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El primer impulso de Mia MacPherson al oír el timbre de la puerta fue no responder. No se sentía precisamente sociable.

Por otra parte, la autocompasión era un rasgo muy poco atractivo,que además le provocaba mala conciencia,a pesar de que se había concedido un dia entero para regodearse en su desgracia. El timbre vovlvió a sonar, incesante, insistente, y al final ganaron los años de autodisciplina. Contestó a la llamada.

La última persona que esperaba ver en la puerta de su casa era a su gemela.

-Kayleee-dijo, aturdida, y se quedó allí parada, mirando perpleja su hermana.

-¡ Sorpresa!- exclamó Kaylee con su voz ronca de contralto que había perfeccionado cuando tenía 15 años.

Y sin más entró en el recibidor, con un bamboleo de pechos,el asa del bolso cayendo por su brazo y la enorme maleta chocando contra el marco de la puerta. Soltó en equipaje y se echó en brazos de Mia, envolviéndola en un exhuberante y fragante abrazo.

Mia le devolvió el abrazo de manera automatica, pero no pudo acallar la vocecilla en su mente que susurraba : << Oh, oh. Se avecinan problemas en River City>>.

Se apartó dándole a Kaylee unos golpecitos en el hombro  y retrocedió un paso.

Kaylee echó un vistazo al recibidor, se asomó al salón y volvió a mirar a Mia alzando una ceja con gesto irónico.

- Ya veo que sigues siendo una maruja- comentó divertida.- Un sitio para cada cosa y cada cosa en su sitio.

Fue como si le metieran brutalmente un dedo en la llaga.

- En realidad está mas ordenada de lo habitual.- replicó Mia, tensa.- Iba a marcharme a Europa anoche, pero cuando llegué al aeropuerto me enteré de que mi agencia de viajes estaba en bancarrota y se habían quedado con todo mi dinero.

- ¡Vaya !

- Me he pasado la vida ahorrando para ese viaje, Kaylee.- A Mia le tembló un instante el mentón, pero hizo acopio de fuerzas y apretó los dientes hasta recuperar el dominio de si misma.

- Sí, que mala suerte.- se compadeció Kaylee. Luego se encogió de hombros y añadió alegremente.- Pero tu lo solucionaras,hermanita.Como siempre.- Cogió una frágil escultura de la mesita del recibidor, se la quedó mirando con indiferencia un instante y luego la dejó con cuidado en su sitio.-que yo si que tengo problemas.

<<  Vaya, eso si que es una novedad>> pensó Mia, aunque sabía que ese sarcarmo decia muy poco de su carácter,pero no conseguía arrepentirse del todo. No era una casualidad que viviese lo más alejada posible de su hermana sin tener que salir de Estados Unidos.

Desde que Mia podía recordar,siempre habia tenido que hacerse cargo de los problemas familiares. 

Lo que no recordaba era como habia recaído sobre ella esa responsabilidad, aunque seguramente se debía a un hecho evidente : para lograr algo, era necesario que alguien estuviera dispuesto a hacerlo. Y en su familia nunca se ofreció nadie más.Su padre se pasaba la vida detras de múltiples proyectos con la intencion de hacerse rico de forma inmediata, y que luego viniera Rita(y todos los demas) a cargar con las consecuencias. Su madre era sorda y estaba inmersa en un grupo de la iglesia fundamentalista, del que solo salia el tiempo suficiente para advertir a Mia y a Kaylee de los peligros que suponia mostrar sus cuerpos pecadores. Este tipo de advertencias habian llegado con soporifera regularidad, pero los problemas cotidianos se habian ignorado. Tuvo que ser Mia la que se encargara de que se pagaran las facturas, de que hubiera comida en la mesa. Dependió de ella tambien sacar a Kaylee de los diversos líos en los que se había metido.

Durante su adolescencia, Mia deseó muchas cosas, pero lo que más deseaba era que su madre dejara de predicar sobre susu cuerpos pecadores. Aquello le hacia sentirse algo avergonzada del suyo, sin  embargo a Kaylee le impulsaba a mostrar el suyo tanto como estuviera legalmente permitido. Por lo visto, el lema de su hermana habia sido : << si dicen que no, hazlo. Y si te gusta, hazlo hasta no poder más >>-

Mia se cansaba solo de pensarlo. Durante una época, solucionar los excesos de Kaylee le había requerido toda su energia, por que su hermana rara vez pensaba antes de actuar.Mia no tenia que cerrar los ojos para que le pasara por la mente a una velocidad vertiginosa toda una serie de incidentes.

La paciencia de  Mia ya no era la misma de antes, pero aquello no negaba el echo de que, al igual que los perros Pavlov, habia sido condicionada para reaccionar ante un conjunto dado de estimulos. En su caso, si se encontraba ante un dilema,reaccionaba al instante,en busca de soluciones. Sintiendo aquella vieja e incomoda mezcla de amor,rabia y desesperacion, Mia ahogó un suspiró y se agachó para recoger la maleta de su hermana.

-Ven a la cocina.- la invitó con cansancio.- y me lo cuentas.

- ¿ Que oiste que ?- pregunto incredula unos minutos mas tarde, dandose la vuelta para mirar a su hermana.

-Que planean un asesinato.

- ¡ Por Dios, Kaylee! Eso me había parecido oír.- Mia volvio a la cocina a poner una tetera al fuego. Debido a la impresion recibida, los dedos se le habian debilitado, la tetera choco con estrépito contra en fogon. Las tazas que llevó a la mesa traqueteaban en los platos, y el sol que se filtraba por la ventana de pronto parecia chillon y extraño. - ¿Cuando?¿Donde?¿Quien?

Kaylee miró inexpresiva la primorosa taza de flores que su hermana le había puesto delante, luego se volvio hacia la cara palida de su gemela.

- ¿ Un té?- preguntó incrédula.- Te digo que he oído como preparaban un asesinato, ¿ y tu me das una taza de té? Joderrrr, Mia . ¿ No tienes algo mas fuerte? Un whisky, coñac.....Lo que sea.

<< Joderrr,Mia>> Mia oyó la voz de su padre, vio su rostro, con su sonrisa a punto y sus mejillas robicundas. << Joderrrr, Mia, tienes que aprender a animarte un poco. Seguro que te las apañas para preparar una buena cena. ¡ Vamos ni que me hubiera gastado todo el dinero de la compra!>>

Se abstuvo de señalar que era un poco temprano para beber alcohol. Se levanto en silencio y fue hasta el armario donde guardaba el medio litro de whisky que quedó de Navidad. Se lo ofrecio a Kaylee y la miró mientras su hermana abría la botella y se echaba un generoso chorro en la taza. Luego volvió a sentarse frente a ella.

Kaylee bebió un largo trago y tosió con delicadeza. Miro a Mia, y como si la viera por primera vez torció la boca hacia un lado con gesto irónico y movió la cabeza.

-Por Dios Mia, vistes como una monja. Mama estaria orgullosísima.

Mia se miro. Era cierta que la blusa blanca era un poco amplia, pero no queria que los pechos se le delinearan por debajo de la ropa porque llamaban demasiado la atención. Sus pantalones de ciclista, sin embargo, eran de licra y se le pegaban como una segumnda piel. Miró a continuacion a su hermana, que llevaba licra desde el escote hasta el muslo, y zapatos de tacon de aguja de ocho centímetros frente a las Keds deportivas de Mia. Tuvo que reconocer que comparada con Kaylee, era cierto que tenia un aspecto bastante parroquial.

- ¿ De verdad quieres hablar de mi vestuario ?

- No, supongo que no. ¿ Por donde ibamos ?- Kaylee desecho las cuestion con un gesto de sus esbeltos dedos de uñas pintadas. -Da igual, empezaré por el principio. Hace 3 dias me quede plantada en club sin coche,por culpa de una bruja que.... bueno, eso es otra historia, ademas es una chorrada comparada con el lio en que me he metido ahora.

 Mia sabia que el club era el Tropicana Lounge, donde Kaylee trabajaba como gogó. Por lo que ella sabia, aquello significaba que Kaylee danzaba sobre un escenario sobre un escenario junto a otras chicas, vestidas con mucha parafernalia en la cabeza y muy poca tela. Su madre siempre decia que Kaylee era bailarina,porque le parecia que la palabra tenia connotaciones menos desagradables. Bajo su punto de vista, gogó venía a significar stripper. Pero asi era su madre.

- El Trop esta muy bien.- prosiguio Kaylee.- Pero el servicio de las bailarinas está pegado al servicio de caballeros, y te aseguro que la pared es muy fina. Hay ciertas funciones corporales que preferiria no escuchar.-Kaylee se encogió de hombros.- En fin , el caso era que estaba descansando un poco, esperando a que Maria terminara de coquetear con un tío en el vestíbulo y me llevara a casa, cuando oí a Hector Sanchez, el dueño del garito, al otro lado de la pared. Estaba hablando con el Cadenas de Alice Mayberry, con la que tenia una torrida historia, como todo el mundo sabe. Pues nada, que yo me lo estaba pasando pipa, alli escuchando, esperando de enterarme de algo jugoso,cuando Héctor le encargó el trabajillo.

-El trabajillo.- repitio Mia con un hilo de voz.

- Un encargo Mia, una ejecución. Ordenada por mi jefe.... y llevado a cabo por Jimmy el Cadenas Slovak. Es el jefe de seguridad del Trop. Y esto....- Kaylee carraspeó,mirando a su hermana con recelo.- El jefe de mi novio Bobby LaBon.

Mia se atragantó con su té y se apresuro a dejar su taza sobre la mesa.

- ¿ Tu novio?¿Tu novio trabaja para un asesino a sueldo? 

-Bobby es un gorila Mia. Y yo no sabia que el Cadenas era un asesino. Joder, no lo es. Por lo menos no lo era hasta ahora, que yo sepa.

Mia no escuchaba. Miraba a su hermana horrorizada.

- ¿ Y se te ha ocurrido venir aqui? Pero ¿ tu estas loca? Este es el primer sitio donde esa gente te buscará.

-Que va.- Kaylee entornó los ojos.- ¿ Ya que te refieres al decir <<esa gente>>?Hablas como mama, Mia.

-No. Lo que pasa es que me pongo un poco nerviosa cuando me traes a casa asesinos a sueldo.

-Joderrr, calmate. Sanchez y Jimmy Cadenas no saben nada de ti.

- ¿Ah no¿¿ Y tu novio Kaylee? Dices que trabaja para ese tal Cadenas, ese asesino a sueldo, y perdona que insista en el tema. Tu novio seguro que sabe de mi. 

-No, no sabe nada.

-Ah.-Asintio con la cabeza. -Es un novio nuevo ¿no?

Kaylee parpadeó con sus enormes ojos verdes.

-Que va Mia .Es mi amante desde hace tiempo. Llevamos saliendo al menos 4 meses.

<<4 meses. Increible>>

- Y en todo ese tiempo, ¿ no se te ocurrió mencionarle que tienes una hermana gemela? - replico Mia , intentando que su tono no fuera belicoso.

Kaylee se encogio de hombros.

-Pues no, la verdad. Nuestra priorodad no es precisamente hablar, no sé si me entiendes.

Sí que la entendía. Era a veces esa sensualidad desenfrenada de Kaylee la que le habia acortado las riendas a la suya, en las pocas ocasiones que amenazo con desbocarse .v¿ Y sis e dejaba ir y se convertia en su hermana? La idea le producia pavor, y eso si no la habia mantenido exactamente pura, por lo menos cautelosa.

Kaylee rebuscó en su bolso y sacó un espejo. Mientras estudiaba con ojo critico su reflejo, debió de ver algo en la expresion de su hermana, porque se apresuro a tranquilizarla.

- Bueno, tampoco no es que no hablemos nunca. Hemos hablado de muchas cosas, Por ejemplo, sé que él tiene un par de hermanos y él sabe que tengo una hermana. Lo que no pasa es que toddavia no hemos tenido ocasion de intercambiar los pequeños detalles de nuestro arbol genealogico.Ni nuestras agendas.- Y le dio un golpecito al abultado bolso que tenia sobre el regazo.- Era evidente que se enorgullecia de su prevision.

Mia intento no rechinar los dientes, pero lo logro a duras penas. Se paso los dedos por el cabello para apartarselo de la frente, apoyo el codo sobre la mesa de la cocina y miro fijamente a su hermana.

- Vas a tener que rebobinar.- sugirio en un tono neutro.- Estoy algo perdida.

- Muy bien. Bobby vio mi numero en el Tropicana mi primera noche y fue como si surgiera entre nosotros una quimica instantanea,¿sabes?¡ Ay, ojalá lo hubieras visto hermanita!-comento entusiasmada.-¡ Es un dios! Mide por los menos uno noventa, con el pelo mas negro que te puedas imaginar, y unos hombros asi, y unos ojos para morirse, son tan....

- ¡Kaylee ! No me interesan los atributos de tu novio. Cuentame lo de Alice Mayberry.

- Ah, claro, claro. ¿ Por donde iba?.- Kaylee intento retomar el desflecado hilo de sus pensamientos.-Ah, si. Pues nada, que cuando oí que Hector ofrecia al Cadenas dinero por cargarse a Alice, me imaginé que se trataba de un chiste malo.Vamos que Hector y Alice estaban de tortolitos total,asi que pense que era una bromas del tipo << la maté porque era mia>>.

-¿ Y que dijo Sanchez exactamente?

-Dijo que Alice le estaba dando problemas, y que le ofrecia al Cadenas 10 mil dolares por solucionar el tema. Y tambien le dijo donde enterrar el cadaver una vez liquidado el asunto.

-¿ Y pensaste que era una broma?

- Bueno....si. ¿Quien se lo iba a tomar en serio? Esas cosas no pasan.

-¿ Y que hiciste?

- Pues irme a casa.

Mialanzo un gemido y se levanto para lavar su taza.No obedecia a un deseo de limpieza , sino de intentar de evadir a su hermana.¿ Como podia Kaylee oir una cosa asi y marcharse sin mas? Costaba creer que las dos habian compartido el mismo ovulo. Mia dudaba que fuera posible encontrar dos personalidades más distintas en el mundo entero.

-Mia ¿ de verdad crees que me habria ido tranquilamente a casa de haber pensado que hablaban en serio ?

Mia respiró hondo para calmarse, dejo la taza limpia en el escurridor y se volvio hacia su hermana., que la miraba con gesto acusador.

- No claro que no.- Y se sintio avergonzada, porque por un momento habria creido eso. La responsabilidad no era uno de los puntos fuertes de Kaylee. - De todas formas, a lo mejor tienes razon. Quiza el asesinato no llego a ejecutarse. - Dio un respingo ante sus propias palabras, y supo que en cierto modo se estaba engañando. Kaylee no habia llegado hasta alli por nada.

-Eso tambien esperaba yo. Pero debo de haber llamado unas diez veces, y no me han contestado. Y Alice no ha vuelto al trabajo. Y sé que e porque está muerta.

Mia se desplomó contra el mostrador, intentando pensar.

- ¿ Y que razon podia tener Sanchez para matarla? Tenia que haber algun motivo, porque sino es absurdo.

-Le he dado muchisimas vueltas,, y tengo el terrible presentimiento de que Alice amenazó con contarselo todo a la señora Sanchez.

-¿ Y porque iba a hacer uan cosa asi? Se arriesgaba a perder su trabajo, como minimo,¿no?

-Si pero Alice era ambiciosa. Aspiraba a algo mas que andar pavoneandose sobre un escenario.

- Bailando.- le corrigio Mia de manera automatica,, y Kaylee le dirigio una subita y calida sonrisa.

- ¡Anda que mama no te ha lavado el cerebro!.- Kaylee apenas tuvo tiempo de ver la mueca con la que su hermana le dio de mala gana la razon.- A lo mejor Alice pensó que obligaria a Sanchez a dejar a su esposa para casarse con ella.

Mia se aferro al mostrador con su espalda.

-La señora Sanchez es la que maneja el dinero,Mia.

-Ah. Mierda.

-Eso digo yo.

- Bueno, pues tenemos un posible movil. Pero,¿ por que iban a sospechar ellos de  que tu habias oido algo?

-Por que luego me encontré con el Cadenas en el pasillo.-Al ver la expresion de Mia, Kaylee se apresuró a defenderse. - ¡ Creia que se habian ido! Los oi marcharse, pero el Cadenas se le debio de olvidar hacer pis o algo.Es muy tipico de él : si todo su cerebro fuera cocaina de primera, no habria suficente para comprar una barra de labios en un todo a cien. En fin, el caso es que cuando sali del vestuario para ir a buscar a Maria y largarme de alli de una vez, el venia por el pasillo.

- Si no es muy inteligente, a lo mejor no saco conclusiones.

- Seguramente él no. - convino Kaylee.- Pero le encata hablar, y me muero de miedo al pensar que puede mencionarselo a Hector. Porque si eso pasa Mia, estoy tan muerta como Alice.- Kaylee miró a su hermana.- Y no exagero. Hector le dijo a Jimmy Cadenas donde enterrar el cadaver. Y sin cadaver, no hay crimen.

Si se encuentra cadáver, y a eso se suma un testimonio que lo relacione con Hector, seguramente ira a la carcel.Le dejé un montón de mensajes a Alice en el contestador para que me llamara. Si Héctor los oye, y si llega a sospechar que oi sus planes, estoy muerta del todo.

Mia se apartó del mostrador.

- Tienes que ir a la policia Kaylee.

-Bueno... Es que.... En fin.....- Kaylee evitaba mirarla a los ojos.

- ¡Oh,no !-Mia se enderezo.-¿Que?¿Que pasa ahora?

-Pues que... bueno, mas o menos me detuvieron esta semana.

-¿Que?

-Que me detuvieron,no fue culpa mía.

-No, claro que no. Nunca es culpa tuya,¿verdad?.-Mia apreto los dientes.¿Cuantas veces habia oido eso en su vida? Era la razon por la que habia cogido el trabajo en Briarwood School que le habian ofrecido cuatro años atrás. Seattle se le antojaba maravillosamente lejos de Miami. - Mira, antes de llegar a viejas, seria fantástico que por una vez, aunque solo fuera una, aceptaras la responsabilidad de tus actos.

Dios, 25 minutos en compañia de su hermana, y ya era como si nunca se hubiera marchado.No deberia ser asi.

No siempre habia sido asi.

-¡ Ay, dejate de sermones Mia!-Le espeto Kaylee .- ¿Desde cuando eres tan estirada?

-¿Cuando he tenido la oportunidad de no serlo?.-Mia se dejo caer en la silla y miro ceñuda a su hermana.- Siempre he estado demasiado ocupada solucionando tus problemas.

-Vale,vale, Puede que no siempre haya sido muy responsable. Pero eso era antes.Y esta vez no ha sido culpa mia, te lo estoy diciendo. La detencion fue un error. Veras, Bobby tenia que salir de la ciudad, y me dejo su coche nuevo. Pero al final resultó que no era suyo, y a mi me acusaron de haberlo robado, por la declaración de un idiota que tenía los papeles del coche y muy mala leche.

-Entonces, ¿Como...?

-Ah, nada, me soltaron bajo fianza. Pero ese es el problema Mia. Que segun los términos de la fianza, no puedo salir de Florida. Pero claro, en cuanto me di cuenta de que el contrato para matar a Alice no era un chiste malo, saque todo lo que tenia en el banco y me vine hacia aqui.- Tendió en brazo sobre la mesa y apretó los dedos de su hermana.- Venga,Mia, por favor. Esto es muy serio, y de verdad necesito tu ayuda.

En la calle se oyó la puerta de un coche cerrarse.

Mia miró por la ventana. Habia un sedan aparcado a medio camino entre su casa y la de sus vecinos, y un hombre inclinado sobre él, cerrando la puerta del conductor. Seguramente habia ido a ver la casa de al lado, que estaba en venta.

- Hare lo que pueda para solucionar esto,claro.- accedio con cansancio.- Pero, a pesar de todo, tendras que entregarte.

-¡Joder Mia!Te estoy diciendo que eso es imposible.

-No, me estas diciendo que la situacion es complicada. Pero el caso es que oiste a alguien que planeaba un asesinato. Un asesinato, Kaylee, que sospechas que ya se ha cometido. Y segun tus propias palabras, eres la unica que sabe donde esta enterrado en cadáver. Esta vez estás metida en un lío de los gordos.

-A ver si te enteras Mia. Que cuando sali de Florida violé mi libertad bajo fianza. ¡Que no puedo volver!

- Pues tienes que volver.

-Kaylee fue a levantarse de la mesa.Era evidente que no le gustaba lo que estaba oyendo.Pero Mia le agarró la muñeca y no la soltó hasta que tuvo toda su atención. 

-Si no te entregas, no solo estaras huyendo de ese tal Cadenas y Bobby LaBon o quien sea, sino que ademas serás fugitiva de la justicia. No puedes huir de todo el mundo. ¡ Necesitas a alguien a tu lado!

- Si ya lo se. Para eso te tengo a ti.

-¡ Por Dios, Kaylee!¡ Yo soy profesora de alumnos sordos! ¿Qué sé yo de asesinos a sueldo ni de tu situacion legal en un asunto tan complicado? Si quieres estar a salvo, necesitas contar con gente que sepa de esto.

Mia miró de nuevo por la ventana y vio que el hombre del coche se habia incorporado y miraba la casa de al lado. Era un hombre impactante con su pelo negro, sus cejas oscuras y un cuerpo atlético, vestido con pantalones y una camisa blanca remangada hasta los codos. Emanaba fuerza y energía.

-Ya puedes pensar otra cosa.- insistió Kaylee,llamando la atención de Mia.- Porque yo no puedo volver.

-No hay otra solución.

-Tiene que haberla. Si vuelvo, nadie me creerá. Sánchez es un hombre de negocios respetado y conocido en la comunidad.- Kaylee se frotó el ceño fruncido.- Joder, con lo ilusionada que estaba pensando que por una vez en mi vida habia encontrado un trabajo en un club con clase. Pensaba que era mi gran oportunidad. Piensa en otra solucion. Sé que tu puedes. Por eso he venido.

-Por Dios, Kaylee,¿ que pensabas que iba a hacer yo?¿ Hacerte desaparecer?¿Eliminar el problema a golpe de varita mágica?

- No necesito tu sarcasmo, Mia.¡ Necesito tu ayuda!. Volver no solucionaría nada.

- Lo siento, pero no tinenes mas remedio. Tú misma lo has dicho : esto es muy serio, y no se puede barrer debajo de la alfombra.- Vio el gesto belicoso del mentón de su gemela, y supo que Kaylee no queria oir lo que tenía que decirle, pero Mia insistió, apretando los dientes:- ¡ Tienes que entregarte!

Kaylee, empeñada en evitar su mirada, volvió la mirada hacia la ventana. De pronto se levantó de la mesa de un brinco.

-Tengo que ir al servicio.-Agarró el bolso y la maleta y se echó precipitadamente por el pasillo con paso rápido.

Mia hundió la cara en las manos. Tal vez deberia llamar a un abogado, despues de ponerse en contacto con la policia. ¿ Y habia que llamar a lo policia local o a la de Miami? ¡Un momento!

¿ Para que necesitaba Kaylee la maleta para ir al baño?

Mia recorrio el pasillo en un instante e interrumpió en el baño  a tiempo de ver a su hermana saltar por la ventana al patio de ladrillos. Se lanzó hacia ella.

- ¡ Kaylee!

No salia del todo la orden imperiosa que pretendia, puesto que su diafragma impactó con fuerza contra el repecho de la ventana. Al mismo tiempo se oyó un estrepito en la parte delantera de la casa y una voz masculina rugió :

-¡Alto!

Dos pares de ojos verdes se miraron con identica expresion horrorizada. Hasta que Kaylee salió de su parálisis y recogio a toda prisa la agenda del patio, donde se habia desparramado el contenido de su bolso. Volvio a meter el fajo de billetes que habia salido y se puso de pie. Con el puño cerrado trazó un circulo sobre el pecho, el signos de los sordomudos estadounidenses para expresar <<lo siento>>. Vaciló un instante y luego se limitó a repetir  : << Lo siento, Mia>>, dejando atrás el bolso y la maleta.

<<¡ No!>> Un grito silencioso surgió de la mente de Mia, mientras renovaba sus esfuerzos por salir por la ventana. Casi lo habia logrado, deseando poder frenar su caida con algo que no fuera su cabeza, cuando la puerta del baño se estrello contra la pared.

- ¡Alto ahi!.- Unas manos fuertes se aferraron a su cadera y la introdujeron de nuevo en la habitacion.

Mia abrio la boca para gritar, pero advirtio que se le habian bloqueado las cuerdas vocales. De manera que, inpirandose en la unica clase de defensa personal que habia aprendido en su vida, hizo lo mejor que se le ocurrio. Lanzo una patada y experimentó un estallido salvaje de satisfaccion al notar que habia impactado contra la dura espinilla del intruso.

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