Epílogo Jungkook
Estar atrapado con tus mejores amigos en un parque abandonado lleno de zombies puede llenarte de un buen par de sustos, pero nada me ha asustado más que el primer momento en que vi a Park Si Yeon.
Fue mi primer día en la universidad. Estaba muy animado porque por fin podía asistir a algún tipo de educación superior después de guardar una parte de mi dinero duramente ganado. Recuerdo haberme puesto el bolso de mensajero como una pieza de armadura para marchar a la guerra; también conocido como el campus principal. Sentí como si hubiera estado fuera de la escena social hace unos años, lo cual es cierto, lo estuve. Sin embargo, después del giro que había tomado mi vida, era una incógnita cómo me iban a tratar mis compañeros. Y gracias a Dios, la suerte comenzó a mi favor. Un grupo de chicos con los que fui a la escuela secundaria—todos más jóvenes que yo— merodeaban por lo que todo el mundo llama el jardín de la estatua.
Estaba a medio camino dirigiéndome hacia ellos cuando la escuché.
Su risa.
No se parecía a ninguna risa que había escuchado antes. Era ruidosa y animada, pero agradable, con una capa de mujer intrigante. Estaba acostumbrado a esas chicas que se cubrían la boca cuando dejaban escapar una risita avergonzada o esas risas roncas de "haz lo que quieras para ser mi secreto" de todas las mujeres maduras en las que no quería pensar. Lo más cercano que se podría comparar a esa risa eran los gritos de placer de mi hermana cuando le hacía cosquillas, salvo que esto no era un grito. Era una risa completa.
Levanté la cara y miré por encima intrigado por saber quién haría un sonido tan alegre y abierto. Y fue entonces cuando sucedió. El temor se apoderó de mí.
No sé si se reía en mi dirección, o si ya había estado centrada en mí pero cuando eché otro vistazo, nuestras miradas se encontraron. No hubo toda esa rutina de ver y saludar. Fuimos nosotros uniéndonos entre sí hasta que éramos solo ella y yo en el injusto universo.
Ese sonido musical que parecía venir directamente de su alma repentinamente murió y de inmediato lo extrañé, no lo suficiente como para mirar hacia otro lado, porque ahora todo el atractivo visual la mantenía sellada en mi vista. Ella era impresionante, tal vez no la más hermosa que había visto, pero sin duda la más cautivadora. La forma en que el sol iluminó su largo cabello oscuro y le puso un brillo diferente fue impresionante.
Su energía me atrajo más. Vibrante y colorida, lo que era sin duda diferente de cualquier otra chica por estas partes. Quería que mi nueva misión en la vida fuera hacerla reír, escuchar esa increíble risa al menos una vez cada día.
Un sentimiento de esperanza renovado y excitado brotó dentro de mí. Tal vez ella era diferente. Tal vez podría ser...diablos, ¿qué pensaba?
Aparté la mirada diciéndome que no debería ir allí cuando finalmente vi a la amiga que se encontraba sentada al lado en el banquillo. Y tal cual como clavar una aguja en un globo, toda la esperanza vertiginosa explotó en mi pecho desinflado.
Im Nayeon no era mi persona menos favorita en la tierra, pero estaba entre los diez, posiblemente los cinco primeros. La niña malcriada y rica iba de caliente a frío constantemente, un minuto tratando de entrar en mis pantalones y al siguiente tratándome como una bolsa de pus que se convertía en una enfermedad. Sólo podía imaginar qué clase de horrores le decía a la otra chica. El peor de ellos, sin duda, era cierto.
Mis ojos se estrecharon cuando la ira y la frustración me llenaron. Maldita Im Nayeon. A su lado se hallaba sentada una chica que me hizo pensar que tal vez las mujeres no eran la pesadilla de mi existencia después de todo, y ella probablemente lo arruinaba en este mismo segundo, aunque sinceramente, si la más alta era amiga de Nayeon, entonces debía ser como ella, y en ese caso... no importa. Paso.
No es como si hubiese podido no-pasar, incluso si hubiera terminado siendo increíble. Pero ahora tampoco me iba a permitir pensar que cualquier cosa podría suceder entre nosotros en mis fantasías.
Mi teléfono vibrando me sorprendió. Preocupado por cuánto tiempo había estado mirando a la chica, revisé el mensaje. Yoon SonHa, mi casera, demandó en verme para esa misma tarde; al responderle que no podía, ella contraatacó -como siempre- con amenazas y chantajes. Y no me quedó otra opción más que acceder a su juego. Ese sin duda fue el verdadero golpe de realidad que me regresó los pies a la tierra.
Adiós cualquier cuento de príncipes y princesas. Ésta era la puta verdad de mi esencia; las mujeres tronaban los dedos para que les diera sexo y yo acudía al llamado como un perro en desconsuelo. Así eran las cosas, así es como debían seguir siendo. Nada más.
Odiándome a mi mismo y a todo el mundo, me dirigí hacia el edificio principal con la firme idea de tomar el camino más largo para encontrar una entrada en el otro lado porque sabía —lo sabía—, estaría tentado a echarle otro vistazo a la risueña desconocida cuando la pasara. Así que seguí con mi camino, pero fue justo ahí que la voz de Im Nayeon gritó—: ¡Jungkook! Hola.
Tomó todo lo que tenía para parecer totalmente inafectado cuando levanté mi cara. Seguí sin mirar a la chica. Creo que tenía demasiado miedo, aunque no sabía por qué. Simplemente no pude hacerlo. Se sintió como un ejercicio de autoflagelación, por lo que incliné la cabeza hacia la persona que ya conocía en el saludo más mediocre que pude.
—Hoy te ves bien —me dijo, sacudiendo su cabello chocolate mientras posaba—. ¿Qué dices si nos saltamos las clases esta mañana y en su lugar hacemos algo... divertido?
Solté un bufido y sacudí la cabeza. Así que hoy estaba con el coqueteo y las miradas insinuantes, supuse. La última vez que habló conmigo me llamó un hijo de puta, y probablemente me habría abofeteado si hubiera podido. Era una mujer a la que nunca me iba a acercar de nuevo.
Pero después sucedió lo más increíble. Su acompañante jadeó.
—¡Nayeon! —gruñó en voz de reprimenda dejándome en claro un par de cosas:
Uno; No era una seguidora ciega de Im Nayeon, tenía sus propias opiniones.
Dos; No debe haber oído los rumores sucios sobre mí, o simplemente no los cree.
Y tres; No era como su amiga. En absoluto. Tenía por lo menos algo de decencia y bondad.
Esta nueva visión me hizo mirar por encima antes de que pudiera detenerme. Ella se encontró con mi mirada, encogiéndose como pidiendo disculpas por la castaña.
Y una vez más, nuestro contacto visual se mantuvo.
De cerca tenía mucho mejor aspecto. Parecía que había un poco más de carne en todo su cuerpo, y la manera fluida en la que se movía era como poesía. Luego estaba su cara. Jesucristo, labios suaves y besables, grandes ojos y una expresión de inocencia mezclada con curiosidad y entusiasmo.
Me asustó como nunca. Por lo tanto, me obligué a apartar la mirada y continuar mi camino. Para el momento en el que entré a mi primera clase, mi cuerpo se había calmado, pero mi cabeza seguía dándole vueltas al asunto. Era una idiota. Después de mirarla una vez y escuchar su risa, le había aplicado una personalidad completamente ficticia a una chica de la que no sabía nada. Probablemente lo hice porque había tanto que odiaba de mi vida y últimamente había elegido fantasear mucho para superarlo. Mi mente era capaz de salir e ir a algún lugar agradable mientras mi cuerpo estaba ocupado haciendo otras cosas. Inclusive con ese antecedente, no tengo idea de por qué mi mente se había ido a muchos lugares con esa persona. Dudé que hubiera algo tan terriblemente especial en ella. Tal vez estaba tan desesperado por algún tipo de liberación que me aferré a lo primero remotamente diferente pensando que podría salvarme; pero lo único que iba a salvarme realmente era seguir haciendo lo único que me habían enseñado a hacer para ganar dinero. El suficiente como para establecer a mi familia en una vida mejor.
Afortunadamente mi segundo curso del día fue capaz de sacarme un poco más de atención. Y para el momento en que salí y busqué mi tercero, estaba seguro de que ya había superado toda la mierda de soñar despierto durante el resto de la mañana. Hasta que entré en el próximo salón de clases y mi sueño se abalanzó sobre mí. Literalmente.
No prestaba atención a dónde iba, estaba más ocupado buscando el lugar perfecto para sentarme y tratar de borrar de mi cabeza los rumores que acababa de oír en la sala.
—¿No es ese Jeon Jungkook? Sabes a lo que se dedica, ¿no?
Apreté los dientes preguntándome cuántas veces iba a escuchar esa línea este año. Y fue entonces cuando sucedió. El impacto me dejó sin aliento y me trajo a la realidad sólo para encontrar a una joven tirada en el suelo delante de mí en el pasillo entre los escritorios. Su pelo largo y sedoso inmediatamente me dijo quién era. Desde que nuestro choque le había hecho derramar su bolso al suelo, comenzó a agarrar las cosas al mismo tiempo que empezó a pedir disculpas.
—Lo siento. Lo siento. No te vi. Lo siento tan... —Alzó la vista, y las palabras murieron en su lengua.
No escapó de mi atención el hecho de que se encontraba arrodillada justo en frente de mí. Hice un puño con mi mano para no estirar la mano hacia ella, y apreté los dientes para no respirar. Entonces le ordené a otra parte de mi anatomía que no reaccionara en absoluto. Pero, maldición, lo hizo de todos modos porque, ¡hola! se encontraba de rodillas frente a mí. Si se hubiera inclinado hacia adelante en ese segundo y bajado el cierre, no la habría detenido. Maldita aula llena con otros estudiantes y todo.
Diablos, probablemente hubiera enredado mis dedos en su cabello y la hubiese ayudado.
Cada músculo de mi cuerpo se burlaba tanto de mí que me sorprendió no haber entrado en combustión en este lugar. Un repiqueteo comenzó en mis oídos, y sé que comenzó a farfullarme algo a toda velocidad, pero no oí una palabra de lo que dijo. Entonces se tambaleó todavía más cerca para alcanzar algunos artículos derramados y si hubiese mirado, sé que habría visto cuán amigable eran mis sentimientos hacia ella.
Salté hacia atrás para evitar agarrarla y atraerla hacia mí. Ella me miró, con los ojos espantados y heridos. Un dolor agudo me apuñaló en el pecho porque sabía que yo había causado esa mirada miserable. Me preguntó si estaba bien; quise decirle que estaba tan lejos de estarlo que ni siquiera era divertido, pero murmuré algo sobre tener todo en orden. No estoy seguro de qué es exactamente lo que dije, salvo que no pareció tranquilizarla. Las habilidades conversacionales no eran precisamente mi punto fuerte en este momento. Me agaché para coger el último de sus libros en el suelo y se lo entregué, acelerando este encuentro incómodo y deteniendo la tortura de desear algo y saber que nunca podría tenerlo. Entonces me senté en una silla para dejarla pasar. Cuando lo hizo, ese dulce olor floral se desplazó.
Tuve que agarrar el borde de mi escritorio para no volverme loco.
Mi nueva misión en la vida se convirtió en Mantenerme alejado de esa chica a toda costa. Pero todos saben lo bien que funcionó el plan.
Cuando les conté esto a los chicos, ellos no dejaron de molestarme por un mes entero. Incluso todavía lo hacen.
¡Maldito Namjoon, espera a que los demás conozcan tu historia!
Cariñxs míxs, aquí estamos. El final. O, ¿debería decir El Principio? SiYeon y Jungkook cierran aquí su ciclo como protagonistas, pero nos han allanado el camino para otras 6 historias más. Así es, como se ve en el "banner", ésta ha sido la primera entrega de una serie de 7 libros; una historia por cada miembro de BTS, ¿por qué? Por qué sí, porque lxs extrañamos mucho y cada unx merece una historia.
Espero que "Even So..." le haya llegado al corazón, me esforzaré para seguir mejorando y que cada novela que venga sea mejor. Deseo permanezcan conmigo mucho más tiempo; GRACIAS POR TODO. Nos leémos pronto en el SEGUNDO LIBRO, KIM NAMJOON y yo lxs esperamos con ansias. 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro