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Jimin estaba sentado en la fría sala de espera, con la mirada perdida en un punto fijo. No sabía cuánto tiempo había pasado desde que había llegado al hospital, ni siquiera recordaba cómo había llegado allí. Todo en su mente estaba borroso, salvo por una cosa: la imagen de su alfa protegiéndolo, sacrificándose para salvarlo.

Llevaba más de media hora esperando, pero cada segundo se sentía como una eternidad. Jungkook seguía en la sala de operaciones, y el silencio que lo rodeaba solo amplificaba el caos en su interior. Jimin bajó la mirada hacia sus propias manos, temblorosas y manchadas con rastros de sangre seca, aunque en su cuerpo apenas tenía algunas raspaduras y heridas menores.

Pero Jungkook… Jungkook estaba muy mal. La última vez que lo había visto, antes de que los doctores lo llevaran de prisa a la sala de operaciones, su cuerpo parecía quebrado, frágil, y el recuerdo de su rostro manchado de sangre hizo que un nudo se formara en su garganta.

Una lágrima escapó de sus ojos, seguida de otra, y otra más. Jimin no trató de detenerlas. El dolor era demasiado abrumador. Se cubrió el rostro con las manos mientras sus hombros temblaban ligeramente, el eco de sus sollozos apenas audible en la inmensidad de la sala vacía.

—. Por favor, Jungkook… aguanta— murmuró en un susurro ahogado, como si sus palabras pudieran atravesar las puertas que lo separaban de su alfa. Lo único que podía hacer ahora era esperar y rezar para que su Alfa estuviera bien.

En ese instante, una voz familiar rompió el silencio de la sala de espera—. Jimin, hijo…—

Jimin levantó la cabeza, sus ojos empañados por las lágrimas, y vio a su madre apresurarse hacia él, seguida de su padre y sus hermanos. El omega sintió un nudo en la garganta al ver sus rostros cargados de preocupación, pero no pudo decir nada; las palabras simplemente no salían.

Su madre llegó primero, arrodillándose frente a él y tomando su rostro con delicadeza entre sus mano—. Jimin, cariño, ¿Cómo está Jungkook?— preguntó, su voz temblando mientras examinaba rápidamente el cuerpo de su hijo, asegurándose de que estuviera bien.

Jimin abrió la boca, pero el peso de las emociones lo dejó mudo por un momento. El recuerdo del accidente y la imagen de Jungkook malherido volvieron a golpearlo con fuerza.

—. No lo sé…— murmuró al fin, con un hilo de voz—. Sigue en la sala de operaciones…—

La preocupación en el rostro de su madre se intensificó, y su padre, que acababa de alcanzarlos, colocó una mano firme pero reconfortante sobre el hombro de Jimin.

—. Tranquilo, hijo, Jungkook es fuerte. Va a salir de esto— dijo su padre, aunque su voz también estaba cargada de incertidumbre.

Casi podía sentir cómo sus padres luchaban por mantener la calma. Cuando Jimin los llamó para contarles que habían tenido un accidente, So-Mi casi le da un infarto y a Hee-Sung igual. Ahora que lo tenían frente a ellos, a salvo, solo podían pensar en Jungkook el cual había arriesgado todo para protegerlo.

—. Lo siento… es mi culpa…— murmuró Jimin, las lágrimas regresando con fuerza mientras apretaba los puños contra sus rodillas.

—. No digas eso, cariño—intervino su madre, abrazándolo con fuerza mientras él temblaba entre sus brazos—. Lo más importante es que ambos estén aquí. Jungkook te protegió porque te ama, y sé que él va a luchar con todo lo que tiene para volver contigo—

Jimin se aferró a esas palabras como un náufrago a un salvavidas, aunque el miedo seguía atenazando su corazón. Todo lo que podía hacer era esperar y confiar a que su amado Alfa estuviera bien.

—. Pero ustedes no lo vieron, su...su rostro estaba cubierto de sangre que no paraba de salir, su corazón latía débilmente. É-Él se sacrifico por mí, y y-yo no sabría que hacer si mi Alfa le pasara algo por mi culpa— dijo con voz temblorosa mientras miraba sus manos, So-Mi miró a su hijo angustiada y lo abrazó fuertemente

—. Tranquilo, bebé. Jungkook es fuerte, yo creo que tú lo sabes más que nadie, así que no te preocupes tanto, él estará bien— dijo So-Mi acariciando la espalda de su hijo mientras lo abrazaba

Hee-Sung asintió de acuerdo con las palabras que dijo su esposa—. A Jungkook no le gustaría verte así, culpándote a ti mismo después de que te protegió—

Chan-Yeol observó a su hermano y se puso a su altura y limpió sus lagrimas con su pulgar—. Créeme Jiminnie, Jungkook te protegió porque eres lo más preciado en su vida, lo que más ama y el decidió protegerte a ti que así mismo. Jungkook es un Alfa fuerte, él sobrevivirá, ya verás—

Jimin sorbio su nariz y limpió sus lágrimas y asintió, debía de ser fuerte por su Alfa, debía de serlo.

—. Papá, ese accidente fue planeado. Yo pude ver como un camión venía hacia nosotros con intenciones de arrollarnos, mi Alfa lo esquivo a tiempo pero gracias a eso él perdió el control del volante y así fue como resultó en un accidente. ¿Podrías encontrar a la persona que quiso hacernos eso, papá?—

Hee-Sung soltó un gruñido ¿Quién se atrevía a tratar de hacerles daño a su hijo y a su yerno? Él que trato de hacer eso, lo iba a matar.

—. Por supuesto, hijo. Cuenta conmigo— dijo Hee-Sung retirándose para hacer una llamada

Jimin miró hacia la sala de operaciones y soltó un largo suspiro, necesitaba que su Alfa estuviera bien, necesitaba que los doctores salieran y le dijeran qué no es nada grave, eso era lo que deseaba.








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Después de casi dos horas eternas en la sala de espera, la puerta de la sala de operaciones finalmente se abrió. Jimin levantó la cabeza al instante, sus ojos hinchados por el llanto. El médico salió, quitándose el cubrebocas con una expresión seria que hizo que el corazón de Jimin se encogiera.

—. Familiares de Jeon Jungkook— llamó el doctor con voz firme.

Jimin se levantó de golpe, tambaleándose ligeramente antes de apresurarse hacia el médico—. Y-Yo soy su omega— dijo, con la voz temblorosa y apenas audible. Sus ojos se clavaron en los del doctor, llenos de desesperación—. Mi... Mi alfa, ¿Está bien?—

El médico suspiró profundamente, y la gravedad en su mirada hizo que el corazón de Jimin se detuviera por un instante.

—. El paciente recibió un golpe severo en la cabeza que le causó una lesión cerebral. Hemos hecho todo lo posible, pero, lamentablemente, no podemos asegurar nada en este momento. Tendremos que esperar hasta que pase la noche para saber si despertará, quedará en coma o… si no logra sobrevivir— Las palabras del doctor golpearon a Jimin como una tormenta, pero el hombre continuó:

—. Además de eso, tiene varias costillas fracturadas y una lesión grave en el hombro. Será un camino difícil, pero gracias a que es un Alfa en extremo dominante tal vez hay más posibilidades de que sobreviva y se recupere rápido—

Jimin no pudo soportarlo más. Sus piernas cedieron y cayó al suelo, sus lágrimas volviendo a brotar con más fuerza—. ¡No… no! Esto no puede estar pasando… — murmuró, su voz ahogada por los sollozos. Antes de que se desplomara por completo, sintió los brazos firmes de Chan-Yeol y Namjoon, quienes lo sostuvieron con cuidado.

—Jimin, hermano, tranquilo… estamos aquí contigo— murmuró Namjoon, tratando de calmarlo.

Pero Jimin no podía escuchar. Las palabras del médico se repetían una y otra vez en su cabeza, cada una como un puñal. Su alfa estaba entre la vida y la muerte y todo por su culpa. Si Jungkook no despertaba, Jimin sabía que no podría seguir adelante. La vida perdería todo su sentido si su alfa no estaba a su lado, preferiría mil veces morir qué vivir una vida sin su amado Jungkook.

Se cubrió el rostro con las manos mientras un desgarrador sollozo escapaba de su garganta. En ese momento, el mundo entero parecía desmoronarse a su alrededor. Hee-Sung regreso después de casi dos horas de estar ausente viendo el cuerpo de su hijo en el suelo mientras sus otros dos hijos lo abrazaban, si estaba de esa forma no se imaginaba lo que él doctor había dicho, esperaba que su yerno fuera lo suficientemente fuerte para recuperarse.

—. Jimin, hijo, encontré algo… tal vez tú sepas quién es— dijo Hee-Sung, colocando una mano firme pero reconfortante sobre el hombro de su hijo.

Jimin, con los ojos hinchados y el rostro empapado en lágrimas, levantó la mirada hacia su padre. Con dificultad, se puso de pie, apoyándose en sus hermanos para no caer. Hee-Sung sacó su teléfono y le mostró un video de las cámaras de seguridad. En la pantalla se veía cómo un hombre subía a un camión.

—. Mira esto— dijo Hee-Sung mientras ampliaba la imagen, enfocando el rostro del desconocido.

Jimin contuvo el aliento al instante. Aunque la imagen no era completamente nítida, reconoció al hombre de inmediato. Sus manos se cerraron en puños, sus uñas clavándose en sus palmas mientras un gruñido bajo y gutural escapaba de su garganta.

—. Es… Es Jeon Seong-Hwa — murmuró, su voz cargada de ira y dolor. Levantó la vista hacia su padre con desesperación—. Papá, por favor, encuéntralo. ¡Tiene que pagar por lo que le hizo a mi alfa! Por favor, padre, por favor venga a mi Alfa, te lo suplico— Su voz se quebró al final, y sin poder contenerse más, se aferró a la camisa de su padre, las lágrimas cayendo de nuevo con fuerza.

—. Por favor, padre… venga a mi Alfa… ¡Hazlo por mí!—

Hee-Sung, viendo el sufrimiento de su hijo, colocó ambas manos en sus hombros y lo miró a los ojos con firmeza—. Lo encontraremos, Jimin. Te prometo que este hombre no se saldrá con la suya. Pero ahora, tienes que ser fuerte por Jungkook. Él te necesita más que nunca— Jimin asintió con dificultad, aunque el peso de la angustia aún lo aplastaba. Mientras veía a su padre marcharse con determinación, su corazón clamaba justicia, pero también rezaba desesperadamente por la vida de su alfa.

Tenía que ser fuerte por su Alfa, aunque ya no le quedaban fuerzas, de tan solo pensar que su Alfa moriría, una punzada llenaba su corazón y las ganas de cambiar de lugar con Jungkook aumentaban. Pero tenía que ser fuerte, para que cuando su Alfa despertará le diera un beso en la mejilla y le dijera lo bien que lo hizo. Sí, tenía que ser fuerte por él.





No sé ustedes, pero a mi me dio mucha tristeza escribiendo este capítulo, me dolió escribir a Jimin así 💔

Haciendo cuentas mínimo la próxima semana terminaremos esta historia, ya faltan tres a cuatro capítulos para que lleguemos al final.

Espero que les haya gustado este capítulo, que tengan un grandioso día.

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