𝓓𝓾𝓻𝓪𝓷𝓽𝓮 𝓶𝓲 𝓹𝓻𝓲𝓶𝓮𝓻𝓪 𝓬𝓸𝓷𝓯𝓮𝓼𝓲𝓸𝓷...
【 AVISOS 】
Mis bellxs Makis, este capítulo es JinNam, no hay contenido +18 solo mención, pero se aclara nuevamente que en estos shots Jin será top/activo. Tomen todo en cuenta antes de continuar con la lectura.
Diciembre del 2009
[Nuestra primera nevada antes de nuestra despedida]
Estar sentado ya no era una opción por ello se puso de pie y camino de un lado a otro... después de cinco segundos volvió a tomar asiento.
Ciertamente la paciencia no era su mejor virtud.
Volvió a pasar su mirada por los alrededores de las gradas de la cancha de baloncesto esperando por el alto chico de cabello castaño y gafas que siempre aparecía a esa hora con un libro entre sus manos. Era simplemente relajante verlo tan inmerso entre las letras sobre el papel y se divertía observando las variadas expresiones que recorrían el concentrado rostro, sobretodo la bonita sonrisa acompañada de hoyuelos.
Sus amigos no dejaban de molestarlo por estar enamorado de Kim Namjoon, el amante de los libros que no se enteraba de nad más a su alrededor, pero en el corazón no se manda y cuando menos lo pensó se encontraba escabulléndose a la biblioteca o a la cancha de baloncesto para poder observar más de cerca a su compañero de clases.
Se conocían desde casi tres años atrás y podía contar con los dedos de una mano las veces que habían mantenido una conversación que no tuviera que ser algo de la clase o no fueran saludos..., ¡y le seguía sobrando un dedo!. La primera vez fue cuando el menor le pidió intercambiar lugares por su mala vista, la segunda cuando estuvieron en el mismo pasillo de la biblioteca y aparentemente él se interponía entre el castaño y el libro que le interesaba, la tercera y la cuarta vez que intercambiaron algún tipo de diálogo fueron en clase de gimnasia cuando el contrario se disculpaba profundamente por golpearlo con el balón y con su zapato tenis, aun se preguntaba como había pasado el último accidente.
Desde que se dio cuenta de sus sentimientos había estado bien solo observando de lejos, pero cada día eran más sus ganas de conversar con Namjoon y cada vez eran menos la paciencia de sus amigos cuando el solo hablaba una y otra vez acerca del castaño.
Así que finalmente llegó el día en que haría algo más que estar a la distancia observando. Le confesaría sus sentimientos y le pediría que fuera su novio.
Ya había planeado la conversación en su mente, incluso la había escrito en la última página de su cuaderno de matemáticas, y sinceramente nunca había sentido más vergüenza que cuando el profesor Jung le regreso la libreta con una sonrisa y varios consejos para mejorar su confesión. Esa mañana se había cambiado de ropa una y otra vez, había ondulado su cabello y rocío por toda su ropa perfume que había tomado del tocador de su padre. Esta vez nada podía fallar, después de seis intentos ya había contemplado, en su mente, varias inesperadas situaciones y tenía la mejor oportunidad en ese mismo instante, según sus amigos.
Volvió a voltear alrededor con los nervios estallando en su pecho al reconocer a la distancia la desordenada cabellera castaña y el torpe andar. Espero por un par de segundos mientras el menor se sentaba en una posición cómoda en las gradas más bajas y se acercó lentamente esperando que su valentía volviera antes de bajar el último escalón.
Namjoon al parecer no se da cuenta de lo fuerte que latía su corazón y lo acelerado que su pulso se había vuelto, él seguía con la mirada fija en el libro entre sus manos, lo cual fue bueno pues le dio tiempo de tomar una profunda respiración antes de plantar una sonrisa en su rostro.
— Hola Namjoonie — se felicitó mentalmente por lograr que su voz no temblara.
El castaño levantó la vista desconcertado hasta que sus miradas chocaron y sustituyó su mueca por una sonrisa de labios apretados que marcó el par de bonitos hoyuelos.
Bien, tal vez Yoongi había estado en lo cierto cuando dijo que llevara un desfibrilador, apenas había saludado al menor y su corazón ya amenazaba con detenerse. Quizás era mejor mandarle un mensaje a su amigo y pedirle una ambulancia.
— Jin-hyung, ¿qué sucede? ¿Adelantarán la siguiente clase?
— No — respondió tomando asiento a un lado de menor y tratando de contener una sonrisa cuando la decepción fue evidente en el rostro contrario por su respuesta.
— ¿Alguien me busca?
— Yo estaba esperándote en realidad... hay algo que quiero hablar contigo.
La confusión era evidente y se veía absolutamente adorable la manera en que trataba de encontrar una explicación en su mente.
— ¿Conmigo?
— Si.
Recordando su detallado plan le dio al menor una sonrisa coqueta, o lo que a su parecer era una sonrisa coqueta, todos los músculos de su cara se sentían entumecidos por los nervios y no era capaz de asegurar que clase de mueca estaba haciendo. Sin embargo sus intentos parecían ser nulos pues los ojos alargados de Namjoon estaban en el suelo y no en su rostro.
— ¡Oh! — Se sobresalto por el pequeño grito de entusiasmo que dio el menor. — Necesitas ayuda con el siguiente examen de inglés verdad? — Mentalmente se dijo que tenía que volver con urgencia a su plan y recordar como iniciar la conversación que realmente quería tener, pero las siguientes palabras de Namjoon volvieron su curiosidad en su contra. — Supongo que ese día lo último que quieres es preocuparte por el examen.
— ¿Qué día?
— Tu cumpleaños.
— ¿Sabes cuando es mi cumpleaños? — sus ojos no podían estar más abiertos, Namjoon sabía que palabras decir para acelerar su corazón, a pesar de que no tuviera ni idea.
— Claro que si. Dos días al año recibes demasiadas rosas y chocolates de chicas de todas las clases y todos los grados; el día de San Valentín y el día de tu cumpleaños.
Oh, por eso sabes.
— Cierto — dijo un poco avergonzado —, supongo que algo así no pasa desapercibido.
— No puede pasar desapercibido, esos días el salón se siente como si estuviéramos al aire libre y en una dulcería al mismo tiempo. — ¿Acaso no había algún tipo de multa por mostrar esos hoyuelos y casi matarlo de un paro cardíaco? — Y realmente me gustaría ayudarte hyung pero mi familia y yo saldremos de la ciudad mañana para ir a cuidar de mi abuela que esta enferma, por eso en un rato presentaré los exámenes faltantes antes de las vacaciones de invierno.
— ¿Te vas mañana? — la decepción en su voz era evidente, aunque el menor parecía ajeno sus sentimientos
— Si, mis padres vinieron en la mañana a pedir mi permiso de ausencia temporal. Lamento no poder ayudarte a estudiar Jin-hyung.
Bueno, quizás ya no vería a Namjoon hasta que las vacaciones de invierno terminaran así que tenía que confesarse en ese instante. Tomó una respiración y se preparo mentalmente para mantener su voz estable, aunque era un poco difícil concentrarse cuando estaban tan cerca.
— En realidad, yo-
— ¡Oh! ¡Hyung mira afuera!
El menor señalaba con entusiasmo las puertas transparentes que dejaban ver el exterior, no se encontraban muy lejos de ellas y al igual que el castaño, recorrió la corta distancia para observar más de cerca los pequeños copos blancos que estaban comenzando a salpicar el suelo en el exterior.
— ¡Hyung es la primera nevada del año!
Ver la gran sonrisa limitada por el par de bonitos hoyuelos hizo puré su cerebro. Sólo pudo observar atentamente el entusiasmo que brillaba en los ojos color chocolate mientras su corazón golpeaba con fuerza en su pecho.
Los labios delgados se movieron rápidamente con palabras que su mente no logró descifrar y solo después de unos cortos movimientos de la mano contraria el menor salió del edificio llevándose su oportunidad de confesarse antes de las vacaciones.
Se sentía como el más grande bobo por quedarse solo babeando, mentalmente, en lugar de recurrir a toda la valentía que no poseía para darle salida a sus sentimientos frente al bonito castaño. Solo una sonrisa hermosa y su cerebro era inútil.
A ese paso se graduaría de la universidad antes de lograr ser novio de Namjoon.
Diciembre del 2019
[Nuestra primera nevada al reencontrarnos]
Se miró una vez más en el espejo de cuerpo completo asegurándose que sus ropas formales no tuvieran ninguna arruga antes de colocarse el abrigo y tomar todo lo necesario para su pronta reunión.
Después de diez años, unos excompañeros se encargaron de contactar a todos con quienes había compartido sus años de preparatoria para reunirse en un restaurante con el propósito de ponerse al corriente con las vidas de los demás y recordar viejos tiempos.
¿Estaba feliz de ver algunos rostros que no veía en muchos años? Si.
¿Estaba entusiasmado de hablar de lo que había logrado en los últimos diez años desde que se había graduado de la preparatoria? Si.
¿Estaba listo para ver a Namjoon después de tanto tiempo? ... Si... Bueno..., tal vez.
Nunca había logrado confesarse ante el menor. Después de las vacaciones de invierno la preparación para los exámenes de la universidad habían agotado cada segundo libre de sus días, las clases, los profesores y las tutorías, fueron cada vez más exigentes tratando de prepararlos para que accedieron a la universidad de su elección.
Cuando finalmente habían logrado pasar por todo el caos del último curso, la graduación estaba a unos pocos días y había creado un nuevo plan para confesarse, que terminó con el pidiendo una foto con el castaño en lugar de hacerle saber su sentir.
Tomó su celular y mando un mensaje para avisarle a su amigo Yoongi, el único con el que había seguido en contacto, que ya se dirigía hacia el lugar acordado para la reunión y después observó una vez más la fotografía en su escritorio.
Desde que se había enterado de la reunión y la confirmación de la asistencia de Namjoon, volvió a pensar en aquellos días y como su joven corazón se había acelerado con cada gesto del entonces castaño. Había salido con algunos chicos y tuvo dos novios oficiales en esos últimos diez años, pero sinceramente su ritmo cardíaco nunca había fluctuado por ninguno de ellos.
No era tan ingenuo para creer que después de todo ese tiempo sin saber el uno del otro seguía enamorado de Kim Namjoon, pero si estaba un poco entusiasmado por saber que había sido de su primer enamoramiento. Tenía ganas de saber si se había vuelto mucho más alto, si aún llevaba un libro consigo en todo momento y sobre todo si su sonrisa seguía igual de bonita y sincera.
Le sonrió una vez más a esas miniaturas inanimadas de dos jóvenes castaños que se abrazaban como si hubieran sido amigos de toda la vida cuando sabía a ciencia cierta que entre ellos pocas veces habían hablado y que en ese instante, en cuanto la foto fue capturada, su yo más joven sentía una emoción enorme por tener el brazo del menor rodeando sus hombros.
Realmente tenía curiosidad por la respuesta que el menor le hubiera dado de haber logrado revelar sus sentimientos, pero aún seguía siendo un cobarde a la hora de enfrentarse con situaciones serias. No quedaba de otra que vivir con la duda lo que le restaba de vida porque el jamás revelaría que no pudo hacer una simple confesión a su primer amor.
— ❄ —
— Creí que habías dicho que si vendría. — le susurró a Yoongi.
— Pues eso pusieron en el chat, como iba a saber yo que a último momento se acobardaría. ¿Qué quieres? ¿Qué vaya hasta su casa, toque su puerta y lo traiga a la fuerza solo porque quieres verlo? — Había días en los que realmente odiaba el tono sarcástico y burlón de su amigo. — Mejor busca sus redes sociales y consigue una foto estoy muy cómodo como para ir en una búsqueda a estas horas.
Suspiró con un poco de pesar al saber que ese no era el día en que volvería a ver a Kim Namjoon. Volvió su atención a la conversación que había alrededor de la mesa y le sonrió a su antigua compañera, Hyun-ah, por la que parecía que no habían pasado los años, lo estaba haciendo por amabilidad realmente no esperaba llamar la atención sobre él, pero la pelinegra no entendió sus intenciones.
— Jin-oppa, por favor, finalmente tienes que revelarnos de quien estabas tan enamorado que rechazaste todas las confesiones que recibiste en ese entonces.
La atención de todos en la mesa ahora estaba sobre él y eso era el último tema del que quería hablar. Por debajo de la mesa golpeó con su rodilla la pierna de Yoongi tratando de buscar la ayuda de su amigo para que lo salvará, sin embargo la malvada sonrisa que este le dio en respuesta le dijo que estaba disfrutando el rumbo de la conversación.
Tenía que fingir que iba al baño y con suerte al volver los presentes se hayan olvidado del tema, pero fue alguien más quien lo salvó.
— Lamento llegar tan tarde — dijo una voz rasposa y baja que reconoció a pesar del tiempo —, ayer tuve que ir a Seúl por trabajo y acabo de volver hace un momento a Gwangcheon.
Tomó mucho esfuerzo de su parte para obligarse a dar solo un vistazo rápido sin que la curiosidad se mostrará en su rostro por ver como Namjoon había cambiado en los últimos diez años. Claro que a lo largo de la noche robaría pequeños vistazos del castaño y le seria fácil tomando en cuenta que el menor terminó sentándose frente a él.
— No te preocupes Namjoon-ah, la noche es larga y aun tenemos tiempo de ponernos al corriente. — La sonrisa malvada de Yoongi solo se ensancho después de dirigirle una rápida mirada. — De hecho, Jin estaba a punto de revelar su amor platónico de la preparatoria.
Yoongi es malvado, es como el diablo mismo. Quizás debería de conseguir un nuevo mejor amigo.
— Eso todos lo sabíamos — giró demasiado rápido su cara para escuchar la respuesta de Namjoon, su corazón ya estaba aumentando un poco su ritmo cardíaco —, Jin-hyung nunca tuvo un amor platónico. Siempre ha sido muy guapo y seguro, si a él le gustaba alguien solo tenía que decirlo en voz alta y no habría necesidad de que hyung se confesara.
No esperaba esa respuesta, sobretodo no sabía que así era como el menor lo veía. ¿Seguro de sí mismo en ese entonces? ¿Él? ¡Ja, si claro! Eso era lo que quería que creyeran, ahora sin duda tenía mayor autoestima, pero le había costado trabajo lograrlo, aunque se sintió bien que Namjoon lo llamara guapo y ya que dijo "Siempre ha sido...", significa que aún lo consideraba de esa manera.
— ¿Eso crees Namjoonie?
Con Yoongi de amigo prefería tener diez enemigos.
— Claro que si — respondió de inmediato el menor, sin vacilar ni un segundo de lo que decía —. En cuanto la persona se hubiera enterado que le gustaba a Jin-hyung, ella misma habría corrido a confesarse.
— ¿Incluso tu Namjoon-ah?
Ya esta, tendría que conseguir una pala para enterrar a su mejor amigo. Lo iba a extrañar, o al menos su comida.
Retorció sus dedos por debajo de la mesa y veía con fingido interés su cerveza mientras su respiración se detenía a la espera de la respuesta de Namjoon.
— Esa pregunta no tiene sentido, a hyung no le gustaba yo. Apenas y hablamos durante nuestros años como compañeros.
— ¿Pero si ese hubiera sido el caso-
— Yoongi-hyung, no sigas insistiendo — interrumpió el menor con una sonrisa de hoyuelos, tan bonita —. Es obvio que quieres molestar a Jin-hyung y yo no te voy a ayudar, mejor pónganme al corriente de lo que han hablado.
¿Evito la pregunta porque no buscaba pelea o porque no quería rechazarme frente a todos?
Sacudió la repentina pregunta en su mente, Namjoon no podría rechazarlo porque ni siquiera sabía sobre sus sentimientos, obviamente el menor seguía siendo cortés y de buen corazón al igual que cuando era más joven.
Y ahora era aún más apuesto.
Namjoon siempre había sido delgado, pero ahora músculos estaban muy bien asentados en los lugares correctos, el suéter azul marino que portaba se ceñía en el amplio pecho y alrededor de los bíceps que se engrosan con los ligeros movimientos del castaño cuando tomaba su bebida. El corte de cabello era más corto que en sus días de adolescente pero solo le añadía masculinidad al rostro.
Y esas proporciones. Namjoon podría ser modelo sin problema alguno, con sus largas piernas, cara pequeña y esbelto cuerpo.
— Si comienzas a babear sobre mi, te tiraré de tu asiento — susurró el pelinegro a su lado.
Realmente necesitaba pensar detenidamente el porque había conservado a ese molesto ser como mejor amigo. Se lamentó mentalmente con la voz rasposa de Namjoon de fondo mientras seguía vaciando vaso tras vaso de cerveza y la temperatura seguía en aumento.
— Claro, el gruñón me abandona aquí a mi suerte... Aunque yo dije que aún no quería irme... ¿Por qué lo defiendo? Sigue siendo un mal amigo por abandonarme...
— ¿Quieres que te lleve a tu casa Jin-hyung?
Parpadeo hacia la copa con líquido ámbar en su mano y pronto desecho la idea de que está le hubiera hablado, después encontró con su mirada al joven barman que estaba detrás de la barra pero este estaba ignorándolo mientras atendía a otros cuantos de sus excompañeros que estaban un poco más lejos en la barra. Él había estado listo para regresar a su departamento cuando salieron del restaurante pero no había podido resistir acompañarlos al bar cuando Namjoon aceptó la invitación que Hyun-ah les había hecho a todos.
Aunque realmente no había tenido oportunidad, valor, de acercarse al menor e iniciar una conversación real, solo se había sentado en el lugar más apartado de la barra para seguir bebiendo.
— Hyung, ¿me escuchaste?
Giró rápidamente su cabeza y al instante se arrepintió por el enorme dolor de cabeza que lo asaltó. Presionó las palmas de sus manos contra sus sienes pero el bar no dejó de tambalearse frente a él, afortunadamente estaba sentado.
— ¿Hyung?
Los ojos color chocolate de Namjoon aparecieron tan cerca de su rostro que se aparto rápidamente, o trató porque sus movimientos fueron más parecidos a los de un perezoso.
La mirada interrogante de Namjoon estaba a la espera de una respuesta de su parte, pero su mente estaba en blanco mientras sus ojos bebían lo bien que la camisa blanca se estiraba sobre el pecho y los brazos del castaño, la mayoría había precedido de los gruesos abrigos y los suéteres cálidos cuando el alcohol hizo su trabajo y se alegraba de eso ahora que podía ver la piel contrastando bellamente con la vestimenta completamente blanca.
No tenía ni idea de cómo actuar ahora que al fin estaban cara a cara y su nublada mente no estaba ayudando en absoluto. Sin saber dónde poner sus manos volvió a tomar su copa pero está le fue arrebatada de un movimiento muy veloz, o al menos eso le pareció a sus lentos movimientos.
— Ya no deberías de beber. Te llevare a casa hyung.
Su saco fue puesto sobre sus hombros y momentos después estaba en el auto de Namjoon tratando de dar indicaciones sin que el sueño le ganara, fue difícil cuando sus párpados se sentían tan pesados pero de alguna manera logró mantener los ojos abiertos hasta que el menor estacionó su auto frente al edificio de departamentos donde vivía.
— Gracias por traerme.
— De nada Jin-hyung.
Trato de decir un comentario gracioso pero realmente era inútil pensar en esos momentos cuando estaba tan ebrio. — Será mejor que vuelvas pronto, parece a punto de nevar.
— Me iré una vez que entre hyung, no quiero que caíga desmayado en la acera una vez que arranque el auto.
Otra vez esa bonita y maldita sonrisa de hoyuelos.
Asintió bobamente pero su mano no trato de abrir la puerta. Se quedaron en silencio con solo las luces de la calle iluminando tenuemente el interior del auto. Pudieron haber pasado varios minutos, pero el menor no dijo nada al respecto y el se alegro y confundió por no ser echado.
— De nuevo hyung esta desperdiciando su primera nevada del año conmigo.
— ¿Eh?
Buscó en el rostro del menor tratando de alejar la bruma en su mente para poner atención a las palabras contrarias pero esa sonrisa torcida distraía mucho.
— La primera nevada del año debería de pasarla con la persona que le gusta a hyung — el menor señaló hacia el parabrisas donde los pequeños copos blancos comenzaban a defender lentamente — y esta es la segunda vez que estamos juntos cuando inicia.
— Entonces definitivamente estoy en el lugar correcto. — Las palabras escaparon de sus labios y aunque podía sentir el calor extendiéndose en sus rostro siguió hablando. — Hace diez años también estaba en el lugar correcto considerando que estaba en el gimnasio tratando de confesarte mis sentimientos. — Wow, el alcohol si que da valor. Se arrepentiría por ese momento, pero aún le quedaba tiempo antes de eso, así que justo en ese instante desbordaría todos sus pensamientos sin inhibiciones. — Estuve enamorado de ti por años y nunca fui capaz de declararme, y fue tu culpa por no darte cuenta de nada a demás de tus libros.
— Lo siento hyung.
— ¿Por qué te disculpas? Tu no tienes la culpa.
— Pero hyung acaba de decir que fue-
— Shhhh... No Namjoonie~, fue mi culpa por no ser más valiente... y tu culpa por no darte cuenta... aunque eso no era tu culpa...
Notaba la confusión en el rostro del castaño, el mismo estaba demasiado confundido pero lidiaría con sus palabras sin sentido después. En ese mismo instante estaba muy mareado para llevar una conversación correctamente así que mejor hacia algo tenía ganas de hacer desde años atrás, no había mejor momento que cuando se estaba ebrio para hacer un movimiento muy, muy tonto.
Y lo hizo. Jaló con fuerza del abrigo de Namjoon hasta que sus labios pudieron encontrar con contrarios en un beso muy lento mientras la nieve seguía acumulándose alrededor y encima del auto.
Diciembre del 2024
[Nuestra primera nevada, nuestro momento especial]
— ¡Nam, despierta! ¡Está nevando! — Volteó hacia la cama donde su perezoso novio trataba de abrir los ojos, fallando miserablemente. — Nam, vamos siempre vemos la primera nevada del año juntos.
— Pero estoy cansado hyung — un puchero apareció en los labios gruesos del menor y después un sonrojo pintó las mejillas —... Y el trasero aún me duele. — Sonrió por lo último recordando exactamente por qué su novio estaba adolorido y no se arrepentía de haber sido él el causante. — ¿No puedes acostarte a mi lado y vemos la nieve desde aquí?
¿Cómo negarle algo a esa sonrisa de hoyuelos?
Abrió las cortinas en su totalidad y corrió a acurrucarse con su novio debajo de las cobijas calentitas hasta que los dos estaban en una posición cómoda viendo como la nieve blanca caía al otro lado de la ventana, esos brazos gruesos de su castaño siempre eran el mejor lugar para acostarse.
— Te amo mi Nam de sonrisa bonita.
— Y yo te amo mi hyung borracho que se aprovecho de mi y me robó un beso.
— Sabes que te encantó ese beso.
Ambos sonrieron de aquel recuerdo de cinco años atrás que había comenzado su noviazgo, claro después de limpiar el vomito del auto.
— Pero hyung, sigo creyendo que es mi culpa, quizás deberías de darme otro beso por hacerte esperar tantos años.
— Eso será un placer.
Se giró entre los fuertes brazos y capturo los cálidos labios en un beso suave y lento, con la primera nevada del año como testigo de su amor.
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