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Cap 5: Oscar (Martes, Miércoles)

Desperté un poco adolorido, mientras intentaba recordar lo que había pasado.
Un poco desorientado miraba a mi alrededor, estaba en mi cabaña.

¿Cuantas horas habrán pasado? Me preguntaba mientras me levantaba con malestares en algunas partes del cuerpo. Di unos cuantos pasos mientras observaba un lado a Pijama dormida - seguro muy agotado de estar cuidándome -, me acerqué al espejo de mi baño mientras observaba detenidamente un par de curitas en el brazo y en el rostro junto a unas vendas en la cabeza.

"SI QUÉ ERES DÉBIL" volvía a recordar aquellas palabras que había dicho ese desconocido mientras me dejaba en el suelo.

Abrí el caño para limpiarme la cara mientras suspiraba un poco enojado al recordar que casi tenía a ese sujeto en mi manos y, dejarlo escapar así sin más, fue el error más estúpido que había hecho.

- Viejo, ¿Crees que esté despierto? - di un salto al escuchar su voz, era Max acercándose.

- Obvio que si, ¿acaso no escuchaste las pisadas? - Y era claro que no venía solo...

Sabía que causaría gran sorpresa al verme despierto de esa manera, apresuré el andar para volver acostarme mientras escuchaba pasos cercanos a la puerta.

-¿Oscar?

No respondí, quería fingir que aún estaba inconsciente.

-Max, abre la puerta, si sigue durmiendo le das una bofetada y listo. - Esa voz se me hacia conocida, era Ezequiel.

Al escuchar la perilla girar y ver ambos entrar solo me límite a saludar. Ellos con gusto me devolvieron el saludo en tanto se acercaban a mi acomodando unas bancas cerca a la cama.

-Mirate hermano, ¿Que te sucedió? - me palpaba en la frente en tanto yo solo fingía una alegría pero por dentro me quejaba un poco de dolor.

-Una pequeña pelea Max, solo eso.

-¿Pelea? ¡Más bien fue una paliza! - estaba más que sorprendido al verme con algunas curitas y venda en la cabeza - Si qué te dieron duro... Eh.

-Mi objetivo era retenerlo hasta que llegara una de las con...

-¡OSCAR!

Como si fuese a pedir su presencia. Susie estaba parada frente a nosotros mientras la nubes rosas - un color característico de ella - se disipaba a su alrededor, en tanto nos observaba de una forma disgustada.

- ¡Ahora que tontería hiciste! - parecía no tener mucha empatia por mi estado - ¡Escuché que has tenido un pequeño enfrentamiento con otro campista ayer por la noche! ¿Es eso verdad?

-¿Ayer?, - miraba confuso a Max y Ezequiel - ¿Cuantas horas han pasado?

-Ha pasado un día entero, hermano.

-¡No cambies el tema pequeño bebe de mami, quiero saber el porqué!

Ella se acercaba poco a poco mientras me apuntaba con su varita, sentía que en cualquier momento podría lanzar un hechizo y convertirme en cualquier cosa o algo peor.

-Susie, - Max había apartado a un costado la varita - no ves que esta débil y recién ha despertado.

Solo suspiró y se alejo de nosotros - ¡Esta bien! ¡Dentro de unos minutos quiero la explicación, estas advertido Oscar!

-No hay problema Susie, te explicaré más rato lo sucedido.

-Bien, eso quería oír - habló con esa actitud como si le gustará qué nunca le dieran la contra. - Pero antes, quiero que firmes estos papeles, no es nada importante... aun así quiero asegurarme que este todo en orden.

Susie había hecho aparacer un bolígrafo y una hoja que con gusto firmé, tal vez sería algo importante, no me había tomado la molestia de leer.

-Muy bien Oscar, ahora sin más tengo que...

-¡Oye espera un minuto...! - sin pensarlo lo había arrebatado aquella hoja de sus manos.

Susie mostró enfado ante tal acción de Max. Yo a todo esto veía confundido, ¿Acaso había visto algo raro? Max solo se limitaba en leer rápidamente el documento.

-"El campamento no se hace responsable si el niño en su estadía sufra algun notorio daño físico o mental, ya sea por motivos de realizar alguna actividad que ofrezca el campamento o realizado en momentos libres del campista" ¡¿Oye Susie, qué esto?!

-Nada importante, - mientras recuperaba la hoja que me había arrepentido firmar - son solo algún qué otro trámite legal del campamento.

Al terminar de decir lo último, ella solo se desvaneció con un solo el desliz de su varita mientras la neblina rosada cubría gran parte de la habitación dejando todo nubloso a nuestro alrededor. Segundos después recibiría recriminaciones de parte de Max por firmar un documento sin ver lo que decía este mismo, un error que acepté.

-Viejo no seas tan duro con él. - Ezequiel hablaba mientras se había alejado a ver algunos libros que solia leer en mis tiempos libres - Ahora, Oscar. ¿Viste algo interesante esa noche?

-¿A que te refieres? - pregunté.

-¿Descubriste algo interesante mientras te daban lo que puede ser la paliza de tu vida?

Eso había sonado cruel - Si te refieres a parte de los gritos y desalientos qué transcurrieron en ese momento, pues si.

Durante todo ese tiempo se me había olvidado por completo, hasta ese momento. Resulta que durante una parte del forcejeo de esa noche, antes de que se escapara de mis manos, habia logrado aferrarme de una parte de su chaqueta mientras recibía unos cuantos golpes y caía al piso junto a él, para mi suerte, un pedazo de tela se había desprendido del individuo. Para mí no resultaba nada interesante en ese momento lo que había conseguido, pero....

-¡Mira esto Max! - Ezequiel dijo entusiasmado mientras extraía aquel pedaso de tela de los bolsillos de mi pantalón.

Max se acercó ante el pedido de Ezequiel, ambos miraban con asombro aquel pedaso de tela mientras le daban vuelta de arriba y abajo, cara delante como trasera como si fuera algo de otro mundo.

-¡Maldita sea, viejo! ¡Coinciden, coinciden! - Exaltado pronunció Max, se veia muy convencido de lo que decía.

-¡Lo es Max, lo es! - Ezequiel le siguió.

Estaba muy confundido por esas actitudes tomadas por mis amigos, hasta este punto creí que se habían vuelto locos ¿O tal vez yo, de tanto golpes de haber recibido por ese desconocido?
Al cabo de unos segundos ellos me aclararían algunas cosas como lo era ese pedazo de tela.

-Entonces, ¿aquella noche que fueron a recoger pistas habían encontrado un pedazo de tela entre las ramas?

-Efectivamente. Y creo que todo esto nos lleva a la misma persona, el chico de la roca y tu bravucón personal son el mismo individuo.

-Y si son el mismo....esto significa...

-Significa que esto será más fácil. - habló muy convencido en tanto este observaba al igual que Max, los pedazos de tela.

-Pero Ezequiel, - Max había cambiado su tono, parecía más preocupado como si hubiera recordado, algo, algo muy importante. - Si son el mismo individuo, eso significa que no es el único involucrado a la vez, recuerdas aquella vez. Ya sabes...lo sucedido después de aquella roca.

Al recordar lo dicho por Max, su cara había cambiado a una preocupación, podía sentir sus emociones con tan solo mirarlo.

-¿Paso algo? - pregunté.

El silencio lo había invadido a ambos mientras se miraban el uno al otro.

-Oscar, ¿te acuerdas aquella vez que te dije que habíamos visto algo raro entre los arbustos? - me había dirigido la palabra mientra el solo se acercaba a mi y sentarse al lado mio.

Aún confundido había respondido que si, a pesar de no haber recordado esa pequeña parte - Si, aun lo recuerdo ¿porqué?

-Aquel pedazo de tela que habíamos encontrado estaba cerca del mismo lugar, ¿Y que hay de malo, dirás? Bueno, tanto el mismo individuo está involucrado en tu paliza como en lanzamiento de esa roca.

-Max, eso ya lo has dicho hace minutos...

-Lo que trata de decir Max es... - hizo una pequeña pausa, parecía ordenar sus ideas -... En sí, que aquel tipo no está solo, tiene acompañantes. Y si es así, esto ya no es un problemita sino un problema grande.

Me quede en silencio en unos segundos mientras trataba de procesar todo lo que me decían hasta ahora. Nunca creía que esto pudiese a llegar a estas escalas, parecía ser un problemita más del montón como siempre ocurre cada día en este campamento, algo pasajero.

Teniendo en cuenta todo, suspiré y me dirigí hacia ellos - Si esto es un problema grande, tratemos de resolverlo lo más rápido posible. No quiero convertirme en un paranoico, más aun si me quedo aquí a seguir reposando en mi cama.

Reí mientras decía eso último y tomaba un poco de impulso para volver a salir de la cama, pero aún sentía un poco de dolor y malestar por esa noche.

-¡Aucchh! - de verdad, no podía aguantarlo.

-Viejo, te recomiendo reposar solo hasta este día, seguro te sentirás bien un 100% para mañana. - me recomendaba mientras me apoyaba para volver a estar en cama.

-Oscar, haz lo que dice Max. Capaz mañana vayamos a Heartforde, no te emociones, solo es un capaz.

Al escuchar me sentí un poco entusiasta, aun así si hubiera dicho que era solo un "capaz", eso también era una probabilidad.

-Además, es hora de irnos. - mientras se levantaba de la silla - ya son las 5pm y Max y yo jugaremos algunos videojuegos en su cabaña, nada interesante.

-Aja si, nada interesante - mientras miraba con disgusto por lo dicho.

-Oye viejo, no te preocupes, no estarás solo. - habló un comprensivo Max mientras me daba unas cuantas palmaditas en el hombro - ella se encargará...

Al momento de escuchar "Ella" pensaba que era Erizo, capaz habría tomado un poco de su tiempo para cuidarme del estado en el que me encontraba, eso si sería algo increíble. Podríamos hacer algunas actividades mientras me recuperaba, pero....

Al escuchar esos golpecitos en la puerta lo supe, no era ella - ¡Eh, chicos! El ya esta despierto, ¿puedo entrar?

Max dio la afirmación y no tardó ni un segundo al entrar, era Lucy. Ella estaba con una bandeja en sus manos mientras observaba un ensemblante de preocupación por mi, sus ojos y los míos parecían buscarse cada vez que ella avanzaba para estar cerca de mi, en ese instante sentí que mi corazón quería salirse de mi ser.

-Oscar yo... - ella solo se sentó a mi costado mientras dejaba aquella cosa que había traído consigo -...¿Cómo te encuentras?

-Verás yo...

No paso ni segundos cuando ambos chicos me interrumpieron...

-Dejemos a este par, tienen que ponerse al día.

-Tienes razón mi lanudo amigo, vámonos.

-¡Oye! ¡A quien llamas lanudo!

Ambos a pesar de estar lanzándose una jugarreta de apodos el uno al otro tuvieron la amabilidad de despedirse dejando en silencio la habitación por unos segundos.

Ella solo permanecía en silencio, ¿acaso esperaba una respuesta mía?, aquella mirada hacia el suelo sin pronunciar algo capaz decía la respuesta.

No sabía por donde empezar. Durante todo este tiempo que estuve en la isla, nunca tuve un intento de relación romántica con cualquiera de las chicas de este campamento, lo máximo era más que una amistad. Erizo podría ser un poco la excepción, - obvio, a ella la veía como una hermana, una hermana que me ha acompañado desde que tuve conciencia sobre mi mismo - y solo eso.

Cuando formulaba la primera palabra para terminar la tensión, ella la inició - Me alegra verte despierto, estaba muy preocupada. Cuando todos nos enteramos de tu situación, yo...

Ella solo se quebró, pude ver como pequeñas gotas desbordaban por sus mejillas hasta caer en sus manos.

- Lucy, no llores. Mirame, estoy aquí. Solo fue una simple riña. A cualquier chico de nuestra edad le puede suceder esto. - Solo sonreí mientras ella me veía, no me gustaba verla de esa manera, ni mucho menos viniendo de una chica muy bonita y genial como lo era ella. ¡Espera! ¿Que acabo de decir?

- Oscar me agrada que siempre veas el lado bueno de las cosas, pero nunca te he visto de esa forma: vendado y reposando en cama.

Lucy sonrió mientras se disponía a secar un poco de sus lágrimas con un pañuelo que le había alcanzado por cortesía mía. Aun así ella continuaba con una actitud un tanto decaída, aquella preocupación, aunque sea la mínima seguía en ella.

-Capaz no te convence lo que dijo. Pero ya verás, estoy muy al 100.

Me levanté de la cama, no dude ni un segundo. Sin importar lo que el dolor en algunas partes del cuerpo se presentaran en ese mismo instante, trate de moverme lo más convencible posible. Salté, corrí, caminé, hice algunas piruetas o tratar de pararme sobre mis manos. A pesar de esto, el dolor era intenso, sentía que llevaba mi cuerpo al límite, el dolor era infernal. Aun así todo esto no me importaba, mientras lograba sacar una expresión de alivio y una enternecedora sonrisa de ella, sonrisa podría cautivar hasta el menos sensible, todo lo que hacía tenía una recompensa para mi.

Al final había llegado a mi límite. En una última parada de manos sentí que no podía más y caí al suelo completamente, un dolor indescriptible invadia todo mi cuerpo.

-¡Oscar!

La escuché muy temblorosa, entre nervios. Ella solo me sostenía mientras me acurrucaba mi cabeza entre sus brazos. - Jejeje creo que me pase ¡Auch, auch!

-¡No lo vuelvas hacer, tonto! ¡Aun necesitas estar en reposo! - ella se notaba muy enojada y preocupada. Busqué a su vez aquella expresión qué quería encontrar, y justo lo que esperaba.

-¿Entonces porque esperaste a que llegara a este punto? O...

-Yo creí que tu... - estaba muy nerviosa.

Ese enojo solo era una fachada, aquellos pómulos rojos lo delataban junto a su silencio.

Sonreí y proseguí -...O solo buscabas una escusa para estar más cerca de mi, y creo esto fue la ideal ¿no? Sostenerme en tus brazos hasta sentir tus suaves manos... - suspiré -... se siente bien.

Al terminar de decir lo último, ella se ruborizó, si la describiera con ejemplos o tan solo significados podría decir que ella parecía un tomate, tal vez yo tenia razón, Lucy solo busco la escusa y esta fue la perfecta.

Como si fuese haber asustado con algo, ella solo se apartó rápido de mi para dejarme en el piso al momento que sentía como mi cabeza impactaba con este mismo.

-¡Perdón Oscar, no era mi intención!

-Eso no me lo esperaba jejeje. - solo reí mientras me levantaba para volver a reposar en cama.

-¡Lo siento Oscar!

-No pidas disculpas, fue mi culpa, creo que dije algo que no debía y esa fue tu reacción. - al fin y al cabo lo sabía - Además, creo que tenías razón, soy un tonto...- reí -...ahora siento mi cuerpo un poco más pesado de lo normal y...

-Y es por eso que estoy aquí. Te estaré cuidando el resto que quede del día. - aprovechó en decirlo mientras acomodaba mi almohada lo más suave posible.

-Esto es un noble gesto de tu parte, nunca te he visto hacer mucho este tipo de acciones con los demás...

-Creo que yo debería sentirme ahora disgustada por ese comentario... - creí que lo había hecho, su tono de voz era de una chica cuando la sacas de sus casillas, algo así como Erizo -...pero creo que eso es la forma en la que puedo devolverles el agradecimiento a ti y Erizo por ese día, ya sabes: ayudarme a encontrar mi identidad mágica.

-Si lo recuerdo, convivir un tiempo con los yetis fue algo divertido y genial. Estar rodeado de la nieve como si fuese un invierno eterno fue muy asombroso. - hablé con alegría al recordar esos días. - También aquella vez que tuve que fingir estar enfermo para que se dieran el tiempo de organizar una fiesta sorpresa.

-Yo también los recuerdo Oscar, yo también. - Suspiró - Recordé como también el último día estaba muy desesperada por querer saber a que familia instrumental pertenecía, y...

-La encontraste, - hablé - pertenecías a la familia de viento y madera junto a Saxofón, tan solo recordar esa bella melodia cantada por todos ustedes...

-Y al final, la única razón de por que la nube no producía nieve fue por Erizo.

-¿Fue por ella? - dudando hablé.

-Umm si. Resultó que los licántropos era los depredadores naturales de los yetis y eso resultó ser la causante de el evento casi se arruinara por el final.

-Oye tampoco no es todo culpa suya.. - sonreí mientras intentaba querer llevarle la contra -...¿Quien iba saber todo eso?

-Pues resultó ser así.

-Y si ese fuera el caso, tu específicamente debiste haberlo sabido, - burlescamente me dirigí a ella - se suponía que tu eras que estaba más relacionado con todo lo que sabía y lo que hacía un yeti, ¿no?

-Pues..pues...en ese tiempo no sabía mucho de los yetis, ahora lo sé. - este último alzó su voz intentando tener otra vez la razón.

Quede en silencio luego de eso, capaz ya había sacado de sus casillas a Lucy, tal vez no quería hablarme en ese tiempo que le quedaba, bueno si es que ella antes de todo esto habría establecido un tiempo límite conmigo. No me atreví a alzar la mirada durante esos minutos, no quería encontrarme con la molestia de una chica tan linda como lo era ella.

En eso, escuché pisadas lentas, ningún ruido aparte lo acompañaba, yo ya imaginaba lo que podía estar sucediendo: Lucy saliendo de mi cabaña debido a su mal humor, todo por mi culpa.

-Oye Oscar, que haces mirando hacia bajo... - habló en seco -... ¿No me dijas que mi tono de voz de hace rato te ha resentido?

-Yo no...solo es...-alcé mi mirada y lo vi - ¿eso es?...

-Lo siento por no darte antes de ingresar, pero aquí tienes... - ella tenía aquella bandeja en sus manos -...le suplique a Susie qué te guardará una gran parte del almuerzo de hoy, ella me dijo que lo haría con gusto pero conociéndola capaz lo que haría serían solo las sobras. Así que...- posando ese banquete cerca mio -...me aseguré yo misma de que sucediera.

Mis ojos se habían quedado maravillados por esa gran porción de espaguetis junto a las albóndigas que lo acompañaban, era un platillo gigante en donde se te podía prohibir una segunda ronda porque ya estaba ahí. Eso no acababa ahí, de bebida iba con un riquísimo jugo de piña y toque final tenia de postre gelatina a un costado del platillo, no lo pensé dos veces y sin importar estar cerca Lucy: una chica con buenas modales, empecé a devorar sin reparo todo lo que tenia mi delante. Igualmente tenia una razón, me moría de hambre desde el momento que había despertado.

-¡Oye, come más despacio! - habló sorprendida por mi apetito voraz - ¡Al menos tomate tu tiempo y bebe un poco de ese jugo que te he traído, te vas atorar!

Alcé mi mirada al escucharla, fue algo inadecuado de mi parte, mi boca estaba llena tanto de pasta como albóndigas, sentía como mi boca había superado su capacidad de engullir hasta el punto de también tener los labios cubierto de la salsa con restos de albóndigas ya destrozados, algo muy irrespetuoso de mi parte al momento de dirigirme hacia ella con todo la descripción dada.

-Si, tienes razón.

-¡Agh! - ella retrocedió unos centímetros atrás - ¡Primero mastica y traga, luego habla! - esto último mientras me acercaba una servilleta.

-Jejeje lo siento es que, en serio... - en tanto me limpiaba los restos de comida -...mi cuerpo me pedía desesperado comida.

Sorprendida al ver como había dejado el plato: prácticamente estaba limpio, ni siquiera los restos de la comida había dejado al igual que el postre. -Si, ya lo he notado.

-¿Entonces eso fue el almuerzo de hoy? - sonreí al imaginar lo demás - ¿Cual será la cena o merienda de la cafetería de esta noche?

-Nah nada interesante. Solo un poco de té y galletas, algo común.

-Aún así iría, me muero de hambre jejeje.

-Ay Oscar, tu cuando no....

-No lo puedo evitar Lucy.- reí mientras ella retiraba los cubiertos y platos junto a la bandeja - Me la pasé inconsciente casi un día, obvio que se me entre este apetito monstruoso.

Sonrió al pensarlo - Tal vez tengas razón, cualquiera tendría un gran apetito en tu condición. - Suspiró - Pensándolo bien tampoco estamos muy tarde, son las casi las 7, puede que aún halla merienda.

Al escuchar la hora observé por la ventana, - me había olvidado del tiempo - todo era sombrío, la noche se hacía de gala para dar un maravilloso y tenue oscuridad acompañado con su bella luz de la noche.

-Lucy, ¿no te gustaría ver una película para matar el tiempo? - comenté

Ella sonrió y dio un "Si" como respuesta. Con las pocas fuerzas que aún tenía me levanté y elegí entre muchas películas VHS que aun no devolvía de tienda de VHS.

-¿Y cual tienes pensado poner?

-No lo sé, tengo muchos VHS aquí que aun no he devuelto y no he visto muchos de ellos, puede aquí encontremos una película interesante.

-A ver dejame encontrar la indicada.

Ella se acercó y empezó a buscar alguna película que pudiera entretenernos el mayor tiempo posible. Buscamos por minutos el caset indicado entre los demás, y por pura coincidencia ambos habíamos agarrado el mismo caset.

Como si fuera pequeña casualidad mi mano posaba encima de sus delicadas y suaves manos, intenté no pensar mucho en ello y lo que podía decir después de lo sucedido pero aquella mirada de ella ante tal situación me ponía la piel de gallina, sus pómulos rojos y los lentes borrosos como si respiración acelerada hubiera tapado la visibilidad sobre ella...

-Supongo que será esta - fui seco y directo, quería romper la tensión.

-Si, tienes razón será este.

En nuestra reacción desesperada ambos habíamos escogido una película que tal vez podría ponernos aun más incómodos que estábamos. Una película protagonizada por Leonardo Dicaprio como "Jack" y Kate Winslet como "Rose", creo que hasta este punto sabíamos donde podría terminar esto...

Ella lloró mientras traía un pañuelo consigo.

-Fue un final muy triste... - habló entrecortada -... Sentía un amor por Jack.

Al igual que ella, yo también senti un poco de lastima y tristeza, la pelicula me había enganchado.

-Si, - intenté no parecer llorar -... Pero aún así lo guardo dentro de su corazón, en la última escena al recordar a Jack y el resto de la tripulación en esa fiesta, fue un final espectacular.

Ambos seguíamos llorando mientras pasaban los créditos de la película. Al percatarme de la hora vi que eran las 11pm, a pesar de muy tarde, si que fueron bien aprovechados, no podía quejarme de la compañía que tenia ese día a mi lado.

-Muchas gracias Oscar, la pelicula estuvo muy entretenida, la disfrute mucho.

Su alegría era auténtica, una mirada dulce y empalagosa que penetraba y quedaba grabado en mi memoria.

Sonrojado contesté - No, yo sería el que debería agradecerte, fuiste muy amable al cuidarme en el estado que me encuentro ahora, ¡MÍRAME!.. - resalté alzando mi voz-...¡TENGO VENDAS!

Lucy rió al oírme decir eso último.

-Igualmente creo que no hice lo suficiente para pagar lo que hiciste por mi, pero si pudiera hacer una cosa, con gusto lo ha...

No había terminado de decir lo último cuando ella había dejado la bandeja con los cubiertos y platos sobre mi escritorio para acercarse a mi.

-Lucy pero..

Sorprendido dí unos pasos atrás hasta caer nuevamente en mi cama, no tenía escapatoria de lo que iba suceder.

Ella ya estaba encima mio, se acerco poco a poco hasta tener la miradas muy cercanas, intente una vez evitar lo inevitable... "Lucy"... Fue lo último que dije al sentir primero sus dedos sobre mi labios.

Ella habló en un tono lujurioso junto a una sonrisa cálida - No dijas nada Oscar.

Suspiré mientras sentía como esos dedos se desvanecian de mis labios, había llegado el momento. Cerré los ojos mientras sentía como esos labios sabor a fresa se juntaban junto a los míos, era algo indescriptible, sus suaves labios carnosos qué los podría describir como el de una reina o princesa se habían unido junto a los de un plebeyo como lo podría ser yo.

-Esto no es suficiente - Sonrió mientras se levantaba. - Quiero algo más...

Un poco embobado por lo que había sucedido pregunté

-¿Y cual es tu petición?

-Quiero que me invites a salir mañana o el siguiente a Heartforde... - volvió hacia mi antes al de partir de mi cabaña -.... Solo es la petición de una dama que ya ha declarado sus sentimientos con esa simple acción.

Cerró la puerta mientras yo me quedaba en mi habitación inundado del inmenso silencio y tranquilidad después de una acción muy temeraria que había hecho aquella dama.

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