03
"No puedes mantenerte lejos de mí, no rechaces al animal"
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YoonGi se levantó temprano al siguiente día y preparó un desayuno al estilo americano, el cual constaba de dos huevos estrellados, pan tostado, tocino dorado y agrego un licuado de plátano. Cuando finalizó se dirigió al sótano, en su mano izquierda llevaba una correa de perro que planeaba ponerle a su nueva mascota y en la derecha la bandeja con todos los alimentos.
JiMin estaba en un rincón medio recostado mientras abrazaba sus piernas, sus cabellos rubios estaban revueltos y sus ojos hinchados por haber llorado casi toda la noche.
—Te traje esto.— señaló el peli azul, acuclillándose frente a él para dejar la comida.
—No quiero, todo eso contiene muchas calorías.— respondió el menor sin pensar.
YoonGi rio de forma socarrona, alejó un poco la bandeja y mostró el collar que traía, sin aviso se lo colocó alrededor del cuello y le desato las piernas.
—Vas a comer por las buenas o ¿Prefieres por las malas, JiMin?— cuestionó, estirando de la correa para que se acercara a la comida.
—Soy modelo, YoonGi... No puedo comer estas cosas.— insistió angustiado.
—Okey entonces por las malas será.
JiMin fue jalado hasta colocarlo en cuatro frente al plato, YoonGi le sonrió desde arriba y le pisó la cabeza para que comenzara a comer. Sin muchas opciones el rubio tuvo que hacerlo, de vez en cuando Min le ejercía presión para que acabara todo.
—Estoy lleno, para.— imploro el menor asqueado, su estómago estaba al límite y si continuaba vomitaría.
—No te pregunte, aún te falta una tira de tocino, los panes y el licuado.— señaló YoonGi, tomando el vaso en sus manos —Acaba con eso o ¿Prefieres el licuado?
—El licuado.
—¿Estás seguro?— cuestionó el peli azul, alzando una ceja en muestra de molestia.
JiMin asintió —Tiene menos grasas y es nutritivo.— opino obviamente casi que, por instinto, era su día a día contar lo que consumía porque debía mantenerse en su peso ideal si no es que menos.
YoonGi gruñó disgustado porque odiaba que pensara de esa manera, alejó la bandeja con un movimiento de pie y se colocó frente al rubio. Por su parte, Park no comprendía por qué estaba haciendo esas cosas, solo debía darle el vaso y él lo tomaría sin respingar.
—Dijiste que preferías el licuado, JiMin, espero no te retractes.— comentó con diversión mientras se desabrochaba los pantalones y sacaba su miembro.
—Espera ¿Qué haces, YoonGi?— preguntó alarmado al ver como se introducía en el vaso.
—Lo comerás.
JiMin negó a la vez que miraba el pene lleno de licuado, el peli azul le tomó por el pelo y lo obligó a agachar la cabeza con la mano izquierda y la derecha tiraba de la correa en su cuello.
—Abre tu boquita, cielo, yo te voy a dar de comer.— ordenó con su voz ronca de la excitación.
—Yo no... Yo nunca he hecho esto.— confesó el menor con el cuerpo del miembro en su nariz, estaba avergonzado de decirlo, pero no tenía experiencia.
YoonGi corrió su mano hacia el mentón, lo alzó para mirarlo a los ojos y apretó sus mejillas para poder introducirse. JiMin sintió su campanilla ser golpeaba, el sabor dulce del licuado del plátano estaba combinado con el sabor amargo del mayor.
—Mantén tus dientes ocultos, te enseñaré.— demandó Min saliendo de su boca para volver a bañar de licuado su miembro y luego regresarlo a él.
—Sabe extraño.
—Ah, rayos, JiMin, yo intento ser bueno contigo, pero tú no pones de tu parte.— se quejó el peli azul, comenzando a masturbarse —Toma el puto vaso.— ordeno, volviendo a tomarle por el rostro.
El menor obedeció y tomó el licuado en sus manos mientras miraba como YoonGi se tocaba a sí mismo, sus belfos estaban entreabiertos y sabía lo que venía. Pero aun así se obligó a no cerrar la boca, no quería continuar molestando al mayor y espero a que acabara. El chorro de semen cayó en el vaso del licuado y parte de su rostro, YoonGi con su dedo pulgar lo dirigió a su boca y lo obligó a consumirlo.
—Ahora toma tu licuado, JiMin.
JiMin observó el vaso entre sus regordetas manos, el olor era bueno, pero estaba el líquido espeso blanco y eso lo asqueaba. El sabor de YoonGi era extremadamente entre salado y dulce, lo comprobó cuando degustó su semen.
—Hazlo ahora, no me obligues a metértelo por el culo, JiMin.— advirtió el peli azul, estirándole la correa.
—No, no, tomaré el licuado.— aseguró paniqueado.
JiMin alzó el vaso, lo acercó a su boca y bebió el contenido sin siquiera respirar, demasiado asqueado para detenerse. Lo malo fue que al acabárselo su estómago revuelto hizo de las suyas y terminó regresando todo.
YoonGi no podía creer lo que estaba viendo, el menor tenía todo el rostro rojo y múltiples lágrimas recorriéndole el rostro, apenado y desesperado por haber vomitado la comida que le preparó.
—Lo siento.— murmuró el rubio, mirándolo fijamente.
—Siempre lo sientes, pero nunca haces nada bien.— refuto Min, arrastrándolo fuera del sótano.
JiMin se vio obligado a seguirlo por la correa en su cuello, sus pasos eran torpes y lentos, estaba demasiado mareado. Aprovecho para observar la casa de YoonGi y pudo notar que el estilo era minimalista, en las escaleras hacia el segundo piso había fotos colgadas en la pared del mayor junto a su abuela.
—Te vas a bañar y después volverás a comer.— informó, abriendo su habitación y empujándolo a la regadera.
—Pero acabo de vomitar.
—Aprenderás a comer.
—Sé comer, tengo una dieta estricta, YoonGi.
—Las dietas no son comer, deja de darme la contra y obedéceme.— advirtió, dejándolo solo para buscarle ropa.
JiMin no insistió más, tomó el baño en silencio para limpiarse los restos de semen, orina, vómito y demás. Intentó quitarse la correa, pero tenía un candado en la parte trasera que se lo evitaba y no podía hacer nada con eso. Después de cansarse de sus fallos, salió del baño y encontró al peli azul sentado en su cama con una camisa blanca en sus manos que parecía ser suya.
—Póntela.
—¿Puedes quitarme el collar?— preguntó el menor, tomando la prenda y colocándola temblorosamente
—No, pareces no entender tu lugar o simplemente estás poniendo a prueba mi paciencia.— respondió, empujándolo contra la cama y colocándole la rodilla entre las piernas —Si es la segunda déjame decirte que no tengo, pierdes el tiempo y yo sinceramente no pienso darte a elegir.
JiMin gimió al sentir como sus miembros se frotaban —No entiendo lo que quieres de mí.
—No hay algo que quiera de ti en específico, yo te quiero a ti por completo.— señaló YoonGi, comenzando un beso, aunque esta vez lento y rítmico.
El menor se estremeció al sentir dos dedos jugando con su entrada, no se movió y permitió que jugara con su culo. YoonGi sonrió a medias al ver que estaba obedeciendo, dirigió su mano sobrante al miembro para masturbarlo y le ayudó a terminar.
—Mgh~ YoonGi.
—¿Qué ocurre, JiMin?— preguntó, dejándole marcas rojizas en su cuello.
—Más, m-más.— pidió desesperado, moviendo sus caderas en busca de llegar a su deseado orgasmo.
YoonGi gruño contra su piel totalmente complacido por su necesidad, aumentó la velocidad de sus movimientos y se deleitó con el precioso gemido que JiMin soltó al finalizar.
—Si te portas bien, prometo ser bueno contigo, cielo.— aseguró el peli azul, acariciándole el rostro con parsimonia.
JiMin lo pensó unos instantes, YoonGi había sido muy cruel y tenía mucho miedo de su personalidad cambiante. Aunque si lo equilibraba, se lo merecía por las cosas que provocó en el pasado y no era nada comparado con eso.
Además, Min siempre le gusto y su tacto en todo momento lo hizo reaccionar porque deseaba que pasara, aun si decía que no. De hecho, el negarse y que fuera forzado lo excitaba más, si le rompía la ropa y lo golpeaba se sentía bien.
JiMin asintió al final —Seré bueno, haré todo lo que me pidas YoonGi.
—¿Lo harás?
—Lo haré.
—¿Todo lo que diga sin dudar?
—Todo lo que digas sin dudar.
¿A qué sabe la entrega y la sumisión?
¿A qué sabe la dominación y la posesión?
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"Estás atrapado en mi mente para siempre"
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