Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

06

JiMin estaba bastante estresado cuando llegó a su hogar, no podía sacar de su cabeza las palabras que Agust le había dicho y mucho menos el nombre del asesino que por fin logró recordar. Fue asombroso como después de días pudo despejar la niebla en su mente, que cabe resaltar fue con ayuda del agente, aunque no estaba para nada agradecido y, en cambio, sí totalmente irritado por su comportamiento.

YoonGi...

Ese era el nombre del asesino, de quien vio lleno de sangre, lo cargó en sus brazos y sonrió, fue quien lo dejó vivir. Agust tenía que ser algún familiar cercano por su parecido, pero no estaba demasiado interesado en eso, sino en el hecho de que quiso engañarlo. Era un agente, tenía pruebas de ello y se supone que no debía hacer ese tipo de cosas, menos decirle a una víctima que le gusta.

¿Era una víctima? Realmente no estaba seguro, pues Suga y sus hombres no lo habían matado, ni siquiera le había tocado un pelo con violencia. Por sí solo había subido esas escaleras y entrometido en el asunto que no le convenía, todo por su empleo que se esfumó como sus jefes.

Desde entonces había pasado dos semanas enteras y para su mala suerte seguía sin empleo, aunque volviendo a casa una noche se encontró con una persona que pensó no volvería a ver. Afuera de su departamento, YoonGi estaba fumando y sabía que era él, no Agust por su vestimenta que también influía en la forma rápida de diferenciarlos, puesto que ya conocía a ambos, podía hacerlo.

—¿Qué haces aquí, YoonGi?— preguntó JiMin con curiosidad, tenía miedo, pero lo estaba ocultando lo mejor que podía.

YoonGi sabía que se había encontrado ya con su hermano gemelo, por lo que el escucharlo decirle directamente su nombre lo desconcertó y lo alegró, simplemente le sonrió lo más extenso que pudo.

—He estado siguiéndote.— confesó como si eso fuese muy normal.

JiMin se quedó inmóvil sin saber qué decir a eso, todos estos días había estado siguiendo el mismo ritmo, yendo por las calles buscando trabajo y yendo a entrevistas. Eso se había vuelto una rutina y fue muy fácil para los chicos de Suga encontrarlo y seguirlo, cada día eran distintas personas, pero solo los más allegados al jefe para poder mantenerlo seguro.

—Pensé que necesitabas un trabajo y casualmente tengo una vacante...— comenzó a decir YoonGi, acercándose a su espacio personal para mirarlo fijamente y posicionarlo contra la pared, encerrarlo —Verás, me compre un sitio que no puedo manejar, un restaurante en el centro de Busan y que tal vez conozcas. Digamos que fue un gusto adquirir el sitio, ya que fue allí donde conocí a un chico muy hermoso y ahora necesito meseros, aunque también un encargado.— finalizó, alzando una de sus manos para acariciarle la mejilla con delicadeza.

—¿M-mesero?— dudo JiMin, fue lo único que pudo decir debido a los nervios y se imaginaba que hablaba de haegeum.

YoonGi asintió, estaba satisfecho al verlo de esa manera tan tierna y vulnerable, por lo que deslizó su mano hacia abajo y atrapó uno de sus belfos con el pulgar para apretarlo suavemente. Joder, quería besarlo, pero no queria incomodarlo y tendría esperar, que fuera el chico menor quien lo pidiera primero, que lo necesitara tanto como él lo hacía.

—Trabaja para mí, JiMin, cuidaré de ti y puedes traer a Kai contigo. Es de mi conocimiento que ambos no sabían nada del lavado de dinero y que por los chismes entre negociantes se les ha hecho difícil el conseguir un trabajo nuevo.

JiMin lo pensó brevemente, necesitaba el empleo, también su joven dongsaeng y era urgente, aunque no estaba seguro de si aceptar. Tenía razón con respecto al rechazo continuo, nadie parecía querer darles ni el tiempo de dejar la solicitud y empezaba a sospechar el por qué. Pese a eso, el estar en un sitio que pertenecía a pandillas sonaba riesgoso y ya había pasado por un enfrentamiento sangriento. Además, sería empleado de Suga, un asesino y ladrón, el líder de todo, lo cual debería ser una broma de mal gusto.

Se sentía obligado a aceptar si quería mantener su vida y la de Kai.

—¿Habrá algo ilegal en el restaurante de lo que deba saber antes?— pregunto sin poder mirarlo, los ojos negros parecían querer atravesarlo y no tenía idea de cómo reaccionar, esto era un ataque directo a su bienestar.

YoonGi se rió y negó, dejó de tocarlo para dar un paso hacia atrás y dejarlo respirar, no era tan cruel con quien le gustaba. Sobre todo, ahora que sabía no había dicho su nombre real a nadie, ni siquiera a su compañero o a las autoridades. Menos a Agust, aunque ese era un tema pendiente a tratar.

—Será un establecimiento libre de ilegalidad, solamente para ti ¿Te parece ir mañana a las 2 de la tarde para que veas tu contrato?

—¿Si llevo a Kai no habrá ningún herido?

—El único lastimado en el restaurante seré yo si no vas, también porque te has llevado algo muy importante para mí desde que te vi.

JiMin estaba confundido —¿De qué hablas?

—De que eres un ladrón, tomaste mi corazón y no sé como vivir sin ti.

El sonrojo furioso en el rostro de JiMin fue poco comparado con la tensión que había entre los dos, se sentía sumamente agitado y jugaba con sus manitas para aligerarse. Sin embargo, YoonGi estaba dispuesto a jugar con sus emociones y verlo en todos los estados posibles, incluso si tenía que decir cosas de ese tipo solo para verlo actuar tímido.

—No creo haberlo hecho.— contradijo JiMin, mordiendo sus labios y moviéndose para entrar a su departamento. Necesitaba huir, se sentía tan débil a ese hombre, no importaba que fuera el líder de las peligrosas pandillas en Corea.

YoonGi observó su espalda y dio largos pasos para abrazarlo por la cintura, colocar su rostro sobre uno de los delgados hombros y esconder su cara en el sensible cuello del chico.

—Créelo, eres la persona más preciosa que he visto en mi vida y me tienes en tus manos.— insistió, dándole un casto beso en la mandíbula. No se quedaría con las ganas de hacerlo, aunque fuese allí y no en los labios como tanto deseaba.

JiMin sintió sus piernas fallar, se sostuvo del portón que lo separaba de entrar a su departamento y este hombre. Podía sentir los delgados belfos calientes contra su piel como una sombra y tocó el sitio afectado con detenimiento, era aterrador lo bien que se sintió. Se imaginó por un breve instante lo que podría ser un verdadero beso, uno en los labios que seguramente tendría el amargo sabor a cigarro.

—Buenas noches, JiMin, mi lindo ladrón.— se despidió YoonGi, dando un ligero apretón en el abrazo para sentir más su cuerpo con el suyo y así alejarse entre las calles nocturnas con la energía renovada.

Después de ese encuentro se sentía imparable y ahora debía buscar a su gemelo para aclarar que se mantuviera lejos de su novio, bueno, aún no lo era, pero ya podía ir diciendo que era suyo. Por lo cual, se encargó rápidamente de enviar a sus hombres a la comisión de policía en Busan y hacer un pequeño saludo de su parte. Unas cuantas advertencias, nada demasiado malvado, solo para mantenerlo ocupado y que no apareciera mañana en el restaurante.

—Buenas noches, YoonGi...— murmuro JiMin, sintiendo su cuerpo entero titubear y se apresuró a entrar en su departamento para poder llorar del pánico, era tan tonto.

Se sentía absurdo como en vez de correr del asesino se encontraba cálido y refugiado con él. Se supone que debía llamar a las autoridades y denunciarlo, no quedarse a hablar con él.

Estaba jugando con fuego y eso lo asustaba porque conocía las llamas perfectamente, pero nunca le había atraído tanto el saber que podría ser lastimado. YoonGi sería su castigo e incluso podría ser su muerte, era algo que al parecer no importaba tanto como permanecer a su lado.

Mañana debía asistir, necesitaba verlo de nuevo.




Último capítulo por hoy, sinceramente queria escribir mas para ustedes, pero tengo mucho dolor por el cambio de clima y la fibromialgia, asi que tendre que esperar mejore un poco u.u

¿Qué tal les está pareciendo?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro