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𝐢𝐯.


𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝗳𝗼𝘂𝗿;
ʟᴏs sᴇɪs ᴄᴀʙᴀʟʟᴇʀᴏs ɴᴇɢʀᴏs

⎯⎯ 🌤 ⎯⎯

Una vez llegado el amanecer, Nikkal quién se encontraba caminando entre las casas del refugio en donde vivía, llego hasta una en particular donde al entrar pudo ver al resto de sus compañeros y amigos reunidos discutiendo lo que parecía ser una formación de grupos que irían a buscarla.
Una vez entrará y resonó la puerta que cerró, todos miraron en su dirección asombrados, ya que la gran mayoría habría pensado que la habrían capturado.

─ ¡Nikka! ─ Grito Su quien corrio a abrazarla apartando a todo aquel que se cruzaba por su camino.

Una ves que fue correspondido aquel abrazo, al separarse, la peli-albina agarro por la oreja de la de oji-amatista jalandola haciendo que esta soltara unos cuantos quejidos debido al dolor.

─ ¡Me tenias tan preocupada! ¡¿Qué fue lo que estuviste haciendo en todo este tiempo con aquel chico de la superficie?! ─ Le grito hasta que decidió soltarla y cruzarse de brazos, teniendo su mirada fija en ella que se tocaba la oreja. ─ Creí que solo lo interrogarias.

─ No fuiste la única en preocupada Su. ─ Interumpio Ethan que se hacerco a ellas. ─Nikkal creo que nos debes una explicación por tu gran ausencia en el refugio.

─ Lyar creo grupos para poder buscarte entre el templo o hasta incluso las celdas. Pero ahora que llegaste veo que eso ya no será necesario. ─ Hablo uno de los presentes en aquella habitación.

─ Se que tienen muchas preguntas para mí. ─ Dijo Nikkal que fue hasta llegar a la mesa que estaba en medio de todos y mirara en dirección de su respectivo "sustituto" que estaba con las manos cruzadas sobre ésta. ─ Y la razón por la cual desapareciera por mucho tiempo fue porque apenas cuando nos separaramos fui en donde se encontraba el sello de los Demonios y vi una pequeña grieta en esta.

Todos alrededor comenzaron a hablar entre ellos susurrandose. ¿Una grieta? ¿Era posible eso? ¿No es muy pronto? Era de lo que hablaban.

─ Se que la mayoría de ustedes esta confundido pero es verdad. ─ Sacando de su bolso de cuero que estaba escondido en su capucha, mostró un libro desgastado. ─ Si el libro no miente ante los cálculos que se muestran, el sello será rompió hoy y los Demonios junto a los Seis Caballeros Negros, serán liberados después de mucho tiempo. Ya pude observar como uno de estos fue librado.

─ Estamos informados de que ayer hubo un temblor arriba que casi destruyera el campo de protección, más no imaginaba que era uno de los Seis Caballeros Negros. ─ Expresó Lyar que tenía puesto sus ojos grises en aquel libro leyendo lo que parecian ser cálculos ante la suposición del rompimiento del sello.─ Pero déjame preguntarte ¿Lograste hablar con aquel sujeto de la superficie?

─ Si, lo hice. Es más de echo el fue quien derrotó al demonio librado del sello de un solo ataque. ─ ¿Qué, era eso posible? Se preguntó la mayoría ante lo que contaba la joven. ─ Se que sonará muy precipitado ante ustedes pero creo que podemos confiar en él. Derrotó a un Demonio muy fácilmente viniendo de la superficie. De seguro él nos ayudará de una vez por todas en acabar con el sello al que estuvimos atados desde siglos.

─ ¿Y cómo estás tan segura de que nos ayudará? ─ Pregunto el de ojos grises que acomoda un mechón de su cabello anaranjado por detrás de su oreja. ─ ¿No te parece sospechoso de que venga de la superficie y logre derrotar a un Demonio con tal poder?

─ Se llama Meliodas y se que nos podrá ayudar ya que confío en él, me lo demostró cuando fui casi capturada por los soldados del viejo Soria pero se interpuso en su camino. Fue una gran salvación que ocurriera aquel temblor si no ahora estaría bajo celda. ─ Dichas palabras hicieron que el resto se comenzará a plantear la idea en sí darle favor a lo que decía la oji-amatista o no. ─ Aparte quiero decirles esto. Como sabemos cada uno de nosotros contamos con entrenamiento arduo y con el armamento necesario como para derribar a uno de estos Demonios.

─ Si, es claro que debido al tiempo en que estuvimos ocultos de los demás celestiales. Hicimos mejoras como ejemplo crear armas en caso de ataque como la ballesta gigante pero ¿A qué quieres llegar? ─ Cuestiono Lyar que seguía metido leyendo dicho libro.

─ Quiero llegar a que deberíamos de ayudar a los celestes en contra de los Demonios.

Se escucho el golpe de alguien en contra de la mesa llamando la atención de todos que no podían creer lo que decía su líder.

─ ¿Estás bromeando Nikkal? Después de todo lo que pasaste allá sin tener la ayuda de nadie ¿Te animas a ayudarlos? Acuérdate que todos nosotros pasamos por situaciones difíciles con nuestras familias o el simple echo de ser rechazados ¿Crees que quisiéramos ayudarlos a aquellos que nos lanzaron de nuestro hogar? Ja! Lo dudo muchísimo. ─ Respondió el peli-anaranjado lanzando aquel libro al suelo y se colocará de brazos cruzados.

─ Aún sigo siendo su líder, Lyar. Te recuerdo que tú solo eres un simple sustituto mío por lo cual yo tomo las decisiones finales y puedo sugerir planes estés de acuerdo o no. ─ Contestó la oji-amatista mientras se inclinaba a alzar aquel libro preciado para ella.

─ Tienes razón en lo que dices. Solo soy un simple sustituto pero te hago acuerdo que no eres la única que toma las decisiones de aquí. ─ Apunto a otras personas quienes serían los más mayores de aquel refugio que sólo observaban lo que sucedía. ─ ¿Quién está de acuerdo en ayudar a los otros celestiales ante la Raza demoniaca? Todos aquí estamos por una similar razón, porque fuimos alejados de nuestra propia familia o el hecho de haber nacido sin alas siendo totalmente despreciados por nuestro entorno.

Fue entonces que dos de los cinco mayores del pueblo solo levantaron la mano, mientras los otros tres tenían dudas sobre su decisión.

─ Escuchen, se que todos fuimos alejados de los celestiales allá fuera. Pero, llego el momento de demostrarles que no somos los rebeldes que ellos creen y que solo buscamos vivir en armonía con ellos a lo que una vez fuimos alejados o apartados de nuestra familia y no podemos hacerlo si no demostramos con acciones que estamos de su lado. No perdemos nada intentando.

La peli-rojiza espero ver si sus palabras lograsen convencer a alguno de los tres pero parecía imposible ya que pasaba el tiempo y nadie alzaba su mano o respondiera. Estaba apunto de darse por vencida ante su idea que planeo desde hace mucho cuando leyó aquel libro, se sentía frustrada mientras sus amigos intentaban animarla hasta que la única mujer mayor entre los tres, levantó su mano dejando a toda la gente de la habitación sorprendida hasta que ella habló.

─ Tiene razón la señorita. A lo largo de mi vida, viví bajo estas tierras en donde el hecho de no nacer con alas te hacia ver como una clase de mounstruo de ellos y los demás te apartaban. Hasta que hubo un hombre que creo la primera casa por estas zonas y seguido se le unieron más, formando así la organización que acogía a cada celestial alejado por los demás y en donde podíamos vivir pacíficamente sin el temor de ser juzgados. Creo que llego el momento de intentar volver a ver la luz del día sin el miedo de ser capturados de ellos ante la idea de que somos rebeldes a sus leyes siendo que solo queremos vivir una vida en paz sin ser juzgados. De todas formas estoy feliz por haber vivido mi vida lo más que pude y disfrutarla al lado de mi esposo con el cual conocí aquí, en este refugio.

Aquella Señora tomó la mano de su esposo que estaba a su lado y era uno de los mayores del refugio y fue cuando él también levantó su mano a favor de la petición de Nikkal quedando solo uno.

─ Mi mujer tiene razón. En todos los siglos que eh vivido en su compañía, hoy debo estar en apoyo en su decisión. ─ Miró en dirección de la peli-rojiza. ─ Nosotros ya vivimos lo suficiente y ahora estamos listos cuando sea nuestra hora porque los mejores años de mi vida fueron con ella y gracias a este refugio la pude conocer y formar una linda familia, la única cosa que queremos ver antes de fallecer es ver a nuestro muchacho pasear libremente por las calles de afuera y no oculto bajo la tierra en las sombras y con el temor de ser llevado preso. Señorita, dejamos todo en tus manos y se que serás capaz de llevarnos al cambio de nuestras vidas.

Solo faltaba un voto, todos miraron en su dirección y este último al ver que la mayoría votaba lo contrario a él, solo pudo levantar la mano soltando un suspiro dándole el total apoyo a la oji-amatista. Obvio, había alguien ciertamente frustrado que solo podía maldecir a aquellos adultos mayores por sus votos para luego salir de aquella habitación.

─ Se que la mayoría de votos fue a mi favor, pero quiero preguntarles ¿están ustedes de acuerdo en luchar contra los demonios? Para así de una vez rompamos aquel sello que lleva con nosotros desde hace siglos? ─ Pregunto Nikkal a los demás soldados presentes que estos solo se miraban los unos a los otros hasta que anunciaron su total apoyo a ella.

─ Estamos seguros de que no perdemos nada con intentar brindarle nuestras fuerzas a los demás celestiales para demostrar que estamos de su lado. Cuenta con todos nosotros líder Nikkal.

─ Muy bien necesito que me escuchen. En todo el tiempo que llevo hablando con Solaad a escondidas de su Padre era para poder hablar sobre el hecho de que podamos nosotros volver a caminar allá afuera libremente sin ser encarcelados ante la idea de los demás que tenían contra nuestra, puesto a que Solaad es el legítimamente el nuevo líder. ─ Abriendo su libro mostró entre una de las páginas lo que parecía ser un mapa de todo el territorio del palacio. ─ Esto es lo que debemos hacer...

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

Más tarde, en aquel templo se podían ver que se reunían los supuestos comprometidos que vestían atuendos de acuerdo a la ceremonia acompañados de unas jóvenes sirvientas que se encargaron de arreglarlos para la ocasión.

─ Señorita Elate, se ve más hermosa que nunca. ─ Dijo una de estas que estaban al lado de la albina sujetando uno de los lazos largos que poseía su vestido.

─ El amo Solaad es muy afortunado en tenerla como prometida. ─ Mencionó otra que estaba del lado del peli-rubio sosteniendo lo que al parecer eran telas.

─ Se ven muy enamorados.

La albina por su parte le susurro si ya estaba listo para dar rienda al plan que planearon y este asintió. A ambos los llevaron a un sitio lleno de pilares y en el centro colgaban unas telas sujetados por una cuerda, mientras alrededor se encontraba una gran cantidad de celestes observando dicha ceremonia.

Meliodas quien estaba sentado a lo lejos en la entrada del templo observaba como su "prometida" junto a otras chicas comenzaban a realizar lo que parecía ser una danza en donde concordaban sus pasos sujetando lo que serían unas enormes plumas y a su lado estaba el cerdito que se encontraba mirando todo desde su palanquin que era sostenido por otras cuatro personas.

El de mechones rubios comenzó a bostezar intentando disimularlo poniendo su mejilla apoyada en su mano derecha, hasta que pudo ver entre el público a una cierta persona en particular que parecía tener como heno en la cabeza y un sombrero tratando de hacerse pasar como uno de ellos junto a un raro bulto en su espalda debajo de aquella capucha que tenía.

La pudo reconocer enseguida, aún a la distancia pudo ver que se trataba de Nikkal puesto a que cuando ella noto su mirada volteo a verlo y disimuladamente le mando un saludo. Era muy notable que la reconociera puesto a que era casi la única en tener aquellos ojos de un tono amatista en aquel lugar. Este solto una pequeña risa al ver el intento de disfraz de ella.

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

─ ¡Atención! ¡El Pie de Manzana ya está listo! ─ Llamando a todos, Solaad quien se encontraba en aquella taberna que volaba entre las nubes, se puso a prepararles algo de comer a los demás.

─ Se ve verdaderamente apetitoso. ─ Mencionó Elizabeth mientras algunos se reunían alrededor de ellos observando aquel Pie recién salida del horno.

─ Bueno, si gustan pueden probar una rebanada. ─ Respondió el celestial mientras lo cortaba en rebanadas para que estos se sirvieran, hasta que el más alto de ojos rojos escarlata tomará uno de estos pedazos.

─ A primera vista se ve bien. ─ Mordiendo un bocado empezo a degustarlo hasta tragarselo siendo mirado atentamente por el de baja estatura esperando su veredicto. ─ No está nada mal.

─ ¡De echo te quedo delicioso, Solaad! ─ Aclaró Diane quien estaba dentro de la taberna en su tamaño de humana con un pedazo en su mano.

─ ¿No te gustaría ser el Chef de la taberna? ─ Pregunto King que estaba comiendo uno de estos pedazos encima de chastiefol. ─ Hazlo por piedad.

─ Si a si fuese, nuestras ventas aumentarían en un 300%. ─ Informó Gowther hasta que fueron interrumpidos ya que la taberna se movió para un costado casi llevándose a todos consigo.

─ ¿Qué fue eso? ─ Preguntó Ban mientras miraba en dirección de la maga que estaba acompañada por el Pecado del Orgullo.

─ ¿Puedes ver algo? ─ Preguntó observándola por detrás.

─ Así es, percibo un enorme poder mágico viniendo en esta dirección. ¡Atentos, sujetense, voy a atravesarlo! ¡Prepárense para aterrizar!

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

Volviendo a lo que era aquella ceremonia, una muchacha se hacercaba al centro de aquella festividad con una tela roja en sus manos llevando cierta espada celeste hasta tener en frente a la albina celestial que tomó con cuidado aquella espada para luego arrodillarse con vista abajo y la espada enfrente de ella.

En la entrada se pudo observar a el maestro Soria que se hacercaba a ella al igual que Meliodas hasta tenerse a ambos a un metro de distancia, cuando aquel hombre tomó la espada y la elevo, todos que estaban a su alrededor desde soldados que tenían espadas y enfrente a jóvenes mujeres  arrodilladas sosteniendo plumas decoradas con cintas rosadas. Elevaron a la par lo que sostenían entre sus manos.

─ La espada sagrada que ha pasado de generación en generación para protegernos de la raza demoniaca, ahora es tuya Solaad. ─ Este avanzo dos pasos al de menor estatura ofreciéndole aquella espada para que la tomara entre sus manos.

El peli-rubio que estaba apunto de tomarla se detuvo para analizarla a detalle porque sentía una extraño sentir venir de ella y escucho como Elate le susurraba a que la recibiera...

Derrepente un fuerte temblor a lo lejos se escucho llamando la atención de todo el mundo hasta ver como nubes grises tapaban la luz del día, hasta que una luz rodeará aquel huevo que contenía el sello y una extraña aura morada lo rodeará, se pudo escuchar como éste se rompía como si fuese un cascarón hasta dejar ver grandes grietas expulsando un líquido morado.

─ ¡Miren allá, la roca en forma de huevo se rompe! ─ Grito Hawk que desde su sitio se encontraba brincando intentando alertar a todos a que mirasen aquel lugar. ─ ¡Esto no debe ser bueno!

De aquellas grietas comenzaron a salir todo tipo de demonios; rojo, grises, azules. Todo el público en general se empezaron a espantar al ver la gran cantidad de demonios que comenzaban a salir.

─ ¡¿Pero por qué?! ¡Se supone que el sello todavía no debía de romperse! ─ Grito Elate aterrada al ver a estos que se hacercaban hacia ellos.

─ ¡Tranquilos, no hay nada que temer! ¡Tenemos al gran rosado de nuestro lado! ─ Anuncio la anciana intentando calmar a la gente que empezaban a gritar aterrados e intentando escapar de aquel lugar.

─ ¡Oigan, esperen! ¡Yo no sirvo para esto! ─ Dijo el cerdito para luego saltar de su palanquin para huir junto a los demás.

─ El sello se ha roto. ─ Reconoció Soria para quitarse luego la capa que tenía. ─ La ceremonia de sucesión tendrá que esperar ¡Todos hemos entrenado para esto! ¡Nuestro deber es eliminar a la raza demoníaca!

Dirigiendo dichas palabras a sus demás soldados, tomaron vuelo en dirección de aquellos demonios para enfrentarlos y defender a su querido pueblo de ellos.

Espada Celeste: Trueno Mortal.

Partiendo a un Demonio rojo a la mitad continuaron con los siguientes que habrían parado de andar intentando de atrapar algunos de estos soldados que más parecía que intentaban evitar los ataques de estos.

Por su lado, Meliodas buscaba a los alrededores una pista de aquella chica peli-rojiza y su paradero pero todo parecía estar despegado y solo se dejaban ver uno que otro soldado se lanzaban a la batalla.

《¿Dónde se habra metido?》 Penso él.

─ Evacuen a los demás. ─ Interrumpiendo en sus pensamientos volteo a ver atrás y ver a Elate que tomaba una espada.

─ Tú tambien tienes que escapar. Esos demonios son más fuertes que tú.

─ No, yo soy una guerrera celeste y no me importa si son más fuertes. Debo defender mi aldea. ─ Tomando vuelo lo dejo atrás yendo en dirección donde el resto de soldados. ─ ¡Los protegeré con mi vida!

─ Pero que mujer tan testaruda. ─Murmuro él hasta que vio de aquel huevo comenzó a romperse cada vez más hasta dejar salir por la gran grieta hecha cinco sombras que pararon en otra dirección a lo lejos...

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

─ Mh...Es bueno estar devuelta. ─ Hablo la unica mujer de aquel grupo peli-anaranjada con una marca en forma de "x" y sus ojos color rojo llevando consigo entre sus manos un latigo.─ Ahora, ¿Dónde está ese demonio verde que se nos adelanto?

─ No percibo la energía de Dahaka. ─ Mencionó un león musculoso antropomórfico. ─Lo eliminaron, es algo débil pero percibo mucha magia reunida en esta isla.

─Y también, percibo a alguien de gran fuerza. ─ Remarcó un tipo de ojos color rojo llevando una marca roja en la barbilla. ─Tranquilos, yo me encargare de eliminarlo. Ustedes encarguen del resto.

─ No es justo. ─ Respondió uno de estos con una singular apariencia de una especie de armadura viviente de un cuerpo muy cuadrado y simétrico. ─¿Por qué siempre nos dejas las almas más débiles?

─ Todas la almas son importantes y necesarias para completar nuestro plan. ─ Comento un individuo alto y musculoso con la mitad de de su cuerpo de color blanco y la otra mitad con protuberancias rojas.─Debemos prepararnos para la ceremonia de resurrección.

─ ¡El día de la perdición ha llegado!

─ ¡Qué empiecen las festividades!

Fue entonces que aquel grupo se dividieron por todas partes de aquel lugar, aquella mujer termino encontrándose con el maestro de los soldados lanzándose a atacarle con su latigo pero este lo evito apartandola con la espada que poseía.

─ Ahg, al menos hay alguien aquí que vale la pena pelear. ─ Dijo ella aterrizando en una de las puntas de un pilar cerca dándole la espalda.

─ ¿Quién eres tú?

─ Soy Galla de los Seis Caballeros Negros. ─ Se volteo para verlo con ambas de sus manos puestas en su latigo y una gran sonrisa. ─ ¿Quieres jugar conmigo anciano? Serás un gran sacrificio.

─ ¡No me importa cuantos sean! ¡Los acabaremos de una vez por todas! ─ Lanzándose en contra de aquella demonio para atacarla, esta lo esquivo soltando una risa hasta dirigirse cerca a dos demonios; uno rojo y el otro gris.

─ Ya me arrepentí, no quiero pelear con un hombre feo. ─ Su latigo entonces comenzó a brillar de un tono violeta brillante, azotó a esos demonios que comenzaron a cambiar de apariencia a más altos y con más volumen en sus cuerpos. ─ Mis niños se encargarán de ti.

Aquel maestro evitando que lo atrapará aquel demonio rojo se fue contra este pero detrás de él estaba apunto de tomarlo el demonio gris pero al darse cuenta corto sus dedos de este pero no pudo evitar que lo aplastara contra el suelo.

─ Tontos descendientes de la Raza de las Diosas. ─ Habló uno de estos cinco con forma de un león que se encontraba en la entrada del templo atacando a los que veía con fuego hasta quemarnos y a otros los atacaba con hielo hasta congelarlos.─ ¡Serán un gran festín para todos nosotros! ¡Es inútil escapar, pero alegrense, sus almas serán devoradas por el gran Derocchio!

Cuando su bastón tocó el suelo, todas las almas fueron llevadas hacia él, que comenzó a comer unas cuatro de las demas que fueron alejadas. Extraño ante esto observo en dirección a la que iban dichas almas...

Donde se encontraba aquél huevo inmenso que todavía no estaba del todo destruido se encontraba uno de aquel grupo de demonios conjurando un ritual mientras los pequeño cuatro pilares estaban alrededor de él tenían una clase de símbolo color púrpura que atraía a todas las almas de las vidas de los celestes que era arrebatada por ellos formándose en una llama azul.

─ ¡Sal de tu prisión bestia demoniaca! ─ Grito observando al sello que los retuvo por muchos siglos y que ahora buscaban liberar a la gran bestia que seguía dormida en ello.

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

A lo lejos se podían ver como los Demonios; rojos, azules y grises. Atacaban a cualquier celeste que encontraban. Uno de estos rojo perseguía a una Madre que en brazos tenía a su pequeña hija intentando escapar de sus garras, pero fue entonces que una gran flecha atravesó al demonio que cayó al suelo dejando una gran marca de lo que arrasó del suelo.

La mujer que casi fue aplastada por este, llego a ser salvada con su hija por una albina que voló lo más rápido para alcanzarla y alejarla del camino en donde se arrastraba el cuerpo moribundo del demonio.

─ Muchas gracias, no saben lo muy agradecida que estoy con usted Señorita Elate. ─ Dijo la extraña hasta ver en dirección de los que atacaron al demonio notando un grupo de personas que rodeaban una gran ballesta equipandola de una nueva flecha y otro grupo que estaba encima del demonio que la quería atacar con lanzas en sus manos atravesando partes de su cuerpo. ─ ¿Esos son...Los rebeldes que mencionaba el Maestro Soria?

─ No hay tiempo para que haga preguntas. ─ Interrumpio la peli-rojiza que se quitaba su disfraz estando abajo de ellas que volaban. ─ Nosotros estamos llevando a la mayoría de personas que podemos a nuestro refugio en donde cuenta con un escudo protector de demonios y una ilusión para que no nos encuentre.

─ Confíe en ella, le puedo asegurar que es de total confianza. ─ Expresó la albina que observo que la señora estaba dudando en aceptar. Al final cedió y la oji-amatista llamó a uno de sus compañeros que tenía una rara formación en sus alas pero podía volar y llevaba una lanza para luego guiar a aquella madre con su hija al refugio en donde estaban reuniendo a la mayoría de celestes.

─ Gracias Elate. ─ Comentó la líder de dicho grupo observando a la celestial que descendía al suelo totalmente agotada. ─ ¿Te encuentras bien?

─ Si, es solo que por la velocidad al volar me termine cansando un poco. ─ Contestó mientras inhalaba y exhala con sus manos apoyadas en sus piernas con la voz un tanto afligida. ─ Más bien, gracias a ti Nikkal por ayudarnos. Muchas vidas se han de estar salvando debido a que ofreces tu refugio para salvarnos de los Demonios y tenía razón Solaad. No, ustedes tenían razón en que la hora de la ruina se hacercaba. Perdónenme por no haberles creído...

─ No te preocupes por eso, más tarde hablaremos de ello. Mi gente se está encargando de acabar con los demás demonios que se encuentren. Ahora debemos de luchar ambas juntas, yo como líder de mi organización y tú próxima esposa del futuro líder de los celestes ¿De acuerdo? ─ Asintiendo la albina estrecharon sus manos en un acto de total acuerdo entre ellas.

Pero aquél momento se vio interrumpido debido a que escucharon el sonido de las espadas contra las lanzas chocar cerca de ellas y pudieron ver la escena en la que los soldados de Soria contra el grupo de la organización de Nikkal comenzaban a tener una batalla con sus armas...

Estas corrieron hacia ellos en un intento de tranquilizarnos pero al parecer todos estaban centrados en defenderse a que les arrebaten su propia vida, la peli-rojiza gritaba para que pararan pero ninguno la escuchaba. Entonces apunto de subirse a una piedra fue jalada por su cabello casi haciéndola caer debido a la fuerza en la que la sujetaban.

─ Malditos rebeldes, ¿No les basta con que el sello se haya roto y ahora ustedes quieran atacar? ─ Pregunto este soldado de los celestes jaloneandola para evitar que subiera aquella piedra. ─ El maestro Soria estará encantado de ver que los tenemos a todos ustedes.

¿Qué podía hacer ahora? No contaba ella con otra arma más que su arco y flechas y tenia que detener dicho conflicto antes de que se saliera de control y haigan pérdidas.

─ ¡Nikka! ─ Se escucho el grito de Su, la mencionada llevo su mirada en donde se encontraba su amiga quien estaba sujeta por uno de los celestiales y tenía el filo del la espada en su cuello.

Por la mente de la peli-rojiza paso de nuevo la imagen de su Madre quien se habría sacrificado para salvar su vida, era como un déjà vu para ella en ese momento ver que la vida de su mejor amiga estaba apunto de ser arrebatada delante de sus ojos...cuando actuando por propio instinto noto que aquel soldado que la retenía, poseía una espada que colgaba de su banda de cuero en su cadera, tomándola y tomando una medida desesperada en liberarse...termino cortándose su propio cabello.

El contrario totalmente sorprendido cayo al suelo y fue apuntado con su misma arma, mientras la oji-amatista observo en dirección a su mejor amiga quien gracias al cielo fue rescatada por su otro amigo Ethan quien la acurrucaba entre sus brazos susurrandole que todo estaba bien y tenían delante de ellos al soldado que casi le arrebata la vida totalmente inconsciente debido a un golpe proporcionado. Su mirada fue a parar en una albina que estaba volando arriba de todos ellos que solto un grito para que todos pararán antes de que se cobrará una vida entre estos.

─ ¡¡Deténgase, todos ustedes!! ¡¿Qué no ven la situación en la que nos encontramos?! ─ Le grito a los soldados celestiales que voltearon a verla tomándole atención. ─¡¡El Sello esta roto y necesitamos de toda la ayuda posible!!

Derrepente por detrás de ella se vino hacercando lo que era un Demonio azul con forma de pájaro apunto de atacarla de no ser que fue atravesado por una lanza y acabará en el suelo, hasta que uno de los de la organización se subió encima de él y de nuevo con la lanza que lo atacó seguiría clavándole a sus demás corazones.

─ Escuchen a la Señorita. Lo que dice tiene que ver con todos nosotros. ─Hablo Lyar que acomodaba sus mechones que taban su rostro y seguía clavandole su lanza a aquél Demonio.

─ Gracias. Desde mucho tiempo nos hemos visto llevados ante una mala imagen de este grupo que no cumplían ante la ley de unión propuesta de hace tiempo pero ahora ellos nos están ayudando aún cuando nosotros los perseguiamos para atraparlos. ─ Pauso para ver a todos los soldados que tenía alrededor. ─ ¡Soldados Celestes les pido que ahora más que a nada dejen aún lado las diferencias entre nosotros y nos unamos a esta organización que busca apoyarnos! Después de todo este es nuestro hogar y tenemos que defenderlo a toda costa de los Demonios.

Dichas palabras que dijo Elate fueron apoyadas con gritos de todos a modo de favor, Nikkal por su lado solto la espada que traía y ayudó a que se levantara el soldado que la había atacado, pidiéndole disculpas a ella este se retiro junto a los demás que tambien pidieron disculpas ante los malentendidos de sus intenciones de ellos, la unión entre ambos bandos estaba cada vez más cerca. La albina ordenó a que estos soldados avisaran a los demás de la ayuda de la organización comandada por Nikkal, la cual no pudo estar más feliz de que su plan estaba saliendo completamente a la perfección y mostraba resultados positivos.

─ Elate, muchas gracias.

─ No tienes porque agradecer, es lo mínimo que puedo hacer. ─ Esta miro en otra dirección. ─ Aún queda trabajo por el que hacer.

La peli-rojiza quitándose su capucha mostrando una túnica blanca que llevaba puesta junto a un chaleco rojo y una faja alrededor de su cintura pidió que la llevase a ella más, mientras tomaba su arco en su mano izquierda y ofreciera su mano derecha para que la celestial con alas la tomara y la llevase con ella en la dirección a la que habría visto a un Demonio con un grupo de soldados.

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

─ ¿Con qué estos son los Guerreros Celestes? ─ Hablo el demonio de armadura hasta que se volteo a ver como alguien se hacercaba. ─ Oh, ahí viene otro más.

La albina que sostenia a la oji-amatista mientras volaba, tomó fuerzas y la termino lanzando mientras aterrizaba viendo como aquella joven alistaba su arco largo junto a su flecha y apuntaba en dirección de la de aquel demonio de armadura.

Cuando estaba apunto de soltar aquella flecha fue tomada de su cintura con cuidado y fue llevada hasta suelo. Y pudo ver que quien aún la sostenía se trataba del de mechones rubios y ojos esmeralda que observaba su cabello.

─ ¿Oye, que le paso a tu cabello? ─ Pregunto aún sosteniendola cargandola estilo nupcial una vez aterrizará. ─ ¿No crees que cortarse el cabello en estos momentos es muy inoportuno?

Cuando estaba apunto hablar la peli-rojiza pudo ver que casi iba a ser atravesada por una de las punteagudas agujas de aquel demonio de no ser por Meliodas.

─ Se salvo por un pelo. ─ Reconoció el contrario para luego arrojar miles de agujas hacia ellos.

El de menor estatura pidió a Nikkal que se bajara de sus brazos y esta obedeció observando como él con la espada que tenía de un movimiento atrajo todas las agujas que iban hacia ellos y las destruyó haciéndolas trizas.

─ Ya entendí, tú eres la presa de Bellion, ¿verdad?

La albina tomando vuelo de nuevo sostuvo a su amiga antes de que viera como alguien de cabello azul blanquecino apareció proporcionándole una golpiza a Meliodas que lo mando muy lejos de ellas.

─ Parece que te diviertes, Pump. ─ Dijo este Demonio observando en la dirección en la que mandó a que fuera el oji-esmeralda para luego ir con él.

─ ¡Me divertirá más si me dejaras jugar con...! Oh, ya se fue.

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

Maldijo el de mechones rubios una vez estuviera alejado de aquellas chicas dejandolas solas con aquellos demonios hasta que alguien estuvo detrás de él.

─ Ese ataque debió haber acabado contigo. ─ Comentó el que le dio aquel golpe. ─ Eres fuerte, Humano.

─ Lo mismo digo Bellion de los Seis Caballeros Negros.

─ Mh, ¿Sabes mi nombre? ─ Alzó su espada apunto de atacarlo. ─ ¡Me siento halagado!

De ambos sus espadas chocaron creando ciertos rayos a sus alrededores. Siguieron enfrentándose con estas hasta tenerse frente a frente en donde el de cabellera azul blanquecino comenzará a reírse.

─ Debo agradecerte, temía que la colecta de almas sería un trabajo muy tedioso. Hacique gracias Humano, matarte lentamente me dará un poco de diversión.

─ Esto es muy aburrido. ─ Hablo Meliodas una ves esquivase de nuevo su ataque y saltará hacia el tejado de una pequeña torre. ─ Vamos a igualar el número para hacerlo más divertido. ¿Te parece bien?

El contrario totalmente confundido ante lo que decía pudo sentir la presencia de otra más personas hacercarse y no era el único ya que los demás de su grupo igual lo podían sentir.

De entre aquella nubes grises salio lo que al parecer era una taberna que volaba, afuera se podía ver como un celestial de cabellera rubia observaba su pueblo natal.

─ Llegamos, pero el sello está...─ Sorprendido se hacerco casi a orillas de la taberna. ─ No puede ser, llegue muy tarde.

─ Aver niño, dijiste que harías lo que sea para salvarlos ─ Dijo Ban que estaba afuera junto a los demas pecados y lo tomo por el cuello de su ropa. ─ Pues que se vea.

Solaad lo agarro por su brazo para bajar al igual que los demás en donde la de coletas volvió a su tamaño original gracias a la maga que también le entregó su Tesoro Sagrado.

─ ¡No dejaré que lastimen a los amigos de Solaad!

─ El objetivo es esa roca en forma de huevo. ─ Informó King al lado de Diane.

─ Me preguntó si habrán dignos oponentes en enfrentarse a mi poder. ─ Cuestiono Escanor observando a aquél lugar descendiendo junto a su Tesoro Sagrado.

─ ¿Y eso? Es un ave devorador de sobras. ─ Gowther quien miro en dirección a un cerdito transformado en un mantarraya pudo ver que encima de él tenía a una anciana.

─ ¡¿Hawk, estás bien?! ─ Grito Elizabeth saliendo de la taberna al escuchar las quejas del cerdito desde afuera y vio como le seguía una lluvia de cristales de hielo y fuego,

─ Bien hecho, maestro Hawk. ─ Merlin colocó una pared para protegerlo y llegará hasta ellas para luego teletransportarse al lado del que atacaba al animal rosado. ─ Lo siento, pero ahora yo seré tu oponente.

Cuando cada Pecado logrará aterrizar, comenzaron a atacar a cada demonio que encontraban por el camino, hasta cruzarse con quien sería el maestro de los soldados celestes que enfrentaba a dos demonios pero con ayuda de Diane que iba acompañada de Escanor estos lo apartaron de él.

─ ¿Ustedes quienes son?

Los Siete Pecados Capitales. ─ Respondió Escanor.

─ Somos los amigos de Solaad. ─Aclaró Diane en posición de pelea viendo a los demás demonios y cuando el mayor estaba apunto de preguntarles si venían de la superficie, lo interrumpio. ─ No hay tiempo para eso, acabemos con estos tipos.

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

Volviendo en donde se encontraban aquel par de chicas que se enfrentaban a uno de los Seis Caballeros Negros, Elate lo distraía volando a sus alrededores esperando a que Nikkal lanzará sus flechas contra él.

─ ¿Quieren jugar un poco más conmigo? ─ Dijo este intentando alcanzar a la albina, pero ella siempre retrocedía.

《 Debe tener un punto débil, ¿Quizás detrás de su cabeza?》Pensó Elate rodeándolo.

─ Tengo una buena idea. ─ Fue entonces que Pump la comenzó a atacar con su mano metálica pero esta se defendió con su espada, hasta que él mostro sus agujas por su cuerpo junto a un extraño líquido que la alcanzó.

La peli-rojiza por su parte cuando estaba punto de soltar tres de sus flechas noto como la celestial solto su arma y bajo hasta estar parada delante de aquel demonio ¿Qué sucedía?

Hipno-aguja. Mis agujas metálicas paralizan el alma de los vivos al contacto. ─ Arrodillandose ante ella, abrió sus brazos mostrando las miles de agujas por su cuerpo. ─ ¿Ahora, que te parecería darme un abrazo?

Poco a poco se le hiba hacercando hasta que recibió unas tres flechas en diversas partes de su cuerpo metálico y volteo a ver en dirección de la oji-amatista, aprovechando aquella distracción. La celestial grito.

─ ¡¡SOLAAD, POR FAVOR, AYUDAME!!

─ ¡Aquí estoy! ─ Apareciendo ante su llamado, la tomo por su cintura apartandola de aquel demonio que estaba apunto de abrazarla con todas aquellas agujas.

─ ¿Solaad? ¿En verdad eres tú? ─ Preguntó tocandole su rostro para ver que no se trataba de alguna ilusión, no lo era, en realidad era él.

─ Sí, soy yo. Ya estoy de vuelta. ─ Le mostró una dulce sonrisa viendo como esta comenzaba a derramar unas cuantas lágrimas.

─ ¡Eres un idiota! ¿Por qué tardaste? Estaba tan preocupada por ti.

─ No te preocupes, ahora yo me encargare de protegerte a ti.

─ Solaad, viniste por mí.

Ambos se miraron entre sí hasta que escucharon a Pump que estaba totalmente enojado porque lo ignoraban, queriendo lanzarse hacia ellos con agujas por todas partes fue atraído por una extraña fuerza.

─ ¿Qué no lo ves? Es un momento romántico para ellos, aprende a respetar, grosero. ─ Dijo Ban que lo intento atraer hacia él pero aquél demonio rompió cada una de las agujas de su cuerpo y se lanzará contra este para así iniciar una batalla a golpes.

Era notable la gran habilidad que tenían ambos para repartir golpes, hasta que por un descuido, el Pecado tomó ventaja sobre el otro y le repartió un triple de golpes con su Tesoro Sagrado dejándolo tendido en el suelo, creyendo que capaz lo habría vencido, escucho un grito a lo lejos.

─ ¡Cuidado con sus agujas! ─ Advirtió Nikkal que se encontraba cerca de Solaad y Elate observando aquella pelea.

Una de las agujas fue clavada en su hombro de aquel peli-albino y en cuestión de segundos el veneno daría "efecto" y fue atraído hacia este que lo abrazo con las miles de agujas que sobresalíande él hasta derramar una gran cantidad de sangre de su cuerpo. Pero grata fue su sorpresa al ver que el de ojos escarlata seguía consciente.

─ ¿Con qué te gustan los abrazos no? ¿Qué te parece este abrazo amigo? ─ Correpondiendo aquel abrazo con mucha fuerza, lo termino rompiendo, acabando con él.

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

Volviendo a lo que era la batalla entre Bellion contra Meliodas, estos seguían con su pleito de espadas y parecía que arrasarian con toda la tierra.

─ ¡Si un mocoso humano como tú, sabe quien soy! ¡Entonces debí de haber echo algo memorable hace 3.000 años! ─ Grito ejerciendo una gran fuerza sobre su espada en un intento de desestabilizar a su contrario pero fue golpeado por una patada mandándolo para atrás.

─ Los Seis Caballeros Negros, su poder era equiparable a los Diez Mandamientos pero su egoísmo y arrogancia era tan grande que el Rey Demonio los desterro. ─ Arrojo su espada mientras se encontraba desde arriba entre los aires. ─ ¡Para siempre!

─ ¡Maldito! ─ Grito Bellion que le lanzó aquella espada que le arrojo y se coloco detrás de él apunto de darle un golpe por detrás. ─ No tengo idea de quien seas. ─ Le mando a bajar por tres colinas de aquel sitio y hasta que llegara al suelo, atrajo consigo una gran estructura de piedras para lanzarselo. ─ ¡Yo merecía ser uno de los Diez Mandamientos!

Una vez que se lo lanzará hizo que un gran temblor hubiera en aquel lugar y un gran hueco se viera marcado en la tierra y lleno de escombros.

─ Pero el hijo del Rey Demonio lo convenció de negarme mi derecho. Jamás lo conocí, pero su nombre era Meliodas.

─ ¿Ya terminaste? ─ Intervino el de menor estatura estando detrás de Bellion.

─ Aún no...

Por otra parte, en donde se encontraba aquél Demonio de cuerpo de dos colores que realizaba un ritual, unos soldados intentaron atacarlo hasta que delante de ellos aparecieron una clase de símbolos de un tono morado y ellos cayeron tendidos al suelo. Hasta que varias pequeñas lanzas se clavaron en su cuerpo y pudo ver que arriba se encontraba un joven de la Raza de las Hadas.

─ ¡Pecado de la Lujuria - Gowther entra en escena! ─ Apareciendo aquel muñeco, lanzó un ataque a la par que su otro compañero. ─ Ataque: Marioneta.

Ataque: Fuego contra fuego.

Pero no dieron resultados sus ataques debido a que ese Demonio se habria desvanecido con las protuberancias de su cuerpo. En un descuido del muñeco fue a parar en aquel símbolo al igual que el otro Pecado que lo acompañaba y estos fueron sostenidos por aquella parte rojiza del contrario que los controlaba a que se atacarán entre sí y que sus almas fueran devorados por el.

Pero aquella parte de su cuerpo mostró los rostros de ellos y de apoco lo fue consumiendo a él hasta darse cuenta que se trataba de una pesadilla terrorífica que le mostró el de cabello rosado para inmovilizarlo hasta que King lo atacar con Chastiefol convirtiéndolo en un ser de piedra y de una patada se deshicieron de él.

En otro lugar no muy lejos estaba la Gigante que perseguía a la única mujer de aquel grupo de demonios que deteniéndose intento atacarla con su latigo pero la de coletas volvió su cuerpo en metal y muy frustrada ante que su ataque no la lastimaba. Terminó atacando a la piedra en la que pisaba la gigante que casi termina cayendo al vacío de no ser por una cuerda gruesa.

─ ¡De verdad eres una niña estúpida, que no sirve para nada!

─ ¡¿A quién llamas estúpida?! ─ Detrás de Galla se encontraba el rey de las Hadas que muy molesto ante que insultaban a su amada lanzó al ataque varias lanzas pequeñas que persiguieron a la demonio.─ ¡No permitiré que insultes a Diane!

Merlin por su lado se encontraba enfrentando a aquel demonio de apariencia de un león con diversos elementos a la igual que él; agua, tierra, hielo, fuego. Usando una esfera de ilusión que a la vista parecía ser un elemento resultaba ser otro, el contrario intento enfrentarla con solo dos elementos; fuego y hielo. Pero ella lo atacó con otros dos elementos más. En su último intento, aquél león creó una barrera anti-material pero que fue desaparecida con solo el chasquear de dedos de la maga que seguidamente comenzaría a perseguirlo ya que este buscaba huir de ella ante sus intentos fallidos contra sus ataques.

─ ¡Aver que hacen contra este ejército de Demonios! ─ Grito Galla siendo perseguida por la gigante y el hada, cuando estaba apunto de usar su latigo con los Demonios que encontró delante de ella, vio como estos fueron partidos a la mitad, miró al ocasionante de estos que se trataba de un hombre con bigote.

─ ¿Eso es todo lo que tienes? Esperaba una batalla menos decepcionante. ─ Dijo Escanor volteandola a ver teniendo a su alrededor un gran campo de muertos Demonios; grises, azules, rojos o hasta incluso los que ella había transformado.

─ E-Es imposible. ─ Negándose, Galla escucho a lo lejos el grito asustado de su compañero que huía del pecado de la Gula y fue entonces como última medida lo azotó, transformándolo en una enorme bestia que estaba apunto de golpear a Merlín.

─ ¡Ahora morirás! ─ Pero su golpe fue detenido con solo una palma de la mano de Escanor que estaba enfrente de ella protegiéndola.

─ Aquél que intente colocarle un dedo encima a mi Lady.
Tendrá que vérselas conmigo.

─ ¡Humano Insignificante! ─ Gruñó mientras comenzaba a repartirse una lluvia de golpes a este pero que no le hacían daño. ─ ¡Un simple Humano no es rival para el león del orgullo de los caballeros negros!

─ Un debilucho como tú, no es digno proclamarse Rey. ─ Alzando su Tesoro Sagrado dio una gran cortadura que llego hasta muy lejos que sobresalía de aquel reino y acabo con él con este mismo ataque que lo termino pulverizando.

─ No puede ser...─ Murmuro Galla asustada ante lo que vio, apunto de huir de aquella batalla, vio a la gigante con su gran martillo realizando unas maniobras con éste.

─ ¡Martillo doble!

Del suelo salieron dos rocas en forma de manos que la retuvieron hasta que empezó a sentir miles de cortadoras por parte de su cuerpo...

Abejorro.

En su último intento de escapar con su latigo se deshizo de aquellas Rocas pero entonces lo peor estaba por venir ya que Diane junto a King combinaron sus ataques hasta vencerla y cayera en medio de los árboles.

─ ¡Lo hicimos! ─ Chocaron las palmas aquel dúo.

⎯⎯ ☁️ ⎯⎯

Los Siete Pecados Capitales...Jamás imagine que existían seres tan fuertes. ─Admitió Soria que se encontraba con algunos de sus soldados. ─ Si son de la superficie, significa que Solaad decía la verdad. Y aquel grupo de rebeldes, nunca pensé que se pondrían de nuestro lado, muchas sorpresas que aparecen una tras otra.

─ ¡Maestro Soria! ─ Gritó uno de sus soldados que se le hacercaba.─ Solaad, esta peleando contra el líder de los Demonios.

─ ¿Qué dices?

Sin dudarlo, aquél hombre fue a ayudar a su hijo de aquel demonio, dejando atrás al grupo de sus soldados sin saber que una vez se retirara llegarían Elate junto al verdadero Solaad que tenían en manos ambos a un albino y a una peli-rojiza de cabello corto llegando hasta ellos.

─ ¡¿Todos están bien?!

─ ¿Dónde está mi Padre?

Una vez aterrizarán estos vieron que los soldados andaban confundidos mirándose entre sí.

─ Si usted está aquí...entonces, ¿quién está enfrentando al líder de los Demonios? ─ Preguntó uno de los soldados que andaba malherido.

─ ¿A quién vieron y en donde? ─ Soltó Nikkal hacercandoseles en busca de respuestas a sus dudas.

─ Creíamos que era el amo Solaad y se encontraba abajo de aquella colina en el medio de las casas. ─ Señaló el recién llegado a unas colinas a lo lejos.

─ Conozco un atajo. ─ Murmuro la oji-amatista para acto seguido correr con todas las fuerzas que tenía ignorando los gritos de que se detuviera de Elate.

─ ¿Venía ella con los Siete Pecados Capitales?

─ No, ella es la líder de la organización que nos ayudaron. ─ Contestó Solaad al soldado que hacia aquella pregunta y quedó un tanto confundido al igual que el resto de sus compañeros.

No muy lejos, seguía el combate entre el líder de aquel grupo de demonios contra el líder de los siete pecados capitales, que el poder entre ambos parecía estar igualitario pero esto dependientemente subía o baja a favor del otro.

─ ¿Te molesta no haber sido elegido para pertenecer a los Diez Mandamientos? ─ Cuestiono el de mechones rubios observando a su contrincante.

─ ¡Si! ¡Porque ese era mi derecho!

─ Si eres tan susceptible al rechazó, entonces el Rey tuvo razón en negarte. No eres más que un pobre llorón.

─ ¡¿Qué dijiste?! ─ Apartándose de él y en un momento de descuido le mando un golpe hasta que estuviera entre los aires para mandarle otro golpe que lo llevara al centro de unas casas que estaban por ahí. ─ ¡¿Quién te crees qué eres?!

Apunto de atacarlo con su espada vio como de aquel rubio de su cuerpo emanaba cierta materia oscura, tomando por sorpresa a Bellion que se detuvo al ver aquella marca en su frente.

─ Soy tu peor pesadilla.

─ No puede ser, eres un Demonio. ─ Susurro el de cabellera blanquecino, mientras tanto en una de las casas se encontraba una joven chica que intentaba recomponerse después de correr a gran velocidad.

《Entonces...era verdad.》

─ ¡¡SOLAAD!! ─ Interrumpiendo sus pensamientos vio a lo lejos al maestro de los soldados con la espada celeste en sus manos.

─ ¡Detente! ─ Grito el oji-esmeralda al ver a Soria que se fue en contra de aquel Demonio para atacarlo con aquella espada pero fue en vano, ya que fue atravesado por la espada de este, más no se iba a quedar así ya que con sus últimas fuerzas sostuvo su espada celeste y con un corte le arrebató su brazo a Bellion.

Entonces Soria cayo al suelo aún con la espada que atravesaba su torso, el de mechones rubios preocupado ante su condición se hacerco para ver su estado.

─ ¡¿Qué fue lo que me hiciste?! ─ Grito enojado el líder de los Caballeros Negros al ver que su brazo no se regeneraba con materia oscura por más que lo intentará muchas veces.

─ Esta espada nos fue entregada por la Diosas...fue forjada para sellar y eliminar a toda la Raza Demoniaca. ─ Susurró con lo poco de conocimiento que le quedaba ya que estaba apunto de caer inconsciente debido a la gran pérdida de sangre que salía de su herida.

─ ¡Ya basta! ─ Grito el de menor estatura al ver como aquél hombre aún con aquella espada atravesada seguía en pie y que casi se volvió a caer de no ser porque lo sostuvo. ─ ¡Ya no sigas!

─ Hijo mío...Perdóname.

Fue entonces que aquel brazo del demonio que estaba en el suelo comenzó a moverse con el control que aún tenía su cuerpo sobre este y fue en donde estaban aquellos dos hombres...

De no ser por una flecha que atravesó aquel brazo y sujeto contra el suelo quien sabe que habría pasado. El cuerpo de aquél demonio ya no tenía control de aquel brazo apenas había pasado el tiempo.

─ ¡¡Maldita mujerzuela!! ─ Muy enojado, Bellion fue a por la peli-rojiza hasta sostenerla por su cuello y hacerla chocar contra la pared de una de las casas con su única mano, había arruinado su plan y la última cosa que le hubiese sido útil antes de perder su mano...

Meliodas quien al ver a Nikkal en problemas, no dudo ni un segundo en activar su marca demoniaca, dejando a Soria en el suelo a un costado para ir directamente donde ellos para apartar la sucia mano de aquél demonio de su querida Nikki...

La mano fría de aquel demonio que se cerraba entorno a tu garganta la hiso crujir ligeramente, sentías como tu conciencia se te escapaba lentamente, querías llorar de impotencia al no poder hacer nada y por lo débil que te sentias ...

Tuviste un breve desmayo, miraste a tus alrededores en busca de Bellion que no se encontraba por ahí. Por los cielo, querías saber que pasaba...hasta que sentiste el suave toque de unos dedos por tu cuello, ver aquellos mechones rubios fue como si supieras que ya estabas fuera de peligro, por ahora...

─ Nikki, ¿Te encuentras bien? ¿Puedes oírme?

Querias decir algo pero no podías ya que sentias la garganta muy seca, intentas respirar pero es más como si tu cuerpo se hubiese olvidado de hacerlo, tragas aire pero no mucho porque podías sentir como si algo tapara tu pecho.

Miras alrededor notando que el oji-esmeralda te sostenía entre sus brazos como si fueses un bebé, notaste entonces no muy lejos el cuerpo Soria que aún seguía atravesado por aquella espada pero ¿Dónde estaba la espada celeste...?

Toses y sentias como si tu propia garganta se te desgarraba ─ M-Meliodas...aléjate de mí...─ Fue lo último que pudiste mencionar antes de caer inconsciente en sus brazos.

El de menor estatura sintió entonces como sus compañeros se iban hacercando a ellos pero sentía que algo más se avecinaba contra él y levantandose de su sitio dejando en el suelo a la peli-rojiza delicadamente sin lastimada o que se golpeara su cabeza.

Cuando estaba de pie, una espada lo atravesó por su abdomen y la fuerza ejercida en la espada lo mando para atrás lejos de la inconsciente Nikkal para verse a la cara con Bellion que lo habría atravesado con la espada celestial...

Intento retirar aquella espada pero no podía por mucho que lo intentará, solto un gran grito de dolor hasta quedar inconsciente con aquella espada atravesandolo. Sus camaradas aceleraron el paso para hacercarsele antes de que aquel líder de los Seis Caballeros Negros volviera atacarlo.

Pero llegando primero, Ban lo atacó mandandolo a que chocará con una de las casas de alrededor, aquél demonio por su parte atrajo su espada hacia él para luego desaparecer de la vista de todos.

─ El muy maldito escapo.

Los demás pecados se reunieron alrededor de su líder que alparecer no respondía a ninguno de sus llamados...

─ No puede ser el capitán esta... ─Miró Diane el estado en el que estaba y grito pensando en que quizás despertaría.

¡Capitánn!







































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