Una patada y un puño le propino la morena a un viejo saco de boxeo que se encontraba en el Gym del Cuartel general. Ultimadamente estaba haciendo ejercicio para por fin se ascendida a un rango algo mayor; Con el que vendría beneficios como ir a Misiones, tener a su vigilancia un villano menor entre esas cosas. La emoción la invadía; No importaba que su cuerpo comenzara a doler ella seguía y seguía luchando contra la bolsa de boxeo.

De sus pensamientos de una manera violenta fue sacada cuando comenzó a sonar una pegajosa melodía el cual tenía de tono de llamada. Se dirigió a paso veloz hasta su maleta de entrenamiento y rebusco a ciegas su teléfono móvil; una sonrisa si implanto en sus labios al leer de quien se trataba "Mi Tali"

—Hola cariño—Respondió. De manera rápida la morena fue y se encerró en el baño para que nadie escuchara con quien estaba hablando.

—kay—Escucho la voz débilmente de Talon del otro lado; Estaba encerrado en su habitación para poder dedicarle un tiempo de charla a su novia. —¿Qué haces ahora?

La fémina sonrió sentándose en el lavamanos para secar un poco su piel del sudor producto de su entrenamiento.

—Bueno Estaba haciendo mi rutina de pelea y algunas pesas je, sabes estoy mejorando pronto podre pelear como las chicas en las competencias de T.V.

Del otro lado de la línea se escuchó un bufido de molestia, Kayla quedo confundida por eso y llamo a su pareja "Tali".

—Escucha Kayla la cosa es simple; se que quieres ser agente pero si sigues así te convertirás en una masa de músculos y parecerás un chico—Explico el muchacho y junto a eso le llego a Kayla un archivo adjunto de imágenes de peleadoras profesionales; era verdad todas parecían hombres delgados pero con músculos. Trago fuerte su saliva. —Crees que yo saldría con un chico Kayla... me estas llamando sodomita.

—No, tali no, es solo que...

—¡Creerán que estoy con otro hombre kayla!

—¡Lo dejare de hacer!! —Tan rápido como un remolino la de hebras rojizas declaro cuando su novio ya comenzaba a exaltarse—Lo dejare de hacer Tali, lo prometo.

Del otro lado de la línea el joven azabache sonrió mientras Kayla se levantaba del lava manos y se miraba en el espejo algo asustada; Ciertamente ya no se le notaba mucha cintura.

—Gracias Kayla te lo agradezco—Y con eso la llamada fue finalizada. Kayla salió del baño para ir director a hacer algunos ejercicios para ver si recuperaba su anterior cuerpo.