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Luego de que Lottie despertara, de un coma de dos semanas, y que James fuera corriendo en busca de un doctor, habían comenzado a hacerle algunas evaluaciones y tratamientos, para asegurarse de que no hayan problemas graves.
En estos momentos, la rubia estaba sentada en su cama mientras una enfermera la revisaba.
-- ¿Aún sientes dolor? -- Preguntó la señora, revisando la herida en su abdomen.
-- No, estoy bien. Aunque me duele un poco la cabeza... -- Respondió. -- ¿Cuanto tiempo debo estar aquí?
-- Bueno, teniendo en cuenta que recién despiertas de un coma, deberás pasar por algunas rehabilitaciones. -- Contestó. -- Pero vas por muy buen camino, linda. Pareces de titanio.
La rubia rió levemente. -- Se puede decir que me enseñaron a ser fuerte.
-- Bien, la cicatriz ya está casi sanada. -- Comunicó. -- Te traeré un Analgésico para tu dolor de cabeza, ¿Si?
Lottie asintió y la mujer caminó hasta la puerta, pero chocó con alguien, quien tenía intenciones de entrar.
-- ¡Niño! ¡No puede correr por los pasillos! -- Regañó la señora.
-- ¡Disculpe! -- Lottie sonrió al reconocer esa voz. -- Solo quería ver a mi...
-- Novia. -- Completó. -- Lo he visto seguido por aquí... Pase y tenga cuidado.
Hawk asintió y cuando la enfermera se marchó, corrió hasta la camilla de Lottie, quien abrió sus brazos con una gran sonrisa.
El pelirrojo tomó el rostro de su novia entre sus manos, de manera delicada, mientras la llenaba de besos en sus mejillas, nariz y boca. Causando que Lottie soltara una pequeña risa.
-- No sabes lo feliz que me has hecho, con solo despertar. -- Dijo el chico. -- Extrañaba tu voz, tus lindos ojos y tu risa.
La rubia sonrió. -- Te amo mucho, bonito.
-- Yo igual. -- Dijo este.
Hawk beso los labios de la chica, uno que deseaba poder dárselo desde que ingresó al hospital.
-- Te traje tus chocolates favoritos. -- Habló el ojiazul, mientras sacaba dichos dulces de su mochila. -- No le digas a la enfermera que te los traje, se supone que no puedes comer estos, solo la comida desabrida de aquí.
Lottie rió, mientras acariciaba las manos de su novio. -- Gracias... -- Dijo para luego abrir un chocolate. -- ¿Como están las cosas en el exterior?
-- La escuela es una locura, hay detectores de metal y nos revisan como si fuéramos criminales. -- Contó.
La rubia elevó sus cejas con sorpresa. -- Wow... Debe ser una locura allí afuera.
-- Si que lo es. -- Concordó el chico, mientras comía otro chocolate. -- ¿Sabes? Miguel también está en coma.
-- Diablos... Espero que se mejore. -- Murmuró, luego miró al chico. -- Se que no es de tu agrado, pero... ¿Sabes algo de Robby?
Hawk la miró a los ojos. -- Bueno, el... El fue quien tiró a Miguel por las escaleras, la policía lo está persiguiendo.
Escuchar eso, fue como si le hubiera tirado un balde de agua fría en la cabeza.
Varias preguntas comenzaron a rondar por su mente, como por ejemplo; ¿Como estará su hermano?
¿Por qué hizo semejante cosa, cuando se supone que quería frenar la pelea?
Lottie mordió su labio inferior. -- ¿Y... Mi papá? ¿El vino a verme aquí?
Hawk abrió su boca para responder, pero fue interrumpido por una voz grave, proveniente de la puerta.
Charlotte volteó hacia la puerta, sorprendiendose enormemente, al ver a John Kreese parado allí.
-- Me alegra verla señorita Lawrence. -- Dijo el hombre. -- Y esta vez despierta. -- Miró al pelirojo. -- Hawk, ¿Nos podría dejar unos minutos a solas?
El chico miró a la rubia, luego al hombre. -- Si, sensei.
Moskowitz se levantó y salió de la habitación.
Kreese volvió a mirar a la rubia, quien miraba sus manos. -- No me gusta escuchar conversaciones ajenas, pero no pude evitar escuchar que preguntaste por Johnny, ¿No es así? -- Preguntó.
-- Si, quería saber como estaba. -- Respondió.
-- Bueno, no me gusta ser yo quien te lo diga, pero... Vi como hacía de todo para entrar a la habitación de Miguel Diaz. -- Reveló.
Sintió como si un cuchillo le estuviera atravesando el alma. Le dolía respirar, le dolía pensar y recordar. Todas las promesas que Johnny le había hecho, se fueron en ese mismo instante.
Como era costumbre en ella. No pudo evitar hacerse varias preguntas; ¿No soy suficiente para el?
¿No estaba orgulloso de ella?
Le dolía pensar que estaba compitiendo con alguien más, por la atención y amor de su propio padre. Que alguien más le robó su amor...
Pero tal vez nunca le perteneció.
-- Puedo ver el dolor en tus ojos. -- Habló el hombre. -- Al saber que el prefirió a alguien más, antes que a ti.
-- Si esto es un intento, para hacer que vuelva a Cobra Kai... -- La rubia cambió de tema, con voz rasposa. -- No pierda su tiempo, porque no volveré.
Kreese se cruzó de brazos. -- ¿Y por qué no?
-- ¿No es obvio? Estuve en esta maldita camilla durante dos semanas, y tal vez esté aquí durante un largo tiempo...
-- No. -- Interrumpió. -- Hablé con los doctores, te recuperas sorprendentemente rápido. Usted es fuerte, y yo creo en que usted no volverá a cometer el mismo error otra vez. Si vuelves, podrás vengarte de aquella chica que te dejo aquí, y que se siente cómoda pensando que puede ocupar tu puesto.
Lottie lo miró ceñuda. -- No pienso volver, y menos si esa psicópata está allí.
John Kreese se acercó a la puerta, luego volteó a mirarla. -- En Cobra Kai siempre tendrás un lugar, siempre te elegiremos a ti. Sabes donde está el dojo. Y que si tomas la decisión de volver, podrías tomar todo ese dolor que sientes y convertirlo en poder. -- Abrió la puerta. -- Está en ti si quieres recuperar tu lugar y lo que es tuyo.
Sin más que decir, Kreese salió de la habitación. Dejando a Charlotte sola y reflexionando sobre sus palabras.
¿Debería volver a Cobra Kai?
Durante los últimos días, Lottie paso por cuatro tipos de rehabilitaciones, física, cognitiva, del lenguaje y del habla, y por último, la rehabilitación ocupacional.
Algo que la ponía de un muy buen humor, es que sorprendentemente, todo le estaba saliendo perfectamente bien.
Tampoco dejó de pensar en las palabras de Kreese, una decisión difícil de tomar y de buscar alguna respuesta, pero cada vez estaba más cerca de su respuesta y decisión final.
También tubo la oportunidad de hablar con Tory, donde se enteró que volvió al dojo luego de estar unos días alejada.
Al igual que con Aisha, a quien cambiaron de escuela y la mandaron a una privada, también le prohibieron el Karate, lo cual era entendible. Cualquier padre preocupado lo haría.
-- Bien, tu presión arterial y tu ritmo cardíaco están perfectos. -- Comunicó el doctor con una sonrisa. -- Si todo sigue así, te podríamos dar el alta en dos días.
-- No sabe lo feliz que me pone escuchar esa noticia. -- Dijo de manera alegre.
-- Es bueno ver a una paciente tan fuerte y alegre como tu. -- Comentó el hombre.
-- Bueno, digamos que los hospitales no me gustan, y prefiero estar tan alejada como se pueda. -- Respondió la rubia.
El hombre llevó su mano a su pecho con falso dolor. -- Auch... Yo pensé que te caía bien. -- Dijo y la chica rió. -- Ahora no haré que te traigan pasta casera.
-- Amo los hospitales... -- Dijo Lottie mientras asentía.
El doctor rió y luego salió de la habitación.
Lottie tomó su teléfono para seguir viendo su serie favorita; Skins.
Justo cuando comenzó a reproducir el capítulo donde se había quedado, alguien abrió la puerta de la habitación. La rubia rodó los ojos, odiaba ser interrumpida en estos momentos.
Lottie pauso su serie, mientras dirigía sus ojos hacia los recién llegados. Se tenso de inmediato al ver quienes eran; Johnny y Daniel estaban allí parados, mirandola sin saber quien hablaría primero.
-- Hola... -- Saludó Daniel, algo incomodo.
La rubia apagó su celular y lo dejó de lado, luego los volvió a mirar con molestia, sobretodo al rubio.
-- ¿Que quieren y que hacen aquí? -- Cuestionó Charlotte de manera seria y dura.
Daniel miró a Johnny, esperando a que este tomara la palabra, pero simplemente desvió la mirada.
LaRusso suspiró. -- Necesitamos tu ayuda para poder encontrar a Robby. ¿Has... Hablado con el, luego de lo que pasó?
-- No. -- Respondió de manera seca, cruzada de brazos.
-- ¿Estás segura? -- Insistió Daniel. -- Se que ustedes se quieren mucho, a pesar de ser medios hermanos...
-- El es mi hermano. -- Interrumpió molesta. -- Y no, no se nada de el. Y si lo supiera, tampoco se los diría. Ahora, pueden largarse.
Daniel pasó sus manos por su cabello, frustrado. -- Bien, yo... -- Miró a Johnny. -- Te esperaré en el auto.
El señor LaRusso salió de la habitación, dejando a padre e hija solos.
Lottie miraba a Johnny de reojo, al igual que este, hundidos en un silencio incómodo, ambos esperando a que el otro tomara la palabra.
Muy orgullosos como para hacerlo ellos mismos.
-- Ahmm... -- El rubio rascó su nuca. -- ¿Sabes? Miguel despertó.
Charlotte lo miró con molestia. -- ¿Vienes aquí a hablarme de Miguel... -- Comenzó a cuestionar molesta. --... Y ni siquiera me prenguntas como estoy, despues de un coma?
-- Bestia, por favor... -- Johnny trató de tomarla de la mano, pero esta la apartó bruscamente. -- Se que te fallé, y me arrepiento, ¿Bien? Pero ahora estoy aquí, y prometo arreglar lo que arruine.
-- ¡No quiero escuchar tus promesas estúpidas! -- Exclamó con lágrimas amenazando con salir. -- Eso, se irá de la misma manera en qué lo hiciste tu... Como lo hizo mamá.
Johnny la tomó del brazo. -- Bestia, deja que te explique...
-- ¡No! ¡No me llames así, maldita sea! -- Dijo entre dientes la rubia. -- Te necesitaba más de lo que te imaginas, más que a nadie. Durante dos semanas estuve en coma, y nunca escuché que vinieras a hablarme, ¡Si, podía escuchar todo! -- Se quedó en silencio durante unos segundos. -- Quería tenerte a mi lado, pero solo me dejaste tirada y me ignoraste. Desperté, pensando que estarías aquí, pero en cambio, te golpeaste a propósito para ver a Miguel, lo elegiste a el, antes que a tus propios hijos.
-- Lottie, yo...
-- Pero comprendí que solo soy yo contra el mundo. -- Interrumpió. -- Nunca te he necesitado, no te necesito, ni te necesitaré... Así que, te libero de tus obligaciones como padre. -- Dijo tomando su teléfono. -- Vete a gastar dinero en tu asquerosa cerveza, que al parecer, es a lo que más aprecio y cariño le tienes en tu vida.
Johnny volteó, pudo sentir como hablaba con dolor y rabia en su voz. -- Lo siento...
-- Lárgate, no quiero verte. -- Dijo sin mirarlo.
El rubio la miró una última vez, luego salió y cerró la puerta detrás de él.
Lottie dejó su teléfono y miró por donde se había ido, decidió que no lloraría frente a nadie, y no permitiría que alguien la viera rota.
Pero ahora no había nadie, así que lágrimas comenzaron a bajar.
Le dolía, le dolía todo lo que estaba pasando, porque a pesar de todo y de como el había preferido a alguien más sobre ella, aún sigue queriendo a Johnny con todo lo que era, porque después de todo, el es su padre.
✨️ Tali's note
Hoy capítulo cortito...
Quiero darle un abrazo a Lottie 😔
🤸♀️ Pregunta: ¿Les gustaría que vuelva a Cobra Kai, o perdone todo y esté en Colmillo de Águila?
Yo ya lo decidí, pero quiero leer sus opiniones 🌝
+20☆ Para Continuar.
💛 Tali.
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