
◦❁ chapter five
Me dejaste plantado, mis lágrimas caían y aunque gane, también perdí.
-Vallamos a festejar, Taetae.
-Lo siento Jin, no tengo ánimos, solo quiero ir a dormir.
Una llamada entrante captó mi atención: Conejito🐰
-¿Alo?
-Tae, soy Jimin.
-Hola hyung, ¿qué sucede?
-Jungkook ha enfermado y prácticamente me ha corrido, sólo atiné a tomar su teléfono y llamarte. Lamento molestarte con esto, pero no sé qué hacer con él.
-¿Qué es lo que tiene?
-No lo sé, ni siquiera me deja tocarlo para corroborar si tiene fiebre.
-No lo dejes solo, odia estar solo cuando está enfermo, sólo espera a que llegue, iré lo más rápido posible.
-Está bien, Tae.
Colgué la llamada y rápidamente me despedí de mis profesores y amigos, tomé mis cosas y salí de ahí. Fue cuestión de minutos para que llegara a la casa de Kookie, llamé a la puerta y Jimin fue quien me recibió.
-¿Cómo está?
-Se ve pésimo.
Jungkook jamás se ve pésimo, incluso enfermo es muy lindo y adorable, pero claro que no dije nada.
-Ya veo, ¿dónde está?
-Encerrado en su cuarto.
-Iré a verlo.
Cuando iba a comenzar mi camino hacia la habitación de Jungkookie, él rubio jalo la manga de mi suéter, o mejor dicho de su suéter.
-¿Qué haces?
-¿Crees que él te deje pasar a verlo?
-No lo sé, es depende de cómo se sienta, pero no me importa igual estaré aquí para cuidarlo.
-Eres tan genial, ahora me siento un mal novio por no saber qué hacer.
Novio...
-Iré a verlo.
Jamás me había dolido tanto escuchar cinco letras juntas.
-Kookie, levántate de esa cama y abreme la puerta.
-¿Taetae?
-Sí soy yo, así que levántate y déjame entrar.
-Espera.
Del otro lado de la puerta se escuchaban quejidos, pero lo que me preocupo fue escuchar ese golpe seco contra el suelo.
-Kookie, ¿estás bien?
-Sí, sí, todo bien, no te preocupes- una revoltosa cabellera azabache se asomo por la puerta.
Su cabello despeinado, su ropa desaliñada, sus ojitos apagados e inflamados, su nariz roja y sus labios secos; a pesar de verse tan mal, a mí me parecía el ser más hermoso de este mundo y para nada se veía pésimo.
-¿Qué haces aquí, Taetae?
-Vine a verte, así que quítate de la puerta y déjame entrar.
-Ten piedad por tu amigo enfermo.
-No lo haré. No me convences, Jeon.
-Estoy enfermito, Tae- puchereo tiernamente.
-No puedo creer que seas mi hyung- lo abracé y escondí mi cara en su cuello, abrazarlo siempre era reconfortante.
-Te quiero mucho, Tae- dijo correspondiendo mi abrazo.
Una tercera voz se colo por la habitación. Pero Kook no me soltó, ni me apartó, al contrario, me dejó abrazarle libremente.
-Kookie, ¿estás mejor?
-Creí que te había pedido que te fueras.
-Yo... Lo siento, sólo estoy preocupado- bajo su cabeza apenado, jugaba con sus pequeños dedos y parecía querer llorar.
Me separe de Jungkook y fui hacía el pequeño rubio, hasta ahora logré notar las pequeñas ojeras debajo de sus orbes y ese ligero rastro de lágrimas.
-No seas tan brusco con él, Kookie, ve a acostarte- el azabache hizo lo que pedí -¿Podemos hablar?- está vez me dirigí al rubio, quien asintió ligeramente.
Salimos de la habitación rumbo a la cocina, lo sentía distante, no era el mismo chico que había visto en los últimos días y Jeon Jungkook definitivamente no lo trataba como estas semanas. Comencé a sacar cosas para hacerle un poco de comida a Kookie, busque remedios y cuando tuve todo, lo deje en la isla para poder hablar con el chico frente a mí.
-Lamento su actitud, no suele ser así, supongo que es porque esta enfermo, a veces las personas somos terribles cuando nos enfermamos, creeme. Yo soy insoportable, sólo quiero comer y dormir, a veces soy muy demandante, pero él siempre me cuida y trata de alegrarme.
-Supongo que es cierto.
-Es cierto hombre, no lo pienses más, Jungkook a veces puede ser un tanto brusco y no mide sus palabras, pero te juro que después se arrepiente.
-¿Por qué te dejó entrar y a mí no? ¿Por qué te dejó abrazarlo y a mí ni siquiera me dejó checar su temperatura?
-No lo sé, solo... Solo tenle paciencia, es un gran chico, pero como todos, tiene su carácter, es muy cambiante y su temperamento es de los mil demonios y debes aprender a quererlo así. Es difícil al principio, muy difícil, pero vale la pena.
-Hablas como si tú fueras su novio, yo apenas y sé lo que le gusta.
Mis mofletes se colorearon de carmesí, desvíe mi mirada y comencé a caminar hacía las puertas que contenían los sartenes.
-Supongo que es por el tiempo que llevamos de conocernos, lo conozco tan bien, es como si toda mi vida la hubiera pasado a su lado.
-¿Lo quieres mucho?
Más de lo que puedas imaginar.
-Sí.
-Debo irme, Tae.
-¿No quieres quedarte con él?
-Estará bien contigo, cuidalo mucho, espero se recupere pronto.
-Entonces supongo que está bien, ¿quieres que te pida un taxi o te acompañe?
-No no, está bien, iré en el autobus.
-Ya veo, te acompañó a la puerta si quieres.
-Gracias.
Lo dejé en la puerta, él salió y sonrió levemente, ¿cómo Jungkook lo pudo tratar así?, no lo entiendo.
¿Cómo podría odiarle? Él es un ángel.
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