Todos se preguntaban.

¿Qué le había pasado al hermoso rostro de Moon Daegguk?

Había pasado una semana, semana en la que no lo vieron en la preparatoria, o no hasta ese Lunes.

Llego con vendajes tapando las heridas de su rostro y con su brazo

Y TaeHyung, TaeHyung solo lo miraba boquiabierto, sabía que su chico de ojos azules tenía que ver con ello, se di la vuelta para ingresar a su aula cuando sintió que tomaban fuertemente si brazo y lo volteaba.

—Esto TaeHyung... me lo vas a pagar caro—Dijo enojado empujando al peligris al suelo.

TaeHyung soltó un quejido de dolor y miro a Daegguk con miedo, tembló y poco a poco se comenzó a poner de pie, sobo su espalda y caminó a su aula.

El día paso rápido, entre materia y materia acompañado del solitario receso que tenía. 

—TaeHyung, te toca aseo en el salón de computo, con SuHo del A y Daegguk del C.

El menor no muy convencido asintió a lo ordenado por su maestra y comenzó a guardar su utileria en la mochila.

Se levantó de su asiento y comenzó a caminar a la sala de computo. ¿Por qué justo con Daegguk?

Dejo su mochila en la entrada del lugar donde miro las otras dos, y entró con miedo. Checo el pizarrón donde estaban anotadas las instrucciones mirando su nombre en azul señalando "Limpiar monitores y acomodar sillas"  asintió a la nada y caminó al pequeño cuartito sacando de ahí el trapo y el liquido para limpiar.

—Mira, nada más. Kim Tae-Hyung—Escuchó detrás suyo y volteó encarandolo intentando esconder su miedo.

—¿Qué quieres Daegguk? ¿Acaso no te quedó claro que si te metes conmigo te ira mal?—Preguntó TaeHyung en amenaza, comenzando a caminar directamente a acomodar las sillas.

—¿Te crees muy valiente, verdad? Esto que me hicieron, tú lo pagaras, y ya estoy esperando impacientemente el momento... prepárate para tu sorpresa de la semana, que no falta mucho—Amenazó para después comenzar a limpiar las ventanas— Miren, encontré esta cosa azul, ¿Para que servira?—Les pregunto.

—Deja eso ahí, es ácido acético—Dijo SuHo quien seguía barriendo el lugar.

Daegguk sonrío y sin dejar que lo vieran salió para guardar aquel líquido en su mochila.

Terminaron el aseo y salieron TaeHyung y SuHo por delante, dejando a Daegguk cerrando la sala.

—TaeHyung, Mañana necesitamos que vayas a primera hora al salón de canto.

—Si, esta bien, SuHo.

SuHo asintió y tomó caminó a otro rumbo, mientras TaeHyung caminaba directo a la salida, siendo seguido "discretamente" por Daegguk quien iba emocionado abriendo el bote azul.

TaeHyung abrió la puerta y salió mirando a los lados, suspirando por el recorrido que tendría que hacer otra llegar a la parada de autobús.

—Hola, precioso.

TaeHyung paró y junto a él, Daegguk quien al escuchar la voz tembló.

—¡Jeon!—Grito emocionado corriendo hacia él. Daegguk trago en seco cuando sus ojos dieron con la penetrante mirada del azabache, quien portaba aquel cubrebocas negro, mismo que traía aquella noche.

Dio unos pasos hacia atrás y comenzó a tapar rápidamente la botella, dando media vuelta para salir corriendo, pero paró en seco al escuchar lo que el peligris le dijo al oji azul.

—¿Cómo te fue, precioso?

—Pues... ¿Bien?

—¿Bien? ¿No estas seguro?

—Pues, tuve algunos problemas, empezando conque me empujaron y me lastime la espalda y... bueno, me amenzaron—Habló sin notar su tono meloso, su acercamiento al mayor buscando protección y esa actitud chiple ante la acusación.

—¿Ah, si? ¿Quién hizo eso?—Preguntó abrazando su cintura inmerso en aquellos ojos cafés.

—Daegguk—Dijo desviando la mirada y alejándose lentamente dándose cuenta de su actitud empalagosa y sintiéndose avergonzado—Pe-perdón, yo...

JungKook no presto atención al peligris y lo hizo un lado con cuidado para comenzar a caminar hacia aquella persona que a unos metros le daba la espalda, lo tomó del cabello y lo aventó al suelo.

—¿Le pretendías echar eso a mi chico?—Preguntó mirándo aquella botella en sus manos—Lo reconozco, lo uso mucho últimamente, ácido. Tal parece no entendiste con la advertencia que te di.

—S-si entendí, l-lo hice.

Jeon ladeo la cabeza y río, tomó la botella en manos de Daegguk, y la abrio para vaciarla en la pierna sana del menor.

Daegguk grito del dolor sintiendo el ardor su pierna.

Jeon se encogió de hombros y caminó hacia un sorprendido TaeHyung, lo tomó de la cintura y comenzó a caminar.

—A partir de hoy vendré por ti a la preparatoria.

—No es-

—Quizá no, pero así lo quiero hacer—Ambos subieron al bugatti negro del mayor—Vamos a comer.

—¿A co-comer?

—Si. A comer.

—Jeon, yo no puedo ir a comer, mira como estoy vestido.

—Iremos a que te cambien, se que debes estar incómodo ya que la has usado todo el día.

—Gracias... quisiera preguntar algo.

—Pregunta lo que quieras

—¿Por qué no me has dicho tu nombre completo?

—No hay un porque, solo no lo he hecho.

—¿Puedo saber cuál es?

—Claro precioso—Dijo parando en el semáforo en rojo—Me llamo Jeon JungKook, y solo tu puedes decir mi nombre y saberlo. Nadie más.

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—Jeon... digo, JungKook. Por aquí no está mi casa.

—No vamos a tu casa, llegamos.

Y no, no era la casa del peligris, si no era un edificio enorme, el centro comercial más grande de Seúl. El azabache estacionó el auto y bajo, para caminar hacia la puerta del copiloto y abrir la puerta dándole salida al menor.

—¿Qué hacemos aquí?

—Venimos por ropa.

Y no espero a que el peligris siguiera hablando ya que tomó su mano entrelazando sus dedos, con su mano libre colocó su barbijo y comenzó a caminar.

TaeHyung miraba todo con los ojos abiertos, pero poco tiempo tuvo para apreciar todo ya que el de ojos azules lo llevó directamente al ascensor, un ascensor de cristal con partes doradas que adornaban este, miraba atentamente como los botones se iluminaban en dorado cuando eran apretados y miraba el panorama al ver como este subía y dejaba ver cada uno de los pisos de ese centro comercial.

El ascensor paró en el piso 6, JungKook salió por delante jalando a TaeHyung sin llevar a dañarlo y siguió caminando como si conociera de memoria el lugar.

Pararon frente a una tienda de ropa, con letras en colores plateados que por la parte de atrás eran iluminadas con un color azul brillante.

—Entra—Le dijo JungKook a los que TaeHyung no dudo en hacer caso

Caminaron y TaeHyung instintivamente camino sin pensar hasta un holograma de un vestido que adornaba la figura de un maniquí.

Un vestido largo negro con degradado gris, con ajuste en la cintura y algunas piedras cristalinas en el costado, con una manga de tirante que en la parte superior también la decoraban con piedras y un velo negro colgando.

JungKook sonrió al mirarlo así de fascinado con el vestido y se acerco a una trabajadora.

—Consigue me ese vestido.

—Claro que si—Dijo haciendo una reverencia.

—¿Te gusta ese?—Preguntó acercándose por detrás.

—Es... es precioso, pero, no debe ser carisimo, no puedo aceptar algo así.

—Si te gusta es tuyo—JungKook volteó al sentir un toque en su hombro y miro a la muchacha que hace pocos minutos se había ido en busca del vestido—¿Qué?

—Disculpe señor, el vestido es pieza única y una joven ya lo lleva.

JungKook tronó su cuello y le hablo al peligris

—Tae, ve por allá, sigue viendo las cosas. Espérame un momento—TaeHyung asintió y camino a donde le fue indicado—¿Dónde esta esa persona?

—Se encuentra en el área de vestidores. Pero no creo que logre hacerla cambiar se opinión señor.

—Ya veremos—Susurro JungKook con una sonrisa ladina que la muchacha no pudo ver.

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