Me quedo mirando mientras él sostiene tu mano.
Pones tu brazo alrededor de su hombro, ahora me está dando más frío.

Yoonie 💜
Llegó a tu casa en 5.

Está bien, hyung

Tal como lo mencionó, cinco minutos después a ese mensaje llegó y tocó el timbre. Abrí y le mire, realmente se veía bien con ese jean negro pegado a sus delgadas piernas y esa remera del mismo color resaltaba su blanquecina piel. Ahora me veo a mí mismo y comienzo a dudar de mi vestimenta, mis pantalones de mezclilla gastada, tienen algunas roturas, son algo flojos y con la cintura alta, llevo su suéter y una pequeña chaqueta por derriba de esta.

–¿Ese es el suéter?

–¿Me juzgarás?

–Nunca, Taetae.

–Es su suéter, aun no sé como deshacerme de él.

–¿Hablas del suéter o de Jeon?

–Hyung qué cosas dices, jamás trataría de deshacerme de Kookie, aunque ahora mismo me duele, siempre me ha tratado bien, me cuida y sé que me quiere.

–Como amigo.

–¿Ah?

–Te quiere como amigo.

–Lo sé, hyung– suspiré tristemente.

–Perdón, Taehyungie.

–Está bien, debo ir asimilando la realidad.

Subimos al auto, el silencio instaurandose como siempre, un silencio abrumador sin ser incómodo, es raro, quiero a Yoongi, pero no sé si puedo darle una oportunidad de ser algo más.

–Te ves muy guapo, lo aesthetic te va muy bien.

–También eres guapo, hyung– desvíe mi vista y sentí los mofletes calentitos.

–Que va, me veo como siempre.

–Lo sé.

–¿Te das cuenta lo que dices, Kim Taehyung? Estás afirmando que soy guapo.

–Oh, ¿en serio? Supongo que está bien.

Las carcajadas se escaparon de su boca, una risa muy áspera, pareciese como si nunca riera. Entre bromas y risas llegamos a la casa de Nam, algunos chicos estaban afuera, bebiendo o besándose, creí que no habría mucha gente.
Al entrar, visualizamos el abarrotamiento de personas, me estaba perdiendo entre la multitud, Yoongi tomó mi mano para no perderme de vista, por alguna extraña razón los sofás estaban completamente solos, nos sentamos juntos, charlamos de cualquier tontería, después se nos unieron Jin y Nam, Hobi y Jihyo.

–Así que... ¿Son novios?– cuestionó la única chica entre nosotros.

–N-no, él.. Yo, no.

–Apuesto a que lo son, ¿ves la cara de Tae?– mencionó Jinnie.

–Con Taehyung, no tenemos ninguna relación, sólo somos amigos.

–Aja sí, son tan amigos como Seokjin y yo– mencionó Nam.

–En serio, Yoongi hyung y yo no somos novios, solo amigos.

–Ya me dejo en claro que sólo puedo estar en la friendzone.

–¿Así de directo es nuestro pequeño, Taehyungie?

–No es pequeño, Hoseok– defendió Jihyo.

Deje de hablar y me concentre en despejar mi mente, necesitaba esto, relajarme y disfrutar con mis amigos, quizá, solo quizá, Yoongi hyung no sería un mal novio, ojalá pudiera verlo de otra forma en estos momentos, apuesto que yo estaría mejor con él.

En nuestro campo de visión, se posaron Jungkook y Jimin, venían tomados de la mano y como si nada comenzaron a saludar a todos.

–Hola Hyunggie.

–Hola, Jiminie.

–Tata.

–Jungkook.

Jamás me diste un saludo tan frío, ni siquiera tomaste mi mano o me abrazaste, solo mencionaste ese estúpido apodo que me pusiste cuando niños. ¿Por qué mi yo del presente no puede ser cómo el del pasado?

–Yoonie.

–¿Qué sucede?

–¿Podemos ir por una bebida?

–Vamos.

Tomó mi mano y nos dirigimos a la cocina, saque una lata de cerveza y una botella de soju, espero que beber me ayude a desestresarme, cuando volvimos a donde los chicos, la última pareja en llegar —Jungkook y Jimin— no estaba.

–¿Y Kookie?

–Se fue con Jimin– respondió Hobi.

Mi mirada se oscureció, sólo quiero beber y olvidar, comencé a beber de la cerveza, asegurándome de dejarla a la mitad para posteriormente volverla a llenar con soju, definitivamente, la mezcla de alcohol es estupendamente buena con el dolor emocional, ¿cómo lo sé? Porque ahora mismo estoy tan feliz.

–Taehyung, no creo que debas seguir bebiendo, llevas más de 4 latas y lo peor es que casi te acabas la segunda botella de soju. Deja de beber.

–N-no, yo no.. Yo no estoy ebrio, tú sí.

–Tae, yo no he bebido ni una gota de alcohol.

–Entonces Hobi es el ebrio, jamás tolera el alcohol.

–Hoseok se fue hace una hora.

–¿Seguro? ¿Y quién es ese de ahí?

–Es Namjoon.

–Iugh, se está comiendo a Jin.

–Vámonos ya.

–No.

–No seas necio, Taetae.

–Primero debo orinar y luego buscaré a Jungkook y le diré lo infeliz que me hace verlo con su novio.

–No creo que sea el momento adecuado.

–Tienes razón, entonces sólo iré a orinar.

–¿Quieres que te acompañe?

–¿Y qué me veas así? Ni loco, primero muerto, ya vuelvo no tardó.

–Lleva tu teléfono.

–No necesito el teléfono para ir al baño.

–Tú llevatelo, así sabre cuando deba ir a buscar el auto.

–Ah, ya entendí.

Comencé mi búsqueda del baño pero el de la primera planta está cerrado con pestillo, me dispuse a subir las escaleras, malditas escaleras, sólo me marean más, el baño principal de la segunda planta está cerrado también y las arcadas que se escuchan son horribles, me dispuse a buscar entre las habitaciones, al fin encontré una sin seguro. La abrí lentamente, si no está cerrada es porque no está ocupada, o eso creí.

Estabas sentado en la cama sin camisa, Jimin estaba sentado a horcajadas en tu regazo mientras te besaba demandantemente.
El latido de mi corazón se detuvo, mi respiración se atascaba en mis pulmones, las lágrimas se agolpaban en mis ojos, quiero gritar de la frustración, pero mi voz no existe. Me estoy muriendo; Jimin es el primero en voltear y se asusta al verme ahí parado.

–¡Taehyung!

Tus pupilas dilatadas sólo me observaban a mí, soy un idiota por amarte como hago.

–Yo... Lo siento, estaba buscando el baño y todos estaban cerrados a excepción de este. Siento mucho haber interrumpido, ya... Ya me voy, sigan con lo suyo.

Me esta doliendo como el infierno, apenas mencione esas palabras y salí, rápidamente llamé a Yoongi, las lágrimas se desataron, sentía como la tormenta me abrazaba, como el dolor se apoderaba de mi cuerpo, soy tan masoquista con mi pobre corazón, siempre supe que amarte estaba mal y aun así no hice nada para erradicar mis sentimientos, te odio tanto, pero me odio más a mí porque sigo amándote.

–¿Qué pasó allá arriba? ¿Qué te hizo el tarado ese?

–Nada, hyung. Vámonos ya.

Tomados de la mano íbamos a salir y emprender nuestro camino, pero un jalón en mi brazo lo impidió.

Él lleva tu suéter, es sólo poliester, pero a él lo quieres, desearía ser Jimin.