10
—¿A dónde iremos?.
Jisung hablaba mientras se encontraba en el baño, prácticamente está gritando, Minho está en su habitación acostado observando la habitación del menor algo sorprendido.
Al omega le gusta demasiado el rosa.
—Sorpresa, bebé.
Grita, el menor abre la puerta y lo ve, vestido sumamente hermoso, un pantalón blanco y una remera que prácticamente es algo transparente, deja ver sus pezones.
—No, no irás así, se te ven los pezones.
El menor baja la mirada y ríe, se encoge de hombros y niega con la cabeza, él irá como él desee.
—Minho, ¿cómo te explico? No me voy a cambiar, o voy así o no voy, fácil y sencillo.
Sonríe.
—Jisung...
El bicolor niega, se acerca al alfa y coloca su dedo índice en los labios del alfa quien lo observa con las pupilas dilatadas.
—No, Minho, eso o no salgo contigo.
Ríe, y Minho sabe que tiene que ceder o no podrá tener al omega con él.
—De acuerdo, aunque debes llevar un abrigo.
El omega rueda los ojos, de todos modos, cede, después de todo quiere complacerlo aunque jugar un poco con el ojigris no está para nada mal.
¿O sí?
—Vamos.
El bicolor entrelaza la mano del mayor cuando éste se la da y salen del departamento cerrando con llave, el ojigris aprieta el botón para llamar al ascensor y cuando las puertas abren ellos entran, hay una pareja de ancianos que los observan con curiosidad en sus ojos.
—Se parecen a nosotros cuando éramos jóvenes.
El anciano ríe y asiente, después toce.
Jisung muerde su labio.
Es lindo ver a una pareja que al parecer han pasado toda su vida juntos, él quiere algo así, observa a Minho quien los observa con una sonrisa y sinceramente está sintiéndose completamente culpable.
Todo por pensar en lo que no ha tenido en su vida.
Se ha dejado comprar.
Comienza a sentirse culpable lentamente.
—¿Te gusta?.
El bicolor asiente, mira a su alrededor y nota cuán caro es el restaurante, algo que él nunca ha visto en toda su vida.
Siempre ha vivido en la calle y comía sobras de los restaurantes, pequeñas cosas que a veces estaban en mal estado.
—Sí, mucho.
No miente, pero no se siente a gusto completamente, siente que no encaja y puede que no. Estos meses ha ido a restaurantes caros, pero nada comparado a éste, tiene algo más fino y lo hace incomodar.
—¿Qué te gustaría pedir?.
—Lo que tú pidas está bien.
Sonríe, no tiene deseos de comer, se le ha ido el apetito.
—¿Seguro que no quieres fijarte qué hay? Pide lo que tú quieras, yo invito.
—No, no, no siento mucho apetito, lo que pidas tú está perfecto.
Trata de convencerlo y al parecer lo logra cuando Minho sonríe asintiendo.
Pide una ensalada para cada uno con un pescado.
A Jisung se le hace agua la boca, desde que ha probado el pescado ha quedado enamorado, cada vez que puede come eso, es como su platillo favorito. Cuando aún seguía en casa de Chan, al menos tres veces a la semana comía.
Chan se preguntaba ¿por qué comía tanto pescado?
Se había vuelto su obsesión además después de todo es bueno.
Una vez que la comida llega Minho observa detenidamente la forma en la cual el omega come, delicadamente, cuidándose en todo momento, ríe porque realmente no le importa si no sabe cómo usar los cubiertos u otra cosa.
Eso sucede, Jisung entra en pánico al ver tantos tenedores, cada uno para una comida en especial, pero hay uno para la ensalada y en este preciso momento no recuerda.
—El tercer tenedor, amor.
El bicolor levanta la mirada y asiente sonrojándose, no es capaz de decir una excusa, se siente avergonzado.
—Te ves adorable sonrojado.
—Basta, me haces sentir calor.
Minho ríe y niega mientras lleva un bocado de pescado a sus labios, mastica y traga.
—Eso no es calor, bebé, calor es otra cosa, ya lo sabrás.
Frunce el ceño al oír eso, pero después entiende el doble sentido y rueda los ojos.
—Eres un pervertido de primera.
—¿Qué comes que adivinas?.
Jisung ríe y niega, le agrada y se siente tan bien estando con el empresario.
Es algo inexplicable.
¿Acaso el destino está jugando con él y quiere que los planes que tenía se modifiquen?
Al parecer sí.
Minho le hace preguntas durante el almuerzo, algunas respuestas son mentiras, pero en otras él es completamente sincero, los ojos del ojigris brillan al oír todo lo que el omega dice, está atento, completamente a todo lo que sale de sus labios.
Cuando Jisung decide preguntar, Minho es muy sincero.
—¿Te sientes atraído hacia mi?.
El muerde su labio, coquetea, parpadea y sus mejillas vuelven a sonrojarse.
—¿Qué clase de pregunta es esa?—Sonríe — Sí, mucho.
Y yo por ti, alfa.
—Es bueno saberlo.
Sus ojos volviéndose pequeños completamente.
Hay un deje de perversión en su voz al decirlo y a Minho le encanta porque ha captado lo que quiso decir.
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