
𝟎𝟎𝟑.
𝗧𝗥𝗘𝗦
❝sam, no quiero morir.❝
CICI ESTABA SENTADA EN su curso de periodismo en la parte trasera del gran salón. Su amiga cercana Drea, estaba junto a ella sin prestar atención a la anciana maestra en el frente de ella, sino que ella estaba ocupada tomando fotos de si misma. Ethan se sentó frente a Cici tomando notas sobre cada pequeña cosa que decía, haciendo todo lo posible para asegurarse de que pasara el curso. Cici decidió tomar notas también, especialmente con el hecho de que ella podía morir en cualquier momento inesperadamente.
Ella presionó su bolígrafo contra su papel rayado pero no salió nada fuera.
—Mierda—murmuró sin aliento—Drea préstame tu bolígrafo
Su amiga se encogió de hombros—¿De verdad crees que traigo algo a la escuela?
Cici apretó los labios en una fina línea, sin saber qué hacer. Mientras miraba hacia adelante, sus ojos se dirigieron a el chico moreno y de cabello rizo.
—¡Ethan!—ella susurró repetidamente mientras trataba de obtener su atención.
Tan pronto escuchó la voz de Cici se giró para mirarla rápidamente.
—¿Me prestas un bolígrafo?
—Oh, si seguro—metió los dedos en su lapicera azul, probando cada pluma su tinta en un trozo al azar de papel. Se giró para mirarla de nuevo, pasándole la mejor pluma que el tenia, cuando ella tomo la pluma en sus manos, sus pieles se tocaron, el miró hacia ella nervioso con las mejillas sonrojadas.
Ambos se congelaron por un segundo, sus ojos pegados uno al otro.
—Gracias Ethan.
—No-no hay problema—se volvió tímidamente para mirar a la profesora.
—¿Ethan?
—¿Si?—se volvió hacia Cici.
—¿Quieres ayudarme a estudiar? Realmente no entiendo esto.
Ethan trató de ocultar la emoción en su rostro cuando la chica de la que se enamoró le había pedido ayuda a él, de todas las personas.
—Pero no en mi departamento, Quinn siempre se está tirando a algún tipo al azar, nosotros no lograríamos hacer ningún trabajo.
—¿Mi dormitorio?—le preguntó, aún conteniendo su emoción.
—Si, mañana.
—C-Claro.
—Genial—ella le sonrió suavemente mientras él sonreía lo suficientemente amplio para que sus hoyuelos aparecieran.
CUANDO TERMINÓ LA CLASE y cada estudiante comenzó a empacar sus cosas, Ethan tenia sus ojos en Cici saliendo por las puertas. Cuando ella salió de su universidad el cielo comenzó a oscurecerse y las calles comenzaron a vaciarse. Ella se dirigía a su apartamento compartido cuando de repente su teléfono comenzó a sonar.
Cici sacó el teléfono de su bolsillo.
LLAMADA DESCONOCIDA
—A la mierda con eso—murmuró para sí misma.
El teléfono siguió sonando, pero ella se negó a contestar. Ella escuchó una notificación de texto.
¡Contesta el maldito celular, perra!
Mientras Cici continuaba caminando por las calles vacías y oscuras, la única luz viniendo de las farolas tenues, ella respondió cuando sonó el teléfono.
¿Quien es?
Una voz familiar que cualquier podía reconocer contestó el teléfono.
¿Por que me estás llamando?
Te las arreglaste para alejarte de Richie antes de que pudiera matarte. No cometeré ese error
Oh si, hijo de puta? La única razón por la que me escapé fue porque Richie estaba siendo un asesino descuidado. Amber fue la mente maestra detrás de todo mientras su espeluznante novio era colateral.
Como dije, no cometeré ese errores. Es muy valiente de tu parte estar sola por la noche caminando por las calles todavía, no muy inteligente con un asesino suelto.
No estoy sola y no estoy caminando por las calles.
Ella lo estaba, pero Ghostface no necesitaba saber eso
El ritmo de los pasos de Cici aumentó cuando su corazón comenzó a latir aún más rápido de lo que ya era. El sonido de sus tacones golpeando contra el concreto rompió el silencio.
Sabes Cici, realmente suena como si estuvieras afuera.
Oh, ¿enserio?
Su respiración se volvió superficial cuando llegó a un callejón.
¿Por qué no dejas de actuar como un cobarde escondiéndote detrás de un teléfono y una voz falsa?
No creo que quieras verme, Cici, podría hacerte gritar
Pruebame, cabrón.
Con mucho gusto.
La llamada terminó abruptamente cuando Cici escuchó pasos detrás de ella. Era el, el asesino enmascarado cara a cara con ella, ella no podía creer lo que miraban sus ojos. Lentamente caminó hacia ella, arrastrando su cuchillo a través del metal cerca para burlarse de ella, comenzó a correr aunque tratando de huir de un asesino enmascarado con botas de plataforma y falda de mezclilla no fue la tarea más fácil que ella se ha enfrentado.
Mientras Cici corría, el asesino hizo lo mismo, alcanzándola fácilmente mientras él la perseguía.
—¡Oh mierda!—ella gritó mientras Ghostface agarraba a Cici y la tecleaba hacia el terreno. Hizo todo lo posible para arrastrarse lejos, sus rodillas desnudas raspándose y pelándose por el concreto, la jaló por le tobillo hacia él y volteo a la pobre chica sobre su espalda.
El asesino enmascarado agarró con fuerza el cuchillo mientras intentaba sumergirlo profundamente en su pecho, sin embargo, Cici levantó la mano justo a tiempo, cuando la hoja atravesó directamente su palma en lugar de su corazón, ella dejó soltó un grito ensordecedor antes de golpear al asesino en la cara y golpeándolo en el torso. Cuando Ghostface cayó al suelo, Cici eficientemente se levantó y corrió por el callejón.
Al callejón sin salida.
Su única opción era atravesar la valla, lo que sería difícil teniendo en cuenta el gran corte que tenía en la mano. Cici corrió hacia las barras de metal, ambas manos jugueteando con la cerradura, pero fue inútil, sus uñas no ayudaron. Como último recurso, se armó de valor para trepar, gritando cada vez que su mano tocaba la cerca. Miró hacia atrás solo para ver a Ghostface corriendo hacia ella.
Cici gritó en voz alta pidiendo ayuda para tratar de llamar la atención de cualquiera que pasara, así como el hecho de que necesitaba usar su mano dañada para tratar de salvar su vida. Cuando Cici casi lo logra, el asesino enmascarado se le acercó por detrás y la apuñaló en la parte posterior de su muslo izquierdo mientras giraba el cuchillo para que fuera aún más doloroso.
—¡Alguien ayudeme!—ella chilló. Sus gritos se hicieron más fuertes cuando la sangre comenzó a brotar de la gran herida.
Cici le dio una patada en la cara con el pie derecho, haciéndolo gruñir. Finalmente logró cruzar la valla, cayendo de espaldas y gimiendo de dolor.
Mientras colocaba ambas manos sobre el hormigón para ayudarla a ponerse de pie, accidentalmente colocó su mano lesionada sobre un fragmento de vidrio que apuntaba hacia arriba. Le atravesó toda la mano y apareció por el otro lado, lo que la obligó a soltar un grito que cualquiera podría a dos cuadras de distancia.
Valientemente levantó la mano y sacó el fragmento de vidrio mientras miraba directamente al asesino. Cici se lo arrojó. Ghostface se limpió la sangre de su cuchillo mientras inclinaba la cabeza al mismo tiempo.
Cici se puso de pie, enfrentando sin miedo al asesino. Él la miró en silencio—¡Vete a la mierda!— ella gritó—¡Ven y recógeme!
Ghostface se quedó allí en silencio mientras señalaba con indiferencia detrás de Cici con su cuchillo. Se dio la vuelta lentamente, solo para encontrarse cara a cara con otro asesino enmascarado, pero su máscara era nueva en comparación con la del primero, cuya máscara parecía envejecida. Ella jadeó en silencio mientras ambos la miraban. La chica estaba atrapada, no tenía adónde ir.
Cuando el segundo asesino dio unos pasos con confianza hacia Cici, ella no era de las que se daban por vencidas. Corrió hacia Ghostface, empujándolo fuera del camino. Corrió lo más rápido que pudo por las calles sorprendentemente vacías mientras un asesino la perseguía. Cici se dirigió eficientemente a Central Park, usando su teléfono como linterna ya que apenas podía ver nada.
Su corazón estaba acelerado ya que no sabía a dónde ir. Buscando escondites mientras corría, sus ojos se posaron detrás de un gran árbol. Cuando Cici escuchó que ambos asesinos la buscaban, intentó escribir su contraseña para llamar a Sam, pero falló porque la sangre cubría su teclado. Estaba perdida.
—Mierda—murmuró.
Los asesinos se acercaban cada vez más a la pobre chica. Cici los escuchó cerca; se tapó la boca e intentó contener la respiración lo más que pudo con múltiples lágrimas cayendo. Trató de llamar a Sam nuevamente, esta vez su pantalla finalmente funcionó. Su suspiro estaba lleno de alivio, pero seguía gimiendo por la sangre que se derramaba de su cosa y su mano.
Su teléfono comenzó a sonar en el número de Sam. Cici colocó el teléfono en su oído, haciendo todo lo posible para mantener la cantidad de ruido al mínimo.
—¿Cici? ¿Donde estas? Es muy tarde.
—Sam—gritó en voz baja—me apuñaló, estoy sangrando.
Sam informó a todos los demás sobre lo que había sucedido por teléfono.
—¿Dónde estás, Cici?
—Sam, no quiero morir—comenzó a sollozar Cici.
—No vas a morir ¡Si no me dices donde estas!
—Estoy en el Central Park.
—¡Ya voy, quédate al teléfono conmigo!
—Date prisa, te lo ruego, hay dos de ellos.
No hubo respuesta.
—¿Sam? ¿Sam?
Cici se quitó el teléfono de la oreja. La pantalla estaba en negro y cuando trató de volver a encenderla, jadeó. Su batería murió y ella quedó varada.
—¡No, no, no, no!
Empezó a arrastrarse entre las hojas crujientes, tratando de moverse a un escondite más discreto. Se le corrió el rímel por la cara y su vista se volvió borrosa. El parque se había quedado en silencio. Cici pensó para sí misma que era extraño que los asesinos la hubieran dejado, pero no estaba de humor para quejarse.
Después de unos momentos, escuchó pasos que se dirigían en su dirección. Cici hundió la cabeza en las rodillas mientras sollozaba en silencio. ella no quería morir.
Los pasos comenzaron a alejarse lentamente de su dirección cuando escuchó a la distancia a su amiga llamándola. Sin embargo, una mano enguantada la agarró de los arbustos, arrastrándola a través del barro y las hojas. El segundo Ghostface la inmovilizó contra el suelo, levantando el cuchillo hasta que Sam lo asustó rápidamente y corrió hacia ellos. El asesino se retiró hacia donde estaba el otro, huyendo juntos.
Sam corrió hacia ella, la levantó y le pasó el brazo de Cici por los hombros. Chad también corrió hacia Cici, tomándola de los brazos de Sam y levantándola. Su falda, que una vez fue blanca, tenía manchas de sangre roja profunda por todas partes. Tara agarró la mano de Cici reconfortantemente.
—Quédate con nosotros Cici—suplicó.
—Mierda, tenemos que llevarla a un hospital—rogó Chad mientras la cargaba por el parque vacío.
—No al hospital, por favor—susurró .
—¿Por qué diablos no?—preguntó Sam, su teléfono ya estaba preparado para llamar a una ambulancia.
—No me quedaré en una cama por semanas mientras ustedes cazan al hijo de puta que hizo esto— Sus amigos se rieron suavemente de la determinación de Cici—Sí, de ninguna manera— Aunque estaba lesionada, todavía sabía cómo alegrar el estado de ánimo de todos.
—¿Qué se supone que debemos hacer?—Chad miró a Sam y Tara mientras continuaba abrazándola.
Tara abrió mucho los ojos como si tuviera una idea—¡El botiquín de primeros auxilios!—ella gritó.
Los tres hicieron todo lo posible por regresar rápidamente al apartamento mientras Cici seguía perdiendo sangre. Sus ojos comenzaron a cerrarse y Chad hizo aumentar el ritmo de sus pasos.
—No, no, quédate con nosotros, Cici.
Por suerte llegaron al edificio de apartamentos. Subieron corriendo las escaleras y Chad irrumpió por la puerta del apartamento con las Carpenter's detrás de él, Ethan, Mindy y Anika se levantaron de la comodidad del sofá.
—¡Muévanse chicos!—Chad le gritó al resto de sus amigos que se apartaran mientras colocaba suavemente a su amiga en la silla.
Mientras Cici se acostaba boca abajo, sus amigos corrieron por el apartamento. Anika se arrodilló junto a la cabeza de su amiga frotándose la mejilla suavemente.
—Cici, ¿estas bien, babe?
—He estado mejor—bromeó, apenas logrando pronunciar las palabras.
Ethan entró corriendo a la sala de estar con alcohol isopropílico y toallas, Sam entró corriendo con una aguja e hilo mientras Tara la seguía detrás, agarrando con fuerza el botiquín de primeros auxilios en una mano y las vendas en la otra.
Mientras el grupo comenzaba a atender las heridas de Cici, Ethan colocó las toallas sobre la pequeña mesa de vidrio y, en cambio, eligió agarrarla con fuerza de la mano, a pesar de que la culpa lo invadía porque ya sabía que esto iba a suceder.
—Lo siento—articuló con sus ojos cerrados que pasó desapercibido para todos.
—Necesitamos dejarla descansar—dijo Chad mientras acariciaba la cabeza de Cici.
—Bueno, ¿alguien necesita vigilarla? Asegúrate de que permanezca consciente en todo momento— Ethan miró a su alrededor.
—Si, lo tenemos—Sam hizo un gesto hacia Tara y hacia sí misma. Y a Quinn cuando regrese.
Chad asintió suavemente mientras le daba un pequeño beso en la frente a Cici y un beso en la mejilla de Tara. Ethan se mordió nerviosamente el labio por la culpa. Estaba avergonzado
El apartamento quedó en silencio cuando los chicos se fueron, así como Mindy y Anika. Sam y Tara ayudaron a Cici a acostarse. Tan pronto como golpeó el colchón reconfortante, se quedó dormida después de pelear otra batalla por su vida, aunque Woodsboro no era nada comparado con esto.
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