Pensé que tal vez Max diría ese algo importante durante el camino, pero no fue así, si no fuera por el sonido de nuestras pisadas diría que estuvimos en silencio todo el trayecto.
-Max, ¿me podrías decir que es esa cosa importante? - intenté por única vez hacerlo hablar.
-Ya lo sabrás.
No mencionó ninguna palabra más después de eso. Parecía que lo que hacía era hablarle una piedra, ni eso, ya que algunas piedras de ese lugar eran muy parlanchinas.
-Ya llegamos - arengó como lo que había hecho fuera un logro.
Era solo una cabaña de color verde como las misma hojas, no le veía nada de especial. Volví hacia mi amigo y pregunté del porqué me trajo aquí.
-Ya lo verás - tocando la puerta de esta misma cabaña.
Esperamos unos segundos para que alguien atendiera a la puerta pero nada sucedió.
-Inténtalo nuevamente - aunque yo mismo pensaba que nadie atendería.
Max hizo caso a mi sugerencia y volvió hacerlo pero esta vez más fuerte, parecía como si uno tocará por desesperación. Al fin y al cabo funcionó. "¡Ahora voy!" respondió aquella voz de la otra puerta mientras yo solo miraba el suelo intentando distraer mi pensamientos en otras cosas sin sentido.
Escuché la puerta abrirse, al alzar la mirada note a aquel chico nuevamente, "¿en verdad este era su cabaña?" me preguntaba a mi mismo mientras veía como este traía nuevamente sus prendas de dormir y atrás de él, todo su cabaña hecha prácticamente un desastre: una gran cantidad de prendas regadas por todo ese lugar.
-Pensé que no tendría visitas - habló un poco avergonzado al percatarse que yo miraba al interior de su cabaña.
-Me habías dicho que viniera en cualquier momento y eso hice - Max hizo recalcar aquellas palabras que le había dicho Ezequiel.
-Que más da - respondió - pasen muchachos.
Al ingresar ambos, vimos todo que este mismo amigo tenía dentro de su segundo hogar, nada que llamara mi atención. Mientras tanto lo único que se dedicaba Ezequiel era ordenar las prendas regadas en el piso.
Seguí avanzando por su cabaña hasta llegar a posar y deslizar mis manos por su escritorio, me detuve cuando sentí en el tacto de mis dedos se posaba sobre otra superficie que no era del mismo escritorio. Volví mi mirada a lo antes mencionado para ver solo un pequeño cuaderno, lo abrí por un par de segundos para ver su contenido.
--------------------------
Cosas pendientes
-Ir a Heartforde
Me han contado que es un lugar magnífico donde te podrás llevar una agradable experiencia de recuerdo, capaz algunos de estos días me animé a ir a ese lugar.
-Conseguir algún recuerdo antes de que termine el verano.
-Completar algunas canciones que he estado escribiendo.
----------------------------
"¿Cuáles canciones?" pensé mientras deslizaba la siguiente hoja para saberlo, pero solo vi como el cuaderno se cerraba delante de mis ojos y viendo como era arrebatado de mis manos.
-Quita tus manos de ese libreto. - me dijo algo molesto.
No respondí, él tenía toda la razón, yo solo era un mero visitante y haber hecho ese acto era de solo alguien maleducado.
-Ahora sí, sin más rodeos idiota, - fue directo Max - ya recogiste toda tu ropa sucia, solo dime porque querías que vinieramos.
Aquel chico nuevo solo mostró con una cara de asombro al ver como mi amigo Max se dirigía a él, como si Ezequiel le hubiera dado mucho confianza para que le hablen de ese manera y ese tono.
-Bien, sin tanto lo deseas saber te lo muestro enseguida. - respondió del mismo tono que lo había hecho Max.
En mi mente pensaba que esto podía llegar a los puños si seguían asi de faltosos, pero menos mal que no llegó a mayores. Ezequiel lo que hizo fue sacar unas fotografías de su escritorio y esas mismas con una fuerza las estampó contra la mesa.
-Son fotografías tomadas recientemente. Poco antes que te fueras de la cafetería un poco enojado por nuestra conversación, intenté alcanzarte para hacer las pases. - siguió, ahora con disgusto. - Me di cuenta que tu amiga con lentes salía de cafetería, me pregunté ¿No que ella se había ido de ese lugar hace minutos atrás?. Tomé estas fotos para tener una prueba y seguidamente te envié una nota para informarte sobre esto y arreglar nuestros malentendidos, esto último ya no le veo sentido.
-Pues si lo quieres así, esta bien, - Max solo se conformó con aquella repuesta- no siempre podemos dejar una buena impresión a la primera.
Vi como ellos poco a poco se acercaban, esta vez si o si parecía que irían a los puños, este tipo de comportamientos no me gustaba ver.
-¡Ya basta! - dije con un tono de disgusto por todo lo antes. - ¡Si han venido a pelear entonces esta pequeño encuentro termina aquí!
Sentía que no haría mucho. A mi lado izquierdo tenía a Max: un poco sorprendido por mi actuar, capaz fue por que no mucho suelo mostraba esta forma de ser. Y por el otro a Ezequiel: seguía disgustado, al paracer el si quería pelear y esto lo expresaba en sus ojos. Unos momentos segundos después Ezequiel sacudió la cabeza de un lado a otro y realizó aquella técnica de respiración para calmar todo esos ánimos.
-Sabes...no quería que conocieran esta parte de mi. - estaba muy apenado - Te pido disculpas Max, y a ti también, Oscar.
-Estoy bien, no hay rencores conmigo... - pues era verdad, esto no me afectaba en nada. -... esas disculpas extras debe ir nuevamente a Max - dirigí mi mirada al mencionado.
El hizo lo mismo y también puso su mirada en Max, balbuceo a la primera - no era de esos chicos de disculparse nuevamente -, a la segunda si logró pronunciarse.
-Max te pido disculpas por lo...
-No tienes que disculparte, también fue mi error aunque tu querías hacer las pases, - suspiró - yo aun seguía con esa actitud.
Max estiró su mano en señal de paz y amistad y esperaba lo mismo de Ezequiel, y así fue, ambos amigos míos se reconciliaron con un apretón de manos a la vez que se mostraban una sincera sonrisa.
Deje por unos segundos más que siguieran con su reconciliación mientas me dirigía a ver aquellas fotos, "¿amiga con lentes?" la única amiga con lentes era...
-¡¿Lucy?! - no lo podía creer al ver la fotografías de como ella salía con esa actitud casi a sospechas como aquella vez.
-Curioso ¿no? - se dirigió Ezequiel.
-A qué te refieres con eso de "Curioso". - Max intentaba descifrar lo que decía nuestro amigo.
-Sabes, cuando ella le propuso a Oscar para ir a Heartforde y este negara su petición, justo Erizo recibe esos pastelazos minutos después. - habló muy seguro.
-Capaz sea solo una coincidencia - dije, no podía ser ella, no lo acepté.
-¿Coincidencia? - se formuló la pregunta y empezó una pequeña risa - entonces es solo mera coincidencia el verla salir nuevamente de la cafetería cuando específicamente no la vimos entrar en ningún momento.
Al escuchar aquello yo aún seguía negando de que fuera ella, me quedé en silencio momentáneo tratando de procesar uno y otra vez esas palabras, tenía que encontrar una o otra manera que no la culpen aunque las fotos decian todo lo contrario.
-Amigos, en vez de estar aquí formulando quien es el culpable... - decía mientras se acercaba a la puerta -...pueden hablar con ella, o en otro caso: confrontarla si es la culpable.
-Tienes razón Max, es mejor hacer eso que intentar formular sospechas con anticipación - aún trataba de convencerme a mi mismo.
-¿Y tú? - dijo Ezequiel al escuchar girar la perilla y abrirse la puerta - ¿irás o no?
-No iré, - dando unos pasos al exterior - aun tengo cosas pendientes que hacer, aun así me cuentas los detalles después.
Cerró la puerta y se fue del lugar, ahora solo estábamos nosotros dos. Pensaba que ayudaría con este tema como lo hacía siempre, como aquellas veces.
Me quedé unos minutos más en su cabaña charlando con mi nuevo amigo, intentaba convencerlo de que no fuera ella, capaz todo este sea un malentendido y el verdadero culpable este ahí afuera haciendo una que otra fechoría.
-¡Vamos de una vez! - parecía un cabeza hueca, se aferraba a sus pensamientos.
Salimos de su cabaña y nos dirigimos a la cabaña de Lucy. Tocamos la puerta en repetidas ocasiones - unas 4 veces -, esto desesperó a mi acompañante y se metió por la ventana que miraba para la cabaña del costado, su acción me puso muy nervioso y miraba a cada esquina mía para fijarme si alguien nos veía, no podía creer que este chico podía hacer este tipo de acciones.
Volví a tranquilizarme al ver salir a Ezequiel por la ventana y decir que no había nadie o algún indicio que ella estuviera allí hace unos minutos.
-¿Conoces algún lugar donde capaz esté?
-Pues en verdad yo.. - había dos lugares pero no lo quería mencionar.
-No no no, ya sé... - chasqueando los dedos - ¡Heartforde!
Su expresión mostraba entusiasmo y adrenalina, parecía a la de un animal salvaje listo para cazar a su presa.
"Te equivocas, ella está en una suite de la palmera doble" se escuchó al otro lado de cabaña. Era un campista que había escuchado todo lo que hacíamos al igual que las acciones de Lucy.
-Gracias - ambos habíamos dicho al unísono, aunque desde mi interior intentaba retirar lo dicho.
Pasados unos minutos ya habíamos llegado al lugar mencionado, fuimos recibidos por un yeti que actuaba de guardaespaldas para Lucy, al vernos nos había dado la negativa a la primera. Fue a la segunda que nos concedió el pase al ver su pequeño libreto, al parecer éramos como una visita ya programada.
Subimos por ese pequeño ascensor y llegamos, solo esa puerta me separaba una capaz verdad que me podría ser revelada. Ezequiel tocó la puerta y escuchamos la perilla girar por el otro lado, la puerta se había abierto unos centímetros pero ya se podía ver quien estaba al otro lado.
-Oh, ¿Oscar? - parecía una sorpresa para ella - no pensaba que cambiarías de parecer.
-Hola Lucy - saludé - Si, mis planes con Erizo se cancelaron y vine aquí.
-¿Que raro? - estaba confundida - ustedes no son de cancelar sus planes a última hora.
-Si, pero no viene al caso...- suspiré y hablé -... ¿Podría entrar para hablar contigo?
-¡Oh! - parecía que ella ya estuviera esperando la pregunta, por que no lo dudo - Si Oscar, eres mi invitado.
Ella abrió la puerta completamente mostrándose con una bata de baño que traía consigo, la verdad eso me puso un poco rojo al verlo aunque intentaba ocultarlo.
Volví mi mirada hacia ella y solo vi dibujado felicidad, en verdad le agradaba mi presencia, pero, aquella felicidad se desvaneció al ver a mi acompañante.
-Hola Lucy - se presentó cordialmente.
-Hola emm.. ¿Cómo te llamas? - dijo sin mostrar interés una vez que este pronunciara su nombre nuevamente.
-Me llamó Ezequiel Lippincott, lo dije en la cafetería.
-Perdón, es que se me olvida los nombres muy rápido - mentía, yo la conocía muy bien en esa parte.
-No importa, Oscar y yo venimos a hacerte unas preguntas y nos gustaría que respondas.
Pasamos adentro recibidos por una cálida sonrisa de Lucy - aunque esto no del todo lindo, sabía cuando ella fingía y caundo no -, nos dirigimos a unos sillones ya vistos desde la entrada, Lucy nos dijo que esperáramos un momento mientras ella iba a ponerse un atuendo más adecuado.
Solo la vi retirarse no sin antes echarme una fugaz mirada la cual la devolví con una cálida sonrisa mía. Volví a ver a mi compañero pero este se veía un poco confundido.
-¿Has tenido algo con ella últimamente? - "¿a qué venía esa pregunta?" pensé.
-¿Por qué dices eso?
-Solo pregunto.
-Verás, una vez lo acompañe junto a Erizo al lugar de los yetis a que descubra su don mágico.
-¿Y cuál era?
-Pues es obvio, ella es una yeti.
-¿Es enserio?, - no me creía - o me estás tomando el pelo.
-Es enserio Ezequiel.
Parecía que lo que me había tomado muy enserio, capaz se guiaba por las características físicas de un yeti ordinario algo que no tenía Lucy y esto se mostraba en su rostro de dudas y curiosidad.
-Olvidalo - me cambió el tema - ¿Viste su mirada?
-Umm no - mentí - ¿cuál mirada? siempre ha sido así, desde hace semanas se veía así y no le veo nada de malo.
Se había la cabeza con la palma de la mano - ¿No lo ves? A ti te trata con amabilidad y a mí como cualquier cosa.
-Pues eso será por que a ti recién te conoce y tenga un poco de desconfianza.
-¿Y lo de la amabilidad?
-Pues ella siempre ha sido así con todos nosotros - refiriendome a mis amigos.
-Ella parece que quiere algo contigo - afirmó.
-¿Y qué te hace pensar eso?
-Primero, se sorprende con tu llegada y te recibe con un peculiar gesto de amabilidad...
-Continúa - quería escuchar lo demás
-Segundo, antes de salir de esta sala te hecha una mirada fugaz. Tercero y último, pide esperar para cambiarse con una prenda más adecuada.
-No lo había visto de esa manera - dije mientras apoyaba mi mano en el apoyabrazos del sillón pero ahora temblando, no podía evitar - jejeje ¿yo? ¿gustarle a alguien? ¿Y que sea Lucy?
-¡Lo vez! - miró mi nerviosismo a través de mi manos - ¿Qué dices al respecto?
-No lo sé, nunca he pensado que le gustaría a una chica, ni mucho menos que sea ella, es más yo....
-¿Y qué hay de Erizo y tú? - preguntó - escuchando sobre sus aventuras juntos podría pensar que tuvieron alguna tensión romántica en algún punto.
-¡Eso es distinto! - recalqué - Ella y yo somos mejores amigos y solo eso. Es más, ella yo la veo como una hermana.
-Entiendo, y que...
Ezequiel se calló al escuchar unos pasos por el pasillo, ella se acercaba, mis nervios me invadieron otra vez y con fuerza. Los pasos cesaron y se volvía escuchar pero ahora como si éstos le alejaran. Mis nervios se calmaron por ese instante pero aún así mi rostro reflejaba lo poco que quedaba de ello y esto lo notó mi acompañante y amigo.
-¡Tranquilo Oscar! , solo tranquilizate.
-Como quieres que no lo haga, capaz ella sea la responsable, - mi nervios volvían - capaz, solo capaz, ella hizo eso para alejarme de mi mejor amiga por celos.
-Oye tampoco no saques supociones tan pronto, te lo dijo y diré como diria el maestro : - citó - "Nunca hagas suposiciones. Es un hábito repugnante, que destruye la facultad de razonar."
Al escuchar eso me sentí extrañado, de donde provenia esa frase tan sacada de onda al mi parecer, sumándole que se contradecía con lo que había hecho hace momentos atrás.
-Solo es una frase que saqué de un libro, "El Signo de los cuatro" por sí te apetece leerlo.
Los pasos se volvieron a escuchar por aquel pasillo, su andar era lento por la simple razón que cada paso era pasado un segundo. Otra vez mi nervios se ponían al tope, no era por aquella suposición, ahora era por la forma que vería a Lucy, no era mucho sobre esto que del tema del amor, además, la seguía viendo como una amiga - aunque mis cambios de ánimo decían lo contrario -, pero ella al parecer, no me veía de esa manera.
Vi entrar a Lucy, era muy hermoso verla lucir un vestido amarillo muy llamativo que, a mi parecer, hacía combinación con sus lentes. Me quedé perplejo y ruborizado al ver desbordar tanta belleza que ella emanaba mientras veía como venía a nosotros con una bandeja que llevaba una tetera, un par de tazas y un platillo lleno de galletas.
-Sírvete - me dijo mientras dejaba aquella bandeja.
No respondí, seguía observándola. Para ese momento su forma de vestir me había dejado muy embobado que no podía despegar mi mirada ni siquiera un mínimo segundo.
-¡Oye!.. - Ezequiel había chasqueado sus dedos-... te dijo que te sirvieras.
Volví en mi mismo, aquellos chasquidos la verdad que sirvieron - Oh lo siento.
-Solo recuerda lo que te dije hace un momento - dijo mientras tomaba de su taza.
-No tienes por que recordármelo. - afirmé.
-¿Qué tiene que recordar Oscar exactamente? - preguntó Lucy.
-Eso no es muy importante ahora. - agarró unas galletas del plato - hemos venido aquí hacerte una que otra pregunta, claro, si quieres responderlas.
-Bien, pregunta lo que quieras - aún tenía esa expresión de no darle importancia.
-Primero, te daré un resumen de lo que pasó después de que salieras de la cafetería.
-¿Y que es lo que pasó ?
-Cómo sabrás, - dio un mordisco a la galleta - después de que abandonaras la cafetería, nuestro amigo Max recibió una broma de la cual se salvó pero Erizo no.
-¿Que le sucedió a mi amiga? - dijo muy preocupada.
Al escucharla hablar y más con ese tono, rompí mi silencio de esos segundos, hablé aunque no quería recordar ese suceso- Ella.. Ella..recibió una lluvia de pasteles y fue burla de los demás campistas.
-Oh por dios - se mostraba impresionada - ¿Y está bien?
-No te preocupes Lucy, por suerte esto no paso a mayores. - dije un poco desanimado.
-Que alivio chicos.
Ella solo expresó alivio, obvio que no podría ser ella, con esos comportamientos y más una charla directa cara a cara cualquiera podría ponerse nervioso. Y eso, fue lo que Ezequiel buscaba.
-¿Dónde estuviste después de la cafetería? - fue directo.
-Pues estuve aquí, es bastante obvio.
-Lo que dices no es cierto - había vuelto remojar su galleta en la taza.
-Dices que soy una mentirosa. - Lucy alzó su voz, no le había agradado para nada ese comentario.
-No he dicho eso.
-¡Ash!, ¡Estas insinuando que lo soy!
-Pues si, tengo una evidencia.
-¿Y cuál es?
-Tenemos una foto tuya saliendo de la cafetería - puso la prueba sobre la mesa. - ¿Y sabes cual es lo más raro? No te vimos entrar nuevamente y esto, - alzó su voz - lo tomé después de que Erizo saliera despavorida de la cafetería.
-Y la foto nos dice que... - no lo quería decir, aunque era una amiga, no era aquel chico que culpa a la primera -...que fuiste tú Lucy.
-¿Oscar tu sospechas de mi? - no quería escuchar eso.
-Si.... dijo no, no quiero pensar que fuiste tú pero la foto dice todo lo contrario.
-Créeme Oscar, ¿Por qué le haría eso a una amiga?
Yo tenía la respuesta, - aunque era muy descabellada -, no podría afirmar algo que formulé con mi ataque de pánico. Volví agachar mi cabeza y solo me limite a observar aquella taza que traía en mis manos, intentaba agarrar el valor después de lo había dicho, ¿intentar culpar a una amiga?
-Oscar yo...
-Lucy por favor - la interrumpí.
Había dejado mi taza sobre la mesa y agarré ambas manos de Lucy, esto me puso nervioso aunque intenté no hacerlo notar. Tomar aquellas manos delicadas como las de Lucy me hacían dudar de lo que decía, a pesar de que fuera ella o no la culpable, tenía decir lo siguiente.
-Lucy, al menos dinos por que te encontrabas en la cafetería - lo había dicho ya como a súplicas, seguía con la idea de que no fuera ella la culpable de todo esto.
Esperé una respuesta y seguiría esperando, quería liberarme de todo esto que carcomia mi cabeza, pude sentir como ella ponía un poco de fuerza sobre mis manos, no como una manera de hacerme daño sino como estar sintiendo mi preocupación.
-So-sobre esa fotografía mía saliendo de la cafetería tiene una explicación.
-Bien, - Ezequiel dejó su taza sobre la mesa - Te escuchamos.
-Hace semanas atrás le pedí a Susie, no, no le pedí... - se corrigió -.....le pagué para usar la cocina de la cafetería.
-¿Y qué es lo que haces en la cocina de la cafetería? - preguntó mi acompañante.
-En secreto he estado practicando el oficio de la repostería, solo quería que nadie lo sepa.
-¿Por qué querías que nadie lo sepa?
-Quería que fuera una sorpresa para todos ustedes, mis amigos, y en especial para....- se detuvo y prosiguió -....para mis padres. - agarró aquel platillo - estas galletas las había hecho yo misma.
Ella solo agachó la cabeza al haber confesado mientras sentía su tristeza, era obvio, tuvo que confesar su secreto.
Me sentí muy estúpido por dudar esos momentos de ella, me acerqué y la abracé como lo haría todo un amigo ¿no? ¿o algo más?. Sentía como todo esas penurias se iban de ella cuando también hacía lo mismo, me envolvió en sus brazos, un cálido abrazo de parte de Lucy que se desvanecía mientras se despegaba poco a poco de mí y a pocos milímetros de sentir que ya no estar más cerca de ella, ver como sujetaba mis ambas manos y decirme.
-Gracias Oscar - mientras me mostraba una cálida sonrisa alegraba mi ser.
-No te preocupes Lucy, nadie sabrá esto. ¿No es cierto Eze? - dijo esto último mirandolo para que también hiciera lo mismo, guardar el secreto.
"Oscar, en verdad si que aprovechas el momento" dijo mentalmente mirando al paquidermo - ¿Ah?, dijo si, Lucy no tienes que ponerte así, tu secreto está a salvo.
-Muchas gracias chicos - mientras se separaba del abrazo de Oscar y mirar a este con una sonrisa dibujada en su rostro.
-Lucy, quiero pedirte algo, claro, si no te molesta - El camélido volvió a coger una galleta.
-Adelante, dilo.
Dio un mordisco a la galleta - Podrías preparar más de estas galletas, están muy deliciosas.
Un pedido muy descarado por parte del camélido después de haberla interrogado como una sospechosa de aquel incidente.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro