| 𝓓𝓸𝓼 |
Habían pasado ya una semana desde ese horroroso día para TaeHyung. Cada día para él era difícil, tenía pesadillas con respecto a lo sucedido; pesadillas en las cuales era tocado sin pudor, pero siempre aparecía ese chico de ojos azules en su sueño, salvandolo una y otra vez, aquello no hacia tan aterradoras aquellas pesadillas.
Como cada miércoles por la tarde iba de camino a su trabajo después de salir de clases, tenía ya 6 días que se había ausentado, después de contarle a su jefe lo que le paso este le permitió faltar una semana, pero él ya se sentía bien como para ir a su trabajo, o eso creía.
Caminaba alejado de aquella calle cerca del callejón donde sucedió, caminaba mirando fijamente su trabajo, intentando no enfocarse en más para no sentir las ansias de lo pasado.
Llego, miraba la fila paradas para ordenar, otras personas sentadas esperando que su orden fuera tomada y miraba a sus escasos compañeros de trabajo frustrados por tomar las órdenes.
Camino hasta los lockers y abrió el suyo con la llave que colgaba en su collar, guardo su mochila y saco su camiseta del trabajo junto a su mandil para cambiar lo que tenía puesto por ello, al terminar de vestirse guardo su camiseta en el locker y lo cerró.
Acomodando su mandil, lo sacudió y antes de salir suspiro, temía que la noche llegará y deber salir solo y correr el mismo peligro.
—Bienvenidos a Almendra—Saludó a las personas que permanecían en una de las mesas—¿Puedo tomar su orden?
—Si, por favor, queremos dos mocaccinos y un café americano, una rebanada de pastel de chocolate y dos rebanadas de Pay de limón.
—Por supuesto—Dijo anotando—¿Algo más que guste ordenar?
—Es todo, gracias.
El peligris después de dejar y tomar órdenes comenzó a repartir cada una de ellas, para al terminar comenzar a entregar cuentas pedidas y repetir aquello hasta que la cafetería cerró.
Cerraba a las 23:00 horas y se comenzaba con la limpieza, él y otros dos eran los encargados de ella. Salieron 6 trabajadores y solo 3 se quedaron junto al jefe del lugar, que después de despedirse con una sonrisa de sus empleados les dejo a cargo el lugar.
—Bien, TaeHyung y JoonHa empiecen con el piso, me encargaré de las mesas y después seguiremos entre los 3 con la cocina.
—Steve, es mejor que hagamos la limpieza como ayer, así terminamos más rápido, tu limpias el piso, TaeHyung las mesas y yo limpio la cocina, terminaremos más rápido.
—No me parece, la cocina es mucho trabajo para ti sola.
—Me gusta hacerlo sola, así lo hago bien, y ya.
Sin protestar a lo dicho por su compañera los tres comenzaron con la limpieza al dar las 00:47 habían terminado con todo, Steve y JoonHa se despidieron del menor y salieron del lugar, TaeHyung tan solo saco su mochila, se cambio y cerro su locker para continuar camino a cerrar la cafetería.
Ya llegaba su temor, regresar a casa a esas horas, no le agradaba, nada.
Tras los recuerdos de aquella noche se tenso, se estremeció y tembló, mas siguió con su camino.
—Camina recto, sin miedo—Escucho aquella voz detrás de él y un escalofrío recorrió todo su cuerpo de pies a cabeza—No voltees, no lo hagas.
—Es..esta bien
—No me tengas miedo, tú no.
—Y-yo ¿yo no?
—Todo mundo lo hace, pero tú no debes de temerme.
TaeHyung confundido siguió caminando sintiendo y escuchando a aquella persona detrás suyo.
—Hola, bonito—Escucho a una persona frente a él parado frente a una pared con alrededor de 5 personas, volvió a sentir el miedo hasta la garganta.
—No tengas miedo—Escucho nuevamente—No dejare que te hagas nada, te estoy cuidando.
No sabía si mantener el miedo, tranquilizarse o preguntarse ¿con que fin "Jeon" lo cuidaba?, ¿Qué motivo tenía?
Pasaron al lado de aquellas 6 personas sorprendentemente apenas pusieron un pie al lado de estos todos sin excepción se movieron del lugar.
—J-Jeon
—Aquí estoy, ¿Qué ocurre?, ¿Algo te molesta?
—Solo... solo quiero agradecer por lo de aquella noche y-y por estar acompañándome ahora.
—Me agradecería haciéndome un favor.
—¿Cu-cuál?
—No le comentes a nadie, absolutamente a nadie sobre mi, ¿Esta bien?
—¿Por?
—¿Esta bien?—Volvió a preguntar ignorando su pregunta
—Si...
Siguieron caminando en silencio, hasta que estaban a unas solas cuadras de la casa del menor. Jeon, caminaba detrás de él mirando a todos los vagos que miraban descaradamente al de cabello gris, vagos a los cuales sólo les bastaba ver que estaba cubierto de sangre por aquella ropa blanca que llevaba y ver aquel machete militar que colgaba en su espalda manchando en su totalidad de el liquido carmín.
TaeHyung amago con intentar voltear, pero fue detenido por una mano que sostuvo su nuca y lo forzó a mantener la vista recta.
—Dije desde un inicio que no voltees, estoy completamente manchando de sangre y hoy no tengo ropa negra que lo disimule.
—¿Sa-sangre?
—TaeHyung, ya me viste asesinar a alguien, así que no te sorprendas por ello.
En cuanto estuvo frente a las puertas de su casa, conteniendose fuertemente para no voltear y ver aquellos ojos Azules solo se despidió con un "Gracias, Jeon" e ingreso, ingreso sin voltear atrás.
—Ya voy. Ya voy dije—Dijo Jeon contestando la llamada que minutos antes recibió—Dije que él cabron esta muerto. Ahora espera que tengo cosas más importantes que hacer.
Colgó la llamada y no se movió de su posición hasta que las 4 de la mañana dieron.
TaeHyung logró llegar a casa tranquilo y a salvo eso era más importante que perderse una cita forzada con una puta obsesionada con él.
—Nos vemos mañana, precioso.
Aquella noche no fue la primera vez que Jeon miro a TaeHyung, aquel pobre chico que tenía su completa atención, ya lo había visto antes, lo atendió no solo una si no cinco veces en aquella cafetería, pero como era de esperarse el peligris no se acordaba de él.
Pero aquella noche en el callejón, fue él momento perfecto para meterse en su vida y que nadie, absolutamente pudiera sacarlo de ella.
Cualquiera que se metiera con su Peligris, estaba jodido, nadie saldría vivo si se mete con lo que es suyo.
Y Kim TaeHyung es suyo.
Y nadie puede negarlo.
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