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|𝓒𝓪𝓽𝓸𝓻𝓬𝓮|

-Al fin llegas, contigo quería hablar.

-Señor, Kim, ¿Qué hace despierto a esta hora?

-Te estaba esperando, ven, siéntate -Dijo entregándole un vaso con whisky.

Jungkook se sentó y tomó el vaso dándole un gran trago.

-¿Cómo conociste a mi hijo?

-Asesine a la persona que lo quería violar en un callejón hace unos meses -SeokJin lo miro perplejo y lo observo fijamente con cara de poket.

-O-oh... ¿cuánto llevan saliendo?

-Poco menos de el tiempo en el que lo conocí, para ser exacto, no recuerdo hace cuando fue, digamos que unos 4 o 5 meses. Pero lo mio con TaeHyung, aún no es oficial, quiero pedírselo de una buena manera, él merece más.

-Llevo años conociéndote, JungKook... y ahora tienes lo más preciando para mi en tus manos, así que dime, ¿puedo confiar en ti?

-No permitiré que nada le pase, estaré siempre un paso al frente de aquellas posibles amenazas que asechen la tranquilidad de mi chico. No lo dude.

-Eso es un si, entonces... bienvenido a la familia Kim.

-Bienvenido a la familia Jeon, señor Kim.

SeokJin se levantó de su asiento con una enorme sonrisa y salió de la sala, dejando solo a JungKook.

Quien tomó la botella de Whisky y caminó hacia el balcón, se apoyo en este y comenzó a llorar mientras bebía de aquella botella todo lo que podía.

-No lo protegí, no lo protegí...

Tomó su celular y marcó unos cuantos dígitos.

-Pyung, ¿el trabajo está hecho?

-Joven Jeon, por supuesto. Moon Daegguk ya es comida de tiburón, Rayan no dejo nada para los demás peces.

-Bien hecho, Pyung.

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Aquellas manos volvían a recorrer su piel, aquellos labios volvían a dejar un rastro de saliva por todo su cuerpo, aquella zona volvía a ser inundada por un intruso.

Volvía a rogar que lo soltará, volvía a llorar por el dolor, volvía a gritar que lo lastimaba, volvía a gemir del dolor por el roce inapropiado en su miembro, volvía a rasguñar el cuello ajeno buscando liberarse.

Nuevamente volvía a estar en aquella habitación donde no solo el oro en ella brillaba, si no también sus lágrimas.

Nuevamente estaba en esa habitación bajo aquel hombre que lo penetraba sin compasión.

Volvía a golpearlo inútilmente mientras aquel solo sonreía y gemía sin pudor.

Nuevamente era presa de aquel cazador.

-¡NO!-Grito exaltado y con lágrimas en los ojos sentándose abruptamente en aquella cama, suspiro aliviado al ver que no seguía en aquel burdel.

La puerta se abrió escandalosamente dejando ver al pelinegro con un machete en la mano y un rostro con expresión entre asustada y enojada.

-Tae, ¿estás bien? ¿qué ocurrió? ¿qué fue?

-Ju-Jungkook yo solo, solo fue un mal sueño... eso es todo, fue solo un terrible sueño.

JungKook caminó hacía la cama y le dio un beso en la frente a TaeHyung para después limpiarle con cuidado las lágrimas del rostro.

-Te pondré el agua para que te des un baño.

-Gracias.

El mayor caminó al baño arrodillados en la tina y templando el agua para TaeHyung, coloco una bata nueva en aquel perchero y una pequeña toalla a su lado, puso unas pantuflas blancas al lado de las suyas negras. Camino hacia el closet y saco un conjunto para TaeHyung dejándolo perfectamente doblando sobre aquella pequeña mesa.

Salió y le sonrío a TaeHyung para cargarlo y llevarlo al baño, sentandolo en un sillón gris, tomó su camiseta para quitársela, pero fue detenido rápidamente por TaeHyung.

-Y-yo lo hago, n-no... no quiero que me veas... aún tengo, aún tengo marcas en el cuerpo.

-Déjame ayudarte, por favor.

TaeHyung alzó sus brazos permitiendo que JungKook deslizará la camiseta por ellos, continuó por la parte inferior, y TaeHyung cerró sus ojos para evitar ver la cara de JungKook, quien lo veía con dolor al mirar aquellas marcas, aquellas que dejaban ver zonas donde fue agarrado con fuerza y otras donde aquel había disfrutado besado y succionando.

Acaricio su piel y dejo besos en todas y cada una de las marcas que yacía en su piel.

TaeHyung se tenso por el sorpresivo acto y se tranquilizo al sentir aquellos suaves labios ando tiernos besos en su piel.

-Me encargaré de curar cada una de tus heridas.

─━━━━━━⊱✿⊰━━━━━━─

Siguió aquel BMW hasta aquel restaurante, se estacionó a una distancia prudente y lo siguió con la mirada hasta el interior de restaurante.

Caminó hasta el BMW y abrió la puerta trasera, adentrandose a este.

Espero en lo oscuro hasta que lo vio caminar hacia el carro e ingresar a este. En un rápido movimiento golpeó a este con el mango de su pistola, se aseguro de que no hubiese una sola alma a la vista y salió del carro para después tomar a el viejo ya inconsciente y lo subió en su cajuela, le tapo la boca con cinta y lato sus piernas y brazos hacia su espalda.

Subio a su auto y manejo hasta llegar a las bodegas de almacenamiento qué su padre poseía en Japón.

Abrió la bodega 25, la más grande de todas y aquella que contenía su arsenal de cuchillos, navajas, machetes y unas cuantas armas de fuego.

Ingreso a esta y cerro la cortina, bajo de su auto y prendió las luces, abrió la cajuela y unos ojos asustados lo miraron fijamente.

Intento firmar y moverse asustado sin conseguirlo.

-No te preocupes, el miedo que sientes ahorita mismo no es nada.

Lo cargo sin dificultad y lo tiro al suelo junto a las cajas qué se pasaban al lado de una mesa.

Saco una silla hecha de metal qué el mismo había soldado y lo volvió a golpear en la cabeza para que quedará inconsciente.

Lo desató y lo hato en aquella silla metálica, conecto unos cuantos cables en esta misma y lo despertó echándole agua.

Asustado volteó a todos lados y se movió intentando desatarse y ser consiente de donde estaba.

-V, ¿te suena?, aquel peligris al que hace 2 noches tomaste sin remordimiento. Tocaste al chico equivocado idiota-Le quito la cinta de la boca para escuchar con claridad sus lamentos.

-No te tengo miedo, no me harás nada, no tienes el corazón.

Río, ¿Quién era ese idiota para asumir que no era capaz?

-¿Haz escuchado sobre los Jeon?-Ahí mismo el corazón del hombre terminó con sus latidos-Soy Jeon JungKook, y esta noche, suplicaras que pare más de lo que suplicó mi chico.

El menor encendió aquella máquina que proporcionó un choque de electricidad masivo al cuerpo de aquel setenton.

-Para...

-¿Ya tan rápido?, no-Rió -Apenas estoy empezando.

Veinticinco, veinticinco fue el número que contó de las descargas eléctricas que le dio a aquel hombre, cada una con duración de 1 minuto.

Desconecto los cables e hizo la maquina a un lado.

-Te dejaré descansar, eres demasiado viejo, no quiero que mueras tan pronto.

-L-o lam-ento, lam-en-to ha-ber tocado a tu nov-io.

-Eso no me sirve de nada, no cambia lo ocurrido...

Desató su mano izquierda y la sostuvo en la mesa atandola con una esposa qué permanecía ahí atornillada.

-Pensándolo bien, no te dejaré descansar.

Tomó unas pinzas y comenzó a arrancar una por una de sus uñas, para después descender al falange distal de su dedo índice y cortarlo, siguiendo el mismo proceso con los otros 4 dedos, prosiguio al Falange Medial y volvió a cortar los 5, por último corto el falange proximal terminando de cortar los dedos de la manera más lenta que se le ocurrió.

Estaba satisfecho por los gritos de aquel hombre. Pero no era fue suficiente, necesitaba más.

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