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𝘾𝙖𝙥𝙞́𝙩𝙪𝙡𝙤 𝟬

DESCARGO DE RESPONSABILIDAD, TODOS LOS PERSONAJES, IMÁGENES Y VÍDEOS QUE APARECEN PERTENECEN A SUS RESPECTIVOS CREADORES, SIN NADA MÁS QUE DECIR DISFRUTEN EL CAPÍTULO

Muchos años, el guerrero Son Goku junto a sus amigos defendieron el universo de innumerables amenazas, y aunque alguna veces no salían bien parados, siempre lograban arreglarlo gracias a la ayuda de las Esferas del Dragón, objetos mágicos que podían cumplir cualquier deseo, pero todo cambió cuando las mismas, que siempre los ayudaron, fueron corrompidas por su excesivo uso, provocando el nacimiento de la mayor amenaza del Universo, los Dragones malignos, aunque al final de todo, los guerreros de la Tierra volvieron a triunfar, con un gran precio, Goku tendría que partir con Shenlong para nunca volver, convirtiéndose en el guardián de las Esferas del Dragón. 

Así pasaron 5 largos años, donde nuestros héroes vivían sus vidas tranquilamente, disfrutando de la nueva era de paz, pero desafortunadamente, un nuevo enemigo iba a aparecer y esta vez no estará Son Goku para ayudarlos.

AÑO 763

Su dura batalla en contra del saiyajin había concluido, y a pesar de todos sus esfuerzos de acabarlo, todo terminó en un rotundo fracaso, ahora se encontraba en una cámara de rehabilitación, recordando continuamente su humillante derrota mientras que de fondo lograba escuchar a su padre intentado encontrar una explicación sobre el estado tan lamentable en el que se encuentra.

— ¡¿Qué significa esto?! ... ¡¿Cómo un simple saiyajin pudo hacerle esto a Freezer?! - bramó con furia, mientras maldecía con todo su ser al desgraciado que se atrevió a dejar en esas pésimas condiciones a su hijo

— Esto es patético. -habló en este instante una mujer, mirando con seriedad y repugnancia la cámara de rehabilitación donde se encontraba el emperador del mal 

— ¡Esto no va a quedar así, yo mismo mataré a ese sucio mono, se arrepentirá de derrotar a un demonio del frío! -dijo apretando con más fuerza sus puños

— Un hijo es inútil si no es el número uno del universo. -bufó con decepción, al mismo tiempo que se retiraba del lugar, mientras que en sus pensamientos rondaba la idea de conocer a tal guerrero que pudo derrotar a Freezer, ya que podría servirle para su conquista del universo, pero sería sacada de sus pensamientos por unos fuertes gritos

— ¡Rápido preparen la nave¡ -clamó con fuerza para que todos en la nave lo escucharan 

— Mierda, debo encontrar a ese saiyajin antes de que lo haga Cold, no puedo arriesgarme. -se dijo en su mente — ¡Prepárenme una nave, voy a despegar inmediatamente! -ordenó a un soldado que asintió rápidamente — Pronto te conoceré Son Goku...

ACTUALIDAD(Año 795) 

Respiraba agitadamente, a la vez que las gotas de sudor recorrían su herido rostro producto de la batalla que estaba teniendo, al instante se cubriría de una patada propinada por su contrincante que lo mandaría a retroceder unos cuantos metros, eso lo molestó haciendo que responda al ataque conectando un fuerte puñetazo al rostro de su adversario, logrando que este se estrellase contra el suelo, provocando un cráter.  

— Será mejor que no te contengas Gohan, si sigues así solo harás el ridículo. -habló con notable molestia en su voz

Al instante, una estela dorada se elevaría  a una gran velocidad, dejándose mostrar a una persona, la cual sería Gohan, quien se hallaba con heridas por todo su cuerpo. 

—  Señor Vegeta, usted sabe la razón por la cual lo hago, no quiero que nuestra pelea cause destrozo en las ciudades cercanas. 

—  Recuerda quien me pidió a mí para entrenar, y así son mis entrenamientos, además si sigues con actitud no lograrás cumplir la promesa que hiciste tras la partida de Kakarotto. -aseveró el ahora conocido como Vegeta 

No podía contradecirle ya que el príncipe tenia la total razón, después de que su padre se marchara, él hizo la promesa de volver a entrenar por si alguna futura amenaza llegase a aparecer, obviamente sin dejar su trabajo, pero no tuvo mucha suerte , ya que no tenía con quien entrenar y casi siempre terminaba entrenando solo. Goten y Trunks siempre se negaban, por otro lado no podía interrumpir los estudios de Pan, y Uub se había convertido en un superhéroe como lo fue él cuando era el Gran Saiyaman, aunque de vez en cuando llegaban a entrenar juntos, por eso, la única opción si quería hacerse fuerte era Vegeta.

— Veo por tu rostro que por fin entiendes, ahora dejemos esas tonterías de lado y atácame con todo lo que tengas. -terminó de decir ya fastidiado por la situación 

— Bien, creo que no tengo opción, solo espero no causar muchos problemas. -se dijo en su cabeza para después dar un grito y empezar a expulsar su poder, creando potentes ráfagas de aire que destruían el lugar

Al pasar unos segundos, la fuerte ventisca desapareció y el viento volvió a la normalidad, en ese instante, solo se lograba visualizar una intensa aura dorada que se movía bruscamente, y una gran cabellera de igual color, además su mirada se había afilado, dando la señal que Gohan se transformó en Super Saiyan 3 , símbolo que en este momento iría con todo en la batalla.

Al ver esto, solo daría una ligera sonrisa, había hecho bien en aceptar la petición, ya que ahora podrá entrenar con alguien que lo ayudará en incrementar mucho más sus poderes, y quien más que el hijo de su rival, encima ahora podría aprovechar los entrenamientos para explotar todo el potencial que posee el híbrido y así convertirlo en el guerrero que siempre debió ser. 

— Je, ¡esto es lo que estaba buscando! -anunció con voz alta para también pasar al tercer nivel, pero esta vez sin causar destrucción alguna al tener medianamente dominada la transformación 

— ¡Ahora ven y pelea, y esta vez no quiero que te contengas! 

Sin decir nada, Gohan salió disparado en un estallido de velocidad intentando conectar una patada a Vegeta, sin embargo este logró esquivarlo con algo de dificultad, pero no acabó ahí, ya que volvería a atacar ahora con un rodillazo aunque sería detenido por la mano del príncipe, quien le propinó un duro golpe en el mentón seguido de un codazo que mandaría al híbrido a estrellarse con una columna de rocas, aunque saldría rápidamente solo para ser recibido por un derechazo que lo dejaría aturdido no obstante se recompondría rápidamente justo a tiempo para cubrirse de una patada que se dirigía a sus costillas y en eso le asestaría un fuerte golpe en el estómago de Vegeta que lo hizo retroceder unos cuantos metros atrás, y así continuaron su combate por varias horas donde ahora el lugar en el que se encontraban estaba totalmente destruido, con varios cráteres por todos lados, mientras que en su pelea, observamos como Gohan se estrellaría con unas rocas por producto del príncipe quien le conecto un potente cabezazo, al salir de los escombros, se encontraba respirando agitadamente, contando que también estaba en su estado de Super Saiyan, producto de su falta de energías.

Ahora solo se encontraba sentado, ya que no tenía las fuerzas ni para ponerse de pie, solo le quedaba esperar el siguiente ataque, pero nunca llegó.

— Terminamos. -dijo sin más, sorprendiendo al malherido Gohan 

— Espere, ¿ya acabamos el entrenamiento? 

— Como oíste, ya terminamos, ya no tienes fuerzas para seguir luchando, será mejor que te vayas a descansar ya que mañana continuaremos con el entrenamiento. -habló mientras levantaba su mano en dirección del hibrido dándole un poco de energías — Eso será suficiente. - terminó para luego irse volando del lugar 

Vio cómo se fue volando, posteriormente dio un profundo suspiro e intentó levantarse consiguiéndolo con un poco de dificultad, levantó su vista, sorprendiéndose al encontrar las infinitas estrellas, no pensó que había pasado mucho tiempo, pareciera como si todo hubiera pasado super rápido, no le dio mucha importancia y solo despegó para dirigirse a su casa a ver a su familia, pero antes decidió pasar por la Torre de Karin con el fin de obtener una semilla de ermitaño y así poder recuperarse de sus heridas, después de eso, llegó a su hogar siendo recibido con una sonrisa por su esposa Videl y su querida hija Pan, donde disfrutaron el resto de la noche como un gran familia, el momento era especial para los tres, sobre todo para Gohan, quien al ver la felicidad de sus seres queridos, aumentó sus motivaciones de volverse más fuerte para que así pueda protegerlos de los males futuros. 

Después pasaron varios meses donde los entrenamientos de Gohan y Vegeta continuaron y empezaron a dar frutos, hasta llegar a un punto donde ambos dominaban por completo sus tres primeras transformaciones, por otro lado, los demás guerreros seguían viviendo sus vidas normales, todo parecía estar en paz en la Tierra, pero en otra parte del Universo, dos sujetos estaban charlando sobre la misión que llevarían a cabo. 

— Ya estamos listos para marchar madre. -dijo un hombre peliblanco vestido con un Gi verde 

— Excelente, pronto nuestro plan de conquistar el Universo será una realidad. - aseguró dando una siniestra sonrisa 

— Esto será sencillo, solo tendré que eliminar a esos saiyajins  y todo habrá terminado, incluso siento lastima por ellos. 

— Tienes razón, con esos monos eliminados nadie podrá detenerlos, ahora no perdamos más el tiempo  y vayámonos de una vez. 

— Sí madre. -asistió para luego entrar en su respectiva nave, a la vez que la anteriormente mencionada hacia lo mismo 

— Ahora en dirección a la Tierra.

De este modo, ambas naves despegarían con gran velocidad, saliendo rápidamente del planeta en donde se encontraban, dejando un rastro de estela a su paso. 

Mientras que todo esto pasaba en el Universo, en el mundo de los muertos ocurría otra historia, al parecer se estaba celebrando el Torneo de las Artes Marciales del Otro Mundo, donde en la plataforma se encontraban enfrentando los dos finalistas, uno perteneciente a la Galaxia del Oeste, contra otro de la Galaxia del Norte, conocido como Olibu. El combate era majestuoso para ojos de los espectadores, ambos guerreros eran fuertes, después de todo entrenaron por varios años para estar en el nivel que están ahora, pero para mala suerte del antiguo guerrero de la Tierra, se estaba enfrentando contra probablemente al ser más fuerte del Otro Mundo, Paikuhan.

Desde que inicio el combate, Olibu sabía que no tenía posibilidades contra el luchador parecido a Piccolo , pero al menos espero ponerle en aprietos, sin embargo no fue así, ya que ni siquiera pudo atinarle ni un golpe, mientras que él ya estaba con varias heridas productos de los potentes ataques del guerrero de la galaxia del Oeste, donde al cabo de unos minutos, el antiguo guerrero de la Tierra fue expulsado de la plataforma, perdiendo automáticamente, dando como ganador a Paikuhan, quien fue a ver el estado de su contrincante.

— ¿Te encuentras bien? - preguntó con preocupación

— Podría haber estado peor. - respondió riendo levemente 

— Pido disculpas, creo que la emoción de una batalla hizo que ataque con más fuerza con la que debía.   

— Ya no te preocupes, me pondré bien, además debo felicitarte por tu victoria. -dijo dando una sonrisa, pero en eso, llegaría el Gran Kaio  quien pidió hablar a solas con Paikuhan, así retirándose Olibu 

Después de unos minutos de conversación, la expresión de su rostro era de total asombro, el mensaje que había recibido lo dejó sin habla, podría volver a ver al guerrero que enfrentó hace varios años, ¿pero cómo era posible?, por lo que sabía, él se marchó con el Dragón de la Tierra para nunca volver, en el tiempo que recibió la noticia se puso triste ya que lo consideraba un gran amigo y alguien con quien disfrutaba enfrentar, pero ahora teniendo la posibilidad de volver a verlo, obviamente no la rechazaría y decidió ir al lugar donde se hallaba, y así poder tener un nuevo enfrentamiento para ver cuál de los dos era el más fuerte. 

...

En un lugar desconocido, fuera del mundo mortal o de los muertos, incluso desconocido para los kaioshin, se encontraba un planeta místico, habitada por aquellos Dragones que cumplían deseos, pero en alguna parte de ese cuerpo celeste, se encontraba un hombre peli punta, un saiyajin que luchó un sin números de batallas, quien en esos momentos permanecía meditando, a la vez que en su cabeza rondaba los recuerdos que vivió en su antiguo hogar, pensando en aquellas aventuras que tuvo, en los enemigos que enfrentó, pero sobre todo, en su familia, la cual había podido proteger, eso último hizo que sacara una sonrisa, al mismo tiempo que se levantaba, miró el hermoso paisaje, deleitándose por lo bello de este mientras que su cabello era movido por la ligera brisa, este sujeto no era otro más que el salvador del Universo, Son Goku. 


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