
Cap-2 ¡pueden verme!
—¿Quién eres mocosa?
Un escalofrió recorrió el cuerpo de la castaña, se paralizó, reconocería esa voz en cualquier lugar del mundo.
—¡L-levi! —parpadeaba repetidas veces sin poder creerlo, con su boca totalmente abierta, era imposible, pero después de haber llegado a ese mundo si parecía real, demasiado, sus pensamientos eran confusos.
Entonces como de costumbre, pensando las cosas demasiado a fondo, supo que no tenía por qué alegrarse, pues no podía verla, era prácticamente un fantasma frente a él, y no servía de nada, porque ahora que lo tenía en frente solo verlo no le bastaba, ella necesitaba que la viese también, porque había soñado como toda fan porque llegase ese día, en el que se viesen y de un flechazo se enamorasen, pero no era así, él no la veía, escuchaba o siquiera notaba su presencia. Solo se dió la vuelta, tratando de irse de allí lo más rápido posible y evitar que le siguiesen restregando en la cara que sus sueños eran imposibles.
—¡Oi!, ¡no me ignores! —el de finos cabellos azabaches se le acercó con mucha agilidad, utilizando aquel equipo a los lados de sus muslos y enrollado en su cintura, sintiéndose ofendido ante aquella joven irrespetuosa al ignorarlo de esa forma.
—¿E-ehh? —balbuceó sin entender, viendo hacia los lados para ver a quién le hablaba el de bellos ojos grisáceos con un toque de azul eléctrico.
—¡Te hice una pregunta! —exvlamó ya irritado, no estaba jugando, tenía muchas vidas de soldados escapándose entre sus dedos como para perder el tiempo en una estúpida mocosa que salió de la nada.
—¿Tú...me hablas a mí? —un tono de duda y nervios inundó su interrogante, rogando ser respondida antes de comenzar a crecer el desespero de tenerle a solo unos metros y no saber si podía percatarse de su existencia.
—Tsk, ¿a quien más le hablaría, mocosa? —respondió obviando la respuesta, no había nadie a su alrededor en un rango de más o menos cien metros.
—Espera... ¡¿puedes verme?! —su contestación terminó de hacer explotar el caos en la mente de la de ojos café, sintiendo una mezcla de emoción y miedo, como una chispa retorciéndose en su cabeza, pidiendo escapar.
—Ni que fueras invisible —arqueando una ceja se animó a responder, en sus adentros maldiciendo haberse visto con esa idiota. Entonces desvió su mirada a dónde tanto había evitado ver, el tronco ensangrentado de aquel árbol, aquel cuerpo inerte en una posición incómoda, pálido, rígido y estático, con los huesos viéndose en pequeños pedazos. Se acercó unos pasos, en silencio, los felquillos de su cabello cubriendo sus ojos, oscuros y abrumados, viendo esos cabellos rojos ser elevados por una suave brisa, esos ojos miel que tanto solían brillar de alegría, ahora sin una pizca de luz, sin nada de vida, totalmente vacios, mirando fijos a la nada. Acercó su mano, cerrando sus párpados, maldiciendo, gritando, llorando en sus adentros, y fue entonces cuando la mirada temblorosa de TN le incomodó y se alejó, volviendo sus pasos a la chica, aún sin levantar su mirada de las hojas secas del suelo, logrando ver algunas manchas rojas en ellas.
La de orbes café lo observaba, sus ojos seguían con pequeños rastros de lágrimas que gracias a las contantes emociones y repentinos acontecimientos no les dió tiempo secar. No podía apartarle la mirada a aquel chico, y ni siquiera había pensado en lo mal que podía sentirse acabando de ver a su amiga muerta.
—¡Los ayudaré! —dijo de la nada, porque no podían solo quedarse hablando de lo linda que se veía Petra en aquella posición.
—¿De qué hablas moc-
Enganchó su equipo tridimensional en un árbol cercano, sin siquiera dejarle terminar de hablar, elevándose en los aires con rapidez.
—¡Oi! ¡espera! —intentó frenarla, pero al ver que no lo haría imitó sus acciones, siguiéndola, y una vez logró alcanzarla, que lo hizo sin mucho esfuerzo por la notable falta de práctica de la chica, preguntó —¿Quién eres?
—Soy TN TA y emmm...—trataba de encontrar sus palabras en el fondo de su garganta e intentando calmar sus emociones revueltas— ...vengo con la misión de ayudarlos a salvar a la humanidad...sí, eso mismo... —trató de convencerse a sí misma, cacheteándose mentalmente por la absurda respuesta.
—Mira mocosa, no estoy para bromas, ¿sabes cuántos cuerpos muertos he visto de camino?, no es el momento de idioteces, explícate —las palabras salían casi escupidas de su boca, normalmente era así y no había de qué sorprenderse, TN lo sabía, entonces tratando de organizar sus ideas suspiró.
"Me tomará por loca, pero debe creerme" se dijo mentalmente.
—Vengo de otra dimensión, un mundo paralelo a este. En mi mundo no existen los Titanes y ustedes son personajes de una historia creada por un hombre el cual la compartió con el resto del mundo y por eso yo sé todo sobre este mundo y ustedes, se lo que va a pasar y lo que ya pasó, lo que piensan y lo que no.
—Dime algo, ¿ya has ido a ver un médico?, te puedo recomendar uno muy bueno —propuso mientras anclaba uno de los cables de acero que lo sostenía a otro árbol, y así sucesivamente mientras avanzaban.
—¿Ve? sabía que me tomaría por loca, pero debes creerme —suspiró, y ante todo respeto, estaba frente a un Capitán de la Legión de Reconocimiento y hombre más fuerte de la humanidad, no a un personaje ficticio que en internet podía ver de mil maneras.
—Dame un motivo para hacerlo —friamente respondió, no creyéndole ni una sola palabra de lo que decía.
—Bien. En estos momentos estamos llendo en dirección a Eren y el Titán Femenino ¿no?...Pues tengo la intención de evitar que la Titan Femenino se coma a Eren así que te mostraré de una forma más rápida las cosas —dijo con rapidez, porque de verdad estaba apurada, y sacó su teléfono de su bolsillo trasero, mostrándole como se encendía, mostraba la hora, e incluso fotos de ella y solo con eso logró sorprenderlo, viendo sus ojos más abiertos de lo normal, pasmado ante aquel aparato que parecía fantasioso. Entonces lo apartó de su vista bruscamente, desviando la mirada al frente.
—Tsk, de acuerdo, te creo... —dijo, aún dudando en sus palabras—. Entonces, ¿sabes todo lo que va a pasar? —la chica asintió repetidas veces, con una pequeña sonrisa en sus labios, y el de cabellos como la noche la observó con seriedad, haciéndola tamblar por algunos instantes— ¿Cuál es el plan?
Comanzaron a conversar, aprovechando el tiempo que les quedaba antes de llegar a dónde la pelea de Titanes, y allí su corazón latió rápido, conmocionada totalmente ante aquellas gigantescas criaturas, que a diferencia de las que ya había visto eran mucho más particulares y grandes.
El Titán con aspecto de mujer, ojos azules y cabellos rubios, dirigió su puño a dónde el de cabellera castaña, entonces algo demasiado rápido como para verlo cortó sus dedos, de la nada percatandose de que ya Levi no estaba a su lado, sino que era aquel destello que pasó delante de sus ojos, y tratando de volver en sí, se apoyó sobre el hombro de Eren con su equipo de maniobras tridimensionales.
—E-ehh... Eren... necesito que te alejes de a-aquí y vayas en esa dirección—pronunció con un nudo de nervios formándose en su estómago, observando los ojos gigantescos de aquella bestia.
El castaño no podía hablar, pero claramente pensó que no lo haría, primeramente no la conocía, y segundo, la criatura delante de él había asesinado a sangre fría a demasiados soldados, frente a sus ojos, sin él hacer nada, y eso le hacía hervir la sangre. Pero la voz firme de su capitán le hizo tener que tragárselo todo.
—¡Eren obedece sus órdenes como si fuera tu superior! —exclamó a través de los aires, repartiendo cortadas con demasiada rapidez por todo el cuerpo del Titán Femenino.
Eren asintió contra su voluntad, comenzando a correr en sentido contrario, pero aquella Titán no se quedaría a esperar que se fuera, lógicamente lanzó una patada, pero fue detenida por el Ackerman, rasgando su piel a todo lo largo, y TN respiraba con dificultad, no estaba acostumbrada a ese ambiente, nunca imaginó vivirlo en carne y hueso.
Dicha chica ahora se encontraba en el hombro del Jeager, porque de esa forma ahorraría más gas, y con su falta de experiencia no sabía medirlo bien.
En ocasiones el chico se volteaba un poco a verla y un escalofrío recorría la espalda de la más pequeña, y pensaba que era principalmente por dos razones:
1- Eren es extremadamente grande y le intimida el tenerle tan cerca.
2- ¡¡¡ESTABA AL LADO DEL MISMISIMO EREN JEAGER!!!
—Eren... —llamó, y el mencionado se giró a verla, esta sintiendo un salto en su estómago por unos instantes— ...E-estamos por llegar a donde están los demás chicos y n-necesito que cuando lleguemos te quedes un poco más atrás, alejado de los otros Titanes... —dijo y asintió, sonrió un poco para darle más confianza, aunque la verdad eso era lo que necesitaba ella.
Pronto se encontraron con Mikasa Ackerman, quien parecía buscar a Eren con desespero, entonces parecía querer matarla, TN no se sorprendió, lo esperaba, y ahora sentía de verdad lo que era estar debajo de esa mirada tan negra como el mismo abismo, uno que parecía querer tragársela y no dejarla salir nunca. Tuvo que explicarle todo el plan que entre ella y Levi elaboraron, era muy simple: TN debía guiar a Eren fuera del bosque y el capitán entretener al Titán Femenino para que ellos huyeran, una vez logrado esto le informaron a Erwin y debían proponer retirarse, era lo mejor según la recién llegada.
No mucho después ya veían la salida del bosque a lo lejos, pero estaba repleta de Titanes, entonces vieron a los chicos en la copa de aquellos frondosos árboles y Mikasa procedió a buscarlos, porque si Eren se acercaba se lo comerían vivo.
Cuando llegaron Armin y Jean se pararon sobre una rama lo bastante gruesa para sostenerlos, quedando frente a ellos.
—Listo, ¿qué más hace falta? —interrogó la azabache.
—¿Los caballos los trajeron como dije? —interrumpió unos segundos, dándole prioridad a eso, no necesitaban mucho, y asintieron, no les hacía falta nada más.
—Emm...¿Quién eres? —pronunció con timidez el de brillantes ojos azules y cabellos rubios, a ojos de TN parecía un verdadero ángel.
—Tranquilo Armin, eso se los diré una vez acabemos con esto, pero mi nombre es TN, un gusto —sonrió, intentando ser lo más breve posible, solo confundiéndolo más, porque dijo su nombre sin él haberlo mencionado, pero aún así y por su forma de ser le devolvió el gesto, sonriendo unos instantes, mientras que a diferencia de él, Jean la observaba con desconfianza.
—Eren, necesito que salgas del Titán —ordenó, apartándose de su hombro para no incomodarlo, dirigiéndose a una rama cercana a dónde estaba Armin.
Eren asintió, pero solo puso tambalearse y negó con la cabeza, dando a entender que no podía hacerlo, TN de pronto con un tic nervioso en su ojo derecho, ya estaba lo suficiente estresada como para que ahora tuviera que enseñarle a un chico como destransformarse sin ella nunca haberlo hecho.
—¿Eh?, ¿no sabes salir? —él negó otra vez, y solo se escuchó una risita por parte de Jean, todos lo observamos, él rápidamente se volvió a poner serio, recobrando su postura firme, y fue cuando se animó a hablar.
—¿Ahora qué hacemos?
—Emm, a ver Eren...tienes que mmm...echarte para atrás o algo así... —explicación muy tonta, igual que la que la decía intentando imitar cuando el chico salía de la nuca del Titán.
—¿Y cómo sabes todo eso?
—Armin, no es el momento para hacer preguntas —susurró la de cabellos negros, y el ojiazul asintió, aceptando que era cierto.
Después Eren hizo lo que decía TN, ¡pero con el Titán!, ¡y casi se cae!
Ya estaban desesperados y Eren no hacía más que tambalearse de un lado a otro, ya irritado por su propia estupidez.
—Bien tendré que cortarlo —dijo TN, sacando con cuidado su cuchilla, dudando en lo que decía, jamás las había usado y sus manos temblaban nerviosas, aunque lograba ocultarlo.
—¡Espera! —Mikasa jaló su brazo, haciéndola volver su mirada hacia ella— ¿Es... la única forma? —preocupación inundó su tono al preguntar, y la contraria asintió, ella teniendo que aceptarlo, debían apurarse.
La soltó y en unos segundos pasó por detrás de la nuca del Titán con rapidez, cuidando cortarlo dónde se debía y no dañar al chico dentro. Logró dejarlo al descubierto, él estando desorientado y Mikasa se le acercó en un abrir y cerrar de ojos.
—¡Eren! —el mencionado solo la ignoró, y ya era costumbre, porque por mucho más que intentara ayudarle, apoyarlo, estar a su lado, siempre era así, como si no existiera, porque al parecer estaba tan acostumbrado al amor que le daba, que ya ni siquiera lo percibía.
La castaña de ojos café veía con desagrado las cuchillas ensangrentadas y soltando vapor, las dejó caer, asqueada, y Eren soltó una risita por esto, mientras intentaba soltarse de aquellos trozos de carne que lo mantenían atado al Titán.
—¿Quién eres? —preguntó una vez estuvo libre, y ella le miró con fascinación, por primera vez adorando ver su rostro, entonces al reaccionar respondió.
—Emmm...eto... —se tambaleaba en sus palabras, aún no creía tenerle en frente— ...s-soy TN e-es un gusto —su corazón daba tumbos fuertes en su pecho, su mente no lo asimilaba aún, además, tampoco lo de Levi.
—Bueno, creo que ya sabes mi nombre, es un gusto conocerte, TN —sonrió con firmeza, de repente recordando el escuadrón de Levi y las crueles muertes que sufrieron, su expresión tornándose sombría, y TN lo entendió de inmediato.
—Apresúrense, debemos ver a Erwin.
No mucho después se encontraban de camino a la Muralla, habiendo explicado un poco las cosas y siendo para nada creída, era una locura y ella lo entendía, también se tomaría por loca.
Los caballos marchaban al unísono en grupo, veía claramente a Eren recostado en una carreta, a su lado Mikasa, viendo con pena la tristeza en el rostro del ojiverde, quien solo sentía un nudo en su garganta, queriendo golpear lo primero que se le atravesase en frente, por la impotencia, por no haber elegido lo correcto, por no haber salvado a sus compañeros y dejado morir frente a sus ojos.
Levi cabalgaba a su derecha y a su izquierda nada más y nada menos que "¡La loca de los Titanes!", Hange Zoe.
—Todo eso que nos explicaste está de locos pero llegué a una conclusión —decía la castaña con una sonrisa, haciendo movimientos no recomendados sobre un caballo.
—¿Conclusión? —TN esperaba algo cuerdo, por un lado sabiendo lo prodigiosa que era su mente, pero por otro sabiendo su nivel de estupidez.
—Sip... ¡eres la novia del enano! —gritó con diversión, seguramente para molestar al que llamó por su estatura, y TN se ruborizó un poco por esto, pero estaba tan perdida en sus pensamientos, observando al chico a su lado, no lo creía aún, y costaría que se acostumbrase a verlo.
—Cállate cuatro ojos —ordenó irritado el de ojos azul eléctrico, fulminando con la mirada a Zoe, quien solo reía como desquiciada por su comentario.
El espíritu de Otaku mega-super-iper-obsesiva de TN la venció, y con sigilo sacó su teléfono, sacándole una fotografía rápida al azabache, pero como de costumbre ella misma se delató, el "chack" al tomar la foto atrayendo la atención de Levi, ella maldiciendo no haberle bajado el volumen antes.
—¿Qué acabas de hacer, mocosa? —frunció el seño, algo le decía que tendría que soportar a otra más.
—N-nada Capitán... —dijo, intentando contener la risa en sus mejillas infladas, pero la suerte no estaba de su lado, atrayendo más la curiosidad del contrario.
—¿Que era ese ruido que hizo tu cajita negra? —y logró hacerla explotar, riendo a carcajadas en su cara, él sintiéndose confundido.
—No es una cajita, se llama teléfono y pues...acabé de tomarte una fotografía —informó, entonces el capitán interesándose más en el tema.
—¿Fotografía?
—Sip, mire —le mostró la foto y repentinamente él le quitó el celular bruscamente y con un leve rubor en sus mejillas el cual la hizo quedarse embobada, "rostro tallado por los mismos dioses", pensó.
—S-sácame de ahí a-ahora mismo, ¡Es una órden! —habló con rapidez, tropezando en sus palabras, impresionado ante aquel aparato, que parecía ser una ilusión y no real, ella solo rió a carcajadas, después de un rato deteniéndose a admirar el rostro del mayor, quien intentaba con esmero encender el objeto entre sus manos, ella teniendo que mostrarle cómo a l no lograrlo.
Tiempo después y llegando a la Muralla fue encerrada en un calabozo, sintió nervios y miedo al verse tras aquellas rejas, en una ocura celda, fría y solitaria, en su cabeza intentando estructurar una buena explicación para el Comandante Erwin Smith en la mañana, aunque sabiendo que se iría por lo fácil, le costaba mostrar algo obvio, así era ella.
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