Llegaron a la casa de sus suegros, sus manos temblaban al igual que las bolsas que llevaba cargadas.

Sus padres se darían cuenta de la marca en el hombro de Jisung.

— Relájate Honnie, puedo sentir tus emociones a través de nuestro lazo— Jisung se sonrojó mientras abrazaba uno de sus brazos.

Solo asintió

Tocaron el timbre y los recibió el padre Omega de Jisung.

— Holi mami— Jisung abrazó a su padre.

Jeongin olió a Jisung y se percató del leve olor a leche en su hijo, sonrió en grande al ver la marca en el cuello de este.

— Hola cariño, hola Minho, pasen.

— Gracias señor— extendió las bolsas— Compramos un poco de comida.

— Gracias yerno, no te hubieras molestado — El señor Han le dió una mirada a ambos — Jisung ya ví tu marca.

— Mamá... Yo.

— Está bien amor, mientras Minho te cuide está bien, ahora espera a que llegue tu papá Hyunjin y lo vea.

Minho tragó duro.

Minho y Jisung estaban sentados en el sillón de la sala de la casa de los Han, el mayor tenía su brazo alrededor de los hombros del menor mientras éste solo ronroneaba a gusto.

— Señor Han con mucho respeto, Jisung me comentó que usted y su esposo se emparejaron a una edad temprana — Minho tomó la mano de Jisung y la entrelazó con la suya.

— Dime Jeongin o suegro — el pelinegro sonrío — Mi esposo y yo nos emparejamos a los 17 años.

Minho abrió sus ojos.

— Somos predestinados, tuvimos a Jisung, él fué el producto de nuestro amor— Jeongin miró a Jisung quién sonreía en grande.

—¿Cuántos años tiene... Suegro?

—38 años y mi esposo 37 — Jeongin rió — Lo sé, todo un asaltacunas.

Minho y Jisung rieron ante el comentario del mayor.

Se escuchó que alguien abrió la puerta de la entrada.

— Sung, es tu padre — Jeongin se levantó — Ve a recibirlo antes de que te dé tu regañada.

Jisung asintió mientras salía corriendo hacia los brazos de su papá-alfa.

— Hola cariño — Hyunjin acarició la cabellera negra de Jisung.

El menor levantó su rostro mostrando sus ojitos cristalizados.

— Papi... Y-yo lo s-siento — Jisung sollozó bajito y se afianzó más a Hyunjin.

—¿Por qué lo sientes?... ¿Y por qué hueles a leche? — Hyunjin frunció el ceño.

— Y-yo lo s-siento papi, y-yo q-quiero mucho a mi a-alfa.

— ¿¡A tu qué!?

Minho se levantó y se dirigió hacia Jisung para envolverlo entre sus brazos.

— Jisung y yo recién formamos nuestro lazo, está un poco sensible, si quiere gritarle a alguien, ese alguien soy yo, porque no me arrepiento de nada.

Hyunjin en lugar de llenarse de ira y enojo, su corazón y su mente se relajaron, su bebé estaba en buenas manos.

— Cuidalo mucho Minho, cuida mucho a mi bebé — Hyunjin palmeo el hombro del nombrado y se dirigió hacia su esposo.

— Hola amor — Jeongin recibió con un beso en los labios de Hyunjin — No seas bruto con Sung, está sensible, más ahora — Jeongin sonrío.

—¿Ahora? — Hyunjin ladeó su cabeza confundido.

— Hasta acá huele a leche, está en cinta — Jeongin abrazó a Hyunjin para tranquilizarlo con su aroma a duraznos.

— Espero y Minho los cuide muy bien — Hyunjin tenía posada su vista en su yerno quien se encargaba de reanimar a Jisung.

— Lo hará amor.

Minho cargaba a Jisung quien se había quedado dormido -por el aroma de su alfa- en su hombro.

— Bueno señores, nos retiramos, Sunggie se quedó dormido — Minho acariciaba la espalda de Jisung.

Hyunjin solo asintió mientras sonreía.

— Adelante muchacho, cuida muy bien a mi hijo, mi familia es lo más preciado que tengo.

— Así será señor.

— Descansen Minho —Jeongin se despidió moviendo su mano.

Minho recostó a Jisung en la parte trasera mientras él se encargaba de conducir hacia su hogar.

Llegando a casa, Minho tomó a Jisung entre sus brazos y lo bajó del auto para luego llevarlo a la habitación que ambos compartirían.

Arropó a Jisung y dejó un beso en su frente, supo del olor a leche cuando se acercó a él, Su Omega estaba en cinta, esperaba un cachorrito suyo.

Minho casi llora al pensar que Jisung podría estar en cinta.

Jisung se removió tomando la manga de Minho.

— Honnie~ — Jisung hizo un puchero.

— Dime amor — Minho peinaba los cabellos de la frente de Jisung.

— Recuestate conmigo.

Minho no lo pensó ni un segundo y abrazó a Jisung por la cintura, oliendo su aroma a Cerezas que ahora estaba combinado con leche y los dulces habían desaparecido.

— Mi dulce Omega.

Jisung solo ronroneo mientras se dejaba hacer por Minho.

— Mi alfita.

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