Minho besa sin perder el control completamente al menor, éste enrosca sus brazos alrededor del cuello del mayor quien muerde posesivamente el labio inferior del omega, éste gime sin sentir vergüenza.

Ya no siente vergüenza.

Minho lo conoce en tantos sentidos y está esperando su cachorro, no tiene por qué sentir vergüenza de gemir y sentir deseo de ese alfa que sin dudas provoca muchas cosas en él, ahora justamente deseo y excitación.

- Minho - Él llama sobre los delgados labios del alfa, su cuerpo anhelando ser tomado y poseído por el del alfa quien también desea lo mismo.

Ambos dejándose llevar por sus instintos sin siquiera pensarlo dos veces.

- Dime, bebé.

- Te necesito.

Su voz sale bajita, como si quisiera que nadie escuche lo que está diciendo, solamente el mayor quien sonríe y quita la campera del menor, éste la ve caer sonriente porque mierda, ha esperado tanto por volver a ser envuelto en los brazos de su alfa.

Del amor de su vida.

- También te necesito, demasiado.

Tira del labio de su omega y sonríe al escuchar el dulce gemido proveniente del menor quien se siente algo mojado, sabe que mucha lubricación no podrá tener ya que al estar embarazado eso deja de ocurrir, pero algo mojado se siente.

- No quiero lastimar al bebé.

El omega sonríe al escucharlo, él sabe que no podrán dañar al bebé porque había hablado con un médico sobre tener relaciones sexuales, no hay nada de malo, solamente no se pueden hacer movimientos bruscos pero después, era libre de tener sexo cuantas veces quiera.

Todavía recuerda lo carmesí que sus mejillas estaban debido a las preguntas, y también recuerda cuando el médico preguntó por el padre del bebé, él simplemente dijo que no había podido asistir.

- No sucederá nada - Afirmó sin perder contacto visual con el mayor quien asintió y besó castamente los labios del menor.

Agarró su mano y comenzó a caminar hasta su habitación, no iban hacerlo en ningún lado que no sea cómodo, no iba a permitir que su omega esté incómodo, ahora estaba primero él y su hijo antes que todo.

Él no importaba.

- Necesito que me beses, no dejes de hacerlo - Su voz parece de súplica y es así, ha extrañado tanto a Minho que no quiere seguir perdiendo tiempo, quiere ser besado una y otra vez, así, sin parar en ningún momento.

Es desesperante que Minho no lo bese, estuvo dos meses y un poquito sin probar los labios de su alfa.

¿Por qué ahora tenía que contenerse cuando todo estaba bien entre ellos y se desean?

Sus labios de unen nuevamente pero ésta vez sin la intensión de separarse, quieren cruzar la línea, Jisung enrosca sus piernas en la cintura del mayor una vez que éste coloca sus manos justo donde se encuentra sus muslos, a pesar de que su vientre los separa un poquito no es impedimento para acercarse y besarse, sin detenerse.

La ropa comienza a desaparecer en un abrir de ojos.

Primero la remera de Jisung que deja a la vista sus pezones hinchados debido a que pronto tendrá que amamantar, el mayor muerde su labio al observarlos y se contiene de colocar uno en su boca, tal vez más tarde lo haga.

Prosiguieron con la camisa negra del mayor, Jisung se encargó de desabotonar lentamente cada botón, queriendo recordar éste momento siempre, quiere tenerlo presente siempre. La camisa cae al suelo y el omega acaricia los bíceps de Minho quien besa la mejilla del menor, éste sonríe y toca el rostro del alfa con sumo cuidando.

- Eres real - Minho sonríe con lágrimas en sus ojos al igual que Jisung, porque para ambos es algo irreal aún tener al otro cerca, acariciándose lentamente, ha sido un largo camino porque pasaron tantas cosas. Sin embargo su amor sigue allí, intacto, como la raíz de una flor.

- Soy real amor, somos reales - Besa la nariz del menor y lo deposita lentamente en la gran cama.

El omega abre sus piernas y baja su pantalón deportivo, lentamente, Minho lo ayuda lentamente, ve las piernas del rizado las cuales tiene sus muslos más anchos debido al embarazo, ha engordado un poco y eso le atribuyó en sus muslos.

Todo ha ido a sus muslos.

- He engordado - Murmura con un poco de timidez, sabe que ha engordado, las tallas se lo han sabido comunicar.

- Te ves precioso - Murmura mientras besa con delicadeza los muslos del menor, éste cierra los ojos y se deja llevar, sin pensar en nada más que Minho.

Su mente, su corazón, su alma, su sangre, su omega piensan en una sola persona.

Minho.

Cuando ambos quedan en ropa interior hacen fricción, sacando gemidos del otro, sus labios hinchados por sumamente sexy para la mirada del otro. Los dedos de Minho rozan los labios del menor y el menor pasa su lengua por ellos, creando más deseo para Minho.

Él no puede tener suficiente del menor.

Su mirada va hacia donde iría la marca, donde justo él mordería en cualquier momento y haría que Jisung sea suyo, aunque lo sea ya, pero habría un lazo de por medio.

- ¿Te gustaría que te marcara? - Los ojos del omega brillan al oír esas palabras.

- ¿Tú estás hablado enserio? - El mayor asiente mientras toca con sus dedos donde morderá.

- Sí, amor, muy enserio

- Sí quiero, siempre serás tú, siempre tú - El alfa sonríe y une sus labios, no sabe la cantidad porque con el rizado a su lado él pierde la noción de todo.

Sus ropas interiores desaparecen en un abrir y cerrar de ojos dejándolos completamente desnudos ante la vista del otro, sus respiraciones delatándolos al igual que sus jadeos, sus cuerpos queriendo encajar de una maldita vez.

Y sucede.

Encajan, Minho lo penetra suavemente mientras susurra un 'te amo' en el oído del omega quien se aferra a los hombros del mayor, queriendo tener un sostén en algo, sus ojos cerrados, su corazón latiendo rápidamente contra su pecho y sus piernas enroscadas alrededor de la cintura del mayor queriendo ayudar a que la penetración sea más profunda.

Sus cuerpos acoplados comienzan a moverse lentamente, disfrutando del calor del otro, sintiendo cada sentimiento que hay. Sus besos son lentos pero profundos, no hay palabras porque cada caricia, silencio les dice todo.

No hay necesidad de decir algo.

Minho lleva sus labios y chupa el lugar donde haría que sus vidas se acoplen, donde iría el lazo. Muerde sin perder tiempo.

Entierra sus dientes y los deja por un par de segundos. Jisung gime y arquea su espalda gimiendo por lo bajo el nombre de su alfa, todo da vueltas y se siente desfallecer.

Minho quita sus dientes y observa maravillado la mordida, pasa su lengua para que la saliva ayude a curarla.

Observa a su omega y lo ve destrozado de una hermosa manera.

Ojos brillosos, labios hinchados y rojos, espalda levemente arqueada y frente sudada.

Es una hermosa vista para el alfa.

Él sigue moviéndose lentamente dentro y fuera del cuerpo del menor quien gime sintiéndose aflijido, sintiéndose completamente sensible aún por el orgasmo.

Cuando Minho se corre y su nudo comienza a hincharse, él besa los labios de su omega, pero ambos se observan a los ojos.

Y así quedan lo que resta del día, observándose a los ojos y con sus manos entrelazadas sobre el vientre del menor donde su cachorro está.

Te pertenezco, nos pertenecemos, Honnie.