
03
"Puedo ser tu genio ¿Qué tal tu Aladino? Puedo ser cualquier cosa para ti"
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—Quédate quieto, esclavo.— ordenó JiMin al ver como el alfa pretendía ponerse de pie para lanzarse sobre él.
Al reconocerse como parejas sus celos se habían adelantado y sincronizado para que se acoplaran, tuvieran sexo y se anudaran, eso era lo que sus lobos deseaban. Pese a eso, YoonGi en vez de solo ir directamente por su cuello y marcarlo como sus instintos dictaban, estaba obedeciendo muy bien, no quería lastimar al omega y hacerle algo sin su permiso.
JiMin tenía todas las piernas llenas de lubricante, estaba excitado y necesitado como nunca antes en su vida, más lo soportaría. Primero quería darle a su alfa lo que quería y necesitaba, luego de eso harían lo que se debía.
El omega se colocó encima del gran cuerpo, YoonGi era bastante fornido y sus músculos sobresalían muchísimo en ese ajustado traje de vestir que llevaba. Le encantaba como se le veía y estaba muy ansioso, así que comenzó a restregar su culo contra la dura erección del alfa.
La camisa blanca de vestir fue destrozada en cuestión de segundos y JiMin admiro los enormes pectorales frente a sus ojos. Las pequeñas manitas acariciaron ambos pechos, le pellizco ambos pezones y los tomó bruscamente para estrujarlos.
YoonGi jadeo de placer, comenzó a mecer sus caderas para sentir mejor el trasero del omega, pero JiMin le estiró de la correa para advertirle que no se moviera, no lo tenía permitido.
—Vuelve a desobedecer y me veré en la obligación de darte una lección, perro desobediente.— advirtió JiMin, bajando lentamente para comenzar a desabrocharle los pantalones.
YoonGi asintió sin ser capaz de contradecirlo, observó como era desnudado lentamente y el omega nuevamente se alejaba para tomar algo de la pared, algo pequeño que no pudo distinguir muy bien. Cuando JiMin regresó, soltó un gruñido al ver que traía un arnés especial para sus testículos, no le permitiera correrse o anudar, aunque quisiera.
—Abre las piernas.— demandó el peli rosa, golpeando con uno de sus tacones rojos los enormes muslos del contrario para separarlos.
YoonGi obedeció y dejó a su disposición absoluta sus partes íntimas, las cuales fueron amarradas de una manera tan exquisita y tortuosa que se sentía desfallecer.
JiMin tomó su erección, comenzó a hacerle un oral, su lengüita remarco cada una de las venas, succionó el glande y mordisqueo un poco sus testículos. Todo eso mientras se encargaba de preparar su entrada por sí mismo, sin que YoonGi se diera cuenta de lo que hacía y planeaba.
—P-por favor.— rogó el alfa desesperado, sus preciosos ojos azules acuosos.
No obstante, JiMin lo ignoró, continúo ahuecando sus mejillas con fuerza y jugueteando con su uretra para torturarlo. Sabía que si continuaba de esa manera el alfa no tardaría en querer doblegarlo y ese no era el punto, él debía llevar el mando.
YoonGi no podía ni respirar bien, su lobo estaba a nada de tomar el control y quería follarse sin piedad al omega. Sin embargo, esos deseos quedaron en el olvido cuando el peli rosa le quitó el arnés del miembro y se separó para mirarlo desde arriba, como si fuese inferior.
—¿Quieres estar dentro de mi culo?— preguntó JiMin con sorna, su voz estaba ronca de la excitación y sus pupilas dilatadas.
—Quiero, amo, por favor.— imploró YoonGi, admirando como el omega alzaba su camisa para mostrarle su perfecto culo al desnudo y era tan perfecto que necesitaba lamerlo, morderlo y azotarlo.
JiMin gimoteo al sentir una de las grandes manos amasándole la mejilla izquierda, le permitió tocar, jugar con su lubricante natural e incluso lo dejó romperle las medias de red. Pero cuando YoonGi intentó tomarlo y llevarlo contra la cama, lo detuvo con una sola mirada dominante. No era tiempo aún, quería hacerlo sufrir un poco más y que lo deseara mucho más.
—No te he dado permiso, esclavo.— señaló el omega, girándose y negando coquetamente con su dedo índice, el cual utilizó para delinear sus propios labios y simular una mamada como la que le había dado minutos atrás.
—A-amo~.— gruño YoonGi alterado, mirando como los pomposos labios rojizos se movían de manera erótica y tentadora.
JiMin dejó sus acciones para ir por algo especial, distinto y que deseaba usar. Dentro de un guardarropa que estaba en la esquina había muchos látigos, todos de distintos tipos, con y sin nudos para proporcionar distintos niveles de dolor. Como era su primera vez juntos, no quería ser demasiado agresivo o lastimar a su alfa, tampoco veía bien sobrepasarse sin el consentimiento del otro, así que simplemente tomó uno básico.
YoonGi sintió un escalofrío al ver lo que traía en las manos, un amargo recuerdo con SunHwa volvió y enseguida intentó apartarlo de su mente. JiMin no era ella, no lo sería jamás porque su lobo le decía que era el indicado, su otra mitad y jamás le haría daño.
JiMin pudo distinguir el miedo en sus ojos y su aroma, solo por eso le acaricio el rostro con el dorso de su manita para brindarle tranquilidad. Era un intento de calmar los temores que después, con el tiempo, intentaría descubrir y sanar.
El látigo tocó la piel pálida, inició en los muslos, subiendo lentamente a su miembro, luego a su V, su vientre, sus pectorales y finalmente a su rostro. YoonGi instintivamente abrió la boca y sacó la lengua cuando lo sintió contra sus labios y lo lamió mientras se perdía en los ojos penetrantes de JiMin.
—Eres un buen, perro.— halagó el omega, dando el primer azote en uno de sus pectorales.
Los golpes eran suaves, pero provocaban ardor al tacto de la piel y YoonGi ya tenía el pre semen saliendo de su miembro. El dolor era tan placentero que sus colmillos picaban, ansiosos por marcar a su omega.
—Ah~.
—Me gusta esto.— señaló JiMin, lanzando el látigo lejos y subiéndose sobre su cuerpo para sacar su propio miembro y colocarlo en medio de sus lastimados pechos.
YoonGi no se negó a lo que intentaba, en cambio, dirigió ambas manos a los costados para crear presión y que su omega se masturbara como quería. JiMin no quería gemir, pero la entrega era tan pura que era imposible, solo un poco de masturbación y se corrió en el rostro y pectorales del alfa.
—Trágalo.— ordenó JiMin recolectando el semen y llevándolo hacia la boca del contrario.
Los finos labios del alfa degustaron su propio sabor, sintió dos pequeños deditos follarle la boca y jugar con su lengua. Luego JiMin le acercó su miembro, ya flácido, para que lo limpiara y claramente lo hizo sin siquiera titubear.
—Ahora tu recompensa, esclavo.
—Gracias, amo.— correspondió YoonGi sonriéndole, realmente emocionado por recibir un premio.
JiMin se abrió de piernas, le mostró su culo y tomó su potente erección para alinearla por sí mismo en su entrada. De golpe se sentó sobre YoonGi y eso causó que la penetración fuera instantánea, brusca y placentera.
—Mgh~.— gimoteo el omega al sentirse totalmente lleno, sus paredes extendiéndose por el enorme miembro dentro de él.
YoonGi se deleitó con el sonido, no pudo contener un gruñido posesivo. JiMin era suyo totalmente y lo confirmaba ahora más que nunca.
—T-tan bueno.— jadeo el alfa, encontrando asfixiante la estrechez que poseía.
JiMin se alzó un poco para darle un casto beso, le guiño un ojo y comenzó a darle sentones. El choque de sus pieles, el chapoteo húmedo y el sonido de la cama al ser sacudida era la mejor música de compañía.
—Vamos, tómame.— permitió el omega, ladeando su cuello.
YoonGi no necesito que lo dijera dos veces, el nudo estaba formándose y solo tuvo que girar los papeles para lograr lo que tanto quería. Salió de JiMin, lo tomó por los hombros y lo azoto contra el mullido colchón.
El omega terminó encontrándose bajo el enorme y caliente cuerpo del alfa, abrió los ojos como platos al sentir nuevamente la dura verga dentro de él. YoonGi le miraba con deseo puro, un hambre tan voraz que JiMin sentía podría ser devorado en ese mismo instante.
Las estocadas duras y certeras golpearon la próstata del peli rosa, YoonGi intentaba que ambos llegarán esta vez y cuando JiMin sintió el nudo formándose completamente en su interior no pudo seguir en su papel.
—¡Yoon!— grito gimoteando y lloriqueando por la expansión.
YoonGi se inclinó sobre el pequeño cuerpo, lamió la unión entre el cuello y el hombro para finalmente morderlo con sus colmillos. La marca creó rápidamente un lazo entre ellos, que desenvolvió todas sus emociones y sentimientos de un solo golpe.
JiMin intentó no pensar demasiado, pero era algo complicado cuando el abundante y caliente semen en su interior lo hacía sentir tan satisfecho. Admiro su vientre, el cual estaba ligeramente inflado por el nudo y el cúmulo de esencia.
YoonGi no pudo evitar también observar, le acarició con ternura y anhelo, permitiéndose, luego de separarse, repartir algunos castos besos en toda esa zona.
—Mío.— dijeron sus lobos al unísono.
Ambos sabían que esto era solo el comienzo.
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"Me envolveré a tu alrededor como en tu sueño, es una característica secreta. Seré nuevo para ti todos los días porque es aburrido tener lo mismo todos los días ¿Verdad?"
La verdad mucho este cambio de roles, ¿Qué tal les pareció? :3
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