobre sus labios dejando otro beso en ellos recibiendo una sonrisa de la chica.
Y no mentía en lo absoluto, nunca le fallaría ahora que por fin había conseguido lo que quería, compartir su vida al lado de la persona que le gustaba junto con un pequeño niño que lo llenaba de alegría y felicidad. Nunca se imagino crear una familia de esa manera, pero no era algo que le molestaba, todo lo contrario, había encontrado a las mejores personas del mundo para empezarla, una chica increíble que lo hacía inmensamente feliz y un niño que iluminaba todo la habitación cuando entraba en ella, era un joven afortunado y él lo sabía.
—Sí, abue, aquí están y se están dando besitos otra vez —la voz de Orión interrumpió su pequeño encuentro haciendo que se separen lentamente soltando un par de risas nerviosas. —¿Por qué? Bueno... Valu, mi abue quiere hablar con vos —le extendió el teléfono esperando que lo tomara, pero se quedo un rato mirándolo como si temiera de la persona al otro lado de la línea.
Se levanto cuando su novia lo empujo para que lo hiciera y de a poco se acercó a Orión para tomar el aparato de entre sus manos y ponérselo en la oreja esperando oír alguna amenaza o algo parecido, pero lo que escuchó lo sorprendió gratamente.
—Bienvenido a la familia, Valentín, sabía que tú y mi hija iban a ser pareja... —su voz era igual de dulce que la de su hija, parecían dos gotas de agua aquellas dos mujeres. —Ahora... ¿Pa' cuándo el otro nieto? Esos ojazos que tu tienes los quiero en mi linaje familiar —comentó con un tono de voz de diversión sacándole una carcajada al Argentino.
Viendo a Andrómeda y a Orión jugar sobre el sofa no le molestaba para nada el comentario de su suegra, tal vez en un futuro pueda hacer crecer esa pequeña familia que solo comenzaba a crearse entre ellos tres.
Solo voy a decir que aprovechen estos capítulos llenos de ternura porque el segundo acto va a estar fuerteee.
Espero que hayan disfrutado la unión oficial de esta hermosa pareja que me encanta, voten, comenten y denle mucho amor ❤️💫❤️
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