01
JiMin era considerado el tesoro del reino atlante por todos en el océano y al ser el príncipe menor del rey DongWook realmente lo era, pero su actitud distaba de ello. Se creía que al ser un heredero tenía una conciencia madura, más era todo lo contrario y junto a sus hermanos HoSeok y SeokJin eran un desastre total.
Adoraba hacer travesuras y nadar por el pueblo sin guardias siguiéndole las aletas, eso desde hace un tiempo se había convertido en su pasatiempo favorito. Sobre todo, luego de que sus hermanos mayores fueran comprometidos con otros príncipes y él lamentablemente terminará en la misma situación.
SeokJin era el heredero del reino atlante y se había casado tan solo dos meses atrás con un hombre cangrejo, el príncipe NamJoon del pacífico. Terminó marchándose con su nuevo esposo y dejó el trono en manos de HoSeok, ya que NamJoon también era el mayor y heredó su propio reino.
HoSeok fue unido en compromiso con TaeHyung, el príncipe del ártico y que era un hombre ballena. Afortunadamente, él no tuvo que marcharse aún como su hermano mayor, pero con eso su propia mano no tardó en ser otorgada.
JiMin no deseaba casarse, consideraba que no tenía la edad para hacerlo y prefería divertirse, escapar y jugar en los alrededores del atlántico libremente. Aunque tenía presente que había alguien esperándolo, ya que su padre aceptó la proposición del príncipe JungKook, heredero del antártico y un hombre foca.
Por eso planeaba aprovechar todo el tiempo que pudiera, salía del castillo y exploraba los alrededores sin temor alguno. Pero fue justamente eso lo que lo llevó a terminar en peligro, dándole un giro inesperado a su pacífica vida.
Si tan solo no hubiese salido rumbo al arrecife de corales, estaría en la calidez de su habitación y no en una jaula dentro de la bodega de un barco pirata.
JiMin se había encontrado con la peor amenaza para su especie, siempre le dijeron que los humanos no eran precisamente amistosos. Esta vez lo confirmaba, pues al ser atrapado por una de sus redes y visto por todos los piratas, únicamente recibió comentarios enfermizos y aterradores.
El capitán pretendía venderlo, quizás a algún circo como fenómeno o algún postor de mucho dinero. La tripulación estuvo de acuerdo, pero había otros más interesados en torturarlo y asesinarlo por ser una aberración ante sus ojos.
Su destino ahora estaba en manos de esas personas y solamente podía esperar lo peor. La incertidumbre crecía en su vientre y retrae su cola verdosa con pavor.
Le habían quitado sus joyas familiares, la corona de esmeralda que brindaba la manipulación del agua y el collar de zafiro que le permitía hablar con los animales marinos. Sin ellos era solo un ser indefenso y no tenía oportunidad de escapar cuando se encontraba en un sitio sin una gota de agua.
A las horas, durante el atardecer, intentó utilizar su cola para romper las tablas del barco, pero no tenía la suficiente fuerza estando fuera de su hábitat y poco a poco se debilitaba. Como tritón le era necesario encontrarse dentro del agua y si continuaba fuera de ella podría morir antes de siquiera ser vendido o algo planeado por los piratas.
—Debo volver.— se dijo a sí mismo, como si no lo supiera, nada más luchando por mantenerse despierto y no dejar que sus párpados cayeran.
Las repentinas sacudidas del barco lo ayudan a no sucumbir, pero las olas cada vez se vuelven más violentas y una tormenta se desata como nunca antes. Retribuye estos sucesos a su padre, ya debió haberse enterado de que fue secuestrado y debió usar sus propias joyas para interceder en su destino.
El rey DongWook está triste y furioso, por eso el mar está violento e inestable.
La tripulación del barco pirata lucha por mantenerse a flote, pero es imposible cuando las olas los arrastran contra un montón de piedras que interceptan en su camino. El babor y la popa terminan destruidos, como si eso fuese poco, hubo un problema en la cocina y provocó el inicio de un incendio, un peligro total considerando que hay barriles de pólvora.
JiMin apenas y logra estar consciente, se encuentra demasiado débil y por ello no se percata del momento en que todo explota, solo hay súplicas y lamentos. Sale volando unos metros por el impacto y el agua lo abraza cordialmente, lo mantiene en esa zona y él ni siquiera reconoce del todo en donde se encuentra.
—¿H-hola...?— preguntó a duras penas al ver el oscuro vacío y no es por el anochecer; es muy parecido a los mares lunares, sin un solo pez a la vista.
Su cabeza no tarda en procesar que está en un sitio peligroso, utiliza su verdosa cola herida en un intento de alejarse, temiendo estar en el hogar de depredadores. Nada realmente lento porque tiene múltiples heridas como: un golpe en la frente, una abertura en sus aletas y varios moretones en sus brazos.
JiMin no tarda en sentirse acechado y sabe que no hay escapatoria, sin sus joyas familiares no puede hablar con los animales acuáticos para detenerlos o usar el agua para huir. No obstante, continúa luchando por sobrevivir, nada lo más rápido que puede y la sangre brota de todo su cuerpo, siendo esa una clara invitación para que lo cenen.
La enorme mordida que recibe en su costado, justo en el área de la cintura y cadera, lo hacen gritar y estremecerse de dolor. Intenta alejarse, pero se encuentra en el hocico de un enorme tiburón blanco y por más que luche no podrá liberarse.
—No... suéltame— rogó JiMin desesperado con lágrimas en sus ojos grisáceos.
El animal no lo escucha, lo hunde más en el agua y lo lleva hacia su cueva submarina. No lo mastica o muerde al punto de desgarrarle la piel, pero el tritón ni siquiera se da cuenta de eso por el pánico.
JiMin no para de llorar e implorar y en algún momento simplemente termina desmayándose por todos los sucesos del día. Lo último que su mirada borrosa logró ver fue el cambio de agua, ya no era oscura, sino de un verde fosforescente.
El tiburón blanco llega a su hogar, en una sección transversal donde hay varias algas dinofíceas flotando y que al encontrarse de noche brillan. También hay otras plantas como las cianofíceas en las rocas, que son algas verde azuladas.
Es en esa área de la cueva submarina donde libera al tritón y el animal le da paso a su lado híbrido, cambia su forma y se vuelve un hombre tiburón.
YoonGi observa a detalle el rostro de JiMin, la forma suave de sus rasgos, sus regordetas mejillas y pomposos labios, va tocando todo con sus pálidas manos. Con suma curiosidad acaricia los cabellos rojos del tritón, le gusta porque es rojo intenso como el color de la sangre o la marea roja.
Repasa su cuerpo, es pequeño a comparación suya, su piel es aperlada y su cola brilla como la esmeralda. Distingue las heridas y golpes, pero no sabe cómo curarlas, su instinto lo domina y lame suavemente la frente como un gatito.
—Delicioso~.— jadeó al sentir el sabor de la sangre en su paladar, era dulce.
Es en ese momento el tiburón blanco dilata su mandíbula en reconocimiento a su pareja, aunque en realidad fue capaz de hacerlo desde la primera mordida.
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