III
Las citas de cortejo comenzaron.
Después de haber terminado su celo — en el cual sólo hubo mimos y besos — lo llevó a su departamento ya que sus padres habían creído que se había quedado con un amigo-omega.
Hoy se verían a las 4 de la tarde y pasaría por él.
Se encontraba camino a su departamento.
Llegó y le abrió la puerta con una sonrisa incómoda y nerviosa, estaban sus padres.
— Buenas tardes señores Han— Hizo una reverencia a sus mayores mientras Jisung se escondía detrás de él.
— Buenos días, ¿Cuál es tu nombre cariño? — El señor-omega Han habló, una dulzura de suegro — Me llamo Jeongin.
— Mi nombre es Lee Minho — Le sonrío mientras estrechaba su mano y Jisung se aferraba a su brazo, volteó a mirarlo y vió que empezaba a llorar, lo atrajo hacia su pecho mientras él apretaba con fuerza la chaqueta que llevaba y olía su aroma tratando de tranquilizarse.
— Buenas tardes muchacho — Ese fué el padre-alfa de su Jisunggie — Me llamo Hyunjin.
— Buenas tardes señor.
— Siéntate.
Jisung parecía no querer soltarse y él tampoco, así que tomó asiento con él encima, mientras se empezaba a quedar dormido.
Los padres de Jisung lo miraban con una sonrisa, el padre-alfa de Jisung lo miraba preocupado.
— Me siento muy nervioso señores pero en verdad deseo tanto empezar un cortejo con su hijo, hace días nos conocimos y nuestros lobos se conectaron de inmediato, no lo quiero dejar ir, lo cuidaré bien y a él no le faltará nada, eso téngalo por seguro.
El señor Han se levantó y estrechó su mano.
— Esta bien chico, confiamos nuestro tesoro en ti.
— Después vendremos a visitarlos, cuídense.
Los señores Han salieron dejándolos solos.
Jisung despertó pero aún se aferraba a él.
— Todo listo pequeño, tus padres me dieron el consentimiento para poder cortejarte.
Jisung se acercó a él y sus labios se posaron sobre los del alfa, empezó a jalonear su labio inferior mientras el Omega chupaba como si de una paleta se tratara la lengua del alfa.
Empezó a sobar su cintura con sus dedos, mientras él empezaba a hacer movimientos haciendo que sus pelvis se rozaran creando una fricción deliciosa para el mayor.
Lo separó, no quería tomarlo si él no lo quería.
— Honnie, yo quiero que usted me marque— Jisung besaba su cuello.
—¿Estás seguro?
No podía controlarse, quería tomarlo, marcarlo y hacerle muchos cachorritos.
— Yo lo deseo, el fondo a la derecha.
Se levantó haciendo que enrollara sus piernas en su cintura mientras se dirigía a su habitación.
Abrió la puerta y lo recostó con delicadeza en su cama.
— Estoy seguro, quiero estar contigo para siempre.
Se colocó entre sus piernas mientras lo besaba, comenzaron a desvestirse hasta que quedaron completamente desnudos.
Y oh por dios.
Su cuerpo era la octava maravilla del mundo, piernas esbeltas y largas, cintura pequeña, su abdomen un poco marcado y su piel blanquecina y lechosa.
Empezó a besar su cuello y lamer la zona donde se suponía que iría la marca.
Enrollo sus piernas en su cadera haciendo que su hombría topara con la de Minho.
El lubricante natural empezaba a salir por su pequeña, rosada y estrecha entrada, se miraba tan deliciosa a la vista de Minho.
Se agachó y delineó su anilla con su lengua, escuchó sus suspiros erráticos.
— Oh por dios Minho.
Sus manitas apretaban las sábanas de la cama.
Seguía haciendo su trabajo hasta que introdujo su lengua en ella, empezando a saborear el lubricante que de ahí salía.
— Mgh~, Minho~~
Salió de ahí y llevó unos de sus dedos a aquel lugar que a partir de ahora sería su favorito.
Mientras metía y movía su dedo, se acercó al Omega comenzando a besar su cuello para dejar libre su boca y escuchar sus deliciosos gemidos que sólo él sería el afortunado en escucharlos.
— Mggh, m-más Honnie.
Introdujo un segundo dígito en su entrada que ya se encontraba un poco dilatada.
Su miembro empezaba a doler, pero no haría nada sin que su chico lo pidiese.
— Entra ya Minho.
Su espalda se arqueaba mientras acariciaba sus cabellos.
Cuando supo que la dilatación fué suficiente, alineó su miembro con su entrada, comenzando a entrar despacio.
—¿V-vas bien? — Dijo mientras besaba sus mejillas para distraer el dolor.
— Me hace querer más.
Se acercó a su cuello aspirando su delicioso aroma a Cerezas y Dulces.
— Hueles delicioso.
— Lo sé pero me gustaría más oler a ti.
Una sonrisa se pintó en los labios del omega, indicándole que ya podía moverse.
Empezó a acelerar sus embestidas procurando no ser muy brusco, quería que fuera algo dulce, algo lindo al tener ambos su primera vez.
— M-Minho~ m-muévete más rápido.
Comenzó un tremendo vaivén, aumentando sus embestidas.
En la habitación solamente se escuchaba la cama golpeando levemente la pared, sus pieles chocando entre sí y los gemidos del omega debajo del alfa.
Jisung comenzó a moverse hacia abajo cada que el alfa subía, haciendo que el miembro llegara más al fondo.
Jisung cerró sus ojos mientras sonreía y su espalda se arqueaba.
Había encontrado su punto dulce.
—¡Ahí! ¡Más!— Jisung mordía su labio inferior— ¡Dios mío Minho!
El alfa estaba apunto de correrse cuando sintió sus dientes salir y ensancharse pidiendo morder el cuello del Omega.
Jisung ladeó su cuello dejándolo a la vista.
— H-hazlo.
El alfa mordió la carne fresca haciendo gemir de placer y dolor a su pareja, el nudo se hinchó y el lazo se creó.
Se corrió llenándolo con su semilla mientras que el Omega lo hizo manchando sus abdomenes.
Se quedaron unos minutos mientras el nudo bajaba, besaba tiernamente a Jisung mientras éste sólo sonreía y se sonrojaba.
Salió de él y se recostó sobre él sin aplastarlo mientras se sonreían mutuamente, el Omega dejaba besos en su mandíbula.
— Estamos hechos — Jisung se abrazó por el cuello del alfa haciéndolo caer a su lado.
— Estamos juntos amor— Besó su frente mientras empezaban a quedarse dormidos, con su lazo creado y la habitación llena de la combinación de sus olores.
"Eso fué lo mejor que pude haber hecho"
Habló con Jisung por medio de su lazo.
"Te amo"
"Te amo"
Estaban hechos el uno para el otro.
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