| 𝓣𝓻𝓮𝓼 |
Los días se volvían extraños para TaeHyung.
Salía de su trabajo y apenas lo hacía no tenía que preocuparse por volver a ser atacado, no cuando Jeon sin falta siempre lo seguía, pero a pesar de ello no había vuelto a verlo, no como aquella vez.
Todas las noches que sentía su presencia u escuchaba su voz aquel le decía "No voltees" y no había manera de voltear ya que cuando intentaba hacerlo, su nuca era sostenida y obligada a mantener la vista al frente.
En ese momento estaba en ello, era sábado, último día de trabajo en la semana, cerraba la puerta de la cafetería saliendo junto a sus compañeros, Steve y JoonHa.
—TaeHyung debería venir con nosotros, te divertirás—Aseguró JoonHa
—En serio chicos, no quiero ir al antro, pásenla bien ustedes.
—Bien, de lo que te pierdes—Dijo Steve encendiendo su Motocicleta Veloci Razzer GTR2 color roja.
—Ay... como amo esa moto—Susurro para si mismo terminando de cerrar bien la puerta y acomodando la mochila que estaba apunto de caer de su hombro—¡Mierda!—Grito al mirar su mochila caer tras haberse roto la hombreras de derecha, suspiro fastidiado, la hombreras izquierda estaba en las mismas condiciones—Me duraste 6 años... ya debías morir—Dijo tomando del mago de la mochila y comenzando a caminar.
Al ya estar una cuadra lejos de su lugar de trabajo lo escucho nuevamente, escucho como algo caía al piso y le seguía el ritmo.
—Hoy no estuvo lleno el lugar.
—No... fue un mal día—Comentó ya no sintiéndose incómodo por la presencia.
—Tendrás mejores.
—Sabes, deberías tener cuidado... ¿De donde brincas?
—A unos 10 pasos atrás hay un club, espero en la azotea hasta que pasas frente a él y solo bajo, no es la gran cosa.
—Algún día podrías lastimarte—Dijo con la costumbre de intentar girar su cabeza para mirarlo.
—No voltees—Tomó de su nuca y lo obligó a mantener su mirada hacia el frente unos minutos y después lo soltó.
—¿Cuándo me dejaras voltear?
—Cuándo no tenga un jodido litro de sangre embarrado en el puto pecho, dame eso—Dijo tomando la mochila que es su mano izquierda cargaba.
—¿Más sangre?, cada que "te veo"—Dijo haciendo comillas con sus dedos— estas cubierto de sangre.
—Si, bueno. A esto me dedico,
—¿Por qué?
—Por qué es lo que me gusta hacer— No respondió a más y continuaron caminando en silencio hasta la casa del peligris, quien tomó su mochila sin voltear y se despidió entrando a su casa.
Dejo su mochila en el sofá e ingreso a la cocina por algo de agua, para después caminar a su habitación y quitar su ropa para cambiarla por una cómoda ropa para dormir, tomo de su mesa de noche su laptop algo dañada y se sentó en forma de indio sobre su cama para prender su laptop y comenzar a trabajar en su tarea hasta que dieron las 3 de la mañana.
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10:30
Domingo.
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—Buenos días ma, buenos días padre.
—Buenos días querido, ve a lavarte la boca para que desayunas—Dijo su madre saludandolo y dandole un beso en su frente.
—Buenos días, hasta que te levantas, ¿Qué no has visto la hora?
—Si ya la vi, pero yo tam...
—Cariño... hoy no—Dijo la señora susurrando y acariciando su cabeza.
—Lo siento, padre. Intentaré que no vuelva a pasar—chasqueo la lengua caminando hacia el baño para lavar su boca.
Comenzó a tallar sus dientes con algo se brusquedad enojado al recordar aquellas marcas en la mejilla se su madre. Otra vez no estaba de humor el "Señor de la casa".
—¡CARIÑO!, ¡TE LLEGO UN PAQUETE!
TaeHyung confundido enjuago rápido su boca, se seco con una pequeña toalla y salió del baño.
—¿Un paquete?, ¿Para mi?
—Si hijo, ya me asegure hay una carta que dice "Para Kim TaeHyung"
TaeHyung frunció el ceño y abrió la caja quedando completamente shockeado al mirar lo que había dentro de esta.
Una mochila grande de cuero negra de la marca Gucci con el logo en Plateado cerca del cierre, con dos compartimientos en el interior y tres bolsas adornandola en la parte exterior, unas hombreras acolchadas con detalles plateados y una cadena plateada colgando del mango hacia uno de los cierres inferiores.
—¿Madre?, ¿Qué es esto?
—Ni idea... ¿En que andas metido, Jovencito?
—Y-yo, en nada, lo juro, no entiendo que es esto.
Sacó mochila y abrió bolsa por bolsa hasta que en uno de los compartimientos interiores encontro una carta.
"Te regalo esta mochila, la tuya ya no tiene arreglo, con esta no batallaras.
Atte: Jeon"
—Mamá... es un regalo de un conocido.
—Que buen detalle, ¿Pero eso no es extremadamente caro?
—Lo es, no puedo aceptarlo, lo devolveré.
—Es lo correcto, hijo.
—Bien... lo veo hasta el Martes—Dijo guardando la mochila en la caja—La guardaré en el cuarto por mientras.
—Claro hijo—Dijo volviendo a la cocina.
—Debe estar completamente loco para darme esto...—Dijo para sí mismo, volvió a mirar el papel en sus manos y comenzó a doblarlo para guardarlo.
¿Y si se enojaba por devolverle aquella mochila?
Sea como sea intentaría devolverla.
Después de guardar aquella caja en el interior de su armario, bajo nuevamente para tomar el desayuno y ayudar a su madre con la limpieza.
De eso trataban sus domingos, de la limpieza del hogar, eso era todo lo que hacía en su día de descanso.
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20:00
Lunes
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Tarea.
Eso era lo que TaeHyung hacia en esos momentos. Llevaba 4 horas en aquel trabajo, con una pila de 6 libros en el escritorio, 3 libros abiertos en una página exacta sobre la cama y una enorme cartulina en el suelo con el sentado tras de ella, y muchos colores, marcadores y de más rodeándolo, contando la música clásica que retumbaba en sus oídos gracias a sus auriculares.
Estaba tan concentrado en escribir la información entendible, redactada a su manera y aquella relajate melodia que no escuchaba aquellos gritos provenientes de la sala de estar, el sonido de vidrios quebrandose, un fuerte llanto, golpes en seco.
Fue hasta que los golpes llegaron a la puerta de su habitación cuando su tranquilidad se perdio, asustado por el estruendo quito sus auriculares y los aventó a la cama, se paro y hacerse a la puerta fue aventando por esta. Su padre había abierto a la fuerza.
El aroma a licor llegó a su nariz y sintió miedo, sabía lo que pasaba cada que su papá bebía. Gritos, golpes aquello a veces terminaba con él en el hospital.
Sin duda así fue, su padre lo tomó del cabello jalando hacia la cocina, mientras maldecía y criticaba a la madre del peligris y a este mismo, el menor solo se jaloneaba intentando safarse, pero su padre en un rápido movimiento lo aventó contra las alacenas haciéndolo golpearse con el pico de una de estas, el peligris cayó inconciente al suelo y un fuerte grito horrorizado de la señora fue lo que se escucho mientras el señor solo rodó sus ojos y caminó hacia su botella de licor y volvió a su recamara.
—¿119?, Necesito una ambulancia, mi hijo se golpeo contra la esquina de un mueble y esta inconsciente, si, claro, la dirección es...
No tardaron más de 10 minutos en llegar y tanto TaeHyung como la señora Kim fueron llevados a el hospital más cercano.
Esta vez la señora sabia que no podría inventarse una historia... ya que era notable la violencia física en ella. Sabía que su esposo estaría unos días o incluso meses en la cárcel por ello.
La tranquilizaba, estarian bien sin él un tiempo.
Más su hijo.
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