El Alfa estaba concentrado, tanto que se estaba mordiendo la lengua, mientras dibujaba con acuarela en los brazos de su Omega. Creía que al dibujar con colores vividos, caritas, flores e incluso animalitos, Jimin dejaría de estar acomplejado con el vitiligo en su piel. Los dos estaban sentados en el césped, lejos de la casa, lejos de la granja, en una especie de pícnic. El sol brillaba suavemente en el cielo, y una brisa ligera acariciaba la hierba. Jimin veía a Jungkook en silencio, sonriendo y maravillado ante la delicadeza con la que dibujaba sobre su piel.

Jungkook no era un artista, estaba lejos de serlo, sus trazos eran torpes, pero su omega era una motivación para tratar de dibujar lo mejor que pudiera, en ese momento era su lienzo favorito.

Con cada trazo de su pincel, Jungkook sentía que estaba creando algo hermoso, algo que reflejaba la belleza y la pureza de Jimin. Y Jimin, por su parte, se sentía como si estuviera flotando en el aire, como si nada más importara que estar con Jungkook, sentir su tacto suave y delicado en su piel.

—Dibujaré un sombrero —dijo Jungkook, sonriendo—. Igual al que traes puesto...

Jimin se rió, y Jungkook se detuvo un momento para mirarlo, para disfrutar de su sonrisa. Luego, continuó dibujando, creando un sombrero de color amarillo en el brazo de Jimin.

—Me haces cosquillas —dijo Jimin, riendo y tratando de moverse un poco.

Jungkook se rió también, y continuó dibujando, creando un mundo de colores y fantasía en la piel de su omega.

—Listo, parecen tatuajes. —Sonrió—. Pero me siguen gustando más sin la pintura.

—Jungkookie... ¿Sabes por qué nos sacaron de la casa? —preguntó mientras movía los brazos para que la pintura se secara.

—Seokjin piensa anudar a Namjoon hoy porque está en celo. —Soltó una risa—. No quiere que los escuchemos. ¿No te contó Namjoon?

—No me dijo nada, yo estaba en la granja visitando a los bebés de Layla cuando llegaste a decirme que haríamos un picnic...

—Namjoon entró en celo, se puso bastante encimoso con Seokjin ahí en frente de todos. —Jungkook contuvo la risa—. Seokjin comenzó a gritarnos para que nos saliéramos de la casa, soltó feromonas y yo no pude soportar sus... Bueno, los dos estaban muy deseosos el uno del otro. Por eso salí lo más rápido que pude.

—¿Y Hobi? —Jungkook encorvó los hombros restándole importancia.

—En el campo de flores, con Tae, lo de siempre.

—Ya veo... ¿Por qué de todos somos los únicos que no lo han hecho?

—Porque tú no quieres. —Jungkook sonrió.

—¡¿No quiero?! Nunca he dicho que no... —dijo ruborizado.

—Tampoco me lo has pedido, la última vez que lo intentamos Namjoon nos interrumpió. Eso me hace desear ir a la casa a interrumpirlo con Seokjin para darle una cucharada de su propio chocolate.

—No seas vengativo... Aparte ese día era nuestra primera vez juntos, nos acabábamos de conocer. Pero ahora podemos planificar como y cuándo hacerlo.

Jungkook se inclinó hacia Jimin, colocando ambos brazos a sus costados y obligándolo a acostarse en el césped. Haciendo contacto visual en todo momento y soltando feromonas a su alrededor.

—¿Me estás diciendo que tengo luz verde para follarte cuando quiera? —Jimin tragó saliva.

—Me gustaría más bien, hacer el amor cuando me anudes...

—Eres un romántico. Me gustas, solo por eso voy a preparar algo especial para el día que suceda. Aunque no hay mucho que pueda hacer porque estamos encerrados en este lugar. —Suspiró—. Si estuviéramos en la ciudad te llevaría al mejor hotel, con las mejores instalaciones. Te serviría champaña de la fina y te cogeria duro mientras bebemos.

»Es una lástima que aquí no se permita el alcohol.

—¿Podemos hacerlo? —preguntó Samantha a los científicos que veían el monitor—. Enviarles champaña para que el alfa anude al omega.

—Eso es un poco en contra de las reglas...

—¿Reglas impuestas por quién? Se supone que la prioridad es que las semillas de los alfas se depositen en los omegas. ¿No es así?

—Sí...

—Entonces esta noche, cuando todos duerman les pondrán en la cocina una botella de champaña —ordenó—. Por cierto. ¿Qué hay de Eunwoo?

—Su casa fue incendiada anoche —dijo uno de los guardias del laboratorio—. No quedó rastro alguno de él, ni de su esposa.

—Jungkook los alcanzará pronto en el más allá, pero antes necesito que su semilla sea depositada en el omega.

—La buena noticia es que probablemente Hoseok y Namjoon pronto serán padres —dijo el psicólogo.

—Noticia, noticia... La buena noticia sería que esos tres ya estuvieran bien embarazados. —Suspiró—. Iré a tomar un descanso.

Jungkook, Jimin, Taehyung y Hoseok estaban sentados en la puerta de la casa, esperando a que les dieran acceso. Ya era de noche y tenían sueño. Los cuatro giraron el rostro cuando escucharon los pasos de Seokjin, quien había llegado finalmente para abrirles.

—¿Cómo te fue? —preguntó Taehyung.

—Bien.

—¿Y Nam? —preguntó Hoseok al ponerse de pie.

—Dormido, pasen y no hagan ruido.

—¿Está dormido en su habitación o en la tuya? —preguntó Jungkook.

—En la suya —contestó Seokjin.

—Estupendo, Jimin. Vamos, te acompaño a tu cuarto —dijo Jungkook tomando a su omega de la mano.

Al poco tiempo Jungkook ya se había despedido de Jimin y estaba metido en la habitación de Seokjin mostrándole un marro y cincel.

—Ayúdame a perforar la pared de Taehyung para hablar los tres.

—Estoy cansado...

—Vamos, Jin. Es importante que hablemos los tres...

Encendieron la música y comenzaron a golpear la pared, Taehyung se asustó al ver a sus amigos romperle la pared, pero sin preguntarles nada les ayudó a hacer un agujero grande. Las tres habitaciones estaban finalmente conectadas, los tres alfas podían hablar lejos de las cámaras de vigilancia, debatieron sobre lo que el papá de Jungkook les dijo en el elevador, pero los tres llegaron a la conclusión de que salir de la granja era básicamente imposible, necesitarían un milagro para que eso sucediera.

La música era alta y la energía en la habitación era eléctrica. Los tres alfas estaban analizando los posibles sucesos y lo que había detrás de las palabras del antiguo patriarca, estaban ansiosos, desconcertados e incluso hablaban acerca de sus omegas, charlaban acerca de los nudos y de las marcas y justo cuando estaban en medio de su discusión, Jimin apareció en la puerta, quedándose perplejo al verlos juntos en la misma habitación.

Jimin había estado escuchando la música proveniente de la habitación de Jungkook, por eso decidió ir a decirle que la apagara y que si no podía dormir él le haría compañía. No tocó la puerta cuando entró, pero se sorprendió bastante al ver a los tres alfas sentados en la cama y las paredes rotas.

—¿Qué es esto? —preguntó Jimin, su voz era alta y llena de sorpresa.

Jungkook lo jaló del brazo para meterlo a la habitación y cerró la puerta con seguro. Ahora estaban en un problema porque el secreto ya no era tan secreto. Los tres alfas se miraron entre sí, nerviosos y ansiosos por saber qué iba a pasar a continuación.

—Lo siento, Jimin —dijo Jungkook, su voz era baja, estaba muy nervioso—. No queríamos que lo descubrieras de esta manera.

—¿Qué está pasando aquí? —preguntó Jimin, ruborizado.

Los tres alfas se miraron entre sí, nerviosos y ansiosos por saber cómo iban a explicarle todo a Jimin. Pero antes de que pudieran decir algo, Jimin continuó hablando.

—¿Están en una relación poliamorosa y secreta? —cuestionó ruborizado.

La cara de Jungkook fue de asco, Taehyung estalló en risas, pero fue Seokjin el que habló.

—Sí, estos dos son mis putas —dijo riendo.

—No digas tonterías. —Jungkook golpeó la cabeza de Jin, después se acercó más a Jimin—. Tenemos que contarle.

—Llevamos pocos días de conocerlo, es arriesgado —dijo Taehyung.

—Oigan... Me están poniendo nervioso —admitió Jimin.

—Mi padre era el patriarca de la granja, su nombre Jeon Eunwoo. Tal vez lo conociste, él solía ser la voz que hablaba por las bocinas de este lugar...

—Eunwoo... —susurró Jimin—. Lo recuerdo, su voz dejó de sonar cuando ustedes llegaron. Se despidió de nosotros y nos presentó a Samantha. ¿Era tu padre biológico?

—Sí —dijo Jungkook.

—El patriarca era como nuestro segundo padre, siempre nos cuidaba —dijo Jimin.

—Mi padre me dijo antes de ingresar a este lugar que... Bueno, dijo que estar aquí es peligroso.

—Aquí no hay nada peligroso. Es tranquilo, ustedes lo han visto...

—La granja no es peligrosa —dijo Taehyung—. Lo que es peligroso son los alfas que nos observan por las cámaras de seguridad. Necesitamos encontrar una salida de este lugar por si se nos ofrece...

—¿Salir de aquí? —preguntó Jimin confundido—. Nadie puede salir de la granja, fue creada para que tuviéramos cachorros, para que nuestra raza perdurara.

—Es inútil hablar con él, además no creo que haya nada oculto —dijo Jungkook—. Tal vez mi padre exageraba.

—No creo que exagerara —opinó Seokjin—. Era el patriarca después de todo.

—Jimin, no le digas esto a nadie, no comentes nada de lo que hablamos esta noche —pidió Jungkook.

—De acuerdo, pero... Si les puedo ayudar en algo tengo información que descubrí en mis años dentro de este lugar.

—¿Qué información? —preguntó Seokjin.

—La pueden encontrar en mi habitación... —murmuró—. Ahí hay un túnel que conecta con otra granja.

—¿Un túnel? —preguntaron Taehyung y Seokjin al mismo tiempo.

—Sí, he visto otros omegas. ¿Quieren ver?

—Nosotros no podemos entrar a tu habitación, será extraño si lo hacemos —dijo Taehyung—. ¿Por qué no vas con él, Jungkook?

—¿Me mostrarías el túnel? —preguntó Jungkook.

—Sip. —Jimin asintió con la cabeza.

Minutos después estaban en la habitación de Jimin que estaba en la planta alta de la casa, pero entre la pared había una especia de muro grueso en el que se podían deslizar hacia abajo. Por ahí descendió junto con Jungkook, quedando bajo tierra. Era asfixiante, pero ambos estaban encantados de rozar sus cuerpos en esas circunstancias. La oscuridad era total, pero podían sentir el calor del otro, y eso les daba una sensación de seguridad y protección.

—Tenemos que gatear —dijo Jimin en medio de la oscuridad—. Sígueme.

Los dos gatearon hasta que lograron ver una luz brillante en el techo, después se asomaron, era una especie de alcantarilla que guiaba a unos pastizales altos y verdes. Era otra granja.

—Aquí hay otros omegas, los he visto, pero ellos no me han visto a mí.

—En la cúpula hay distintas granjas Jimin, en cada granja hay omegas de diferentes edades. Ustedes son los omegas nacidos en el mismo año que nosotros.

—Comprendo...

—A los veinticinco años es la edad más fértil, es por eso que cuando alfas y omegas cumplen esa edad nos juntan para hacer que tengamos bebés.

—Oye. ¿Y qué es lo peligroso de esto? Estaremos juntos, tendremos familia y...

—Shh. —Jungkook le tapó la boca a Jimin—. Mira ahí hay un omega. ¿Tiene cola de gato?

—Mjm... —Jimin le quitó la mano a Jungkook de su rostro—. Hay un omega híbrido.

—Vámonos, nos puede mirar.

Gatearon de regreso.

Estaban agitados, sudorosos, pero al menos habían roto la delgada línea de la desconfianza porque guardaban un secreto, Jungkook sabía acerca del túnel y Jimin sabía acerca de las habitaciones unidas.

—¿Piensas que hay algo turbio aquí en la granja? —preguntó Jimin.

—Estoy seguro de que hay algo turbio...

—Yo... —Se rascó la cabeza—. Yo también pienso que hay algo extraño.

—Jimin... ¿Puedo confiar en ti?

—¡Claro! —Jimin abrazó a Jungkook por la cintura con fuerza—. Eres mi alfa y soy tu omega. Yo seré y haré lo que me pidas.

—No le cuentes a los omegas lo que viste en mi habitación. No hasta confirmar que también son confiables.

—¡Hecho! Mi boca es una tumba.

Jungkook apretó el cuerpo de Jimin en contra del suyo, después se unieron en un beso acalorado, se dejaron caer en la cama. La habitación estaba oscura, solo iluminada por la luz de la luna falsa que se filtraba por la ventana, pero Jungkook y Jimin no necesitaban luz para sentir el calor y la pasión del otro.

Se besaron con fuerza, sus lenguas se entrelazaron y sus cuerpos se movieron al unísono. Estaban perdidos en su propio mundo, un mundo de pasión y deseo. Pero justo cuando estaban a punto de perder el control, una voz misteriosa interrumpió el momento.

—¿Eres un alfa? —preguntó la voz, haciendo que Jimin y Jungkook se separaran.

Se miraron entre sí, sorprendidos y confundidos. ¿Quién era esa persona? ¿Cómo había entrado en la habitación sin que ellos se dieran cuenta? Jungkook se sentó en la cama, extendiendo los brazos para proteger a Jimin.

—¿Quién eres? —preguntó Jungkook, lanzando feromonas de protección.

La figura salió de las sombras, y Jimin y Jungkook pudieron ver que era un adolescente con orejas de gato, sus ojos oscuros y una sonrisa enigmática.

—Me llamo Yoongi —dijo el chico, su voz era suave y melodiosa—. Y soy un omega híbrido.

Jimin y Jungkook se miraron entre sí, sorprendidos. ¿Un omega híbrido? ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Cómo logró entrar a la granja?

BONITO LUNES!!!!!!

Se me ha estado complicando escribir esta historia, por eso acepto aquí teorías conspiranoicas para ver si las añado o si me hacen un openmind.

MIL GRACIAS POR LEER

Y MIL GRACIAS A LARY POR SOPORTARME!!!!