007
꧁Accidente꧂
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ITACHI P.O.V
Estaba manteniendo una interesante conversación con Candy via WhatsApp. Al principio pensé que todo esto de conocernos virtualmente no funcionaría, pero me equivoqué enormemente. Estos últimos dias hemos estado hablando durante mis ratos libres, y hemos llegado a aprender mucho sobre el otro.
Si antes pensaba que esa chica era genial, ahora puedo confirmarlo. Está estudiando administración en una de las mejores universidades de la ciudad, a la cual logró ingresar gracias a una beca que solicitó mientras cursaba el bachillerato. En su tiempo libre ayuda a su madre con su tienda de dulces, y luego toma clases de repostería con ella.
Además de todo eso, hablar con ella era sumamente interesante. Siempre encuentra la manera de mantener viva la conversación, comentando sobre diferentes clases de temas, y agradezco mucho que haga eso, porque yo soy terrible conversando.
Fruncí el ceño confundido cuando todo a mi alrededor quedó a oscuras. Ya había cancelado el recibo de la luz hace un par de dias, así que que seguramente era una falla general.
Para asegurarme me acerqué a la ventana, confirmando que todo el vecindario estaba sumergido en oscuridad. Las luces de las casas vecinas estaban apagadas, al igual que los postes de luz que alumbraban las calles.
Gire la cabeza rápidamente al escuchar como Sasuke me llamaba. Se me hizo complicado llegar hasta la puerta, ya que no podía ver absolutamente nada, y para empeorar las cosas, creo que olvidé la ubicación de todos mis muebles.
―Agh, ¿desde cuando tengo esta mesita aquí?―mascullé enojado, sobando mi rodilla para aliviar un poco el ardor que me causó el haber chocado contra la madera.
Salí rápidamente al pasillo, quedándome pasmado sin saber a donde ir. ¿Por qué mi sentido de la orientación es tan malo?
―Eh... ¿donde estas, Sasuke?―hablé en voz alta, a la vez que colocaba una mano sobre la pared para guiarme un poco.
―¡En la cocina! ¡Apúrate!―grita, y por su tono de voz, era claro que se encontraba nervioso. Mi hermano aún seguía durmiendo con una pequeña luz de noche, así que no me costaba imaginar lo asustado que estaba ahora.
Me sostuve del pasamanos de la escalera para empezar a bajar. Mi vista aún no se acostumbraba del todo a la oscuridad, y seguía sin poder distinguir absolutamente nada. Me detuve a mitad de las escaleras, ya que de pronto algo me llegó a la mente, haciéndome sentir sumamente estupido.
Olvidé que mi celular tenía linterna.
O peor aún, olvidé que tenía una linterna real en mi habitación.
Decidí volver a mi cuarto por aquella linterna, no se cuanto tiempo dure este apagón, y no quiero que mi celular se quede sin batería. Me di vuelta para empezar a subir los escalones, y mientras lo hacía mi pie pisó algo extraño, y sin darme cuenta terminé perdiendo el equilibrio.
La sensación de caer por las escaleras no es muy agradable, pero debo decir que no sentí ningún dolor en el momento, hasta que por fin mi cuerpo terminó impactando en el suelo. Sentía un inmenso dolor en mi pierna izquierda, y un poco de ardor en algunos puntos específicos de mi cuerpo.
―¡Ya no vengas, idiota, llegó la luz!―pude escuchar el grito de Sasuke a lo lejos. Abrí un poco uno de mis ojos para confirmar lo que decía, estaba tan adolorido que no había notado como la sala estaba iluminada nuevamente.
―¡S-Sakuke... necesito que vengas rápido!―lo llamé con dificultad. Me apoyé de mis codos para tratar de levantarme, pero el intenso dolor en mi pierna no me lo permitió.
―¡Si, iré con la misma rapidez con la que tú viniste cuando te llamé!―bramó enojado. Su voz se iba haciendo más fuerte con cada palabra que pronunciaba, dandome a entender que se estaba acercando. Pude ver cuando se asomó por el umbral de la puerta, quedándose pasmado al verme tendido en el suelo―¿E-Eh?... ¿Q-Qué te pasó?, ¿estas bien?―preguntó preocupado, corriendo hacía mi para arrodillarse a mi lado.
Estoy de maravilla, hermano, ¿no se nota?
―Mi celular... está en mi bolsillo... llama a Obito, creo que debo ir al hospital.―mascullé adolorido, arrugando la cara. No importaba si no me movía, seguía doliendo como el infierno.
Sasuke asintió rápidamente, y con las manos temblorosas buscó mi celular. Suspiré aliviado al ver que se encontraba en perfectas condiciones. Posiblemente me rompí la pierna, pero por lo menos no se dañó la pantalla del celular.
Sasuke lo colocó en altavoz, esperando a que Obito atendiera la llamada. Los tres pitidos sonaron, pero no contestó. Trató de llamar otras cuatro veces, pero seguía obteniendo el mismo resultado.
―Holaaa, lamento no contestar. Seguro es porque no me agradas, estoy en el baño o en mi boda con Rin... ojalá sea lo último.―escuché el mensaje grabado de mi primo, seguido por el pitido que indicaba que podíamos dejar un mensaje.
―Llama a otra persona...―murmuré. Cada vez sentía como el ardor en mi pierna se iba incrementando, siendo acompañado por un desgarrador dolor de espalda.
―B-Bien...―balbucea, buscando desesperado algún nombre conocido en mi agenda.
CANDY P.O.V
―Hmm... menos mal no se quemó la nevera...―murmuré luego de revisar el refrigerador. Mi madre me encomendó verificar que todos los artefactos eléctricos estuvieran en buen estado, siempre hace lo mismo cuando ocurre algún corte de electricidad ―. ¡Todo está bien, mami!―informé en voz alta, a lo que inmediatamente recibí un agradecimiento de su parte.
Desbloqueé mi celular para verificar si no tenía alguna respuesta de Itachi, pero el internet todavía no volvía, y mis datos se acabaron esta mañana. Suspiré desanimada, ahora me tocaba esperar a que volviera el wifi.
Aproveché el tiempo para subir al piso de arriba y visitar a Sakura. Ella no quiso salir de su habitación debido a su terrible miedo a la oscuridad, y tampoco me dejó entrar por miedo a que fuera alguna especie de monstruo.
O bueno, esa fue la excusa que dio. Estoy segura de que simplemente no quería dejarme entrar a su cuarto.
Hace seis años, cuando mi mamá nos dio la noticia sobre su nuevo embarazo, me emocioné mucho ante la posibilidad de tener un hermano, y ese sentimiento incrementó cuando se dio a conocer el sexo del bebé. Supuse que al tener una hermana menor, podría cuidarla, jugar con ella, darle consejos y esa clase de cosas.
Pero... no resultó tan emocionante como pensaba.
Sakura me odia. No se porqué, pero lo hace, y mucho.
Aún así, constantemente trato de mejorar mi relación con ella, ya que después de todo, apenas tiene seis años. Espero que ese repudio que siente hacía mi no sean más que celos infantiles, porque sería muy triste que me odiara por siempre.
Di un par de toques a la puerta de su habitación, pero sin decir nada. Sabía que si escuchaba mi voz no querría abrir la puerta, y lo mejor sería que creyera que era mi madre.
―¿Quien es?―escuché su voz ahogada por la puerta, haciendo que una mueca se formara en mi rostro.
―S-Soy mamá.―balbuceé, tratando de imitar la voz de mi madre. Pude escuchar como Sakura soltó un bufido de fastidio, supongo que no me creyó.
―¡Vete, no quiero estar contigo!―bramó irritada. Solté un suspiro, sintiéndome algo desanimada por su ya esperada respuesta.
Cuando estaba por alejarme de la puerta, mi celular empezó a vibrar en el bolsillo de mi suéter. Sonreí al ver que era una llamada de Itachi, y sin pensarlo mucho contesté de inmediato.
―¡Itachi, hol-...
―¡Candy! ¡n-necesito que vengas a m-mi casa por favor!―escuché una voz diferente a la de Itachi al otro lado de la linea. Supuse por el tono infantil que se trataba de Sasuke, pero la desesperación en su voz me preocupó enormemente.
―¿Sasuke?, ¿que pasó?, ¿estás bien?, ¿Itachi está bien?―pregunté rápidamente, sintiendo como mis manos empezaban a sudar al imaginar diversas situaciones.
―Y-Yo estoy bien, p-pero Itachi se cayó p-por las escaleras y... ya no puede levantarse del suelo.―murmura con la voz entrecortada. Entreabrí los labios sorprendida, pero decidí no hacerle más preguntas para no perder tiempo.
―Está bien, calmate y acompañalo mientras llego, ¿si? Dame la dirección de tu casa ―pedí, a lo que él rápidamente empezó a dictarme la ubicación de su hogar. No se encontraba muy lejos de mi casa, llegaría rápido si me iba en auto―. Bien, estaré ahí en diez minutos, espérenme.
Rápidamente bajé las escaleras de mi casa, explicándole cortamente la situación a mi madre. Ella sin dudarlo me cedió las llaves de su auto, y agradecí internamente el haber sacado mi licencia el año pasado.
Conduje hacía la casa de Itachi lo más rápido que la ley lo permitía, ya que no sería bueno que un policía me detuviera justo ahora. Podía sentir como mi corazón latía fuertemente debido a los nervios, y como mis manos tomaban inquietamente el volante. Mi padre es doctor, así que se muy bien lo perjudicial que puede resultar una caída como esa, y solo espero que no se haya fracturado nada o que tenga alguna hemorragia interna.
Suspiré para calmarme. De nada me servía llenarme la cabeza con pensamientos negativos, solo debía concentrarme en llegar para ayudarlo.
A los pocos minutos llegué a la ubicación que me indicó Sasuke, parando frente a una enorme casa, la cual no me molesté en detallar. Apagué el motor y salí cerrando fuertemente la puerta detras de mi. Sasuke salió a recibirme antes de que si quiera me acercara a la entrada, supongo que me estaba esperando.
Él me observó con el rostro cubierto de lagrimas, haciendo que mi corazón se estrujara al verlo tan afligido. Me tomó rápidamente de la mano para guiarme corriendo hacía la puerta de su casa, mientras me contaba un poco sobre el accidente.
―F-Fue mi culpa, se resbaló con uno de mis juguetes.―masculla entre lagrimas, frunciendo sus labios en un puchero. Fruncí las cejas observandolo, negando con la cabeza.
―No es tu culpa, Sasuke, fue un accidente ―traté de calmarlo, suspirando un poco―. ¿donde está Itachi?
―Ven.―me jalo fuertemente, guiándome hacía las escaleras que daban al piso superior de su casa.
Exhalé asustada al ver a Itachi tendido en el suelo, con un cojín reposando debajo de su cabeza. Una mueca de dolor estaba presente en su rostro, mientras me observaba con los ojos entrecerrados.
―¿E-Estas bien?―pregunté preocupada, soltando a Sasuke para acercarme corriendo hacía él. Me arrodillé a su lado para inspeccionar su estado, suspirando al no encontrar ninguna mancha de sangre en su cuerpo.
―Deberían dejar de preguntarme eso... no, no estoy bien ―contesta con dificultad, sonriendome forzadamente―. Perdón por molestarte, pero ninguno de mis amigos atendió y-...
―No molestas, está bien ―lo interrumpí rápidamente, negando con la cabeza. Coloqué una mano sobre su mejilla, sonriendo levemente―. Te ayudaré siempre que lo necesites, lo amigos hacen eso.
―Agh, eres tan linda que haces que me olvide de mi pierna.―susurra, soltando una corta risa que fue ahogada por un gemido de dolor.
―¿Tu pierna?, ¿que pasa con ella?―pregunté, bajando mi vista para observar dicha extremidad. Acerqué mi mano con cuidado para colocarla sobre su pierna izquierda, haciendo que soltara una maldición.
―¡Discúlpame la palabrota pero me duele mucho así que no me toques, por favor!―lloriqueó, desviando la mirada mientras apretaba los dientes.
No le hice caso y volví a colocar mi mano en la zona afectada, sintiendo como esta se encontraba sumamente hinchada. Mi poca experiencia en el tema dedujo que aquello, no era bueno.
―Bien, debemos llevarte al hospital ―hable tranquilamente. No quería preocuparlo, y a Sasuke mucho menos―. El auto está afuera, pero debemos llegar hasta el, ¿crees poder caminar un poco? Nosotros te ayudaremos.
El asintió lentamente, se le notaba nervioso. Le hice una seña a Sasuke para que se colocara en su costado izquierdo, mientras yo lo ayudaba a levantarse tomándolo por los brazos, apoyando todo su peso sobre mi cuerpo.
―Disculpa, creo que estoy algo gordo.―murmura avergonzado, haciéndome reír cortamente.
Me parecía increíble que no estuviera llorando, aunque estoy segura de que ganas no le faltan.
Con dificultad logramos llegar hasta el auto de mi madre, y con cuidado lo ayudé a recostarse en los asientos traseros, mientras Sasuke ocupaba el lugar del copiloto.
―¿El hospital no queda hacía el otro lado?―pregunta Sasuke confundido, asomándose un poco por la ventana.
―Iremos a otro, está un poco más lejos ―contesté, a lo que él me observó aún más confundido―. Mi padre trabaja ahí, me sentiré mejor sabiendo que él será quien lo atienda, además, no nos va a cobrar.
―Con eso último me convenciste.―murmura Itachi, a lo que Sasuke asintió.
Sonreí forzadamente, apretando con fuerza el volante. Itachi no estaba bien, aunque tratara de aparentar lo contrario. No quiero pensar mucho sobre eso, pero estoy segura de que sentí su hueso sobresalir cuando toqué su pierna.
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Espero que les haya gustado el cap uwu
Xdon por hacer sufrir tanto a Itachi 😔 pero ya se vendrán cosas buenas para él.
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