Siempre ha estado sólo, desde que tiene memoria ha vivido en la calle, sin dinero, robando comida para poder sobrevivir.

Muchas veces las cosas salían mal y terminaban mal y tenía que ir a la comisaría.

Ya era conocido ahí, era apodado como 'el omega ladrón'.

Cada comentario que recibía por parte de la gente cada vez que pedía un poco de dinero o comida eran hirientes. Es por ésta razón que se ha vuelto alguien duro, sin escrúpulos que no le importa nadie.

Ya no confía en nadie, tampoco cree que haya alguien bueno en la vida.

Todo cambia el día que un hombre con porte elegante estaciona el auto y camina hacia él con una sonrisa que al pequeño omega le dio miedo.

Solo un poco.

-Eres un omega muy bonito como para estar aquí, hurgando en la basura por dinero - El hombre tapa su nariz y traga saliva - Creo que mi propuesta ayudara a que salgas de aquí.

Mira con total desagrado su alrededor.

-No soy esa clase de omega que tendrá sexo por dinero.

El más alto ríe y niega.

-Ay niño, no será eso lo que te diré que hagas, eso lo harás si quieres, deja que te lleve así podrás cambiarte, comer algo y ser un poco decente

Jisung traga saliva, la palabra 'comer' hace que le brillen los ojos, hace tres días que no ha comido, tiene demasiada hambre y si, suena loco pero está considerando aceptar aquella propuesta.

-De acuerdo.

(...)

Su boca se abre en sorpresa al ver la casa, es lujosa, demasiado, los sillones, los muebles, los cuadros de miles de dólares que él supone que han costado.

Todo lo sorprende.

-Ve a bañarte.

Él asiente y una mujer lo acompaña para ir hasta el baño, él ve la ropa, sonríe porque ni en sus sueños tendría esa clase de ropa.

Es de marca, sabe que ha costado demasiado.

La mujer sale del baño y él se desnuda para poder bañarse y quitarse el horrible olor que tiene encima, apestaba, demoraría horas en quitarse ese maldito olor, era como si estuviese impregnado en él.

-¿Acaso es un sueño?.

Puede que lo sea y si lo es no quiere despertar jamás, se siente por primera vez alguien, una persona con algo de elegancia, por así decir, quien lo viese no lo reconocería.

Sus rulos brillan, su piel está más blanca, su todo estaba limpio.

Agarra con sumo cuidado la ropa y se la coloca, una vez que se ve en el espejo abre la boca sorprendido.

¿Es él?

Si, claro que lo es.

Baja a la sala de estar y ve al hombre, quien aún no le ha dicho su nombre, él le sonríe y lo acompaña para que se siente.

-Antes que nada quiero presentarme, soy Christopher Bang, el dueño de todo esto, sé que piensas que querré aprovecharme de ti pero no es así, quiero ofrecerte algo que sé que no podrás rechazar.

Él frunce el ceño ya que no entiende de qué está hablando.

-¿Que quiere proponerme?.

Chan sonríe malévolamente.

-Quiero que seas el omega de Lee Minho para que lo estafes.