xv. thankful
Por unos largos minutos que más bien parecieron horas eternas nadie dijo absolutamente nada. Ambos mantenían apuntándose mutuamente y la mirada de Orion iba de uno a otro como si se tratara de una pelota de ping-pong en medio de un partido.
―¿Hayley?―musitó confundido.―¿P-por qué estás aquí? ¿Y qué es lo que haces?
―Podría preguntarte lo mismo.―respondió Hayley con voz firme.―¿Dónde están Harry y Hermione? ¿Qué es eso qué tienes en tu mano? ¿Y qué es esa extraña luz? Mierda, Bilius, ¿qué le pasó a tu brazo?
―Demasiadas preguntas.―negó Ron y en el silencio se escuchó un pequeño click, el pelirrojo había cerrado algo parecido a un grueso bolígrafo muggle llevando consigo la pequeña esfera de luz que flotaba sobre él y seguido de eso lo guardó en su bolsillo antes de tomar aire.―Hagamos esto bien. ¿De verdad eres Hayley?
―¿De verdad eres Ronald?―repuso la azabache.
Ron rodó los ojos y por un momento, Hayley pudo jurar que el pelirrojo hizo un ademan de bajar la varita, pero al contrario de todo se mantuvo firme.
―Olvídalo, realmente eres Hayley.―dijo más bien para si mismo.
―Bien, suponiendo que eres Ronald.―bufó Hayley.―¿Dónde están Harry y Hermione?
―Es una larga historia.―el chico apretó sus labios.―Una bastante larga y complicada, pero no están conmigo.
―Estás mintiendo.―se quejó Hayley.―Ustedes malditos y asquerosos pedazos de mierda nunca están separados. Dime, ¿dónde están?
―No lo sé, pero seguramente aquí no.―rodó los ojos, internamente cuestionándose a si mismo.
Él juraba que aquella esfera lo llevaría hacia Hermione, no a Hayley.
―¿Qué era esa cosa extraña con la luz?―cuestionó Hayley una vez más.
―¿Podrías dejar de interrogarme?―resopló.
―Lo haría si contestaras.―replicó Hayley alzando ambas cejas.
―Es una larga historia.―repitió Ron.―Ya no somos niños, lo sabes, ¿cierto?―murmuró y con resignación bajó su varita ante la expectante mirada de la pelinegra.―¿Y bien?
Hayley suspiró mirando a Ron y luego a Orion, quien por sorpresa no había ladrado o si quiera emitido sonido alguno, solo paseaba su mirada de uno a otros.
―¿Cómo llegaste aquí, Ron?―preguntó finalmente mientras guardaba su varita al igual que lo hacía el chico frente a ella.
―No tienes ni idea de lo que está pasando, ¿cierto?―dijo Ron con una risita tonta.―Demonios, ¿qué has estado haciendo todo este tiempo?
―¿Disculpa?―respondió alzando una ceja hacia él.―¿Qué se supone que debería de saber?
Ron negó. Por supuesto que ella no lo sabía.
―Es tonto, olvídalo.―recitó las palabras que alguna vez le había dicho Harry.
―Entonces, ¿vas a decirme cómo llegaste aquí?―repitió una vez más, harta de la situación.
―Es una larga historia. Una muy larga, enserio créeme. Llevo días deambulando por este bosque y...
―¿Días?―interrumpió Hayley con confusión. Prestó atención a su cara y se percató de aquellas bolsas negras debajo de sus ojos.―Merlín, ¿si quiera has dormido?
―Por supuesto que no. ¿Alguna vez has dormido en el bosque sin alguna tienda? Es lo más incómodo del mundo.―refunfuñó.
Hayley tomó aire pensando más de una vez lo que estaba por hacer, seguramente una de sus peores decisiones pero qué más valía, sentía la necesidad de saber qué era lo que había pasado y lo iba a descubrir sí o sí.
―Tú tienes una historia muy larga y yo no tengo mucho tiempo.―comenzó a hablar. No podría estar más tiempo fuera o Blaise comenzaría a preocuparse, aunque lo más probable es que ya se encontrara dormido.
Entonces algo encajó en la cabeza de Ron, y de un momento a otro su varita se encontraba de nuevo entre sus dedos apuntando hacia distintas direcciones.
―¿Y Malfoy? ¿Dónde está Malfoy? ¿Qué hay de ese Nott? Es tu hermano ahora, ¿no?―inquirió con la respiración agitada.
Hayley bufó.
―Ellos no están aquí, Ron.―rodó los ojos.―Si así fuera no haría lo que estoy por hacer.
―¿Qué harás?―preguntó con su voz temblando en el acto.
―Voy a llevarte conmigo. A casa.―le hizo saber.―Así que sígueme, Weasley.
―¿Casa?―espetó Ron más confundido que antes.―¿Desde cuándo vives en medio del bosque?
―Basta de preguntas.―le reprochó Hayley dando media vuelta.―Vamos, Orion.
―¿Orion?―se extrañó Ron, y fue entonces que notó al perro negro liderando el camino.―Wow, es idéntico a...
―Lo sé.―lo cortó Hayley abruptamente sin volverse a él.―Créeme que lo sé.
Ron asintió cortamente y ninguno pronunció palabra alguna hasta que estuvieron frente a la cabaña. La única diferencia ahí, es que Ron sólo podía ver una choza en ruinas.
―Uhm, Hayley...―se aclaró la garganta Ronald con incomodidad.―No soy quién para juzgar, pero eso no parece mucho una casa.
Hayley soltó una risa y apoyándose en las puntas de sus pies se acercó a su oído y susurró:
―La cabaña de los Potter se encuentra en las orillas del Bosque de Dean, Gloucestershire, Inglaterra, Gran Bretaña.
―¿La cabaña de los Po...?
Fue entonces cuando frente a él se hizo aparecer la verdadera y autentica cabaña de los Potter; era grande y lujosa, demasiado como para encontrarse en medio de un bosque muggle.
―¿Q-que...?―balbuceó el pelirrojo, trabándose con sus propias palabras.
―Escúchame bien.―habló Hayley repentinamente su voz se había tornado más seria y clara. Ron volvió su vista se a ella y con la mirada la incitó a continuar.―Blaise se encuentra aquí y...
―¿Zabini?―interrumpió Ron.―¿Vives con Zabini?
―Sí, Ronald. Lo hago.―rodó los ojos.―Ahora bien, absolutamente nadie puede saber que te traje aquí, nadie. Así que guardarás silencio y por amor a Merlín, no provoques ningún ruido.
Ron asintió y subió los peldaños de piedra detrás de Hayley, quien dando un pequeño golpe a la puerta la abrió para los tres. El primero en darse paso fue Orion, seguido de Ron y por último Hayley, cerrándola detrás de ella.
La mirada de Ron analizó cada espacio del vestíbulo, sorprendiéndose de lo hogareño que se sentía aquel lugar. Realmente no podía evitar sentirse sorprendido. Echó un vistazo la pequeña cocina, procurando que sus pasos fueran silenciosos, caminó hasta la sala de estar y cuando estuvo a punto de exclamar algo, Hayley le envió una mirada amenazante.
―¡Tienes a Hedwig!―le dijo en un emocionado susurro, pero para ese entonces la lechuza ya se encontraba en su hombro y restregando su pico contra su mejilla como una extraña muestra de afecto.
Hayley bufó. Esa jodida lechuza siempre tenía favoritismo.
―Sígueme.―murmuró negando con la cabeza.
Haciendo su mejor intento, coordinaron sus pasos para no hacer más ruido del que deberían. Al llegar al pasillo del segundo piso, Hayley tomó el pomo de la puerta de la habitación dónde habían estado durmiendo Killian y Elena los días anteriores.
―¡Blaise, estamos en casa!―gritó sobresaltando a Ron.
―¡Está bien!―se escuchó la adormilada voz del moreno desde su habitación.
Hayley suspiró con alivio y abrió la puerta para Ron, Orion y por supuesto para ella. Al cerrarla, no dudó en conjurar un encantamiento silenciador. Si Blaise descubría que Ronald Weasley dormiría ahí, sería su fin.
―Bien.―murmuró Hayley al terminar. Indicó a Ron que tomara asiento en la cama y ella lo imitó.―Habla.
―Bueno, uhm.―comenzó Ron con incomodidad.―Harry, Hermione y yo estábamos en busca de algo...
―¿De qué?―inquirió Hayley.
―Algo importante.―recalcó Ron.―Las cosas... las cosas no estaban saliendo tan bien como pensábamos, todo se convirtió en un desastre.―tragó saliva con pesadez.―Una noche... supongo que llegué a mi límite, tal vez. Extrañaba a mi familia, ¿sabes? Todo era tan difícil y molesto, entonces discutimos y me largué...
Cortando el momento, Hayley soltó una risa sin gracia.
―Es difícil de creer.―admitió la azabache mientras le hacía caricias a Orion para distraerse.
―¿A qué te refieres?
―Ustedes separados.―prosiguió Hayley.―Siempre hacían todo juntos. Tan juntos que me dejaban de lado a mí.
Por un largo rato, ni uno de ellos soltó una sola palabra. Hayley miraba su regazo y Ron solo la miraba a ella, viendo como su negro cabello caía a los costados de su rostro. No tenía ni la menor idea de cómo disculparse con ella por sus años en Hogwarts.
―Quise volver desde el momento en que me fui.―continuó su relato.―Pero me perdí. Múltiples veces.―bufó.―Me encontré con algunos carroñeros en el c...
―¿Carroqué?―interrumpió Hayley una vez más.
―Enserio, Jillian, ¿vives debajo de una roca o algo así?―bromeó.―Son caza recompensas de Vol...
―El Señor Tenebroso.―se apresuró a corregir Hayley, ganándose la confundida mirada de Ron.―Lo siento, en casa no solemos pronunciar el nombre. No por mí, sino por... bueno, tú sabes. Ni siquiera tendría que estar explicando.―bufó.―Continua.
―Caza recompensas.―repitió Ron con un asentimiento, entendiendo el punto de Hayley.―Por si no lo sabías, van de tras de nosotros.
―Desearía no saberlo.―suspiró Hayley.―¿Cuánto tiempo llevaban así?
―¿Así cómo?
―Buscando ese algo tan importante.―alzó una ceja y entonces Ron recordó de lo que estaban hablando.
―Meses.―hizo una mueca.―El mismo día de la boda de Bill. Es más, recuerdo haberte visto ahí...
―Oh, sí.―comentó Hayley con desdén, llevando una mano a su cuello.―Yo también recuerdo verte ahí.
Ambos soltaron una risa suave antes de que Ron continuara.
―Entonces recordé esto.―de su bolsillo sacó aquel extraño artefacto que parecía un bolígrafo muggle y se lo extendió para que lo tomara.―Dumbledore lo dejó para mí en su herencia. Desiluminador es como lo llamaba, lo creó él mismo.
Hayley asintió mientras examinaba el objeto entre sus manos. Más allá de un bolígrafo, parecía más un encendedor. Tenía un extraño diseño en color verde esmeralda muy parecido al mármol y en cada extremo había algo parecido a un tapón de algún metal, podían notarse los años que tenía de lo oxidado que estaba.
―Entonces cuando haces esto...―murmuró Ron acercándose un poco más. Colocó su mano sobre la de ella y con su ayuda destapó uno de los extremos del artefacto, la luz de la habitación desapareciendo en el momento.
Hayley soltó un respingo y Ron rió ante el acto mientras repetía lo que hizo unos segundos atrás, trayendo la luz de vuelta.
―¿Apaga y enciende la luz?―inquirió Hayley, sin poder evitar el tono burlón de su voz. Ron separó sus manos de las de Hayley y aprovechó para dedicarle un extraña mirada.
―De cualquier lugar.―aseguró Ron.―Pero no solo hace eso. El día de Navidad... escuché una voz en mi bolsillo.
Hayley alzó una ceja.
―No me mires así.―se quejó Ron antes de continuar.―Era la voz de Hermione, estaba diciendo mi nombre.―Hayley asintió lentamente.―Luego escuché una risa, pero no tenía idea de quién pertenecía. Sabía que era de una chica, pero no sonaba como Hermione, de todas formas deduje que era de ella. Ya sabes, justo ahora ella y Harry deben de estar mejor sin mí y yo como idiota tratando de encontrarlos.
―Debes estar bromeando.―soltó una risa Hayley.―Si Harry no está justo ahora muriendo sin ti, Hermione debe estar lloriqueando por tu ausencia a escondidas de él, hace eso más seguido de lo que piensan.
―¿Enserio crees eso?―preguntó Ron con timidez.
―Lo viví.―admitió Hayley jugando con sus manos mientras echaba una mirada al adormilado Orion.―Fue hace un motón de tiempo, pero alguna vez fui la mejor amiga de Hermione Granger y vi cosas en las que ustedes jamás quisieron prestar atención.―susurró negando.―Escucha, Ronald. De alguna extraña y complicada manera ustedes se complementan, se volverían locos uno con el otro si decidieran separarse para siempre.
―Sí, supongo que sí.―balbuceó Ron.
―Entonces, ¿escuchaste una voz y...?―lo incitó a continuar.
―Oh, sí.―asintió y volvió a lo suyo.―Escuché una voz desde mi bolsillo y al abrir el desiluminador salió una extraña luz.―relató mientras lo miraba aún entre las manos de Hayley.―Sabía que era una señal, así que tomé todas mis cosas y lo seguí, entonces sucedió algo extraño... La bola de luz paró en algún momento de mi camino, escuché la risa y la voz de Hermione una vez más y entonces... bueno, entró dentro de mí.
―¿Qué?
Ron bufó.
―Entró en mí.―repitió Ron.―A mi pecho, a mi... corazón.
―Eso es patético, Weasley.―se burló Hayley.
―Hey, solo cuento lo que pasó.―reclamó, pero al final de cuentas también soltó una risa y la codeó brevemente.
―Bien, entonces una patética bola de luz entró a tu corazón, ¿y? ¿eso te hizo llegar aquí?
―Sí, algo así.―torció los labios.―Fue como si me indicara mi camino. Pensé que llegaría con Hermione, ¿sabes?
―Supongo que interferí en tu reencuentro.―rió Hayley antes de dedicarle una pequeña sonrisa.―Seguro los encontrarás.
―Eso espero.―sonrió brevemente de vuelta.―¿Y qué ha sido de ti? ¿qué tal las cosas con Malfoy?
―Oh, bueno.―una sonrisa de lado se le escapó y mostró su anillo ante el pelirrojo.―Estamos comprometidos.
―Oh, por Merlín.―exclamó Ron con los ojos abiertos en par y de inmediato colocó su mano sobre el vientre de Hayley.―¿¡Estás embarazada!? Por las barbas de Merlín, Jillian, estás consiente de que estamos en medio de la guerra, ¿cierto? Merlín, tenía que ser Malf...
―¡Ron, para!―exclamó Hayley rompiendo a carcajadas. Cuando se recompuso, miró a la pálida y asustada mirada de Ron.―No estoy embarazada, pedazo de idiota. Solo estamos comprometidos.
―¿Estás segura?―alzó una ceja Ron.
Hayley frunció el ceño.
―Eso creo.
―¡Jillian!―le recriminó Ron y Hayley soltó otra risita.
―Ya, bien.―tomó aire.―Pero dime, si estuviera embarazada, ¿cuál sería el problema?
―Que el padre es Malfoy.―contestó Ron de inmediato. Hayley rodó los ojos.
―Jamás conocerán a Draco de la manera en la que lo hago yo.―suspiró Hayley.―Solo lo juzgaban por ser Slytherin y ser hijo de Lucius.
―Bueno, él tampoco ponía mucho de su parte.―replicó Ron y la azabache asintió.
―Sí, suele ser un estúpido.―hizo una mueca.―Pero bien, tú mismo lo dijiste: esto ya no es Hogwarts.
―Ni nada parecido.―concordó Ron en un suspiro.
―Bien.―murmuró Hayley poniéndose de pie.―Puedes tomar un baño o lo que sea, ahí está.―indicó la puerta.―Toma algo de ropa de papá, estoy segura que no se dará cuenta y de seguro te queda.―restó importancia.―Voy a traerte algo de la cena, ¿bien? Mantén el hechizo silenciador porque realmente, si Blaise descubre que estás aquí, será la última vez que sabrás algo de mí.
―Hayley.―la llamó Ron cuando ella ya estaba tomando el pomo de la puerta. Estaba de pie en medio de la habitación y tenía una vez más esa desconcertada mirada en el rostro.
―¿Sí, Bilius?
―¿Por qué estás haciendo todo esto?―preguntó sin poder evitarlo.
―¿A qué te refieres?―soltó confundida.
―A todo esto. Traerme a tu casa escondida en medio del bosque que tiene las mismas protecciones de Grimmauld Places, es algo obvio que no muchas personas saben su ubicación. Teníamos años sin hablar directamente y en cualquier otro momento podría haber dicho sin dudar que me odiabas.
Hayley suspiró soltando el pomo de la puerta y finalmente dejó a su espalda caer en ella y lo miró fijamente.
―Me diste un hogar alguna vez.―comenzó―Y no solo me refiero a aquella vez que nos sacaste de la casa de los Dursley en un auto volador.―soltó una risa apagada.―Sino que también me diste una familia, amigos en quién confiar, a Molly, Ginny, los gemelos... de Percy no puedo decir lo mismo, pero mierda, me diste a Charlie y eso es una gran parte de mi vida.
―Yo...
―Tal vez lo hiciste por Harry, porque es tu mejor amigo o lo que sea, pero me incluiste a mí, ¿sabes? Solo sentí que debía hacerlo, no lo lleves más allá.
Ron asintió lentamente procesando las palabras aun de pie en su lugar. Hayley reaccionó y volvió a tomar el pomo de la muerta, mirando a través de su hombro.
―Y no te odio, comadreja.―rodó los ojos con gracia.―Es decir, quise hacerlo y supongo que lo merecían, ustedes tres.―soltó un suspiro.―Pero encontré personas, personas que me ayudaron a entender que realmente no lo valía. Así que sí, dejé una parte atrás. Supongo que tú solo apoyabas a Harry o alguna mierda así, tal vez prefería un hermano a una hermana.
―Harry te quiere, Hayley.―intervino Ron, pero Hayley lo detuvo.
―No te atrevas a decir eso.―bufó.―Y no importa lo que él sienta, yo ya tengo un hermano.
Y con una última sonrisa, salió de la habitación.
▃▃▃▃▃▃▃
fecha de publicación: ₂₉/₁₁/₂₀₂₀
-sin editar-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro