◦❁ capitolo quarto
Jungkook había dormido con Taehyung cada noche sin falta, hacían dos semanas desde que conoció a sus padres; el azabache estaba agradecido no tener que volver a su casa, pero entonces estaban las tardes, esas tardes llenas de golpes y maltratos, esas tardes en que su madre se disociaba plenamente y lo dejaba a merced de algún desconocido, esas tardes en que su cuerpo no era suyo.
—P-por favor... Ya no puedo más— vociferó débilmente el de tez pálida.
—Le pagué muy bien a la puta de tu madre por una hora— espetó el mayor.
El cuerpo del azabache se encontraba atado, sus manos y sus pies, estaba inmóvil, estaba cansado. Llevaba alrededor de treinta minutos complaciendo a aquel hombre, le dolía, todo su cuerpo le pedía a gritos un descanso.
—¡Amhg! P-por favor, d-duele— dijó, al sentir como el miembro del hombre entraba en él y arremetía de forma brusca.
Golpe tras golpe, embestidas profundas y rápidas, el menor estaba totalmente deshecho, no encontraba ningún placer en aquellas acciones. Podía sentir como el mayor llegaba a su orgasmo, pues el líquido espeso y blanquecino escurría por sus piernas.
En algún punto dejó de sentir, todo daba vueltas y a la vez se quedaba inmóvil, no había más sonidos ante sus oídos, no había dolor aunque su cuerpo le dijera lo contrario; sólo era él y el recuerdo de su chico de las mariposas.
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—¡Kookie, llegaste!— gritó muy emocionado.
El cuerpo del menor se impacto con el del mayor en un abrazo, robándole un quejido de dolor genuino al mayor: —Ansiaba verte— contestó, mientras besaba las hebras castañas.
—¿Estás bien?
—Estoy cansado— confesó.
Con ello, el menor los guió hasta su habitación. Mientras el azabache estaba recostado en la cama, el castaño buscaba arduamente la pijama que solía prestarle a su mayor, dejando a la vista su redondo trasero cada vez que se agachaba y su remera subía. El azabache se perdía en la hermosa anatomía de Kim, a diferencia de como lo veian a él, él no veía a Taehyung con morbo o sexualización; él veía a su menor como lo más bonito y perfecto que pudiese haber, como lo más puro y frágil que tuviese entre sus manos.
Algunas veces temía no poder controlarse y dañarlo porque, aunque sonase extraño, él llegó a amarlo.
—La encontré— habló, sacando del trance en el que su mayor se encontraba.
—¿Quieres que use eso?
—Si, aunque creo que la remera no va a quedarte.
El azabache tomó entre sus manos las prendas del menor y sin vergüenza alguna sacó su camisa, los mofletes del menor se encendieron al ver el tórax desnudo del contrario; sin embargo, sus hormonas desaparecierón al ver los moretones, marcas, rasguños y cortes en sus abdominales. Taehyung se acercó lentamente y, antes de que Jungkook dijera algo, Kim tocó aquellas repulsivas cicatrices, acarició cada dolorosa marca y con lágrimas en sus ojos observó la noche en los orbes del mayor.
—¿Qué sucedió?
Una lágrima escapó de los ojos de Jungkook, él no quería hablar de eso, no con Taehyung, porque no deseaba que él lo viera roto, no quería que lo dejara de amar por estar sucio.
—No es nada.
—¿Tu madre te golpea?
—No, ella no es quien me golpea...
Taehyung iba a abrir de nuevo la boca, mas el mayor fue más rápido y lo tomó entre sus brazos, escondió su cabeza en el morocho cuello y susurro: —¿Podemos hablar de eso luego? Sólo quiero estar contigo.
Taehyung sonrió tristemente y, como le fue posible, tomó el rostro de Jungkook entre sus manos para después acercarse y besarlo perezosamente. Esos besos se habían vuelto constantes, la evacion de pláticas y problemas también.
Sin prisa alguna aventó a Jeon al mullido colchón y se posicionó sobre él, el tiempo estaba corriendo lento así que porqué deberían apresurar sus acciones, en la casa solo eran ellos dos. Sus caderas se movían lentamente sobre la despierta erección del mayor, quien ensimismado grababa cada espacio de piel del cuerpo del morocho; sonidos de mero placer escapaban de los belfos del menor, ese mismo placer que Jeon deseaba darle.
Con ayuda de Jungkook, Taehyung quito su ropa, dejándose expuesto ante su hyung. Jungkook beso cada rincón en el cuerpo ajeno, disfruto hacer sentir bien al pequeño; Kim quería que Jeon se sintiese igual, por lo cual bajó la ropa que aun cubría la hombría del contrario, cuando tomó la erección de Jungkook este comenzó a soltar sonidos de satisfacción.
Todo aquello se sentía tan bien, ambos deseaban más que sólo besos y caricias, pero cuando Jungkook cerró los ojos para disfrutar del momento, los recuerdos azotaron su cabeza, haciéndole caer en un abismo lleno de oscuridad, cada golpe, toque y embestida se sentían en su cuerpo.
Lágrimas estrepitosas salieron de sus ojos, Kim dejó de tocarlo y con miedo abrazo al azabache, obligándole a abrir los ojos y verle oara poder tranquilizarlo. Luego de un tiempo —ya vestidos— Jeon dormía plácidamente, mientras abrazaba a Taehyung por la espalda.
Kim Taehyung estaba confundido, amaba a Jeon Jungkook con toda su alma, pero no sabía qué hacer cuando el mayor sufría ataques de pánico o su ansiedad le recorría.
Porque aunque el pequeño ángel le llevase al cielo, él aún seguía sintiéndose en el mismo infierno del que escapaba...
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ꕤ⊰ shine
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