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²⁹


 

 

 

Johnny empujó la puerta del cuarto de Charlotte, la cerró con suavidad y se quedó allí, un momento, en silencio. Las paredes estaban llenas de recuerdos de su hija: posters de Avril Lavigne, Bon Jovi, Guns N' Roses, etc. Y un collage de fotos en su pared, aquellas que capturaban sus momentos más felices, en las mismas se encontraban fotos de ella con sus amigos, con James y Tory, son su novio, y hasta una de el, Lottie y Miguel juntos, antes de que todo se volviera oscuro.

Caminó lentamente hacia la mesa de noche, su respiración le parecía más pesada, como si el aire estuviera más denso en ese espacio tan lleno de ella, pero a la vez tan vacío sin su presencia.

Su mirada se detuvo en el collar dorado sobre la madera, un accesorio sencillo pero que había marcado un hito en su relación. El dije de corazón brillaba a la luz tenue de la lámpara de la mesilla. Un regalo que le había dado a Charlotte en su quinceañero, uno de los pocos momentos en que se sentía completamente sobrio, completamente presente. Recordaba el brillo en los ojos de su hija cuando lo recibió, la emoción pura de aquel día, el único cumpleaños que nunca olvidó, el único en el que no la defraudó.

Se acercó con la mano temblorosa, sus dedos rozaron el metal dorado con cautela, como si al tocarlo pudiera volver a conectar con ella, con la Charlotte que lo miraba con esperanza, aquella que nunca se rindió con el. Lo levantó con cuidado, como si fuera un tesoro frágil, y lo sostuvo entre sus manos. La fría cadena de oro contrastaba con el calor de sus dedos, pero el vacío que sentía dentro de él se hacía cada vez más profundo, más grande. El collar estaba allí, un recordatorio de algo que ya no existía.

La idea de que su hija lo hubiera dejado atrás, que no quería verlo, lo atravesó como una daga. ¿Cómo había llegado a este punto? ¿Cómo había perdido el derecho de ser su padre?

Ese vacío que sentía dentro de él, más grande que nunca, parecía consumirlo. Quería que Charlotte volviera. Quería gritarle que la necesitaba, que estaba completamente arrepentido de todo lo que había pasado. Pero ahora, todo eso no parecía importar. La casa estaba callada, demasiado callada. La habitación que había sido de su hija, ahora se sentía como una prisión para él. Y en su mano, el collar dorado, como el símbolo de su fracaso como padre.

Lo dejó caer suavemente sobre la mesa, mirando el reflejo del corazón que brillaba en la luz tenue. Su hija ya no estaba allí, y eso lo sabía. Pero, por un momento, deseó que pudiera volver.

Y haría que vuelva.

 

 

La tarde estaba soleada, el aire fresco y las nubes blancas, hacían que el cielo se viera digno de una foto.

Lastima que, para Lottie, este día hermoso se arruinaría al momento de llegar a su departamento.

La chica Lawrence, luego de salir del trabajo, fue al super para poder comprar los alimentos para el resto de la semana. Pensó que al llegar a su hogar, podría estar tranquila, tomar una ducha, una siesta, o tal vez hablar con sus amigos y novio...

Pero la escena que presenció al llegar, hizo que su sonrisa se borrara.

Ali y Johnny estaban plantados frente a la puerta de su departamento, ambos con una mezcla de nervios y determinación.

-- Aún no se porque debería estar aquí... -- Habló Ali. -- La primera y única vez que hablé con ella, casi escupe fuego...

-- Es nuestra hija, no podemos dejar que siga siendo una marioneta de Kreese. -- Respondió Johnny.

Ali lo miró. -- Si no querías que ella terminará allí, hubieras estado más presente. -- Dijo.

Johnny la miró, con su ceño fruncido. -- Tu nunca estuviste presente en su vida. -- Respondió de vuelta. -- Eres su madre, pero eres una extraña para ella. En cambio, a mi si me conoce...

Lottie rodó los ojos y se acercó. -- ¿Que están haciendo aquí? -- Cuestionó de manera seria, mientras llevaba dos bolsas en sus manos. Elevó una ceja y sonrió sin gracia. -- Que extraño, no sabía que había reunión familiar... -- Dijo de manera sarcástica. -- ¿Como son? Nunca tuve una.

-- ¡Isabella! / ¡Charlotte! -- Hablaron al mismo tiempo.

Ambos adultos se miraron confundidos.

-- No es Isabella, es Charlotte. -- Habló Johnny. -- Es más rudo, el otro es como llamar a una nenita.

Ali abrió su boca con indignación, con la intención de decir algo, pero Lottie se apresuró y tomó la palabra.

La adolescente dejó las bolsas en el suelo y los miró con una ceja alzada. -- ¿Que diablos quieren?

-- Venimos a hablar contigo... -- Ali tomó la palabra. -- Sobre Cobra Kai.

-- Kreese no es quien crees que es. -- Continuó Johnny. -- El solo quiere controlarte, manipularte. Como lo hace con todos, te está usando para hacer cosas que no son buenas.

Lottie se cruzó de brazos. -- ¿Y que quieren? ¿Que salga de allí? Porque si es así, no lo haré.

-- Pero Cobra Kai... -- Johnny bajó un poco la voz. -- Cobra Kai es un lugar tóxico, Lottie. No te está haciendo más fuerte, solo más... Vacía. -- Hizo una pausa. -- Recuerda lo que le hizo a Miguel, lo que le está haciendo a Hawk... No quiero ver como te pierdes en esa oscuridad.

Lottie elevó una ceja. -- ¿Oscuridad? Yo encontré algo ahí, Johnny. Algo que me hace tener el control. -- Avanzó un paso. -- En Cobra Kai, soy alguien más. Alguien que no se deja pisotear, a quien admiran...

Ali da un paso adelante. -- Hija, eso no es libertad, es solo una fachada. Un tipo de control muy diferente al que te imaginas.

-- Kreese quiere que seas su marioneta, que te conviertas en algo que ni siquiera tú misma reconocerías. No te está haciendo más fuerte, solo más fría. -- Johnny volvió a decir. -- Créeme, conozco ese sentimiento.

-- ¡Ay, por favor! -- Exclamó la adolescente. -- ¿Me vas a decir que el único lugar donde podría estar bien, es en tu dojo? -- Rió entre dientes. -- Cobra Kai es mi lugar. Y no me está destruyendo.

-- No te das cuenta, Lottie. -- Volvió a hablar el rubio. -- Es todo lo contrario. La pelea en la escuela, fue culpa de lo que Kreese metió en la cabeza de todos, donde los convierte en una máquina de matar... Les quitó lo que realmente importa. Te cambió, y te está alejando de lo que realmente eres.

Lottie no parecía impresionada. Cruza los brazos y se acerca un paso, enfrentando a Johnny con una mirada desafiante.

-- ¿Y que quieres que haga? ¿Que me una a tu dojo? -- Preguntó, y Johnny elevó sus cejas mientras asentía levemente. -- Cielos, ¿Te olvidaste de Madison? ¿O lo haces a propósito?

La mención de la pelirroja cambió el tono de la conversación. Ali se tensa, pues ya sabía lo sucedido entre ambas chicas, y cada vez que recordaba las imágenes de la pelea, se le ponía la piel de gallina.

Lottie miraba a su padre directamente a los ojos. -- Si fuera por mi, y en otro contexto, iría. Pero no quiero estar en el mismo lugar que ella. -- Comenzó a enojarse. -- Esa maldita chica me dejó en coma. ¡Me dejó en coma, Johnny! -- Exclamó. -- Y tu sigues hablando de tu dojo como si fuera la solución a todos mis problemas. No estaré en el mismo lugar que ella, ni aunque me ofrezcan todo lo que tienen.

Johnny se quedó en silencio, dándose cuenta de que la herida que Lottie tiene con Madison es mucho más profunda de lo que imaginaba.

-- Isa, no tienes que enfrentar esto sola. -- Habló Ali. -- No es solo de dojos, se trata de encontrar tu propio camino...

-- Yo te ofrezco mi dojo. -- Interrumpió el Lawrence mayor.

Ali suspiró, para mirar a la adolescente. -- Se que no necesitas un lugar como Cobra Kai para ser fuerte. Y nosotros podemos ayudarte con eso.

Lottie mira a la mujer, por un momento su expresión es más vulnerable, pero rápidamente los muros vuelven a levantarse, y se pone en guardia otra vez.

-- No necesito su ayuda. -- Dijo la adolescente. -- Ya encontré mi lugar. Y si no lo entienden, pues me da igual. No me iré de Cobra Kai. -- Miró a Johnny. -- Y no iré a tu dojo.

-- Está bien. -- Habló la mujer con una leve sonrisa. -- Solo quiero que sepas que si en algún momento cambias de opinión...

-- Las puertas de Colmillo de Águila están abiertas. -- Interrumpió el hombre.

La adolescente frunció el ceño. -- ¿De que puertas me hablas? Entrenan en un parque.

-- Entonces que sean las de casa. -- Volvió a decir.

-- ¿Quieres que vuelva?

-- Si. -- Respondió, Lottie se quedó en silencio y Johnny pensó que lo consideraría. -- ¿Volverás?

-- No. -- Respondió con una sonrisa falsa.

Charlotte tomó las bolsas del suelo y entró a su departamento, dejando a sus padres fuera con una expresión de derrota.

La chica se apoyó en la puerta, mientras soltaba un suspiro pesado y bajaba lentamente hasta quedar sentada en el suelo. ¿Por qué todo terminó así?

Por más que pareciera que no dejaría Cobra Kai, esa conversación la hizo replantearse el estar en Cobra Kai.

Pero tampoco podía irse del lugar donde la recibieron con los brazos abiertos.

Estaba harta de esta guerra sin sentido.

 

 

Al otro día, en el dojo de Cobra Kai, Lottie entrenaba. Pero no se veía como de costumbre, se veía frustrada y angustiada, actitud qué no fue ignorada por Kreese.

-- Lawrence, a mi oficina. -- Llamó el sensei.

La chica caminó, con su mirada en el cinturón de su gi. Al entrar, vio a Kreese sentado en el escritorio y le hizo una seña para que ella también tomara asiento.

Lottie se sentó y miró sus manos.

-- ¿Que sucede, señorita Lawrence? -- Preguntó el hombre. -- No se ve muy concentrada.

La rubia suspiró y lo miró. -- Es Johnny, quiere que me una a Colmillo de Águila.

Kreese, con una sonrisa astuta, escucha atentamente, pero no parece sorprendido, pues ya se imaginaba que alguien trataría de llevarse a la mejor estudiante de su dojo.

-- Johnny... No sabe lo que está haciendo. -- Habló. -- Quiere protegerte, pero no entiende que este lugar es tu hogar, Lawrence. Cobra Kai es tu lugar, el único donde te quieren de primera.

-- Pero el... No quiere que esté aquí. Dice que es tóxico...

Kreese se queda en silencio durante un momento, su mirada se endureció, pero también se vuelve más persuasiva.

-- Tu padre está equivocado. -- Dijo finalmente. -- No ve lo que realmente eres. Tu es la reina Cobra. Y este dojo es tu reino, no deberías pensar en salir de él.

Lottie lo observa con una mezcla de duda y curiosidad. Kreese, sabiendo como manipular sus emociones, voltea y busca algo en un cajón.

El hombre sacó una chaqueta roja de Cobra kai, la misma que Johnny llevaba cuando era joven, y que ella conocía gracias a que le había dado la suya a Miguel.

-- Toma esto. -- Habló el mayor. -- Es igual a la que tu padre llevaba en su juventud. Siente el poder de la Cobra, la fuerza de tu legado... Cobra Kai necesita gente como tu, verdaderos luchadores y con agallas.

Lottie tomó la prenda, tocando el material con sus manos.

-- Tu padre no ve de lo que tu eres capaz. Pero yo si lo veo. Tu serás la próxima campeona de Cobra Kai.

La voz de Kreese es profunda, llena de convicción.

Lottie, comienza a colocarse la chaqueta, y al mismo tiempo siente un retorcido sentimiento de poder dentro de ella, mientras una sonrisa inesperada aparece en su rostro. La chaqueta le queda perfecta, como si fuera una señal de que, quizás, este fuera su verdadero camino.

-- Vas a mostrarle a Johnny, que este es tu lugar, que Cobra Kai no te va a dejar ir. Porque tu, Lawrence, eres la reina Cobra.

Lottie levanta la mirada, un brillo nuevo en sus ojos. La lucha interna sigue allí, pero las palabras de Kreese, su mirada y la chaqueta roja, hicieron que toda duda que pudo llegar a tener desapareciera...

Y reafirmara que ese es su lugar.


 

 

Lottie aceleró su moto, luego de doblar por una esquina. Se sentía bastante feliz ese día, pues Robby por fin saldría de la correccional.

Eso era genial, y la ponía de muy buen humor.

La rubia se estacionó al llegar, para luego bajar y tomar los dos cascos qué llevaba con ella. Comenzó a caminar hacia la entrada de equel feo lugar, pero sus pasos se detuvieron al ver al par de hombres que se encontraban allí y, para sorpresa de nadie, discutiendo.

Terminó por suspirar pesadamente, para luego acercarse al ver que su hermano salía del lugar, con sus brazos cruzados sobre su pecho mientras escuchaba la conversación de Johnny,  Daniel y Robby.

-- ¿Es enserio? -- Habló su hermano, frente a los hombres, luego miró a su padre. -- Te dije que no te quiero aquí.

-- Eres mi hijo, quería estar. -- Respondió el rubio.

-- Yo también. -- Claro, LaRusso no se quedaría atrás.

-- Con todo respeto, señor LaRusso. Pero usted es un hipócrita. -- Habló Lottie, y los tres la miraron. -- Usted hizo que mi hermano terminará aquí.

-- Solo hice lo mejor para Robby. -- Argumento Daniel, luego miró al adolescente. -- Y se que estás molesto, pero ahora que saliste, estaré aquí. Siempre tendrás un hogar en Miyagi-Do.

-- O conmigo. -- Añadió Johnny.

-- Ustedes dos... -- Robby los miró con frialdad. -- Aléjense de mi.

El chico se abrió paso entre los hombres, caminando hasta llegar a su hermana. Los adolescentes no tardaron en abrazarse, separándose luego de unos segundos.

-- Me gusta tu chaqueta. -- Mencionó Robby con una sonrisa.

Al escuchar eso, la mirada de Johnny se dirige a su hija, sorprendiendose de lo que está llevaba puesto: Aquella chaqueta de Cobra Kai qué usaba en su juventud, la que simboliza poder, competitividad y rivalidad.

Daniel, al notar la reacción de Johnny, también fija su mirada en Charlotte. Un silencio incómodo se extiende entre ellos, pero es evidente que ambos están recordando algo más profundo.

-- ¿Que demonios...? -- Murmuró el rubio, su rostro marcado por una mezcla de sorpresa y desconcierto, como si una sombra del pasado acabara de invadir el presente.

-- Está usando la... La chaqueta... -- Daniel frunció el ceño, sus recuerdos del pasado comenzando a revivir con fuerza, la chaqueta roja, el dojo, la rivalidad de ese entonces... Su mente regresa a aquellos días de juventud, cuando el y Johnny competían por mucho más que un campeonato.

Lottie elevó una ceja al sentir la mirada sobre ella. -- ¿Que pasa? ¿Reviví sus traumas? -- Sonrió. -- Es genial, ¿No? Me la dió Kreese.

-- ¿Kreese...? ¿De verdad te dio eso, Lottie? -- Daniel no pudo evitar intervenir.

-- Si. -- Respondió con una sonrisa ladina.

De alguna manera, al ver esa sonrisa, le recordó como comenzó toda esa rivalidad que se mantuvo viva hasta el presente, casi pudo ver el rostro de Johnny Lawrence de ese entonces, el que lo molestaba y no le tenía piedad.

-- No se porque tanto drama. -- Lottie miró a su padre. -- Tu le diste la tuya a Miguel, y no hiciste un berrinche como ahora.

Lottie rió y lanzó uno de los cascos qué tenía en mano, hacia su hermano, quien lo atrapó con una sonrisa leve.

Ambos adolescentes se subieron a la moto y se marcharon del lugar.

Los dos hombres se ven a la cara. El eco de las peleas pasadas, las tensiones por el amor de una chica, y la rivalidad contante.

Entonces, Johnny comprendió...

Kreese la quería convertir en una copia de lo que el era en ese entonces.

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META PARA DESBLOQUEAR EL PRÓXIMO CAPÍTULO:

+45 Votos | +30 Comentarios

(Una vez que se llegue a la meta, subiré el capítulo)

Los comentarios en este apartado no cuentan!)

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✨️ Tali's note

Uuy, aquí pudimos ver como Lottie dudo un poco sobre su estadía en Cobra Kai 👀

Pero, muy astuto el Kreese, logró  manipularla y hacer que sus dudas se fueran jaakkaja

En fin, no tengo nada para decir, solo que tengo planeado escribir un fanfic con mi chica Tory Nichols 🏳️‍🌈😍

O con la Sam, (Pero prefiero el de Tory)

Estoy segura de que lo escribiré, pero cuando se estrene la tercera parte de la última temporada 🤸‍♀️

Así que, dejen ideas para saber que puedo escribir e inspirarme ;p

Nos leemos pronto!! <33

🌷Tali.

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