Primer contacto
Cientos de alfas esperaban en la explanada del edificio, su energía y nerviosismo podía sentirse en el aire. Mientras que otros millones más veían el evento por televisión, ansiosos por conocer a los seleccionados que ingresarían a la granja. Unos cuantos miles estaban expectantes ahí en la explanada a las afueras de la granja, todos ellos unidos por la esperanza de preservar su especie.
Samantha Ross, la representante de la sociedad lunar, junto con Jeon Eunwoo, el patriarca, se acercaron al micrófono. El patriarca, con su presencia autoritaria, dio inicio a la ceremonia de elección.
—¡Alfas! —comenzó—. Gracias a los avances en tecnología hemos encontrado a los tres seleccionados para ingresar este año a la granja. Recuerden que si no fueron seleccionados, de todas maneras nos serán útiles aquí en la sociedad. ¡Que no caiga el ánimo!
La multitud de alfas aplaudió, sus rostros invadidos de esperanza. Jungkook, hijo del patriarca, escuchaba a su padre de brazos cruzados, su mirada fija en la enorme maleta que tenía a su lado. La maleta contenía todas sus pertenencias personales, las cosas que más valoraba en su vida. Sabía que si era seleccionado, no volvería a salir de la granja, ya que era un lugar de protección para preservar la vida de los omegas.
Los otros alfas también habían llevado maletas similares, cada una llena de recuerdos y objetos que les recordaban a sus seres queridos. Todos ellos estaban conscientes de que si ingresaban a la granja, dejarían atrás su vida anterior y se comprometerían a proteger y cuidar a su omega correspondiente.
Jungkook miró a su alrededor, viendo a los otros alfas que esperaban con ansiedad. Todos ellos eran fuertes y capaces, listos para asumir el desafío de proteger a sus omegas. El joven alfa se sintió un poco nervioso, pero también emocionado, y por primera vez inseguro. ¿Sería seleccionado? ¿Encontraría a su omega?
La ceremonia continuó, con el patriarca explicando las reglas y procedimientos una vez nombrados. Los alfas escuchaban atentamente, sus corazones latiendo con emoción. La espera era casi insoportable, pero pronto conocerían a los tres seleccionados que ingresarían a la granja.
—Daré el nombre del primer alfa seleccionado —anunció el patriarca, su voz clara y firme—. Kim Taehyung.
Jungkook sintió un golpe en el estómago al escuchar el nombre de su amigo. Taehyung había sido seleccionado, eso significaba que no volvería a verlo nunca más en caso de no ser elegido. Una mezcla de emociones se apoderó de él: alegría por Taehyung, pero también tristeza y ansiedad por su propio futuro.
Jungkook se sentó más recto, mirando a Taehyung ponerse de pie y arrastrar su maleta. Los guardias se acercaron a él, acompañándolo hacia la zona donde estaba su familia. Los abrazos emotivos, las lágrimas de felicidad y tristeza se suscitaron mientras Taehyung se despedía de sus seres queridos.
Jungkook observó la escena, sintiendo una punzada de envidia y ansiedad. ¿Por qué Taehyung y no él? ¿Qué pasaría con su propia vida si no era seleccionado? La incertidumbre lo consumió mientras veía a su amigo desaparecer en la multitud, sabiendo que nunca más volverían a verse.
La familia de Taehyung se despidió de él con lágrimas en los ojos, sabiendo que su hijo partiría hacia una nueva vida en la granja, una vida que los separaría para siempre.
El patriarca continuó con la ceremonia, pero Jungkook ya no escuchaba. Estaba perdido en sus pensamientos, pensando en su propio futuro y en la posibilidad de nunca más volver a ver a su amigo. La ansiedad y la incertidumbre lo consumían, mientras esperaba el anuncio del siguiente seleccionado.
—Nos quedan dos alfas más —dijo el padre de Jungkook, su voz firme y autoritaria, atrayendo la atención de todos los presentes.
Momentos después, soltó un nombre que Jungkook conocía a la perfección.
—Kim Seokjin.
Aunque los dos se apellidaban Kim, no eran familia. Kim era un apellido bastante común en la sociedad lunar, y Jungkook sabía que no había ninguna relación entre ellos.
Seokjin parecía bastante sorprendido al escuchar su nombre. Su rostro se iluminó con una sonrisa de alegría y sorpresa, y olvidó llevarse la maleta en su emoción. Todos rieron al ver su reacción, y los guardias se acercaron para ayudarlo a llevarla.
Se dirigió a donde se encontraban sus padres, que lo esperaban con lágrimas de felicidad en los ojos. Se abrazaron con fuerza, disfrutando del momento que compartían. Aunque no volverían a verse, era un logro entrar a la granja y tener la oportunidad de encontrar a su omega correspondiente.
La despedida fue emotiva, pero también llena de alegría y chistes. Seokjin se despidió de su familia y amigos, sabiendo que estaba a punto de comenzar una nueva etapa en su vida.
Jungkook se sintió un poco solo, sabiendo que sus dos amigos ya no estarían allí para compartir sus experiencias y risas.
El patriarca se aclaró la garganta, atrayendo la atención de todos.
—Queda un alfa más —dijo el patriarca.
Jungkook se puso tenso, esperando escuchar su nombre. ¿Sería seleccionado? ¿Sería el último en entrar a la granja? Su corazón latía con fuerza, y sus dientes mordían ligeramente sus labios.
—Y el último lugar... —El patriarca hizo una pausa, mirando a su alrededor—. Jeon Jungkook.
El alfa sintió que su corazón se detuvo por un fragmento de segundo. Perplejo y aturdido se puso de pie, los aplausos no cesaron y los rostros de decepción de los otros alfas que no fueron seleccionados se hicieron presentes. De verdad estaba sucediendo, iba a conocer a los omegas, iba a descubrir si eran tan magnéticos como sus antepasados contaban.
La multitud de alfas y familiares aplaudía y vitoreaba, mientras que Jungkook se sentía como si estuviera flotando en una nube de emoción. Miró a su alrededor, viendo las sonrisas y los abrazos de sus seres queridos.
La madre de Jungkook, Jeon Lim, estaba de pie cerca de la tarima en la que debería subir una vez que se despidieran. Jungkook la abrazó con fuerza, sintiendo una mezcla de emociones.
—Te voy a extrañar, mamá —dijo a su oído, su voz estaba temblando.
—Y yo a ti, mi cachorrito —respondió, en medio de lágrimas.
—Ya tengo veinticinco —dijo Jungkook, sonriendo.
—Pero siempre serás mi cachorro —insistió, sonriendo también.
—Quédate con esto —dijo Jungkook quitándose la cadena de oro que llevaba en el cuello, el dije que colgaba era circular y tenía grabado Jeon Jungkook en letras cursivas—. Así me tendrás contigo siempre.
—Mi cachorro —dijo Lim Jeon, abrazando a Jungkook con fuerza.
Momentos después, Jungkook subió a la tarima, siendo recibido por su padre, el patriarca, quien lo abrazó con fuerza.
—Lo lamento, hijo —susurró Jeon Eunwoo a su oído, su voz llena de emoción y pesar.
—¿Qué cosa? —cuestionó Jungkook confundido, mirando a su padre con curiosidad.
Jeon Eunwoo no dijo nada más, él miró a su hijo con lástima. Luego sonrió con falsedad, golpeando sus hombros con suavidad para que se parara junto a los otros dos alfas seleccionados.
—Vamos, hijo —dijo, su voz forzada—. Es hora de que comiences tu nueva vida.
Jungkook se puso en su lugar, mirando a su padre con confusión. No entendía por qué su padre parecía tan triste.
—El día de hoy los tres alfas más fuertes de veinticinco años han sido seleccionados y aprobados por nuestros análisis de laboratorio —dijo Samantha, su voz tan clara como firme—. Démosles un último aplauso antes de que ingresen a la granja de omegas.
La multitud aplaudió con felicidad, excepto Jeon Eunwoo, él contenía las ganas de llorar porque sabía el destino que le esperaba a su hijo, sintiendo un dolor en el corazón. Sabía que no podría protegerlo, que no podría estar allí para él. La granja era un lugar peligroso, y Jungkook estaba a punto de entrar en ella sin saber lo que lo esperaba.
Mientras aplaudían, Jungkook se unió a los otros dos alfas seleccionados, Taehyung y Seokjin. Los tres sonreían, emocionados por su nueva aventura.
La ceremonia terminó, y los tres alfas seleccionados se despidieron de sus familiares con la mano a una última vez antes de ingresar a una enorme puerta que los dirigía al lobby de la granja.
Eunwoo haría algo arriesgado antes de despedirse, después de todo seguía siendo el patriarca de la granja y podía cruzar aquella puerta junto con su hijo. Dejando a Samantha atrás de él logró ingresar por las puertas cerrándolas tras su paso. El patriarca se quedó encerrado en el elevador previamente programado para ir a los laboratorios subterráneos donde extraerían una última muestra de los alfas antes de ser limpiados e ingresados a la granja.
—Escúchame bien Jungkook —dijo Eunwoo con seriedad—. No tenemos mucho tiempo, probablemente yo dejaré de ser el patriarca de la granja para mañana a esta hora, sino es que antes.
—Papá. ¿Qué pasa? Pareces alterado.
—¡Estoy alterado! —gritó golpeando el elevador.
Taehyung y Seokjin se quedaron quietos mirando la escena padre e hijo.
—Tendrán un omega, elijan y no se encariñen con ellos. Obedezcan y hagan todo lo que les ordenen los hologramas, obedezcan y hagan todo lo que les ordene el patriarca. Solamente de esa manera podrán sobrevivir.
—¿Hologramas? —preguntó Seokjin.
—Lo entenderán cuando estén dentro. —Suspiró—. Hijo, hice todo lo que estuvo en mis manos para que no fueras seleccionado, pero fallé. Lo lamento, ahora solo queda que hagas caso a mis consejos, espero volver a verte y si no te veo. Entonces espero con todas mis fuerzas que sobrevivas.
Las puertas del elevador se abrieron.
—¿Sobrevivir?
—Ni una palabra de esto, las paredes escuchan excepto en las habitaciones alfaxomega —dijo Eunwoo—. ¡Diablos, las puertas se cerraron antes de que Samantha ingresara al elevador! —gritó Eunwoo—. Chicos, acompañen a este guardia al laboratorio donde les extraerán sangre por última vez antes de ingresar a la granja.
—Por acá, muchachos —dijo el guardia.
—Ahora es hora de que comiences tu nueva vida en la granja —dijo Eunwoo—. Recuerda que tienes una gran responsabilidad ante ti. Protege y cuida a tu omega.
—Lo haré, padre —prometió Jungkook en un susurro sin comprender si eso último era en serio o era para despistar a los científicos y químicos que los rodeaban porque previamente les había dicho que no se encariñaran con los omegas.
—Eso fue loco —dijo Seokjin y Taehyung le pisó el pie para que se callara.
—¿Emocionados, jóvenes? —preguntó el químico.
—Un poco —contestó Taehyung.
—Les explicaré en lo que llegamos al laboratorio, ustedes tal vez inicien con su rut al encontrarse con las exquisitas feromonas de los omegas, o tal vez no. Todo depende de qué tanto pueda soportar su sistema, pero si el rut inicia no se contengan, nada más hagan lo que tengas que hacer con su omega, no con el omega de otro alfa. ¿Comprenden?
—¿El rut? —preguntó Jungkook—. Mi rut llega cada ocho meses, a veces se retrasa a un año. ¿Es posible que se adelante cuando conozca a los omegas?
—Sí, porque será tu instinto, alfas y omegas están destinados a estar juntos. —El químico sonrió—. Es una maravilla cuando pasas tu rut con un omega.
—¿Usted ha pasado el rut con un omega? —preguntó Seokjin,
—No, pero he visto a los alfas y omegas de la granja. Su apariencia cambia, los omegas son más atractivos luego del celo y los alfas, incluso aumentan en musculatura. Parecen estar en su estado óptimo.
—Guau... Ya quiero ingresar.
—Claro, primero entren a esa cabina, vamos a desinfectarlos,
Los alfas entraron a distintas cabinas de esterilización, después les colocaron unos trajes blancos, la tela era delicada, parecía de manta, cuando estuvieron cambiados y limpios les extrajeron un poco de sangre y les introdujeron un chip rastreador en la nuca, era tan diminuto que se sintió menos doloroso que el piquete de una hormiga. Los tres estaban listos.
Se pararon en un elevador, y les dijeron que les harían llegar sus maletas esterilizadas más adelante, luego de revisarlas. Los tres asintieron y entonces el elevador en el que estaban se cerró descendiendo más, hasta que sus puertas se abrieron dejándolos frente a un hermoso campo verde con trigo y sembradíos de distintas frutas y verduras. A lo lejos pudieron ver una casa y un granero rojo. Los tres sonrieron al salir del elevador para ingresar al lugar, en ese momento las puertas metálicas se cerraron camuflajeandose y haciendo parecer que eran parte de la granja.
—Parece el paraíso —dijo Seokjin—. Es hermoso y el aire se siente limpio.
—¿Y los omegas? —preguntó Taehyung mirando hacia todos lados.
—¿Qué es ese aroma? —preguntó Jungkook sintiendo un exquisito aroma dulce, muy parecido al melocotón.
—Yo no huelo nada —dijo Seokjin.
—¡Oye sí, huele a piña en almíbar! —exclamó Taehyung corriendo hacia el delicioso aroma.
—Mmm... —Seokjin estaba olfateando mientras corría detrás de Taehyung—. Sigo sin oler nada.
Taehyung se quedó petrificado frente a la enorme casa, ahí parados ante ellos estaban tres criaturas hermosas, sus rasgos finos y delicados, su aroma, todo su ser, eran tan divinos que parecían dioses.
—Bienvenidos a la granja —dijo la voz de una mujer en las bocinas de la cúpula en la que se encontraban—. Alfas, pónganse de acuerdo para elegir a sus omegas. Quizás habrán notado que tienen un aroma peculiar, eso significa que encontraron a sus destinados.
—¿Mi destinado huele a melón? —cuestionó Jungkook embelesado por los tres omegas frente a ellos.
—¡Tú, el que huele a piña en almíbar, ven a mí. Yo te elijo! —gritó Taehyung.
—Este cabron... —murmuró Seokjin—. ¡Oye no son pokemones!
Jungkook soltó una leve risita, él se acercó a los omegas sin preguntar si podía hacerlo, los miró a los tres, sus rasgos tan finos y delicados, pero el rubio, él olía a melocotón y de los tres era el más hermoso ante sus ojos. No quería volver a ver a nadie más, sus instintos protectores se activaron en ese instante y comenzó a soltar feromonas alrededor suyo y de Jimin, acercándose cada vez más a él. A partir de ese momento Jungkook no quería pensar en nadie más que no fuera Jimin, era como si hubiera estado dormido durante veinticinco años y como si en ese momento estuviera despertando para encontrarse con el nuevo sentido de su universo, estaba dispuesto a todo con tal de proteger y complacer a Jimin. No lo dejaría, no lo soltaría, lo cuidaría y amaría por el resto de sus días.
—Hola, omega —saludó con una sonrisa en los labios.
—Hola, alfa —Jimin le devolvió el saludo de la misma manera, pero luciendo más nervioso.
Esa fue la primera vez que alfa y omega hicieron contacto, la primera vez que escucharon sus voces, los dos estaban sintiendo sensaciones nunca antes experimentadas y anhelaban con todo su ser tocarse las pieles.
Ya se conocieron mis chiquitos, vámonos despacio y sin prisas para que su amor bonito se desarrolle aksbskshjwkw
Nos estamos leyendo manada bella, auuuuuu!!!🐺
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