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IV

Hola:)

No tengo palabras para disculparme por lo corto del CAP y por no actualizar. Si revisaron mi muro sabrán que perdí la novela completamente y estoy reescribiendo porque lo que me he estado tardando pero aquí les dejo otro caso para que disfruten.

Una nueva Aurora nacía en el cielo  despertando con las luces rosáceas entre sus esponjosas nubes llenando de luces los lugares más obscuros y profundos de la ciudad indicando el despuntar del día. Brindando su calor a esos corazones destrozados, a los que aman incondicionalmente, para los amantes y a quienes desean un nuevo comienzo; una nueva vida.

Apagó la ducha haciendo que el agua fría dejará de salir de está, las gotas recorrían su trabajada figura deslizándose sobre su piel y desapareciendo a medida que el aire las secaba. Tomó una de las toallas y la envolvió en su cadera y otra la colocó sobre sus hebras castañas mojadas. Camino saliendo de la ducha para secar su cabello mientras se sepillaba los dientes, una vez termino salio baño con sus pies desnudos sintiendo el frío del piso calar sus huesos. Luego de la larga ducha fría para despertar cada músculo de su cuerpo se encaminó hacia el clóset sacando uno de sus trajes negros y completando con una camisa con cuello alto del mismo color, peino su cabello para luego aplicarse perfume y ponerse uno de sus preciados relojes mientras veía su reflejo, recordó el nuevo reloj que había adquirido y nuevamente volvió al clóset buscando en los organizadores donde tenía las cajas de cosas sin abrir que había comprado recientemente, cuando está cayó al suelo haciendo que su contenido resbalara con todas partes.

Dio un fuerte carraspeó y empezó a organizar todo buscando lo que deseaba. Eran pequeñas cajas por todos lados incluyendo algunos libros y otros objetos sobre el piso acolchado, una vez encontró lo que buscaba lo apartó para terminar de organizar, miro abajo de la cama y se encontró con un pequeño grupo de fotos algo realmente desagradable de ver ante sus ojos eran Jungkook con su pancita de 4 meses y él, ambos sonriendo en esa fotografía, eran fotos viejas y enteramente familiares.

Ignorando esa sensación en su pecho guardo las fotografías en su lugar para después poner el organizador dentro de su clóset. Tomó su maleta y de mala gana salió hacia su despacho para buscar unos documentos.

Odiaba ver fotos familiares de ellos, sentía esa sensación de engaño y decepción porque al contrario de lo que siempre creyó  no eran una familia perfecta, talvez nunca lo fueron pero al menos era felices hasta que Jungkook decidió acabar con su felicidad entregándose a otro hombre y engendrando un hijo para después mentirle descaradamente. Aún recuerda lo devastado que quedó cuando su padre le entrego en sus manos la prueba de ADN que negaba su parentesco mientras que tenía a Soobin en sus brazos, su mundo de ilusiones se deshicieron dejando grandes grietas de rencor y rabia hacia los inocentes.

Recuerda como Jungkook lloraba arrodillado suplicando perdón rogando por qué no lo abandonará o le quitará al bebé de sus brazos alegando que Soobin era el hijo de ambos, sus ojos negros buscaban algún consuelo o esperanza mientras se inundaban en lágrimas, qué en su momento parecían ser reales llenas de sentimientos pero ahora está seguro que no fue así. Por lo que él se ha encargado de castigarlo día a día mucho peor que antes hasta que Jungkook se cansé y confiese porque lo hizo y quién es el verdadero padre.

Se dirigió a pasos firmes mientras se aflojaba un poco la corbata y se llegaba despacho donde recogería unos documentos importantes para la junta que tenía a las 10:00 a.m con sus socios pero su mente aún divagaba entre pensamientos. Detuvo su andar enfrente de aquella puerta blanca con un tierno cártel en está, la cual estaba entre abierta y de ella salían suaves balbuceos.

Abrió lentamente la puerta examinando detenidamente cada parte de la infantil habitación, las paredes muy bien pintadas con hermosos dibujos, las blancas repisas llenas de juguetes con el piso acolchado para evitar accidentes acompañado de muebles para infantes de alta calidad; sin duda alguna el lugar parecía alegre y pacífico lleno de colores brillantes desentonando con el resto de la casa. Dio suaves pasos en el lugar sintiendose como un extraño debido a que muy pocas veces entro a esa habitación, vio en una de las esquinas perfectamente situada la mecedora que el mismo había comprado para cuando naciera el pequeño poder dormirlo entre sus brazos mientras le cantaba y mecía, lamentablemente eso solo sucedido unas pocas veces y desde entonces todo ha cambiado.

Vio a la blanca cuna cubierta con un mosquitero del mismo color con finos encajes en su interior al bebé ya despierto con uno de sus adorables pijamas recostado en uno de los largos y anchos barrotes mientras jugaba en silencio con sus peluches Cooky y TaTa; un conejo rosa y un corazón raro respectivamente. Ponía todo su esfuerzo en tratar de levantarse pero no tenía la suficiente fuerza debido a que apenas estaba iniciando a caminar y le costaba sostenerse.

Taehyung sonrió levemente observando al pequeño bastardo quien aún no era consciente de su presencia, dejó su maletín en algún lugar se detuvo frente a la cuna abriendo el mosquitero haciendo que el pequeño lo mirará inmediatamente, parecía sorprendido como si le extrañará su presencia e inmediatamente empezó a moverse en la cama inquieto, moviendo su cuerpo con diminutos saltos de esa emoción creciente en su pechito. Su Daa estaba frente a él con una sonrisa y justo ahora acariciaba su cabecita suavemente, su corazón rebosaba emocionado contra su pechito.

Taehyung fue consiente de sus acciones cuando escucho una suave carcajada del menor y una leve presión en su mano. Soobin se había sostenido de él para levantarse y ahora agarraba su mano con una de sus pequeñitas manitas con toda su fuerza y le miraba con esos ojos expresivos que tiene. Tae se sintió un hueco en el estómago por con las sensaciones que no había vivido, quería apartar su mano del mocoso, tomar su maletín e irse pero su cuerpo no cedía, nunca pensó en acercarse tanto al niño o al menos no tan pronto pero era algo inevitable siendo que el menor era su hijo, al menos ante la ley.

—Pequeño bastardo insolente— El castaño susurro sonriendo de forma sincera al ver al niño agarrarle la mano con más fuerza sosteniéndose de él mientras está parado en cuna, abría y cerraba la boquita balbuceando alguna cosa. Tae sentó al pequeño con delicadeza, quien lo miraba con sus ojos expresivos y sonreía como si no fuese consiente de nada viviendo en su pequeña burbuja. Agitaba sus bracitos mientras se tambalea sacándole una sonrisa al mayor quien negó con su cabeza y acarició nuevamente la cabeza del bebé— Eres tan igual a él que no me importaría darte mi vida si me la pudieras pero la vida no es sencilla y lamentablemente los hijos pagan los errores de su padres—.

El bebé miro con sus enormes ojos castaños llenos de vida a su rostro, atento a sus palabras como si tuviera la capacidad de entender el peso de lo mencionado y la profundidad de estás pero solo desvió su inocente mirada a los peluches, al parecer sus dos favoritos ya que no los dejaba y continuó jugando con ellos mientras balbuceaba como si estuviera teniendo la mejor de las charlas.

Taehyung desvío su atención a la pequeña cama a sus espaldas que yacía a la otra esquina de la habitación, se acercó observando la bolita que había en las sábanas sabiendo que su tormentosa adoración estaba entre los suaves brazos de Morfeo hecho bolita. Se sentó delicadamente y apartó las sábanas y el cabello del pelinegro para ver su hermoso rostro, ahora rojo por el llanto de ayer en la noche y su mejilla mancillada por el golpe que el mismo le dió. Acarició su mejilla y suavemente seco las pocas lágrimas que aún tenía en el rostro sobre sus marcadas ojeras.

—Aunque no lo creas a mi también me duele cuando te lastimas —. El frágil y delicado cuerpo del menor se removió al sentir como el mayor apresó su cintura sin hacerle daño y se recostó encima suyo enterrando su rostro en su cuello para oler el increíble aroma de su piel. Momentos después abrió los ojos sobresaltado al sentir una presión en su cuerpo pero al ver la inesperada escena su cuerpo se congeló del miedo y no pudo articular palabra alguna.—Sabes que no me gusta dañar tu hermoso ser pero entiéndeme; tú no quieres obedecer y no se que más hacer contigo-.

Subió la cabeza viendo fijamente a los ojos negros del menor quién lo miraba alarmado ante sus acciones, acarició su rostro por unos instantes más viendo los ojos del menor que se desbordaban en lágrimas silenciosas mientras su cuerpo se tensaba y la respiración comenzaba a fallarle.

—Soy el único que puede cuidarte y evitar que te lastimes o hagas otra de tus locuras.— Atrajo hacía sí el cuerpo arropado del menor levantando un poco su frágil torso siendo consciente del bajo peso y la delgadez del pelinegro provocada por el estrés. Jungkook sentía que su respiración se volvía irregular mientras que en su estómago un nudo crecía.

—Lo que dije ayer no es verdad, no te quitaré a Soobin y mucho menos tengo a alguien más. Tu eres mi único amor, mi lugar seguro y mi obsesión— Beso tiernamente la mejilla del chico y sonrió mientras seguía limpiando las lágrimas que corrían por el pálido rostro de Jungkook, quién a su entender lo miraba con una mezcla de emociones. —Hoy en la tarde pasaré por ambos, tengo una cena de negocios con mis nuevos socios y quiero darle una buena impresión; así que quiero que te arregles y te veas aún más hermoso—

Jungkook asintió con la cabeza lentamente cerrando los ojos y sintiendo como filo cortante el suave toque del mayor sobre su cuerpo, su cuerpo se mantenía rígido como si esperara un nuevo golpe o talvez otra de sus malditas amenazas. Con su manos empujó el cuerpo del mayor para él rápidamente sentarse en la cama alejándose del mayor quedando en la esquina de la cama mientras que cubría un las sábanas su cuerpo sintiendose desnudo ante la penetrante mirada, a pesar de tener si pijama de ositos que cubría todo su cuerpo lleno de cicatrices.

Taehyung le observando un poco más para luego reír fastidiado ante la actitud del pelinegro parece que tendria que medicarlo de nuevo, busco en su blazer el frasco de calmantes, una vez lo tuvo en sus manos saco dos pastillas y tomo el rígido brazo temblante del Jungkook para dárselas y después hacerle una seña para que se las tomará en seco.

—Vamos, tomalas— Su voz autoritaria se oyó en toda la habitación y carraspeó con frustración ya que se escuchó más como una amenaza que como una especie de sugerencia. La cabeza de Jungkook se movió rápidamente negando con insistencia, sus ojos negros buscaban algo en la habitación, talvez una salida pero antes de poder replicar Taehyung sostuvo fuertemente su cuello provocando la falta de aire asiendo que abriera la boca en busca de oxígeno mientras el castaño dejaba las pastillas en su boca. Todo sucedió tan rápido que sin querer las trago dejando satisfecho a su esposo mientras se ahogaba en lágrimas ante la falta de aire. —Yo mismo me voy a asegurar de que tomes tú medicación y de ser necesario, voy a aumentar la dosis—.

Luego de eso dejo un beso un su cabeza para después marcharse con su maletín mientras arreglaba su traje y lo limpiaba de suciedad inexistente dejando atrás al menor en llanto mientras sostenía su delgado cuello, el cual ahora lucia lastimado. Todo esto bajo la atenta mirada del pequeño bebé que solo miraba la escena ante sus ojos, asustado sin comprender la verdadera realidad en la que vivía solo podía abrazar fuertemente a TaTa dejando su cabecita recostada en el peluche mientras sus hermosos ojos se cristalizan.

Salió de la habitación sin mirar atrás escuchando los irritantes sollozos silenciosos de su esposo, el cual se encogía en su lugar. Camina con semblante firme mientras miraba la hora en el reloj de su muñeca, aún tenía tiempo de sobra para prepararse un café y así lo hizo una vez estuvo en la cocina. Sintió su teléfono vibrar dentro del bolsillo de su blazer, la pantalla mostraba el nombre de su secretario por lo que frunció el ceño extrañado ya que nunca le llamaba, o bueno, no a esa hora. Una vez su humeante café estuvo listo dio el primer sorbo sin importar quemarse mientras contestaba a la extraña llamada.

— Buen día; Señor Kim, perdone la hora pero a ocurrido un percance y necesita llegar urgente.— Habló rápidamente la voz del otro lado.— Nuestros socios chinos enviaron a un abogado informando sobre la ruptura de nuestra alianza con nuestra inmobiliaria debido a que el nuevo plan les llegó incompleto—.

—¿A qué te refieres?— Preguntó exasperado para tomar de una todo lo que quedaba del café y comenzar a caminar al despacho.
— Al parecer cuando enviamos los archivo gran parte de éstos no fueron entregados y tampoco una tenemos copia de los documentos— Paso su mano libre por su rostro por la frustración que le provocaban los incompetentes y dejó salir todo el aire que contenía.

— En un momento estaré allí—.
Entra a su despacho dejando a un lado su portafolio dió un fuerte carraspeó y se dirigió al escritorio lleno de carpetas y documentos de su nuevo proyecto, revisó carpeta por carpeta y no había nada de lo que deseaba. Paso a las gavetas y pequeños estantes pero tampoco por lo que con molestia se levantó hacia los estantes con grandes archivos pasando su vista sobre los nombre hasta que encontró el archivo dónde estaba el contrato original. Aliviado lo tomo entre sus manos pero al sacarlo callo unas carpetas con éste.

—Vaya mierda—.

Eran unas cuantas hojas por todos lados por todos lados y tuvo que organizarlas rápidamente ya que no quería perder tiempo pero una carpeta negra la cual llamó su atención, dejo todo de lado. Con el ceño fruncido y la curiosidad picando en su interior se sentó en la gran silla de cuero para abrir la carpeta encontrándose con algo que no se esperaba. Está tenía varios documentos los cuales no eran más que facturas de banco, fotos y papeles antiguos pero uno en especial ganó su atención. Tenía entre sus manos la propiedad de un local al parecer antiguo a nombre de Jungkook; su esposo.

Sus manos se apretaron estrujando el viejo documento mientras sentía la furia crecer como fuego en un incendio en su cuerpo. Aflojó su corbata negando inconscientemente mientras sus pensamientos tratando de calmarse ¿Que era eso? No creía lo que sus ojos veían, era una broma ¿Verdad? Jungkook no podía tener ni una propiedad a su nombre, no podía, es imposible. Él se había encargado de quitarle todo, vacío todas sus cuentas, se apoderó de la herencia que el pelinegro tenía, de lo mucho y lo poco que llegaría a tener para asegurarse de Jungkook no pudiese escapar de sus brazos. Debió imaginarlo desde el inicio de sus actitudes rebeldes.
Grito con gran frustración lanzando al suelo todo sobre el escritorio de madera, su rostro estaba rojo de ira con las venas resaltando, con ganas de volver a la habitación y matarlo por su estúpida insolencia. Busco por el lugar tirando y rompiendo todo hasta que logró encontrar la vieja laptop de Jungkook, la encendió y grande fue su sorpresa al ver toda la información que contenía ese dispositivo, las suficientes pruebas para ir a la cárcel, fotos, videos, grabaciones de audio y mucho más. Tiro de su cabello castaño con fuerza buscando la calma, debía de ser astuto y no actuar con precipitación. Si su esposo quería jugar con fuego, él lo dejaría quemarse porque ahora él llevaba nuevamente el control le enseñaría que después de todo el siempre será superior.
Rápidamente tomó su maleta, la laptop y todos los documentos para salir del lugar con una sonrisa tan malévola que calaba hasta el alma. Sacó su celular y marco a su secretario para darle una orden absoluta.

— Quiero a los abogados y notarios en mi maldita oficina, ya. De otra forma será tu último día—.

Jungkook se quedó en blanco totalmente mientras luchaba para regular su respiración con sus manos en la zona afectada y su mirada perdida en un punto fijo en el infantil cuarto. Escucho los pasos firmes de Taehyung y como hablaba con alguien para después oir la puerta principal ser cerrada con fuerza. Sintió ese asfixiante vacío en su estómago que crecía más aún con su cuerpo y mentes en shock vpor lo que acababa de pasar, se levantó lentamente con miedo a a que su esposo estuviese aún en casa y pueda hacerle daño de nuevo, dio un vistazo a la cuna de su pequeño y vio que estaba bien, lo que alivió su corazón.

De repente ese nudo dentro de si se hizo tan grande que le provocó arcadas haciendo que el doncel ponga las manos sobre su boca sintiendo un sabor ácido en  su paladar, término corriendo olvidando su propio dolor, al baño con unas crecientes náuseas que le hizo vomitar las pastillas en el inodoro y lo poco que había ingerido anoche. Una vez término se enjuago la boca y se lavo los dientes se forma brusca lastimando un poco sus encías, miro su asqueroso reflejo sus labios secos, su mejilla magullada y las malditas ojeras que no abandonan sus ojos negros.

Su mirada reflejaba entre tantas cosas, desprecio hacia sí mismo, se odiaba tanto por ser tan idiota, cobarde y débil, ya no quedaba nada del chico brillante que había sido años atrás, ahora no era capaz de enfrentar a Taehyung o si quiera defender sus derechos a ser tratado con respeto pero solo dejaba que lo humillara, lo aplastará e hiciera de él lo que quisiera porque era tan cobarde como para dejar que el miedo consumiera en llamas a su ser y no luchar por su hijo, quien no era culpable de nada.

Bajo la mirada sintiéndose avergonzado de su propio reflejo vio al lado del lavado sobre la encimera gris, vio la hoja de cuchilla aún sellada y con la vista nublada en lágrimas miro sus antebrazos lleno de horribles cicatrices en ellos que el mismo se a provocado a lo largo de los años. Sollozó fuertemente dejando salir el llanto oprimido en su pecho lanzando lejos la hoja, tras los obscuros pensamientos que cruzaron por su cabeza mientras pasaba las manos por su rostro y tiraba fuertemente de su negro cabello.

Cobarde

Gritaba su conciencia una y otra vez en su cabeza provocando más dolor y también odió hacia su persona, se deslizo en la pared para finalmente caer en el suelo frío que entraba con sus pies descalzos calando sus huesos. Se golpeó fuerte con irá lastimando su piel mientras el llanto lo ahogaba y su conciencia no paraba de repetir lo cobarde de era, como podía ser tan egoísta y no pensar en su hijo, en lo único que tiene, en su responsabilidad como padre, no podía dejarlo con aquel monstruo. No, no, no.

—Ya no puedo seguir así— Dijo con su voz rota y su garganta doliente después de estar tanto tiempo en silencio. Sin siquiera procesar sus palabras y el peso de estás, se levantó apoyándose de la pared mientras su mente trabajaba de forma rápida, miro nuevamente su reflejo secándose las lágrimas asintiendo a sus pensamientos mientras su corazón cada vez más destrozado pendía de un hilo. — Ya no puedo más—.


En los próximo capítulos habrá personajes nuevos y mucha acción, así que no se lo pierdan<3 Gracias por su apoyo.

Estaré leyendo sus teorías_

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