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Lazo familiar

Yoongi era un adolescente de diecisiete años de edad, creció en una granja al igual que Jimin y los otros omegas, pero al verlos escondidos en las alcantarillas siguió su rastro hasta llegar a la alcoba de Jimin.

—Experimentaron conmigo —dijo Yoongi—. Los escucho hablar al otro lado del muro —añadió—. Todos ellos les quitan los bebés a los omegas cuando nacen y los separan de su alfa, es el destino que les espera a ustedes.

—¡¿Qué?! —preguntó Jimin agarrando el brazo de Jungkook con fuerza, tanta fuerza que le estaba encajando las uñas.

—Nadie va a separarnos, Jimin —susurró Jungkook emitiendo feromonas para calmarlo—. No voy a permitirlo.

—Eso es algo inevitable —dijo Yoongi encorvando los hombros—. Nadie puede ir en contra de los alfas, a menos que...

—¿A menos que, qué? —preguntó Jungkook.

—Si escapamos de la granja podemos liberarnos. —Sonrió—. Mis hermanos omegas de mi granja y yo planeamos fugarnos, pero estamos esperando el momento preciso.

—¿Momento preciso? —preguntó Jimin.

—En las noches los alfas ingresan a las granjas, planeamos capturar uno y obligarlo a que nos muestre la salida.

—Eso es muy arriesgado —dijo Jungkook negando con la cabeza—. Hay cámaras de seguridad por todas partes.

—Sí, pero cada día seis se apagan las cámaras por diez minutos. Es el momento perfecto para realizar el movimiento.

—¿Por qué apagarían las cámaras? —preguntó Jungkook.

—No lo sé, pero por si no lo notaste soy un híbrido. —Encorvó los hombros—. Mis sentidos están agudizados y puedo escuchar, ver y oler más allá que todos ustedes. Por cierto. ¿Qué es ese aroma exquisito?

—¿Cuál aroma? —preguntó Jimin.

—Uno... delicioso. —Yoongi se acercó a la puerta, pero Jungkook lo jaló de la camisa para que no saliera de la habitación.

—Si sales de acá te verán por las cámaras de seguridad.

—Oh, cierto. Entonces. ¿Escaparán conmigo?

—No puedo dejar a mis hermanos solos... —murmuró Jimin.

—Invítalos a todos, vámonos de aquí. Lo que les digo es real, ellos se quedan con los bebés recién nacidos y hacen una especie de reset cerebral a los omegas para hacerlos tener más cachorros con inseminación.

—¿Y qué hacen con los alfas? —preguntó Jungkook.

—Los obligan a donar su esperma para el omega con el que crearon lazo, si se niegan los matan y consiguen otro alfa donador. —Yoongi suspiró—. En una semana planeo irme, si quieren hacerlo los espero en el túnel, me voy antes de que se den cuenta que no estoy en mi granja.

Al decir eso, Yoongi se deslizó por la pared para regresar a su granja. Jimin y Jungkook se quedaron en quietud, mirándose a los ojos. ¿Y si era cierto? ¿Y si los separaban?

El alfa abrazó al omega con fuerza y acarició su espalda con dulzura.

—Tranquilo, no nos van a separar.

—¿Huiremos?

—Eso lo tenemos que hablar con todos. ¿No crees?

—Mis hermanos irán a donde yo vaya, e-estoy seguro de eso.

—Hablemos mañana sobre eso, hoy tenemos que dormir.

—Duerme aquí conmigo... —susurró Jimin—. Tengo miedo de dormir solo.

—¿Quieres que tu alfa te haga compañía el resto de la noche? —Jimin asintió.

—Yo duermo sin camisa...

—No me molesta.

Jungkook sonrió, luego se quitó la camisa y se dejó caer en la cama. Esperando a que Jimin se acostara a su lado. Una vez juntos se sintieron nerviosos y alterados al sentir el aroma del otro, pero Jungkook soltó feromonas para calmar a Jimin, no quería tener sexo, no en ese momento, quería que el omega descansara porque habían muchas cosas por hablar con el resto.

Mientras Jungkook pensaba en su padre y en lo último que habló con él Jimin durmió, soltando leves soniditos que hacían sonreír al alfa.

—Espero salir pronto de aquí —susurró inhalando el dulce aroma del omega, después cerró los ojos y se quedó dormido.

Los padres de Jungkook estaban escondidos en la cabaña familiar a las afueras de la ciudad cuando escucharon el sonido de camiones comandados por el ejército y de helicópteros. Sabían su destino y ya no había nada que impidiera su trágico final. La señora Jeon, con sus manos delgadas apretó la cadena circular con el nombre de Jungkook en ella mientras lloraba. El señor Jeon, su esposo, la abrazó fuertemente, intentando consolarla, pero él también estaba aterrado.

La cabaña era pequeña y acogedora, llena de recuerdos felices de la familia Jeon. Pero ahora, en ese momento, parecía una prisión, un lugar donde estaban atrapados, esperando su destino. La señora Jeon miró a su esposo, y él la miró a ella, ambos sabían que su hijo estaba en peligro, que su vida estaba en juego.

—Eunwoo, dime que Jungkook estará bien.

—No te lo puedo asegurar, mi amor —contestó invadido por el miedo—. Es listo, siempre lo ha sido.

Pero la señora Jeon sabía que eso no era cierto, que su hijo estaba en peligro, y que nada podía protegerlo de la crueldad del gobierno.

La puerta de la cabaña se abrió de un solo golpe y distintos miembros del ejército ingresaron al lugar, arrastrando a la pareja al exterior, ninguno de ellos gritó, eran alfas, podían soportar el maltrato, habían sido entrenados para eso.

—¡De rodillas! —gritó el comandante del ejército y ambos se arrodillaron.

Del helicóptero emergió Samantha, ella vestía de manera pulcra, llevaba puesto unos pantalones blancos y una bata de laboratorio. En su mano un arma.

—Se supone que ya estaban muertos, vaya que son escurridizos —siseó—. Pero descuiden, sus amigos, quienes los trataron de ayudar también murieron. Los maté con esta arma. —Sonrió.

—Ayuda a Jungkook —suplicó la señora Jeon—. Conoces a mi esposo desde hace mucho tiempo, ayuda a mi hijo.

Samantha se rió, una risa fría y calculada.

—Me apegaré a las reglas, mi ayuda a tu hijo dependerá de su actuar. Si es listo sobrevivirá.

»Por cierto, Eunwoo. —Samantha sonrió—. Gracias por tus enseñanzas en el laboratorio. —Al decir eso le disparó directo en la frente.

La señora Jeon gritó desesperada, pero nunca soltó el dije con el nombre de su hijo. No lo hizo hasta que Samantha le disparó en la nuca.

El collar cayó en la tierra húmeda y ahí se quedó cuando el ejército arrastró sus cuerpos sin vida para llevarlos a incinerar. La escena era desoladora, la cabaña familiar de los Jeon estaba rodeada de soldados, y la pareja que había entregado su vida y servicios al laboratorio habían quedado sin vida. Samantha se alejó de la escena, sonriendo para sí misma. Había cumplido con su misión, y ahora podía regresar al laboratorio y seguir trabajando en su próximo proyecto.

Mientras tanto, el ejército se llevó los cuerpos de los Jeon, y la cabaña quedó vacía y silenciosa. El collar con el nombre de Jungkook seguía en el suelo, un recordatorio de la tragedia que había ocurrido.

Jungkook despertó de un sobresalto, los rayos del sol ya se filtraban por la ventana y el espacio al lado suyo en la cama estaba vacío. Se tocó el pecho porque sentía que se le salía el corazón del pecho, era una sensación extraña, además tenía muchísimas ganas de llorar. Sus manos estaban temblando y su cuerpo sudando, no podía comprender lo que estaba sucediendo, pero comenzó a llorar desconsolado sintiéndose débil en gran manera, sintiéndose vulnerable.

Jungkook se sentó en la cama, rodeándose las rodillas con los brazos, y se permitió llorar. No sabía qué estaba pasando, pero sabía que algo estaba muy mal.

Jimin ingresó a la habitación sosteniendo entre sus manos a una cría de conejo. Al ver a Jungkook en ese estado cerró la puerta y dejó al conejito en la alfombra yendo apresurado para abrazar a su alfa. Se sentó a su lado en la cama y lo abrazó fuertemente, intentando calmarlo.

—¿Qué pasa, mi alfa? —preguntó Jimin, con voz suave y preocupada—. ¿Qué te está pasando?

Jungkook se aferró a Jimin, llorando desconsoladamente. No podía explicar lo que estaba sintiendo, no podía explicar la sensación de vacío y tristeza que sentía en su pecho.

—Lo siento... —murmuraba en el cuello del omega—. Lo lamento mucho...

—¿Te lamentas por estar llorando? Llora todo lo que quieras, soy tu omega, yo... Yo puedo consolarte.

Jungkook se apartó de Jimin, las lágrimas no paraban de brotar por sus ojos y de escurrir por sus mejillas. Jimin siguió sus instintos y colocó ambas manos en las mejillas de Jungkook, emitiendo unas feromonas invadidas de calma, paz y protección. Arropando con ellas el cuerpo y corazón de su alfa, haciendo que el llanto disminuyera. En ese momento, Jungkook se quedó quieto de manera inexpresiva, su lobo le indicó finalmente lo que estaba sucediendo.

"El lazo familiar se ha roto"

"No percibo los lobos de tus padres"

"Ellos han muerto"

Jungkook se limpió las lágrimas, mirando a Jimin a los ojos, centrándose en su hermoso y cálido color. Quería pensar nada más en él para evitar el dolor abrumador que estaba sintiendo a causa de la ruptura del lazo familiar.

—Dame más —susurró—. Más de tus feromonas, dro-drogame Jimin.

—¿Qué? —preguntó Jimin preocupado.

—Mi lazo familiar se acaba de romper, mi lobo ha dicho que mis padres murieron. —Tomó al omega de las muñecas— ¡Se un buen omega y consuélame! —exigió llorando y dejándose caer en el regazo de Jimin.

Jimin lo abrazó fuertemente, emitiendo aún más feromonas para calmar a su alfa.

—Lo siento, mi alfa —susurró—. Lo siento mucho.

Jungkook se aferró a Jimin, llorando desconsoladamente. Jimin lo sostuvo, permitiéndole que se desahogara, que expresara su dolor y su tristeza. Sabía que Jungkook necesitaba eso, necesitaba permitir que su dolor saliera a la superficie.

Las feromonas de Jimin calmaron tanto al alfa que se quedó dormido en su regazo, sus mejillas estaban coloradas y sus ojos hinchados. Jimin lo acomodó en la cama, buscó al conejito que estaba escondido en un rincón a causa de las feromonas, lo cargó y se dirigió a las afueras de la casa para dejarlo en su corral.

Cuando regresó a la casa se sentó en la cocina junto a sus hermanos omegas y sus alfas. Ellos estaban muy acaramelados, más Namjoon y Seokjin pues el día anterior habían saciado sus deseos de manera exquisita.

—¿Y Jungkook? —preguntó Taehyung, mientras acariciaba el muslo de Hoseok por debajo de la mesa, dirigiéndose a su miembro que se estaba poniendo duro como roca.

—¿Sabes que la mesa es transparente? —cuestionó Namjoon señalando la mano traviesa de Taehyung que estaba tomando el miembro de Hoseok y ambos se ruborizaron al apartarse.

—Jungkook está dormido —contestó Jimin, tratando de salvar a Hoseok del bochorno y tratando de contener la risa.

—Iré a despertarlo, tenemos una plática pendiente. —Jimin le lanzó a Seokjin una mirada severa, tratando de recordarle con ese gesto que habían cámaras en el comedor—. Ya sabes, quiero jugar al uno con ustedes y vencerlos.

—No lo despiertes, no se siente muy bien.

—¿Qué le pasó? —preguntó Taehyung.

—Que te lo diga él cuando despierte...

Hablaban de cualquier cosa mientras comían, Jimin notaba un cambio bastante notorio en Namjoon, pues parecía más sonriente e incluso sus mejillas estaban chapeadas, rositas y sus labios más rojos de lo normal, se notaba que se besuqueaba con Seokjin a cada rato.

Pasadas las horas, Jimin subió a la planta alta con una charola de comida en la mano, dispuesto a despertar a Jungkook. También llevaba una botella de vino que los alfas que los observaban habían dejado en la cocina durante la noche. Quería animarlo y tal vez esa era una manera de hacerlo. Lo despertó con suavidad, ambos se miraron a los ojos y el alfa suspiró.

—¿Dormí mucho?

—Lo necesario —susurró—. Siéntate a comer.

Jungkook se sentó y comió, después sonrió con ligereza al ver la botella.

—Veo que nos escucharon ayer.

—Sip, quieren que tengamos cachorros y nos incentivan con esto.

—¿Y tú quieres tener cachorros?

—Toda mi vida me prepararon para esto, pero lo que nos dijo Yoongi anoche me causó escalofríos.

—¿Le crees?

—Vi sinceridad en sus palabras.

—Deberías aprender a cuestionarte todo lo que escuchas. —Deslizó la mano para acariciar la mejilla de Jimin—. Pero yo también le creo.

—¿Te sientes mejor? Los chicos nos están esperando en la habitación de Seokjin, dijimos que hablaríamos acerca de lo que nos dijo Yoongi.

—¿Crees que lo tomen de buena manera?

—El más difícil es Namjoon, pero hará lo que le pida su alfa. —Asintió.

—¿Y tú harás lo que yo te pida? —preguntó dejando la charola de lado y poniéndose de pie.

Jungkook ya no se veía frágil como en la mañana, se veía imponente, como siempre. Jimin sintió un cosquilleo en el vientre al sentir sus feromonas regularse, incluso sintió que la boca le estaba salivando de más.

—Lo haré, haré lo que me pidas.

—Entonces, no le cuentes a nadie lo que sucedió esta mañana. —Estiró su cuerpo—. Que estuve llorando, no lo comentes. No quiero que piensen que soy frágil.

—Llorar no te hace frágil, ocultar que lloraste sí.

—Como sea, cúbreme en ese aspecto.

—Bien. ¿Vamos?

—Vamos, es hora de organizar nuestro escape.

—Más bien, es hora de convencer a los chicos de escapar.

—¿Y tú quieres escapar? —preguntó Jungkook antes de abrir la puerta, su mano en el pomo—. Haré lo que mi lindo omega me pida.

—Quiero ir a donde tú vayas, y quiero que cuidemos a nuestros futuros cachorros juntos.

Jungkook sonrió y abrió la puerta.

—Entonces vamos a la habitación de Seokjin, hay mucho de qué hablar.

¡¡¡HASTA AQUÍ EL CAPÍTULO DE HOY!!!

Un mes entero me tardé en actualizar, nunca había tardado tanto😭

PERO BEBAS, ESTARÉ ACTUALIZANDO TODOS LOS LUNES COMO NORMALMENTE SE ESTUVO HACIENDO.💛🫶🏻

Espero que les esté gustando, ya se viene lo bueno.

Pd: No me dejaré vencer, seguiré poniendo mi empeño en mi cuenta, seguiré escribiendo como siempre lo he hecho, gracias por el apoyo.

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