IV
Minho fué el primero en despertarse y darse cuenta que tenía entre sus brazos a su ahora Omega durmiendo plácidamente mientras lo abrazaba.
Se removió entre sus brazos provocando una mueca en su rostro.
— Hannie~.
Lo llamó mientras acariciaba su mejilla.
Abrió sus ojitos para sonreírle y esconderse en su pecho.
— Hola Minho.
Jisung volteó a verlo sonriendole y se estiró para dejar un beso en la comisura de sus labios.
— ¿Te duele algo? Antes de despertar estabas haciendo muecas.
Jisung asintió mientras se sonrojaba.
— M-me d-duele mi trasero y mi e-espalda baja.
Jisung lo abrazó más y se escondió, estaba apenado.
— Lo siento pequeño, ¿Quieres un masaje?
—No, mejor quiero abrazos.
— Esta bien.
Lo abrazó sin fuerza para no lastimarlo mientras dejaba besos en su frente y en su marca que aún estaba fresca.
—¿Te duele?
Dejó un beso en su hombro y en sus labios.
— No, no duele... ¿Te puedo contar algo?
Asintió mientras acariciaba una de sus piernas que estaba encima de sus caderas.
— Antes de conocerte, me sentía solo, tonto e inútil, pero no se qué pasó... Llegaste tú y me siento completo y feliz.
Sus ojitos se llenaron de lágrimas mientras hacía un puchero.
El corazón del mayor se partió.
— N-no te v-vayas por favor, p-prometo ser un b-buen Omega p-para ti.
Negó con su cabeza mientras dejaba besos por todo su rostro.
— Nunca más te volverás a sentir así, no lo permitiré.
El menor limpió sus lágrimas con sus manitas mientras sonreía y besaba su barbilla.
— Tal vez sea algo rápido, pero podrías irte a vivir conmigo, como ves mi casa es grande y no quiero estar separado a ti, menos ahora que nuestra marca está hecha.
Jisung rió y le dió un golpe sin fuerza en su pecho.
— Dices que tal vez parezca rápido y ya hasta tenemos un lazo hecho, pero está bien, puedo irme a vivir contigo.
Solamente el alfa reía mientras asentía.
— Me encanta tu aroma a robles y tierra mojada y me alegra ser el afortunado que lo olerá por toda su vida.
Jisung posaba su nariz en la glándula del alfa empezando a aspirar mientras lamía.
— El tuyo es adictivo, cerezas y dulces, yo odio los dulces pero en cambio te amo a ti.
Se sonrojó mientras se apegaba más al contrario y se miraban fijamente.
— Podemos empezar a empacar la próxima semana, por ahora quiero estar así y empacar mis cosas.
— No quiero saber que me dirá tu papá cuando vea la marca en tu hombro.
— No creo que diga nada, papi marcó a mami cuando eran muy jóvenes.
— ¿En serio?
Jisung asintió.
— Por eso papi Hyun y Mami Jeonnie son tan jóvenes, y yo igual.
— Sólo espero y no me mate.
— No lo hará Honnie.
Jisung se encontraba empacando sus cosas mientras Minho se encargaba de acomodar los últimos muebles en su camioneta que su Omega quería llevar a su nueva casa, y los otros serían donados a caridad.
Subió cuando ya tenía todo acomodado.
—¿Estas listo cariño?
Jisung asintió mientras llevaba una maleta en su mano.
— Dame eso.
Jisung se la entregó mientras salían para cerrar la puerta con candado.
— Honnie.
Volteó a verlo mientras le abrochaba el cinturón de seguridad.
— Dime amor.
—¿Podemos visitar a mamá? Solo está él, papá está trabajando.
— Si amor, está bien, pero primero iremos a dejar los muebles para tal vez ir a comprar algo y no llegar con las manos vacías a casa de tus padres.
— Ahora tus suegros.
Jisung rió mientras colocaba el Bluetooth de su celular a la camioneta
— Lo sé amor, que nervios.
—¿Qué quieres escuchar Honnie?
— Lo que pongas está bien mi vida.
Jisung asintió.
Estos últimos días estuvieron actuando como si se conocieran de hace años, a Jisung no parece molestarle y a Minho menos.
—¿Qué quieres que llevemos a casa de tus papás?
Jisung pensaba mientras mordía su labio.
— A mami le gusta mucho los pastelillos y papá le gustan las hamburguesas.
Asintió mientras se dirigía al local de comida rápida.
—¿Y mi bebé que quiere?
Jisung se sonrojó mientras tomaba su mano libre y la entrelazó con la suya.
— Yo quiero un cóctel de frutas, una malteada, un sándwich y sushi, muero de ganas por ponerle al sushi sandía.
Minho se atragantó con su saliva mientras escuchaba lo último.
—¿¡Sushi con sandía!?
Jisung asintió
— Que rico.
— Esta bien amor, ahorita pasamos por tus cosas.
—¿Sabes que te amo Honnie?
Paró la camioneta, pues el semáforo estaba en rojo.
— Lo sé pero yo te amo más.
Se acercó a él y dejó un corto beso en sus labios.
También pudo percatar que olía a leche pero tal vez era porque en la mañana desayunaron galletas con leche.
No le dió importancia y continuó en camino por la comida.
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