|𝓥𝓮𝓲𝓷𝓽𝓲𝓭𝓸𝓼|
15 días tenia bajo ese sótano, temiendo por que a TaeHyung nuevamente tuviese una disconformidad con sus emociones y fuese a torturarlo.
Tenía un brazo clavado a la pared moretones en todo el torso, alrededor de 4 balas incrustadas en su pierna derecha y cerca de 2 cuchillos oxidados en su pierna izquierda, la cual parecía ya comenzar a tener una infección parecida a la gangrena.
Y su brazo derecho, ese ya no lo sentía, tenía quemaduras de tercer grado en el, ya nisiquiera podía moverlo.
-Bien, JunHo, yo creo que ya es hora de terminar con esto-Habló TaeHyung bajando las escaleras.
-Otra vez no... viniste anoche, ya déjame.
-Mi mamá te pidió miles de veces que la dejaras maldito. Te rogó tantas veces que pararas con los golpes, y nunca lo hiciste. Pero tranquilo, hoy termina esto.
-Gracias, hijo. Gracias.
-Chicos, bajen.
Entraron alrededor de 6 hombres cada uno con un látigo.
-Todo suyo.
TaeHyung camino hacia arriba de las escaleras y disfruto de aquellos gritos que comenzó a escuchar.
Ahora entendía a JungKook cada que mataba a alguien, pero el no sería capaz de matar, solo torturó a ese hombre porque se lo merecía.
-Oh, papá, termine con JunHo, sería conveniente que le digas a tus hombres que preparen todo para sacar el cadáver.
-Claro hijo, por cierto, cambiarte, quiero ir a ver a tu madre.
-Voy, padre.
Subió las escaleras y abrió la puerta de su gran habitación, aun no se acostumbraba a tener una habitación el triple de grande que su habitación anterior, aun no de acostumbraba a tener un padre amoroso que lo trataba bien, aun no se acostumbraba a ya no tener a su lado a quienes amaba.
Entro a su closet y se recargo en la gran estantería que estaba ahí, abrió el primer cajón y guardo ahí sus arracadas.
Camino hasta su una de las puertas del armario y la abrió encontrando ahí una gran cantidad de vestidos, tomó aquel vestido negro qué le había llamado la atención y se lo probó viéndose al espejo, tomó unos tacones plateados y su ropa ingerior.
Caminó a el gran baño para entrar en la regadera y asearse rápidamente.
Salió del agua y se seco para cambiarse, se acomodó el cabello y tomó de el closet un abrigo y salió para esperar a su padre en la sala.
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-Mamá, te extraño tanto...
-Mi amor, llegamos tan tarde, hubiera deseado que fuésemos la familia feliz qué merecíamos.
-Papá y yo siempre te tendremos en nuestra mente madre. Gracias por protegerme tantos años de ese desgraciado, y perdóname por yo no poder hacer lo mismo.
TaeHyung se inco y comenzó a llorar abrazando la lápida de su madre.
Lee AhnSun había muerto hace dos días, después de haber despertado y poder abrazar a su hijo y decirle el último te amo a la persona que más amo, su corazón dejó de latir.
SeokJin dejo el ramo de lirios que tanto le gustaban a su amada y abrazo a su hijo.
-Lo cuidare hasta mi último aliento, amor.
TaeHyung acepto el abrazo de su padre y sonrío en paz.
-Ahora mamá podrá descansar en paz ahora que sabe que volviste, papá.
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-No se que hacer para que me escuche, no se como puedo recuperarlo...
-No pierdas esperanza, mi niño.
-Lo hice para protegerlo, papá, quise cuidarlo... pero no me quiere escuchar.
-Entiéndelo, él sufrió mucho por tus palabras hijo, ese día yo iba pasando por la habitación, los escuché, fuiste muy duro, hijo.
-Necesitaba hacerlo, papá, me vi en la obligación de que así fuera.
-Lo sé hijo, lo sé, solo, dale tiempo, te escuchará. Recuerda que le diste donde más le duele, eres la persona a la cual ama. De otra persona haberle dicho eso, lo habría dejado pasar, pero fuiste tu hijo, claro que le dolió.
JiMin abrazo a JungKook y le dio un tierno beso en el cabello, se levantó de aquel sillón y salió en dirección a la cocina.
JungKook tomó su cabello frustrado y se sacudió en su lugar para después gritar con desesperación.
Tomó las llaves de su auto y salió de aquella casa.
Condujo por las oscuras calles tomando su botella de Whisky dando grandes tragos. Condujo hasta llegar a aquel callejón donde conoció a la persona que más amaba.
Se bajo tambaleandose y caminó hasta aquel callejón aventó la botella contra la pared y grito, grito aullentando a las pocas palomas que permanecían paradas en aquella reja.
-¿JungKook?- Preguntaron a sus espaldas.
Ahí estaba TaeHyung con su uniforme de trabajo y una gran bolsa de basura. La tiro en el contenedor y se adentro al oscuro callejón.
-Reconozco tus pasos, ¿lo olvidas?, ¿qué haces aquí?
-Tae...
-Te dije que te quería lejos de mi, y por si no lo sabes, estas a un lado de mi trabajo, vete, por favor.
-No-Hipo-Necesito que me escuches.
-JungKook ya te di...
-¡Si no lo hacía te iban a matar!, ¿entiendes? Iban a terminar contigo, tenias una puta bomba en el brazo. Una bomba de la cual tenían el poder. SooJin, aquella mujer con la que vine el otro día, tenía un chip implantado en el corazón, si la mataba tu bomba explotaría, aparte tenía un jodido botón qué de ser presionado te volaba en pedazos. ¡Me tenían amenazado! Si no hacía lo que querían, matarían a la persona que más amo este mundo de mierda.
-Bo.. ¿bomba?, papá no me dijo eso, el solo dijo que me atenderían la bola que me dejo el tranquilizante.
-Lo siento, precioso, lo siento, no quería decirte esas cosas tan feas, yo solo quería protegerte, falle una vez, no me permitiría fallar dos veces.
TaeHyung sin decir una sola palabra camino para abrazar a JungKook
-De haber sabido antes... yo... perdóname kookie.
-Perdóname, mi amor, perdóname por lo que dije, por no haberte salvando de aquella violacion. Perdóname por no protegerte.
-JungKook, gracias a ti sigo vivo.
TaeHyung se escondió en la curvatura del cuello y lloro mientras abrazaba con fuerza al mayor.
JungKook tan solo beso el hombro de TaeHyung y le susurro.
-Te dije que siempre te protegería... falle una vez, no lo vuelvo a hacer.
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