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03

JiMin baja de la mesa con un brinquito, se arrodilló delante de YoonGi y lo mira fijamente mientras toma su pantalón y ropa interior para quitárselos. El mayor coopera quitándose las botas y los calcetines, también se deshace de su camisa y chamarra, dejando todas las prendas regadas en el piso.

—Quiero probarte.— dice JiMin, tomando el miembro entre sus manitas y dando el primer lengüetazo en el sensible glande.

—Puedes hacerlo.— concede YoonGi, tomándole por la nuca y enredando sus dedos en los cabellos castaños para llevar el control del oral.

JiMin sonríe emocionado, succiona la cabeza un poco, delinea cada vena con adoración y juguetea con su lengua en cada uno de los piercings. Luego se lo introduce a la boca con cuidado para saborearlo, ahueca sus mejillas y mueve su cabeza lentamente para no lastimarse y tampoco al contrario.

YoonGi jadea, presiona el agarre y echa su cabeza hacia atrás solo unos segundos por el éxtasis de sentir los pomposos labios rodeándolo con su calidez. No quiere perderse la perfecta imagen que tiene por ni un solo segundo, con su chico entre las piernas, de rodillas y mamándole la verga fuertemente.

—Tan bueno~.— gruñe.

JiMin se aleja para respirar, su mentón decorado por varios hilos de baba y las mejillas sonrojadas, satisfecho de poder degustar a YoonGi. Se pone de pie, regresa a la mesa de metal y se sube encima para abrir sus piernas de par en par.

Dirige una sus manos hacia su culo lubricado y sensible por el reciente juego previo con el baguette, abre sus mejillas restirando su piel y le muestra al mayor como su ano se contrae, rogando por él.

—Te gusta tentarme, ¿No es así?— cuestiona YoonGi, acercándose y posicionándose entre sus esculturales piernas, le nalguea el culo como castigo.

JiMin suelta un gritito, asiente eufóricamente y mira las vasijitas de plástico y bandejas de metal que tiene a sus espaldas. Antes de que YoonGi llegara, de que lo viera con la intención de venir a su negocio, estaba preparando algunas donas y galletitas, por lo que había algunos ingredientes sobre la mesa.

—¿Quieres jugar un poco conmigo?— pregunta mirando el azúcar, las chispas de chocolate, el relleno de vainilla y el glaseado de chocolate.

YoonGi fija sus ojos donde los de él, no tarda en captar el mensaje, ya no es tan difícil ahora que ha conocido al verdadero JiMin. Además, acababa de verlo masturbándose con un pan, no había que ser tan inteligente para saber que tenía un claro fetiche con la comida y quizás muchos otros más.

—¿Está bien si ensuciamos un poco?— duda y recibe una negativa por el castaño, así que él asiente de acuerdo con sus deseos.

JiMin arrastra todos los ingredientes para tenerlos a su lado y disposición, hunde su dedo en el relleno de vainilla, lo lleva hacia su boca y lo chupa con morbo, dejando un poco en sus labios. YoonGi se alza sobre él para lamerle los restos, se acomoda mejor entre sus piernas y desliza sus manos hacia sus muslos para apretarlos ligeramente.

El proceso se repite varias veces, pero JiMin cambia las zonas, yendo de su boca hacia su cuello, clavículas, pezones, abdomen y finalmente su miembro. Había estado intercalando los ingredientes para darle variedad a YoonGi, por lo que su pequeño pene ahora se encontraba bañado en glaseado de chocolate.

YoonGi lo empujo con la palma de su mano para que se recostara un poco y se inclinó, para esta vez ser él quien le diera una mamada, limpiando y disfrutando. JiMin no le tomó por la nuca, en su lugar lo dejó ir a su ritmo y prefirió estimular sus propios pezones, tirando de los aritos que tenía perforados.

—Mgh~.— gimoteo, retorciéndose cuando YoonGi se introdujo todo su miembro en la boca y dejó pequeñas mordiditas.

JiMin pellizco sus pechitos y mordió su labio inferior con fuerza, dejándose llevar por el placer que el pelinegro le estaba proporcionando, luchaba por mantener sus piernas abiertas.

YoonGi se apartó, lo masturbo un poco y le acarició la entrada con dos dedos para ver si estaba suficientemente preparado. Cuando vio que podía introducir tres dedos fácilmente, observó los ingredientes a su disposición y una loca idea pasó por su mente.

—Me gustan las galletas con chispas de chocolate.— comentó divertido.

—Puedo prepararte algunas, la masa está justo aquí atrás.— señala JiMin, mirando sobre su hombro dicha vasija.

YoonGi asiente —Me parece bien, pero esta vez quiero participar en su preparación.— aclara tomando un puñado de chispas bajo la atenta mirada del castañito —Tú pondrás las chispas y yo la leche.

JiMin alza ambas cejas al entender lo que quiere, asiente y se abre lo mejor posible de piernas para que le introduzca las chispas en el culo. YoonGi lo hace metiendo dos puñados más, atiborrando su interior cuanto puede y finalmente colocando su punta en la entrada para evitar que las expulse.

—Esto es mejor de lo que fantasee.— jadea JiMin con felicidad genuina.

Claro que había estado pensando en este momento con antelación, se masturbó incontables veces pensando en YoonGi y en cada una de ellas esperaba que hubiera esta clase de juegos. Aunque creía que no pasaría, que el chico al ser tan tímido no cooperaría y simplemente saldría espantado por su particular gusto sexual, pero esta era una grata sorpresa.

—Me encargaré de satisfacer todas las que tengas.— asegura YoonGi sin vacilar, introduciéndose en su interior de un solo golpe.

JiMin deja salir todo el aire que tenía en sus pulmones, le rodea el cuello con sus brazos y se sostiene temblorosamente. Es demasiado grande y grueso, eso junto a las chispas y los piercings empujándose contra sus paredes lo marean.

YoonGi se encuentra bastante contento de tenerlo así, lo toma por el culo y comienza a penetrarlo sin piedad, duro y fuerte. Se lo folla descontroladamente, dándole nalgadas cada que puede, importándole poco que le dejó el culo rojo y maltratado.

—¡Yoon~! — grita, presionando sus ojos con fuerza.

JiMin balbucea incoherencias, se retuerce y arquea, la sensación de los piercings en su interior y las chispas de chocolate no le permiten pensar. Su pequeño miembro está a punto de explotar, totalmente duro, rojo y húmedo, intenta estimularse, pero el mayor no lo deja.

—Sin tocar.— ordena YoonGi, dándole una palmada en la manita y alejándolo para descender por su cuello hacia sus pezones.

—Lo n-necesito.— ruega JiMin sollozando.

YoonGi lo escucha, pero no se detiene, continúa moviéndose con la misma intensidad y muerde sus pechitos. Tira de los aros en sus pezones, deja algunos chupones en su perlada piel y vuelve a subir para besarlo.

JiMin corresponde ansiosamente, ya se encuentra llorando de placer y empeora cuando YoonGi lo tomó violentamente por el cuello para ahorcarlo. La sensación de asfixia, la falta de aire y la ferocidad del encuentro lo ponen mucho más cachondo, quiere tocarse y acabar, pero no desea molestar al mayor.

—Tan bonito.— comienza a decir YoonGi contra su boca —Tan dulce.— agrega, mordiéndole el labio superior —Tan mío~.— finaliza enterrándose con fuerza.

JiMin siente el espeso y caliente semen llenando su interior, se viene al mismo tiempo, vitorea los ojos y saca la lengua en busca de aire. El pelinegro no ha dejado de tomarlo por el cuello y eso dificulta más su respiración, pero prolonga el éxtasis de su orgasmo.

YoonGi arremete tres veces más, se mantiene dentro, suelta su agarre y acaricia las marcas rojizas que ha provocado. Le besa la frente, las mejillas, la nariz, los labios y el cuello, intentando aliviar el posible dolor que causó por su brutalidad.

—Eso fue genial.— confiesa JiMin, jadeando y respirando mucho mejor.

—Lo fue.— afirma YoonGi, acariciándole el rostro y el cabello con adoración.

JiMin se deja al tacto, relajándose por la ternura, siente que el pene en su interior comienza a tornarse flácido y estira su brazo para alcanzar la vasija con la masa de galletas. YoonGi la recibe en una de sus manos y sale de él mientras evita que derrame el contenido que tiene dentro con la otra mano que está libre, coloca la vasija delante de su rojizo culo.

—Pediste galletas con chispas de chocolates.— dice JiMin amablemente.

YoonGi se relame los labios y asiente, quita su mano para que pueda pujar y JiMin lo hace. Las chispas de chocolate y el semen salen de a poco, bañando la mezcla de galletas.

—Ahora hay que darles forma y encargarnos de las donas.— señala, poniéndose de pie, sus piernas tiemblan y YoonGi lo sostiene por la cintura.

—Deja que te ayude.

JiMin asiente —Toma el glaseado de chocolate, por favor.— pide.

YoonGi obedece, mira como JiMin hunde un lado de las donas en la vasija y luego recolecta su propio semen, el que tiene en el vientre por su reciente orgasmo. Cuando termina de decorar, moldea las galletas, acomoda todo en las bandejas de metal y las lleva al horno con bastante normalidad, como si no hubiese agregado semen y follado mientras las preparaba.

—Por algo se llama Sweet Cookies~.— canturrea JiMin sonriéndole extensamente y mostrándole esa adorable expresión que lo enloquece.

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