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◦❁ capitolo terzo

Con tan sólo siete años Jeon Jungkook comprendió la crueldad del mundo, a la edad de siete años vio a su familia caer en un profundo abismo de infelicidad; a sólo siete años de su vida él había comprendido que nada era para siempre, que el amor estaba sobrevalorado, que el dolor era una parte crucial en la vida del hombre, que la felicidad era tan sólo un vago sentimiento que no era capaz de darle de comer.

Con tan sólo siete años Jeon Jungkook aprendió que debía hacer lo que fuese para sobrevivir en este mundo tan infernal.

Cuando el pequeño azabache tenía siete años vio a su padre morir a causa del cáncer, vio a su madre trabajar en un burdel para darles de comer, vio a su hermano crecer entre peleas y sufrimiento. El maltrato familiar incremento en esa casa, los hombres iban y venían de su hogar, algunas veces la drogada madre de los hermanos Jeon no se percataba de las situaciones que aquellos hombres hacían con sus hijos. Entre esas paredes el dolor y sufrimiento se escondía.

Con lágrimas en los ojos, un pequeño azabache de doce años le rogaba a su hermano que no se fuera.

—H-hyung, hyung no te vayas por favor.

—Prometo volver por ti, prometo llevarte conmigo y también prometo que esos hombres ya no te tocarán- contestó el mayor. Le dolía tanto irse, le dolía no poder llevarse al pequeño con él, pero lo que más le dolía era saber que estaba siendo egoísta y sólo curaría su propio dolor.

Una semana después de aquella triste despedida, el cuerpo del hijo mayor de los Jeon fue encontrado sin vida; un acto de valentía se había presentado a las afueras de Busan.

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Kim Taehyung estaba perdido en su mundo, pensando cómo podía ayudar a aquel chico triste y solitario. Pensando que podría hacer él para que el azabache le sonreirá al menos una vez.

Sí tan sólo supiese todo lo que el joven había sufrido...

El de cabellera castaña se detuvo a ver a su compañero, observó sus ojitos de bambi apagados, su postura cansada, sabía que no se encontraba bien. Habían pasado quince días desde que le salvo del suicidio, cada día sin falta se había sentado a su lado y había comprendido que el mayor podía ser dulce, amable y sobre todo muy tímido.

—Jungkook-ah- llamó dulcemente el castaño.

—Mande.

—¿Quieres venir a mi casa saliendo de la escuela?

El mayor de los dos le miró por primera vez en el día, le había tomado por sorpresa, pero siendo sinceros Jeon no deseaba regresar a su casa por lo cual aceptó sin dudar.

—Mi mamá te va a adorar.

—¿Conoceré a tu mamá?

—Si— contestó firmemente —Voy a presentarte a mis padres.

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Los padres del castaño estaban encantados con el azabache, y es que quién no lo estaría, Jeon era apuesto, inteligente, amable y sobre todo muy educado -algunos valores que ciertamente no había adquirido en su casa-, era sin duda lo que sus padres querían para Taehyung.

—Entonces... ¿Tienes hermanos?- preguntó Kim Seonuh, el padre de Taehyung.

La mirada de Jungkook se entristeció mas su sonrisa no se fue, Taehyung lo había visto muchas veces así y con ello sabía que no estaba bien.

—Solía tener uno, él... Falleció cuando yo tenía 12 años.

Los padres de Kim se avergonzaron ante tal pregunta, por lo cual sólo pudieron mostrarle respeto y condolencias al joven, además de algunas disculpas por aquel cuestionamiento. El joven le resto importancia y, antes de que otra pregunta como esa lo abordará, decidió comentarles que su padre también había muerto y que tan sólo eran él y su madre.

El hijo de los Kim estaba perdido en sus pensamientos, no sabía cómo el azabache había resistido tanto y de cierta forma entendía porque aquel día Jeon Jungkook había decidido terminar con su vida.

Luego de la cena los mayores se fueron a su habitación, dejando a los jóvenes solos.

—¿Tienes que ir a tu casa?— cuestionó Kim, generando un pequeño puchero, uno que ante los ojos de Jeon lo hacía ver hermoso.

—Tengo que volver, aunque no quiero.

—Quédate...

—¿Quieres que me quede?— respondió Jeon sorprendido.

—Quiero que estés conmigo.

—No quiero volver a casa.

Y con esa última frase el menor tomo al mayor de la mano guiandolo con él hacia su habitación.

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ꕤ⊰ shine

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