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Aquel era un mundo en donde existían, los alfa y omegas con aromas diferentes qué sólo se podían reconocer entre ellos, estaban los dominantes y los dóciles, ambos tenían un animal interior por lo cual eran llamados cambiaforma o shifter.
Era normal ver a algunos transformarse, ya que de vez en cuando o los días de luna llena tenían que sacar a su animal ínterior para que la conexión con este no se perdiera y estos también tenían una voz interior con la cual podían comunicarse con su portador. También estaban los betas los cuales eran humanos normales sin aroma.
Solo podían concebir entre su misma especie o entre familias de especies, por ejemplo roedores con roedores (una castor y un hamster) félidos con félidos (un tigre y un gato) pero también era posible consevir con otro tipo de especie pero estos casos eran raros, ya que solo podían aquellos que fueron bendecidos por la Diosa luna, aquellos que eran destinados los cuales poseían un tatuaje de media luna y junto a esta las iniciales del nombre de su pareja, además, la marca era su más grande conexión.
Con el pasar de los años los cambiaforma depredadores lograron convivir con los más pequeños, los cuales antes eran considerados como presas.
Y el más claro ejemplo era la amistad de San y Wooyoung, ya que un tigre blanco era amigo de un pequeño hámster. Desde que se conocieron en aquel curso de lenguaje hubo una conexión inmediata, así que la confianza entre ellos fue rápida, era como si se conocieran de toda la vida.
— ¡Ninie hyung! —aquel chico de cabello castaño contrastado con rubio saltó en la espalda del alfa, rodeando con sus brazos el cuello de este.
El apodo "Ninie" Wooyoung se lo dio a San, tomando las últimas tres letras del apodo que todos le decían, pero él no quería llamarlo "Sannie" quería algo único y que solo él se lo dijera.
— ¡Hey! pequeña Florecita, hoy te ves más animado. —
El apodo de Wooyoung San se lo dio debido a que este siempre llegaba a la universidad cada día con diferentes y pequeños broches en forma de flor el cual se veía precioso en su cabello, además, de su característico aroma floral , en donde el perfume a vainilla resaltaba.
En ese momento San sostenía las piernas del omega para que este no cayera, caminó hacia una banca que estaba cerca de la biblioteca y con cuidado se inclino para dejar a Wooyoung sentado en esta.
El tigre le siguió, sentándose junto a él.
—Es porque logre pasar la materia de química. —su rostro mostraba felicidad, sacando de su mochila una bolsa de semillas de girasol, las cuales empezó a comer en abundancia.
—Youngie, no llenes tu boca, te puedes ahogar. —San con preocupación tomo el rostro del menor sonriendo al ver aquellas mejillas abultadas.
El omega término de comer las semillas qué estaban en su boca y hablo.
—Hyung bobito, no olvide que esto es normal en los hámster. —sonrió. —Diga "a" —
El peliblanco obedeció y una semilla de girasol estaba en su boca. Aquellas semillas eran lo más preciado de Wooyoung y solo las compartía con San.
—Lo sé, pero aún así me preocupo. —
Pero el sonido del teléfono de Wooyoung interrumpió la conversación, el de cabello bicolor frunció sus cejas, leyendo el mensaje que le había llegado.
— ¿Es ese alfa? —
—No. —
—No lo niegues, siempre que mientes aparecen esa tiernas orejas en tu cabeza. —San se cruzó de brazos viendo con ojos entrecerrados a su menor.
—Tontas orejitas. —con sus manos escondió en cada una de las afelpadas orejas negras que lo delataban cuando mentía. —Si, es él, quiere reunirse conmigo. —
San sintió celos y desagrado, aquel alfa no le daba buena espina, además, era el prometido de su pequeño amigo, aquella cosita dulce merecía amor y ese hombre no lo trataba de la forma que el merecía.
—Aún está mi oferta de escapar juntos. —
—No puedo, ya sabes es un matrimonio arreglado por mis padres. —
Un gruñido salió de la garganta del alfa.
—Youngie, tengo miedo de que te pase algo, no pienses que no me he dado cuenta de los hematomas en tus brazos ¿ese hombre te ha levantado la mano? —
—No, no me ha golpeado, solo que algunas veces me toma del brazo y mi piel es muy sensible. —se excuso, claro que no le diaria a San que aquello era producto de cuando escapaba de las manos del alfa, cuando este quería besarlo a la fuerza.
Agradecía que sus orejitas hayan tardado un poco más de lo normal en desaparecer , porque si no, lo delatarian nuevamente.
El peliblanco era capaz de armar un escándalo y golpear al otro alfa, no quería que el tigre se metiera en problemas, cuando San estaba enojado era aterrador.
—Si algo pasa, dímelo. —el ceño de San estaba fruncido y sus ojos azules mostraban preocupación
—Esta bien. —Wooyoung abrazó al alfa, sabía que aquello era lo único que lo tranquilizaba. —Te quiero Ninie Hyung —
San al escuchar aquello se alegro así que empezó a ronronear debido a la felicidad que sentía.
—Yo también te quiero, pequeña Florecita. —
Woo se hundió más en el pecho del alfa, amaba como este vibraba y escuchaba más de cerca aquel ronroneo, se sentía relajado, era como un tierno gato gigante.
San era su lugar seguro.
Wooyoung abrió los ojos, había soñado con su pasado, varios recuerdos de cuando estaba en la universidad habían inundado su mente, aquel tiempo en donde era feliz.
Había estado dos semanas en el hospital, en los cuales San siempre lo visitaba en sus tiempos libres, brindándole compañía, llevando comida saludable. Y hoy era el día que lo darían de alta.
En ese momento tenía muchas preocupaciones, mientras pensaba en que hacer, se arreglaba y metía sus pertenencias en una pequeña maleta.
También se había enterado dos días antes que San se había hecho cargo del pago del hospital, se dio cuenta cuando fue a preguntar a la recepción por la factura, gracias a los cielos tenía una tarjeta con ahorros los cuales le servirían en este momento de su vida.
Pero la secretaria le había dicho que todo había sido cancelando por el alfa, así que al día siguiente le agradeció e intento devolver el dinero pero Choi se negó y salió huyendo de la habitación para que el omega ya no le insistiera.
Sentado en la cama dio un largo suspiro dejando su mano en su vientre.
—De ahora en adelante solo seremos tú y yo, mi bebé, Papi será fuerte, sanará sus heridas y seguirá adelante. —serían solo ellos dos, Mentiría si dijera que no tenía miedo de lo que le deparaba en el futuro.
La puerta fue tocada, dejando ver a San, esta vez no llevaba su uniforme, estaba vestido con una camisa negra y un pantalón azul de mezclilla.
—Hola, Youngie. —
—Hola, San hyung. —
San hizo un mohín al no volver a escuchar su antiguo apodo.
— ¿Ya vas de salida? —vio como el omega asintió. —Vine para poder acompañarte, iré a dejarte a la casa de tus padres, ya que por nada del mundo regresaras a la casa en donde vivías con ese alfa. —
—Hyung, no puedo regresar con mis padres, ellos no me quieren ver, si se atrevieron a venderme para salvar su compañía con el arreglo del matrimonio, dudo que me reciban. —
— ¡¿Que ellos hicieron qué?! —
—La compañía de mis padres quebró, por eso me comprometieron con ese alfa, ya que sabían que era mitad extranjero y tenía dinero, él les daba el dinero a cambio de mi, fue un intercambio. —
—Y-Youngie. —el corazón de San dolió al escuchar aquello.
—Él solo me quería para pasar sus celos, no me dejaba salir, me la pasaba encerrado en esa casa, por eso cuando se entero que quede en cinta me echó de inmediato, ya no le importaba el trato que tenía con mis padres, si me deshacía de mi bebé podía regresar a su lado. —Woo hizo una pausa mientras limpiaba las lágrimas que habían empezado a caer en sus mejillas. —Tuvimos una discusión fuerte y así fue como llegué a este hospital, eso gracias a dos personas desconocidas qué me ayudaron cuando me desmaye a medio camino. —
—Ese estúpido castor pulgoso, sabía que era una basura andante, nunca me dio buenas vibras. —San estaba demasiado enojado. —Por eso desapareciste, en todo este tiempo sufrías a su lado. —el alfa derramó algunas lágrimas, cuando se trataba de Wooyoung era demasiado sensible.
—Hyung no llore, fue mi error y de los errores se aprende, desde el principio debí evitar ese matrimonio y huir. —
—Pequeño, no es tu culpa, es culpa de tu familia y ese hombre que te arrebató tu luz. —
—Hyung. —
—Me quitó a mi inquieto hámster, de aura cálida y sonrisa bonita. —limpio sus lágrimas. — Youngie... ¿Puedo abrazarte? —extendió sus brazos.
A Wooyoung se le hizo tierna aquella pregunta, así que solo asintió y se acercó al pelirrojo. A los segundos fue envuelto en aquellos cálidos brazos, San era el único alfa en el que confiaba, el cual no le tenía temor, sabía muy bien que él no lo dañaría.
Su lugar seguro.
—Hyung. —
— ¿Si? —
—Ayúdeme a encontrar un departamento, tengo algunos ahorros con el cual podré mantenerme por algún tiempo. —habló separándose del abrazo.
—Uhm, se me ocurrió una idea. —
— ¿De qué se trata?
— ¿Quieres vivir conmigo? —propuso.
— ¿Eh? —
—Tengo mi propia casa, hay cuatro habitaciones disponibles, son las que uso para las visitas, no tengo problema en que uses una de ellas, además, no te incomodaría porque me la paso más en el hospital que en mi hogar. —rasco su cuello con nerviosismo.
—No puedo aceptar eso, hyung. —
—Por favor, Youngie, es un lugar seguro, es una residencia con mucha seguridad, me aterra pensar en que ese hombre pueda buscarte y tú estando solo en un departamento. —
—Hyung. —
—Déjame cuidarte. —suplicó. —Tengo miedo que vuelvan a dañarme, no permitiré eso. —
Wooyoung lo pensó por un momento.
—Está bien, acepto, pero con la condición de que me ayudara a conseguir un trabajo, no quiero estar encerrado sin hacer nada, además, le pagaré la renta mientras viva ahí. —
—Pero... —Woo lo vio serio. —Está bien, lo del trabajo lo acepto, lo de la renta no, mejor guarda ese dinero para comprar ropa holgada, recuerda que esa pancita crecerá ¿Es un trato? —
—Está bien, es un trato. —El omega se rindió y acepto.
—Frente a la entrada de la residencial, tengo un amigo que es dueño de una cafetería, la mayoría de sus empleados son omegas, así que no te sentirás incómodo, pero comenzarás después de dos semanas recuerda que aún debes reposar, no quiero que le pase nada al bebé. —
—Gracias, hyung. —
—Muy bien, es hora de irnos. —San tomo la maleta del omega y la colocó en su hombro. —Sé que tienes miedo, estuviste encerrado en esa casa por mucho tiempo y ahora al fin eres libre. —San colocó el gorro del abrigo de Wooyoung y un cubre bocas. — ¿Te sientes más seguro de esa forma? —
—Si. —
—Youngie ¿puedo tomar tu mano? —cuando el omega asintió, con delicadeza tomó la mano y la entrelazo con la suya. —Si sientes ansiedad o miedo puedes apretarla. —
—Está bien. —
—Te prometo que de ahora en adelante tú y el bebé no estaran solos, me tienen a mi, yo los cuidaré y estaré a su lado. —
Wooyoung asintió con ojos llorosos, nuevamente San aparecía como un ángel y lo salvaba.
—Gracias, hyung. —
—No agradezcas, Ninie hyung siempre estará contigo, para eso están los amigos, para ayudarse. —sonrió mostrando sus característicos hoyuelos.
Cuando salieron de la habitación, el omega se apego al cuerpo del tigre, este era como su escudo.
San llevaba un solo objetivo y pensamiento, haría que Wooyoung volviera a brillar, qué su miedo fuera desapareciendo poco a poco, que su hámster extrovertido regresará y que aquellos ojos apagados, brillarán nuevamente como pequeñas estrellas.
San adoraba a ese hámster y haría lo imposible para devolverle su felicidad y con todo el cariño le ayudaría a cuidar a ese bebé que estaba en camino.
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Habían llegado al hogar de San, Wooyoung con timidez se adentro, el relajante aroma a cítrico inundaba el lugar.
—Espera aquí en la sala Youngie, te traeré un par de suaves zapatillas, para que tus pies estén más cómodos. —
El omega vio como San se adentro a una habitación, así que obedeció y se sentó en el sofá, cuando sus ojos se fijaron en uno de los muebles una foto llamo su atención. Una media sonrisa apareció en su rostro, San aún conservaba aquella foto, fue la primera que se tomaron juntos, recordó con tristeza como aquel alfa había destrozado la suya a causa de sus terribles celos.
Sacudió su cabeza, ya no pensaría en él, lo olvidaría y seguiría adelanté. Salió de sus pensamientos cuando escucho a San este se había inclinado frente a él.
—Con permiso, te colocaré las zapatillas. —
—Hyung, yo puedo colocarlos. —
—Ups, ya los coloque. —dio una pequeña carcajada. —Puedes escoger la habitación, mientras veo que comeremos ¿tú y el bebé tienen ganas de comer algo? —
—Yo... —Woo tenía vergüenza, sentía que se están aprovechando de San.
—Solo dilo, Youngie, compraré lo que quieras. —
—El bebé y yo queremos hamburguesa y papas fritas. —
—Muy bien, pediré a domicilio. —San se alejó para llamar al lugar.
Mientras que Wooyoung analizaba cada una de las habitaciones, todas eran muy lindas y con gran espacio pero sé quedaría con la que tenia una cama grande y suave, además, se podía ver desde la gran ventana una preciosa vista.
— ¿Te gusta esta habitación? —San entró colocando la pequeña maleta del hámster en la cama.
—Si, esta me gusta. —
—Es toda tuya. —
—Gracias. —
—En el fin de semana no tengo turnos, así que iremos al centro comercial, compraremos tus cosas personales y también hay que comprar ropa holgada, ya que esa tierna pancita crecerá con el tiempo, también vitaminas y comida saludable para que todo vaya bien en el embarazo. — el alfa enumeraba con sus dedos las cosas que harían ese día.
Wooyoung solo vio con ternura al alfa, a pesar que no era el padre de su bebé, se preocupaba por su bienestar. San sería un gran padre, ojalá encontrará un buen omega que lo hiciera feliz, se lo merecía y mucho. Y pensar en aquello por una extraña razón lo entristeció.
Una notificación llego en el teléfono del pelirrojo el repartidor ya estaba en la puerta esperándolo.
—Ya llego la cena, vamos, me estoy muriendo del hambre, mi tigre es un glotón. —
Cuando San recibió la comida, ambos se dirigieron a la cocina, acomodando todo en la mesa.
—Come la ensalada Youngie, la pequeña semillita debe de comer también, para que crezca sana. —
— ¿Semillita? —
—Oh, lo siento, perdón por darle un apodo al bebé, si te sientes incomodo no lo volveré a decir. —
—No, hyung, me gusta ese nombre, solo se me hizo tierno. —
San solo sonrió.
—Bueno, es hora que coman los dos consentidos de esta casa. —
Comieron entre anécdotas y algunas risas, esa noche por primera vez Wooyoung se sentía en casa.
Un cálido, seguro y lindo hogar.
Holi mis amores, les dejo nuevo capítulo ❤️✨
¿Que les va pareciendo la historia?
Espero se encuentren bien, cuídense mucho, Hope les envía un fuerte abrazo. 💗
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