Capítulo - 23
Lincoln se apoyó en el mostrador de la tienda, observando cómo el sol bajaba lentamente por el horizonte a través del ventanal. Se sentía atrapado en una especie de bucle interminable. Aquel discurso que había dado a sus padres hacía seis semanas sobre avanzar, sobre cambiar, parecía ahora tan distante, casi como si hubiera sido dicho por otra persona. Se había prometido salir de esa rutina, había hablado con determinación sobre ir a la universidad, sobre forjar su propio camino, pero nada de eso se había materializado.
Mientras la tenue luz del atardecer teñía la tienda de un tono cálido, la realidad le golpeaba con fuerza. "¿Qué ha cambiado realmente?" pensó, su mente dando vueltas. Seguía trabajando en la misma gasolinería, haciendo lo mismo cada día. Las conversaciones con sus compañeros eran siempre iguales, las mismas bromas, los mismos silencios incómodos. Su vida parecía no haber avanzado ni un milímetro. Las mismas calles, el mismo trabajo, las mismas preocupaciones.
Lincoln bajó la cabeza y suspiró profundamente. Recordaba con claridad cómo se había enfrentado a sus padres, cómo les había dicho que no los abandonaría, pero que necesitaba un tiempo para él, para pensar en su futuro. Pero aquí estaba, en el mismo lugar, sin haber dado ni un solo paso adelante. Se sentía atrapado, como si la vida le hubiera dejado en una pausa interminable.
El tema de Jordan seguía atormentándolo. No había podido sacarse de la cabeza la idea de que ella estaba con Chandler, algo que Mollie le había dicho con tanta seguridad. ¿Cómo podía seguir afectándole eso? Había intentado convencerse de que no debía importarle, de que ya no era su problema, pero cada vez que su mente se detenía un momento, Jordan volvía a aparecer. Su sonrisa, sus gestos, todo lo que alguna vez compartieron, lo seguía persiguiendo.
"Me dije que cambiaría... que lo dejaría todo atrás, pero... no lo he hecho", se reprochó internamente. Había estado tan enfocado en lo que otros pensaban de él, en lo que Mollie le dijo, en lo que Sam esperaba. Su vida parecía definida por las expectativas de los demás, por el peso de responsabilidades que no había elegido cargar, y que, a pesar de todo, nunca dejaba de sentir. Las palabras de Sam también resonaban en su mente: "Siempre estaré aquí", le había dicho. Pero, ¿y él? ¿Dónde estaba él realmente en todo esto?
Se preguntaba si alguna vez podría romper ese ciclo. Sus obligaciones como padre eran ineludibles, eso lo sabía y lo aceptaba. Pero había algo dentro de él que seguía clamando por más, por algo que le perteneciera a él mismo, no a las expectativas de los demás. Había dejado atrás tanto: sus amigos de infancia, sus pasatiempos, incluso su propia juventud. Y ahora, parado en esa gasolinería vacía, parecía que el futuro se le escapaba entre los dedos.
"¿Esto es todo?" se preguntó, con el estómago revuelto por una sensación de vacío. No podía negar que amaba a su hija, Lina, más que a nada en el mundo, pero sentía que, de alguna manera, había dejado que su propia vida quedara en pausa desde el momento en que todo cambió a los 13 años. Desde aquel momento en que decidió ser responsable, había olvidado ser también un chico que soñaba con algo más.
Y ahora, aunque habían pasado los años, todavía se encontraba en el mismo punto. "Me estoy quedando en el mismo lugar... por miedo a cambiar, por miedo a fallar de nuevo," pensó, apretando los puños levemente.
El ruido de la puerta de la tienda abriéndose lo sacó de su trance. Un cliente entró, pero Lincoln apenas lo notó. Estaba demasiado sumido en sus pensamientos, intentando encontrar una respuesta, una chispa, algo que lo moviera fuera de ese letargo en el que parecía estar inmerso.
Lincoln llegó a casa después de un largo día en la gasolinería. El aire de la tarde, cargado con la familiaridad de su vida diaria, ya no le traía consuelo, sino un peso que sentía desde hace semanas. Cumplir 18 años había marcado un punto clave, pero a pesar de las palabras sobre cambio, todo seguía igual. Mismas rutinas, mismas caras, misma vida. Se había prometido avanzar, crecer, pero se daba cuenta de que había seguido en el mismo lugar.
Mientras se quitaba los zapatos en la entrada, su mente no dejaba de correr. Estaba cansado de todo: del trabajo en la gasolinería, del cansancio que lo cubría cada noche, y sobre todo, de la sensación de estar estancado. Subió las escaleras de su hogar, cruzando por el bullicio cotidiano que sus hermanas siempre creaban en la casa. Podía escuchar la risa de Lana y Lola, las gemelas, jugando con sus cosas mientras Lily contaba algo sobre su día en la escuela. Luna estaba seguramente en su cuarto, tocando la guitarra o escribiendo alguna canción nueva, y Lisa probablemente sumergida en sus experimentos científicos.
Lincoln (pensando): "Cinco años... Cinco años en esa gasolinería. Todo este tiempo he estado atrapado en lo mismo, pensando que al menos tenía algo estable. Pero ya no es suficiente."
Se detuvo frente a la puerta de su cuarto, cerró los ojos y respiró profundo. Estaba decidido. Necesitaba cambios reales. Abrir nuevos caminos, dejar lo viejo atrás. A partir de mañana, renunciaría. Dejaría ese trabajo que había sido su ancla por tanto tiempo. Tenía que salir de la rutina.
Sabía que no era solo el trabajo. Era todo. No había terminado la prepa aún, y eso le pesaba. El simple hecho de no haber dado el paso lo había mantenido atado. Pero ahora, lo primero que haría sería completar sus estudios. Después de eso, todo se abriría. La universidad. Un futuro mejor, algo más grande. Estaba listo para avanzar.
Lincoln (determinante): "Es hora de seguir adelante. Ya no soy el chico de 13 años que entró por esa puerta para mantener todo a flote. Soy diferente. Y es momento de que todo lo demás también lo sea."
Con la mente fija en sus objetivos, Lincoln se dirigió a su escritorio, se sentó y comenzó a escribir su carta de renuncia. Mientras la tinta impregnaba el papel, cada palabra representaba un paso hacia lo nuevo. Una parte de él sintió miedo por lo incierto, pero al mismo tiempo, esa incertidumbre lo emocionaba.
Cuando terminó, se reclinó en la silla, mirando el techo. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que algo estaba por cambiar realmente.
Al día siguiente, lo haría oficial: dejaría su trabajo y comenzaría a vivir de acuerdo a lo que siempre había soñado.
Lincoln estaba en su habitación, concentrado en sus pensamientos sobre el futuro y los cambios que había decidido hacer. La casa estaba relativamente tranquila, con las gemelas jugando en la sala y Lisa en su laboratorio. Todo parecía en su lugar, excepto por el peso en su mente que llevaba días cargando.
De repente, escuchó el timbre de la puerta. No le prestó mucha atención al principio, pero entonces, el sonido insistente volvió a sonar. Se levantó de mala gana, preguntándose quién podría ser. Al abrir la puerta, se encontró cara a cara con Jordan. Estaba parada frente a él, con los brazos cruzados y una expresión clara de molestia en su rostro.
Jordan (molesta): "¿Me vas a ignorar ahora también, Lincoln?"
Él no esperaba verla allí. Su presencia lo tomó por sorpresa, y se quedó unos segundos en silencio, sin saber qué decir. Jordan había venido a buscarlo, y no con la mejor de las intenciones.
Lincoln (cauteloso): "¿Qué haces aquí, Jordan?"
Jordan (exasperada): "¿Qué hago aquí? ¡Estoy aquí porque te has estado comportando como un completo mal educado conmigo! ¿Por qué me has estado ignorando, Lincoln? ¿De verdad crees que eso es justo?"
Lincoln apretó los labios y desvió la mirada, sintiéndose incómodo. Sabía que había estado esquivando a Jordan deliberadamente, pero nunca había querido lastimarla. Sin embargo, las palabras de Mollie y la confusión que sentía lo habían empujado a alejarse de ella.
Lincoln (suspirando): "No es que quiera ser mal educado, Jordan. Es solo que... no sabía cómo lidiar con todo esto."
Jordan (frustrada): "¿Lidiar con qué, exactamente? ¿Conmigo? ¿Qué hice para que me trates así?"
Lincoln sintió la presión en su pecho. No podía evitar pensar en lo que Mollie le había dicho, sobre la supuesta relación de Jordan con Chandler, aunque sabía, en el fondo, que no tenía sentido. Había dejado que las palabras de Mollie lo confundieran, y ahora tenía que enfrentarlo.
Lincoln (serio): "Escucha, Jordan. Mollie me dijo que estabas saliendo con Chandler... y pensé que era mejor alejarme antes de hacer las cosas más complicadas."
Jordan lo miró, incrédula. Sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa, y luego, una mezcla de enojo y decepción comenzó a brotar en su rostro.
Jordan (confundida y molesta): "¿Chandler? ¿Qué? ¡Eso es ridículo, Lincoln! ¿En serio creíste algo así sin siquiera hablar conmigo? ¡No puedo creerlo!"
Lincoln sintió un nudo formarse en su estómago. Sabía que había cometido un error, pero era difícil admitirlo frente a ella. Bajó la mirada, sintiéndose culpable por haberse dejado llevar por rumores sin fundamentos.
Lincoln (arrepentido): "Sé que debí haberte preguntado primero... pero estaba confundido, y no quería complicar las cosas si ya habías seguido adelante."
Jordan lo miró fijamente por un momento, como si tratara de decidir si estar más enojada o aliviada de que él finalmente le estuviera hablando. Dio un paso más cerca, bajando un poco la guardia.
Jordan (suavizando su tono): "Lincoln... nunca ha habido nada con Chandler. Nunca fue así. Me importas tú, no él. No te alejes de mí por algo que no es verdad."
Lincoln levantó la vista, viendo la sinceridad en los ojos de Jordan. Sabía que había metido la pata al dejarse influenciar por las palabras de Mollie, y sentía que la había herido sin razón.
Lincoln (más tranquilo): "No te culpo si no quieres tener nada que ver conmigo después de cómo me he comportado. Solo... no quería lastimarte."
Jordan lo miró en silencio por un segundo, antes de hacer algo que Lincoln no esperaba. Sin pensarlo dos veces, dio un paso más y lo besó suavemente. Lincoln se quedó inmóvil, completamente sorprendido por el gesto. Al separarse, ella lo miró directo a los ojos.
Jordan (sonriendo levemente): "Eso es todo lo contrario de lo que estoy pensando, Lincoln. Tú eres lo que quiero. No Chandler, ni nadie más."
Lincoln se quedó un momento en blanco, procesando lo que acababa de suceder. La calidez del beso todavía persistía en sus labios, y la mirada decidida de Jordan lo hizo cuestionarse todo de nuevo.
Lincoln (con una mezcla de confusión y sorpresa): "¿Por qué hiciste eso, Jordan? ¿Qué significa?"
Jordan sonrió con cierta timidez, pero su determinación seguía ahí.
Jordan: "Significa que creo que deberíamos ser algo más. Hemos pasado por tanto juntos, y he estado pensando en esto durante mucho tiempo. No podemos seguir ignorando lo que sentimos solo porque hay confusiones o rumores. Quiero que seas parte de mi vida."
Lincoln sintió que su corazón latía más rápido. Era una idea que había cruzado su mente, pero siempre había tenido miedo de dar el paso. Se pasó una mano por el cabello, tratando de encontrar las palabras adecuadas.
Lincoln (dudando): "Pero, ¿y si esto no funciona? Ya hemos estado en esta posición antes. ¿Qué pasaría si nos lastimamos?"
Jordan dio un paso más cerca, mirando a Lincoln a los ojos con sinceridad.
Jordan: "Siempre hay un riesgo, Lincoln. Pero también hay algo hermoso en esto. Lo que hemos compartido, lo que hemos sentido... no puedo ignorarlo. Creo que lo que tenemos puede ser realmente especial."
Lincoln sintió un nudo en el estómago, pero esta vez no era de miedo; era la emoción de lo que podría ser. Recordó todos los momentos en los que había estado junto a Jordan, las risas, los secretos compartidos, las dificultades que habían enfrentado. Finalmente, se dio cuenta de que no quería perder esa oportunidad.
Lincoln (decidido): "Tienes razón. No quiero perderte. No quiero dejar que los miedos me detengan esta vez."
Jordan sonrió de inmediato, su alegría iluminando la habitación.
Jordan: "¿Entonces, somos pareja?"
Lincoln sintió una oleada de alivio y felicidad.
Lincoln: "Sí, sí lo somos."
Se acercó a ella nuevamente, y esta vez fue él quien la besó, con una mezcla de emoción y expectativa. Cuando se separaron, ambos sonrieron, sabiendo que habían dado un gran paso hacia adelante.
Jordan (jugando con un mechón de su cabello): "Entonces, ¿cuál es el plan ahora, pareja?"
Lincoln se rió, sintiendo que el peso de la incertidumbre había desaparecido.
Lincoln: "Primero, hacer que Mollie sepa que no le haremos caso a sus locuras. Luego, quiero pasar más tiempo contigo. Quiero conocerte aún más."
Jordan asintió, su mirada llena de alegría.
Jordan: "Eso suena perfecto."
Ambos sabían que era solo el comienzo, pero en ese momento, todo lo que importaba era que estaban juntos y dispuestos a enfrentar lo que viniera.
Fin del capitulo
Se acabo, no hay mucho que decir pero bueno aca se los dejo chau
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