03
─ Chan me dijo que golpeó a un chico en un torneo porque hizo sentir mal a Jisung, lo cuida como un hermano menor.
─ Bueno, si hizo sentir mal a Jisung se lo merecía.— Minho se encogió de hombros.
─A lo que quiero llegar ─ Jeongin apoyó una mano en su hombro. ─ Es que si haces sentir mal a Jisung una flecha te atravesará.
La comprensión le golpeó y se removió inquieto. ─ Yo nunca haría sentir mal a Jisung.
─ Exacto, Jeongin─ Changbin se rió, sosteniéndole por el otro hombro. ─ ¿No ves que el gatito está más que enamorado del lindo Sung?
Soltándose y aún escuchando sus bromas, Minho caminó hasta el área deportiva fuera de la escuela central. Se despidió de sus amigos antes de entrar.
Se detuvo, conteniendo el aliento mientras sus ojos se centraban en Jisung.
Jisung, quien estaba de pie en el rincón izquierdo, usando su uniforme blanco que le hacía ver precioso. Era irreal. Minho juraría que Jisung podría pasar como un modelo deportivo de arquería. Seguro iría como portada de revista, y habría miles de chicas y chicos que suspirarían por él.
Minho, obviamente, estaría en ese grupo.
─ ¡el gatito! ─ escuchó a alguien gritar. Hyunjin agitó la mano en su dirección. ─¿Esperas una invitación? Ven aquí.
Con sus neuronas poniéndose en marcha lentamente, caminó hacia el trío; Ryujin también estaba ahí. Le dedicó una mirada aburrida.
Jisung, al verle, sonrió. Él lo hizo también en automático.
─Hola ─ saludó Jisung, ladeando la cabeza. Su cabello rubio se desordenó. Se veía tan bonito.
─Tú, ¿Lee Minho, no? ─ Ryujin casi gruñó. ─ ¿Has practicado antes arquería?
Saliendo de su ensoñación, titubeó al hablar.─ Ah... Sí. Digo, no. No, no.
Ni siquiera había tocado un arco en toda su vida.
La chica chasqueó la lengua.─ Deberías enseñarle primero las posiciones.─ sugirió mirando a Jisung.
─Mhm, eso haré entonces. ─ aceptó el más bajo, sin borrar su sonrisa.
─ Yo iré con Hyunjin a ver si mejoró su postura desde la última vez. ─ sin más, tomando al aludido de la chaqueta y tirando de él como muñeco de trapo, Minho quedó solo con su amor platónico.
dios mío, se desmayaría.
─Bien, Minho ─ Jisung tarareó.─ tienes que pararte derecho. Sí, así. Levanta el arco, contra el pecho ─ siguió indicando.
Minho se sintió mareado cuando las manos algo callosas (posiblemente por el uso continuo del arco) de Jisung le sostuvieron las muñecas.
─Más arriba ─ le escuchó decir contra su oreja, el cálido aliento golpeándolo en el cuello. Su piel se erizó. ─ Tiras suavemente de la cuerda, debes mantener tu atención en el objetivo.
Minho tenía su atención en el objetivo.
Solo que no era el objetivo, si no que era su objetivo.
─ Suéltalo con firmeza, solo hazlo y ─ como le ordenó la dulce voz de Jisung, él soltó el agarre del arco. Sin ver.
── ¡¿Qué carajo?! ¡Hijo de...!
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