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Los dolorosos sollozos se escuchaban en aquella habitación. Habían cosas tiradas al rededor y en medio de la sala estaba en el suelo un pequeño omega, su rostro tenía algunas marcas de golpes, su labio cortado del cual brotaba un poco de sangre y con lágrimas en los ojos tomaba su adolorido estómago.

—No quiero a ese bastardo, ojalá se muera.—aquel alfa volvió a golpear con fuerza el vientre del omega de cabellos bicolor, aquella patada hizo que el pequeño se quejara del dolor ya que colocó sus brazos para poder proteger a su cachorro.

—Y-ya no me lastimes, m-mataras a nuestro cachorro... —escondió su pancita, con sus dos brazos.

— ¡No lo quiero! ¡Ya no me sirves de nada, Wooyoung, vete, no quiero ver tu horrible rostro! —

—P-pero eres mi alfa. —el menor trató de levantarse pero el dolor punzante en su vientre cada vez era más intenso.

—Ya no lo soy, tengo un nuevo omega, creo que ya lo debes de saber, rompí nuestro lazo ya no quiero nada que venga de ti.—

—N-no me dejes, sabes que no tengo a donde ir, mis padres prácticamente me dejaron contigo. —

—No me importa, solo me serviste para pasar mis celos, pero ahora que estas esperando ya no sirves para nada, además ya me aburrí de ti, con el dinero que tengo puedo tener muchos omegas a mis pies. —

—Eres una basura. —el omega vio al mayor con ojitos aguados llenos de odio.

Deja de verme así. —uso su voz de mando y el omega de inmediato bajo la cabeza. —Me das asco... —

—Alfa bueno para nada... —Wooyoung escupió con odio, pero una cachetada resonó, la marca de la mano quedó plasmada en la mejilla derecha del omega. —Tú me das asco. —

—Cállate, omega irrespetuoso ¿Cuánto dinero quieres para que te vayas de mi casa? — el alfa lo tomó por la camisa, el omega se dio cuenta que apestaba a alcohol. —Sin quieres seguir a mi lado, entonces tienes un un deshacerte de ese estorbo que esta en tu vientre. —

— ¡Maldita sea! yo no quiero dinero ¡es tu hijo! —gritó con enojo. —Yo tendré a mi bebé, no necesita a un padre como tú. —

—Me voy, cuando regrese ya no quiero verte rondando por aquí. —

—En un futuro se que te arrepentirás de haber rechazado a tú hijo. —el cuerpo débil de omega cayó al suelo, ya no tenía fuerzas, el alfa lo había golpeado demasiado. —C-cachorrito, no mueras, papá tratara de salvarte. —Como pudo se levantó, sosteniéndose de la pared, a pasos débiles caminó hacia la salida. En ese momento la calle estaba solitaria no había nadie.

Suspiró, sus piernas temblaban, se felicito a él mismo por enfrentarse al alfa, su cachorrito le había dado las fuerzas.

¿Qué había hecho mal?

Él solo se encargó de servirle a su alfa, le obedecía en todo, pero nada le gustaba, a cambió recibía golpes por parte de su "novio", pensó que el bebé que estaba esperando cambiaría sus vidas, pero no fue así, todo empeoró. Lo peor era que no podía defenderse, aquel alfa usaba su voz de mando en él.

Se arrepentía de no haber huido cuando pudo con aquel lindo alfa, un amigo de su antigua universidad, su lobo se sentía feliz al estar cerca del dulce chico con aroma a mandarina, si le hubiera hecho caso tal vez no estuviera sufriendo como ahora, pero el miedo y las amenazas de "su alfa" le habían ganado, rechazando aquella oferta.

Su vista se estaba nublando y el dolor en su vientre era insoportable, sus piernas temblaron, haciendo que cayera de rodillas al suelo. Le dolía mucho, su vientre dolía, su corazón dolía, su omega lloraba en el interior, ya no quería sentir dolor, ahora que lo pensaba más a fondo, sería mejor si muriera en ese instante, no tenía a nadie en esta vida, no tenía ningún apoyo, las calientes lágrimas se derramaban en sus delgadas mejillas y los sollozos se volvieron más fuertes.

¿Ese era su fin?

Dio un suspiro, lo mejor era morir, su cachorro y él serían más felices si no vivieran en este mundo cruel.

—Resiste, niño, ya llame una ambulancia, tenemos suerte de tener la estación cerca. —aquella voz masculina se escuchaba a la lejanía. —Jongho, ayúdame, esta muy lastimado. —

—Yeo, ya se escuchan las sirenas. —el antes mencionado habló y vio al omega. —Todo estará bien, solo resiste. —

Aquellos dos rostros eran borrosos.

No supo cuánto tiempo pasó, lo último que escuchó fue el sonido de la ambulancia, sintió que lo levantaron del suelo y pincharon su brazo antes de cerrar sus ojos.

— ¡Hey! San, pensé que ya estabas en tu casa. —Un chico alto con cabellera rubia llegó junto al más bajo.

—Aun no, vine por un poco de café, hoy tuve que arreglar la papelería de unos pacientes, pero dentro de unos minutos me voy, estoy cansado. —El alfa pelirrojo suspiró y estiró su cuerpo con pereza, a lo lejos vio a los enfermeros entrar rápidamente  con una camilla. —Creo que tienes trabajo, Yunho hyung. —dejó palmaditas en la espalda del alfa alto.

—Te veo después... —

—Esta bien —San vio pasar frente a él, al "herido" todo fue en cámara lenta, su ceño se frunció al verlo.

¿Dónde había visto ese rostro?

Su alfa aruñaba en su interior, se sentía demasiado raro, restregó su rostro con una de sus manos, tal vez era el sueño que estaba haciéndolo delirar, bostezando se dirigió hacia su oficina, terminaría de arreglar los papeles e iría a su casa para al fin poder descansar.

San era un alfa cambiaforma de tigre blanco, además de ser un enfermero de veinticinco años, estudiante del último año en medicina, era soltero, el trabajo le impedía tener citas o alguna novia, sus amigos a veces le presentaba a alguna o algún omega, pero su tigre rechazaba a todos, tal vez era porque no había olvidado a su amor de Universidad, aquel pequeño de piel canela ojitos avellana y de preciosa sonrisa.

Sonrió como un tonto sentándose en su silla y viendo el blanco techo, después de tres años aún pensaba en él, aun no sabía porque había desaparecido de la nada, tenía miedo de que aquel alfa le haya hecho daño.

Salió de sus pensamientos y mejor continuó arreglando su bolsa para irse de ahí, apagó las luces, cuando iba por el pasillo divisó a lo lejos a Yunho.

—San, mañana te toca turno en la tarde, quiero que te hagas cargo del paciente de la habitación veintidós. —

—Claro, ese es mi trabajo... ¿Por qué tienes el rostro tan angustiado? —

—El paciente que acaba de ingresar por poco perdía a su cachorro, me asuste mucho. —

— ¿Tan mal estaba? —

—Creo que era golpeado a propósito, además tiene un lazo roto, la marca de su cuello se ve mal, mi teoría es de que su alfa lo golpeaba... —Yunho dijo aquellas palabras en un tono triste.

— ¿Cómo podría un alfa tratar de matar a su omega y cachorro? Odio a esa clase de alfas, se creen demasiado, odio la estúpida jerarquía. —San apretó sus puños enojado.

—Estoy de acuerdo contigo, pero desgraciadamente aún existen esas reglas tontas, los alfas humillan a los omegas viéndolos con inferioridad, eso me da asco. —

—Lo sé, la sociedad aún no ha cambiado, sigue igual de podrida. —El alfa pelirrojo vió la hora. —Me voy, ya es un poco tarde. —se despidió de su amigo.

Cuando salió el aire fresco pego en su rostro, a decir verdad, tenía curiosidad por aquel paciente y no sabía porque.

Wooyoung abrió sus ojos tratando de acostumbrarse a la luz, estos ardían y se sentían pesados. Se dio cuenta que se encontraba en una habitación blanca, a su alrededor habían más personas, dedujo que estaba en algún hospital, frente a él había un reloj que marcaba las dos de la tarde.

¿Cuánto tiempo había dormido?

Pero cuando su mente se aclaro recordando lo que había pasado, sintió miedo, no quería bajar su vista, pero tenía la esperanza de que su cachorrito estuviera bien, así que confío en su instinto y vio su vientre, un suspiro lleno de alivio salió de sus abultados labios, llevó sus manitos a ese lugar y empezó a dejar suaves y cálidas caricias.

—Perdóname, cachorrito, te puse en peligro, me alegro que aún estés conmigo. —Sonrió mientras las saladas lágrimas caían en sus ojos.

—Veo que al fin despiertas. Soy el doctor Jeong Yunho, yo estuve a cargo de ti. —Un hombre alto con bata blanca se acercó a él, su olfato confirmaba que era un alfa. — ¿Cómo te llamas, y cuantos años tienes, pequeño? —

La voz dulce de pelinegro hizo que bajara la Guardia, estaba a salvo, era un doctor, él no lo podía dañar.

—Jung Wooyoung... —Vio como el doctor apuntaba su nombre en una hoja. —Tengo veinticuatro años. —el hombre asintió y le sonrió. —Doctor Jeong ¿mi cachorrito esta bien? —a decir verdad, tenía miedo de la respuesta.

—Tu cachorrito esta bien, no te preocupes fue un milagro que sobreviviera, vi hematomas en tus brazos y manos, deduje que lo protegiste..—Wooyoung asintió. —Ya veo, eso ayudó a que el feto no saliera lastimado, ahora tienes un mes de embarazo, debes de cuidarte mucho. —

—G-gracias... —

—No agradezcas, en algunos días serás dado de alto, necesito el contacto de algún familiar o amigo para que firme algunos documentos. —Yunho esperaba alguna respuesta, pero no escucho ninguna, levanto su rostro viendo el preocupado rostro del omega, este mordía su labio y jugaba con sus dedos, se veía muy ansioso. — ¿Wooyoung? —

—Y-yo no tengo familia, ellos me abandonaron, me vendieron por unos cuantos billetes. —su voz salió suave y temblorosa.

— ¿Y tu alfa? —Yunho vio aquellos ojitos avellanas llenos de terror y odio.

—No tengo alfa... —respondió con frialdad.

—Esta bien, buscare alguna solución, no te preocupes y descansa mucho, mi turno ya término, pero el enfermero Choi estará a cargo de tí. —

—G-gracias... —

—No agradezcas, adiós. —Yunho le sonrió tratando de transmitir tranquilidad.

—Cachorrito, tu papi esta muy triste. —Wooyoung se acomodo en la cama, mientras lloraba de frustración.

Odiaba su vida, el solo quería ser feliz, graduarse de la universidad, pero gracias a sus padres todo se arruinó, ellos lo empujaron a un infierno que tuvo que soportar por muchos tiempo, odiaba a aquel alfa y él era un estúpido por creen en todas sus mentiras.

No supo por cuanto tiempo estuvo llorando, desahogándose, pensado como saldría adelante, era un omega y cambiaforma de hámster, embarazado y con un lazo roto, quería darle lo mejor a su hijo, pero sabía que conseguir trabajo sería difícil, la discriminación hacia los omegas era muy grande, simplemente los hacían a un lado y los humillaban.

No quería traer a su hijo a un mundo horrible, su cabecita confundida tuvo una idea, pensó que era lo mejor, quitó los cables de suero y se bajo de la camilla, con cuidado de que no lo vieran alguna de las enfermeras salió, dirigiéndose al elevador que lo llevaba al techo, conocía muy bien ese hospital, ya en ese lugar hace algunos años atrás había hecho la mitad de sus prácticas, las cuales no término.

Cuando estuvo en el techo sonrió la brisa helada chocó en su pálido rostro, el cielo estaba pintado por nubes naranjas, desde ahí se podía apreciar un precioso atardecer. Se acercó a la orilla viendo la hacia bajo, su mente estaba demasiado nublada y esa era la única idea que se le había ocurrido, rompió en llanto, quería hacerlo, pero algo dentro de él quería que lo detuvieran.

Ayuda ¿hay alguien que pueda ayudarme?

Debido a la confusión en la que se encontraba en ese momento, su mente gritaba una cosa y sus acciones otra.

—Lo siento cachorrito. —Acarició su vientre. —Papi lo siente mucho, estaremos bien... —Cerró sus ojos y decidió tirarse.

— ¡No lo hagas! —aquel grito lo asustó y sintió unos brazos rodear su cintura cayendo sentado encima de un cuerpo.

—D-déjame. —trató de zafarse del agarre.

—No soy tan tonto, claro que no te soltare, se que harás lo mismo... Eres mi paciente, mi deber es cuidarte. —

—N-o lo haré, no volveré a hacerlo. — A wooyoung se le hacia conocida aquella voz y el aroma a cítricos, giró su rostro y aquellos ojitos acuosos se abrieron cuando reconoció a su Salvador. — ¿S-san? —

—Wooyoung. —el alfa pronunció en un susurro ahogado.

Hola mis algodones, mucho tiempo sin leernos, pero aquí estamos nuevamente para quitar las telas de araña qué ya le salieron a este perfil😅.

Aquí esta el nuevo proyecto que sería publicado a inicios de año. Espero les guste. ❤️

Nueva historia, la cuál se une a este universo de fantasía.

Nunca olviden que Hope los amo mucho. 💗

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