Pero de nuevo regresa ese sentimiento de querer morir.

Una vez que todo estuvo listo, subí las escaleras para llegar a su habitación, la puerta estaba entreabierta así que solo entré.

–Kookie.

Obtuve un pequeño ronquido como respuesta, reí ligeramente, me acerque y deposite la bandeja en la cama.

–Kookie, despierta, debes comer algo.

–En el nombre de lucifer déjame dormir.

–Creo que necesitas un exorcismo y no la cena.

–Ya desperté– dijo entre bostezos.

Toque su frente con la palma de mi mano, esta de inmediato se lleno de sudor, la seque contra mi muslo. Coloque la bandeja sobre sus piernas y seque su sudor; él se dispuso a comer y dejarse consentir por mí, ¿está bien que sea yo quien le esté cuidando?, ¿está bien que no haya insistido a Jimin para que fuese él quien se quedará?, ¿es correcto que este feliz porque sólo somos Kookie y yo?

Mi celular comenzó a sonar: Jinie Worldwide Handsome 💜

–Hola, hyung.

–Tae, ¿estás en tu casa?

–Nopi, estoy con Jungkookie.

–Bueno, llevaremos la fiesta hasta allá.

–¿Estás loco, hyung? No habrá ninguna fiesta, no hay nada que festejar, además Kookie está enfermo.

–No seas aburrido, ya está demasiado grande, déjalo que se cuide sólo, Yoongi estará allí.

–No puedo Jin, lo repito no hay nada que festejar y Jungkook está enfermo.

–Ganaste la competencia, ¿eso no es para festejar?

–No, no es motivo, festejen ustedes.

–Está bien, no insistiré más, dile a Kook que todos esperamos que se recupere pronto.

–Vale hyung, chao.

Jungkook se mantenía entretenido en su celular, iba a levantarme de la cama y fregar los trastes sucios, pero su pregunta me lo impidio:

–¿Por qué no me lo dijiste?

–¿Qué?

–¿Por qué no me dijiste que hoy era la galería?

–Te lo dije antes.

–No es verdad.

–Lo hice Kookie, prometiste ir, pero jamás apareciste, creí que lo recordarías, te espere toda la gala. Jamás llegaste– agache mi cabeza, escondiendo mi rostro, tragandome mis lágrimas, sintiendo mi corazón ser mallugado.

–Perdón, yo... Lo olvidé, soy un mal amigo.

No conteste, sólo intente salir de ahí, pero agarraste mi brazo y me jalaste hacia ti para después abrazarme muy fuerte; mi corazón latía fuertemente, mis ojos dejaron escapar lágrimas, sentía un peso caerse de encima, este momento era nuestro, sólo nuestro.

–Golpeame si quieres, odiame, gritame de todo, lo merezco.

–Jamás merecerías mi odio– porque te quiero tanto.

–Felicidades, bonito.

–¿Q-qué?

–Deberías ver tus mejillas, estás todo rojito.

–Callate, tonto.

–Ve a dónde ibas.

–Solo quería huir de ti.

–Jamás vas a poder escapar de mí, muajajaja– reí ligeramente, mientras me acomodaba en la cama.

–Te quiero mucho, Jungkookie.

–Y yo a ti, Taetae.

Quizá si haya una oportunidad, quizá ser yo no esta tan mal.

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