𝗨𝗡𝗢
Las luces destellaban una y otra vez tiñendo de distintos colores lo que era aquel frio bar, la música sonaba con fuerza creando un ambiente realmente placentero como para una noche de viernes de madrugada por las calles de Itaewon entrando al otoño.
Esa mañana Baekhyun se levantó lo suficientemente temprano para no encontrarse con lo que eran su hermano o su tío, había dejado preparado un desayuno para ambos antes de cruzar la puerta e irse a su universidad.
Su vida se había vuelto de cierta forma una rutina; levantarse, vestirse, ir a la universidad y luego trabajar para pagar sus estudios y los de su hermanito.
No iba a la universidad más prestigiosa de Seúl, pero por lo menos le daba una buena oportunidad para conseguir trabajo luego de graduarse, a la vez que su hermano que no iba a esas típicas escuelas de niños ricos y/o acomodadas de la ciudad que daban más de una oportunidad pero por lo menos tendría una enseñanza básica buena y estable.
—¡Baekhyunee, amor! — su adorada jefa apareció acomodándose en la barra sacándolo de sus pensamientos.
La mujer no venía sola, sino que estaba con un pequeño grupo de omegas que parecían esperar por una gran fiesta y unos buenos tragos.
Baekhyun no lo admitiría pero también era un omega, uno que en realidad ocultaba su naturaleza por el simple hecho de ser recesivo, su aroma no era lo suficientemente fuerte como para atraer alfas y su cuerpo tampoco era totalmente hegemónico como lo eran los de los otros omegas, su cuerpo no era pequeño o estilizado, aunque no lo dejaba a la vista de las personas porque siempre usaba ropa que lo cubría demasiado. Explicando de una forma más breve, pasaba desapercibido como un beta y ante los ojos de la sociedad era y es un beta, y en realidad eso lo hacía sentir más cómodo en lo que es la sociedad.
Después de casi una hora de sentir las miradas coquetas de las omegas en la barra y de atenderlas lo mejor posible para obtener la mejor propina decidió darse un descanso. Gran parte de lo que era ese bar era un callejón repleto de todo lo que no les servía a los locales o simplemente las botellas de vidrio vacías.
Se acomodó sacando su cajetilla de cigarros encendiendo uno ignorando el ruido, al fin y al cabo como era un lugar remoto siempre se escuchaban peleas y gritos, algo de todos los días. Se sobresaltó cuando a sus pies cayó un alfa, rubio y notoriamente más alto de él, que por alguna razón estaba siendo perseguido por un grupo de matones.
—Mierda... — escuchó el susurro del hombre haciéndolo reír. Ese rubio doblaba la estatura de los matones pero en cantidad le ganaban a ese pobre que terminaría teniendo un feo destino.
Baekhyun se quedó a lo lejos observando como ese grupo se acercaba para atacar, le había prometido a su jefa no volver a meterse en las peleas ajenas a no ser que fuera realmente necesario, bueno... en realidad si es que le ofrecían algo a cambio.
—¿Te vas a quedar ahí viéndolo todo?
Ese alfa se veía amenazante con su rostro impecable a pesar de haber sido atacado, Baekhyun sonrió lanzando su cigarrillo al piso.
—No lo haré gratis — alzó sus hombros restándole importancia a la situación, pisó el humeante objeto a sus pies y se dio la vuelta para entrar al bar.
Escuchó un gruñido, uno que le hizo soltar un escalofrío y logró colocar atento a su lobo, que después de mucho tiempo despertaba. Se dio la vuelta con una sonrisa juguetona viendo como el alfa dudaba un poco en que hacer, aun así asintió luego de unos minutos.
—Solo... hazlo rápido.
—A sus órdenes, mi señor —bromeó Baekhyun haciendo una reverencia como si se tratara de la realeza, sonriendo antes de adentrarse al círculo de matones.
Hizo sonar sus nudillos preparándose y en un abrir y cerrar de ojos estaba golpeando y pateando al grupo de betas y alfas que perseguían a ese hombre. Algunas patadas los hicieron colapsar y los golpes ciegos apenas daban en su cuerpo, después de unos cuantos minutos toda la atención fue hacia él con todos cayendo al piso, los golpes en el rostro o en el cuerpo podía soportarlos, no es como si no estuviera acostumbrado a ellos.
Cuando estaba por dar la pelea por terminada, uno de los betas tomó una de las botellas vacías rompiéndola para amenazar. Baekhyun sin pensarlo dos veces dio unos cuantos pasos hacia atrás revisando sus bolsillos por si estaban sus llaves.
—¿Ahora que harás pequeño? — amenazó apuntándole con los vidrios rotos.
Baekhyun escaneo la mejor salida para llegar al estacionamiento, retrocedió hasta el punto en el que su mano y la del gigante se tocaron ligeramente. Sonrió burlón antes de agarrar con fuerza la mano y correr por los pasillos del callejón que conocía a la perfección, sus pies golpeaban con fuerza el piso de cemento, su mano jalaba el cuerpo del chico que por cierto, se veía bien vestido para estar siendo perseguido por un grupo de matones en la madrugada de un sábado.
Escuchó los gritos de esas personas por lo que se subió a su motocicleta lanzándole el casco al alfa.
—O te vienes conmigo, o te vas con ellos — apuntó con la cabeza a las personas que estaban por llegar. El sonido del motor anunció que estaba por irse, incluso si se iba sin su casco.
El alfa pareció pensarlo unos segundos antes de subirse a la moto con Baekhyun, huyendo por fin después de casi una hora de haber sido perseguido por ese grupo de matones. El camino fue corto, más porque no hablaron en todo lo que duró, en gran parte porque sabía que en esas situaciones preguntar mucho era una sentencia de muerte.
—¿A dónde vamos? — preguntó el rubio luego de que Baekhyun se detuviera en un semáforo en rojo.
—No tengo idea — susurro el omega acelerando al máximo su motocicleta, sin importarle pasarse el límite de velocidad ya que esos matones aun los perseguían.
Se adentraron a la carretera unos minutos después de estar huyendo de los matones. Al perderlos por fin, Baekhyun se detuvo frente a una gasolinera para bajar al alfa.
Cuando se bajó, Baekhyun por fin pudo verlo de forma completa. Vestía un traje negro bastante elegante y que contrarrestaba con lo que era su camisa un tanto arrugada y desabrochada, con la que se podía ver su pecho, su cabello era rubio, de un rubio casi llegando a blanco y sus orejas eran algo grandes para su rostro.
—Gracias.
—Parece que no lo siguieron — se dio la vuelta viendo como unos autos se acercaban poco a poco.
—Gracias — repitió el alfa, esta vez con una sonrisa algo seductora.
—Quinientos mil — soltó de la nada devolviéndole la sonrisa, esperando que no se hubiera olvidado de cuál era el trato principal.
El rubio asintiendo llevando su mano a su pantalón, haciendo una mueca cuando no encontró nada.
—Llévame a casa. Te daré el dinero. — ofreció de la nada, extrañando al omega.
Baekhyun lo pensó varias veces, no sabía si confiar en él aun si lo había salvado, podría ser un traficante, un gánster o algo que podría hacerle daño, ¿Cómo obtendría el dinero sin involucrarse tanto?
Escuchó una risa y su vista se levantó, observando como el alfa acomodaba sus manos en los bolsillos delanteros de su pantalón. —No tienes que verme así. Tómalo con calma, no te engañaré o te mataré si es lo que piensas.
Es como si realmente hubiera leído la mente de Baekhyun, aunque en realidad era porque lo había pensado mucho.
—¿Cómo sé con certeza que no lo harás? — respondió de forma honesta, alzando sus hombros.
—¿Parezco un criminal? — su voz tembló, como si se hubiera ofendido por esa suposición.
—Quizás tengas alguna relación ilícita con ellos — apuntó a las personas que se bajaban de un auto limusina y que miraban expectantes la situación.
El alfa volvió a reír cruzando sus brazos, jamás había conocido a alguien que le exigiera tanto.
—Mi teléfono está apagado y no tengo mi billetera — admitió luego de unos minutos de silencio.
—¡Yah! ¿Me engañas para que te ayude y luego no me pagas? — exclamó tomando su casco del suelo —Soy capaz de golpearte hasta la muerte si me estafas.
El alfa volvió a reír, dirigió su mirada a su muñeca y se quitó un reloj que parecía brillar incluso más que las luces de la calle. Sería mentira si dijera que Baekhyun no sonrió al ver lo brillante que era, pero tuvo que disimular, no se dejaría engañar tan fácil.
—Ten esto, puedes tomarlo y pensar que mi vida solo vale unos quinientos mil.
Baekhyun tomó el reloj con recelo revisando cada parte que lo componía.
—¿Cómo sé que esto es real? —cuestiono después de haberlo revisado todo.
—Si no lo quieres puedes devolverlo — hizo el amago de quitarlo, más Baekhyun fue más rápido y se lo guardó en un bolsillo.
La risa del alfa sonó una vez más, aunque esta vez Baekhyun ya estaba preparándose para irse, se colocó su casco y estaba a punto de despedirse cuando una de las manos del rubio se apoderó de las llaves de su motocicleta.
—¡Yah!
—¿Cuál es tu nombre?
—¿Por qué quieres saberlo? ¿Vas a golpearme luego? — arqueo una ceja.
—Me interesa tu nombre, nada más eso — hablo de forma estricta.
—¿Es que acaso colocaras mi nombre en una lista de honor y devolverás el favor? — pregunto molesto, quería irse a casa con su nuevo reloj. Si tan solo era el caso de saber su nombre, ¿Por qué no simplemente le daba el pago y se iba? ¿Para qué el nombre?
—Si no me dices tu nombre no te devolveré tus llaves — hizo sonar las llaves con una sonrisa.
Baekhyun chasqueó su lengua ya frustrado. —¡Si no me las das, yo mismo te golpeare!
Pese a que su rostro se veía calmado, la frustración era notoria en la voz del omega, tanto así que por la amenaza las personas que estaban en ese auto lujoso se colocaron en alerta.
—Entonces tendrías que devolver el reloj e ir a mi casa, para que te entregue el dinero en efectivo — amenazó.
Baekhyun hizo una pausa, pensando en qué responder por unos segundos.
—Beom... mi nombre es Beomhyun — sonrió mostrando su mano esperando recibir sus llaves de vuelta.
El hombre sonrió devolviéndole sus llaves con facilidad, como si nada hubiera pasado. Baekhyun se quedó unos segundos observando como uno de los hombres de la limusina se acercaban. Negó y colocó las llaves en su motocicleta antes de poder irse.
En su mente paseaban mil preguntas y cuestionamientos, viendo como el alfa rubio caminaba lejos de una forma tan insegura haciéndolo tener en la cabeza una simple y pequeña pregunta, ¿Qué fue lo que hizo para que esos matones lo persiguieran?
Volvió a negar, ese asunto no le incumbía, así que giró por la calle y se fue de regreso a casa.
Baekhyun estacionó la motocicleta fuera de su casa luego de haber cerrado el portón. se quitó el casco con sumo cuidado de no dañar su piercing en la oreja y sacudió su cabello pegado gracias al sudor. Se quedó unos segundos observando la fachada de la casa que sus padres le habían heredado, era grande, de dos pisos con un espacio suficiente para cuatro personas.
Lastima que ahora solo eran dos.
Cerraba la puerta mientras colgaba las llaves de su motocicleta en un lugar visible cuando escuchó un vaso de vidrio romperse desde la cocina.
—Chanhee.
Sin pensarlo dos veces corrió en dirección a la cocina, incluso sin haberse quitado los zapatos dejando todo lleno de tierra en suelo de madera.
Al dar la vuelta a la isla de la cocina se encontró con Chanhee agachado con su mirada perdida y la respiración agitada, y a su lado un vaso de vidrio roto. El más pequeño tenía su vista nublada, sus manos hormigueaban como solía pasar cuando tenía esas descompensaciones.
—La insulina — susurro el chico con la voz jadeante mientras.
Baekhyun no tardó ni dos segundos antes de correr hacia el mesón tomando una de las jeringas y el pequeño bote de insulina de acción intermedia que tenían.
—Mierda... — susurró Baekhyun al notar que solo quedaba para una dosis, ya no tenían más. En un movimiento rápido se la administró a su hermano con sumo cuidado, escuchando el quejido de Chanhee cuando la aguja pasó por su brazo.
Hacía menos de un año que el pequeño Chanhee había sido diagnosticado con diabetes tipo 1. ¿El problema? no tenían los recursos necesarios para trabajar con la insulina que pedía el cuerpo del omega de cabellos rosa, siempre se le agotaban antes de lo determinado y el pobre tenía que aguantar días sin una administración correspondiente de la cantidad que necesitaba.
— Shh, aquí estoy — susurró Baekhyun mientras se acomodaba al lado de su hermano acariciando sus cabellos mientras este comenzaba a regular su respiración.
— Hyung...
— Te conseguiré más insulina, toda la que necesites.— susurro nuevamente sintiendo como en chico asiente, aun sin decir nada.
Miro como de su bolsillo sobresalía el reloj que le había dado ese alfa como paga. Diosa luna, esperaba que eso cubriera la insulina que su hermano necesitaba aunque sea por un mes completo.
—Lo prometo.
—¡Hyung! — gruñó al escuchar el grito de Chanhee a lo lejos, era lunes en la mañana lo que significaba una cosa, debía volver a la universidad.
Debía volver a la universidad...
¡DEBÍA VOLVER A LA UNIVERSIDAD!
Abrió sus ojos con fuerza y revisó su alarma, eran las 7:00 AM, lo que significaba que su despertador no había funcionado, lo que significaba que no había podido hacerle el desayuno a su hermano, ¡Chanhee! ¡Aún no lo había llevado a la escuela!
Con rapidez corrió hacia el baño de su habitación limpiando su rostro y dándose una ducha con agua fría, como se había levantado tarde, su tío y su hermano ya habían usado el agua caliente del día de hoy, se vistió casi con lo primero que encontró, un buzo gris y una camiseta que esperaba estuviera limpia, tomó una chaleca cualquiera, su teléfono y su bolso para bajar corriendo las escaleras.
Frente a las escaleras se encontraba Chanhee, el hermano menor de Baekhyun, un omega muy bonito de aroma a algodón de azúcar que combinaba muy bien con su cabello, ahora vestía su uniforme escolar, estaba sentado en la barra de la cocina terminando de tomar su desayuno, era tierno verlo porque sus pies quedaban en el aire y los movía para pasar el tiempo a la vez que bebía lo que parecía un jugo de naranja.
Abrió la puerta del garaje, sentándose en su moto una vez estuviera lista, comenzando a avanzar con rapidez hacia el instituto al que asistía el menor. No fue muy ameno el camino, Chanhee no dijo nada en todo este y Baekhyun, tratando de no concentrarse en su estómago que pedía comida tampoco quiso realizar una conversación.
—Ten, es para ti — susurro el pequeño con sus mejillas algo rojas, entregando una lonchera que había tomado de la cocina.
—No es necesario, puedo comer en la cafetería de la universidad — se negó Baekhyun, no iba a dejar a su hermanito sin comida.
—No, es otra cosa. La hice ayer en la noche porque no podía dormir, esperaba que la comieras en la mañana pero...
—No desperté — continuo el castaño.
Chanhee rió asintiendo dejando la lonchera dentro del compartimiento para el casco.
—Espero que lo comas en lo que va del día.
—Sabes que lo haré.—el pequeño ya estaba por irse —Espera, esto es para ti — de su mochila sacó una bolsa de papel con unos cuantos frascos de insulina de todo tipo.
—Hyung, ¿cómo?
— Eso no importa. — El menor lo miró con una cara que le hizo reír — Tendré que hacer unos cuantos turnos extra en el trabajo — explico, aun cuando es una mentira se sentía aliviado de que su hermano no pensara otras cosas. dejó un beso en la mejilla de su hermano mayor antes de correr dentro del instituto.
Baekhyun sonrió por unos segundos, maldiciendo después al ver la hora en el enorme reloj del establecimiento, aceleró su paso hacia su universidad. La facultad de ciencias para el deporte no estaba tan llena como lo estaba en la semana, pocas clases tomaban lugar los lunes, y para la mala suerte de Baekhyun, dos de sus clases más importantes eran para el primer día de la semana.
Faltaban unos minutos para que tuviera que entrar a su clase así que pidió un café para sentarse en alguna de las mesas de mármol de la universidad y comerse el delicioso dulce que su hermanito le había dado.
Gran parte del fin de semana se la pasó pensando en el reloj y la extraña situación en la que lo obtuvo, ya no podía obtenerlo de vuelta, lo vendió para pagar unas cuantas dosis de insulina para su hermano. Tenía un pequeño temor de que ese tipo se apareciera en su casa exigiendo el reloj nuevamente, quizás por eso le había dado ese nombre falso, para zafar esa situación que era más que obvia iba a ocurrir
—Escúchame bastardo — alzó su vista encontrándose con sus dos amigos, Minseok y Luhan, ambos omegas que conocían su condición. A pesar de todo y las grandes diferencias que habían entre ellos, los tres omegas se habían hecho amigos en el primer semestre de universidad así que eran de cierta forma inseparables.
—Ef umf fusto verlof tambiém — habló con su boca llena del pastel.
—Ugh, asqueroso... — susurró Luhan, el más sofisticado de los tres.
Actualmente estaba en una universidad algo prestigiosa, y es que si no fuera por su beca en deportes no podría pagarla, pero por lo menos le habían dado la oportunidad de estudiar en algo que le gustaba. Baekhyun era una de las personas más respetadas en la facultad, no por su jerarquía, sino por su rostro y mayoritariamente su cuerpo, que lo hacía ver atractivo, cosa que era toda un arma para algunos, también ese tatuaje que mantenía en su pecho y espalda, que ante el pensamiento de algunas personas lo hacía ver como todo un delincuente.
—Sé que no es mi incumbencia lo que hagas en el fin de semana. Pero hoy un hombre raro de traje me entregó esto para que se la diera a un tal Beomhyun, si es que lo veía hoy — mostró una tarjeta con el logo de una empresa cualquiera, solo que tenía un número de contacto algo sospechoso.
—Mierfda — tomo una servilleta para limpiarse el rostro y las manos tomando la tarjeta. No podía ser cierto.
Miro por todas partes escaneando el lugar buscando a la persona, su peor miedo de todo el fin de semana se había hecho realidad, esos tipos, mejor dicho, ese tipo lo había encontrado.
Negó tratando de abstenerse a creer esa tontería y decidió enfocarse en lo que eran sus clases, proyectos e informes, esas fueron las tareas que tuvo que hacer este día lunes junto a sus amigos, que no esperaban a que la hora de salida llegará para ir al bar en el que Baekhyun trabaja.
La tarde fue placentera para Baekhyun, bastantes propinas cuando cumplía los pedidos de la clientela, lo que le ayudaba aún más con su reputación y hacía que más gente lo conociera y estuviera dispuesta a ir al bar por otra ronda. Siempre hace lo que le pidan, hablando de licores y bebidas, porque con eso ganaba más propinas y su sueldo aumentaba, lo que era necesario para la vida; mayoritariamente su trabajo era coquetear y atraer a las omegas en la barra, aunque los alfas tampoco se salvaban de los encantos de Byun, que de por sí era bastante seductor con sus movimientos a la hora de preparar un trago.
—Baekhyunee, te necesito en el lado vip pidió la jefa apareciéndose en la barra.
El bar se dividía en dos partes, la "normal" para las personas que solo iban a bailar y a beber como locos en la semana o los fines de semana, y la parte vip, que era con los mejores licores en la ciudad, una muy buena ambientación que hacía que los ricos de la ciudad fueran seguido, gracias a que ese era el tipo de personas que iban, las mejores propinas y sobre todo, el sueldo era mucho más alto; dependiendo de cómo te comportaste en el mes, podrías pasar uno o dos días en el lado vip, donde tu sueldo aumentaba el doble o el triple según tu desempeño.
No era la primera vez que era llevado a ese lugar, pero la emoción en su cuerpo aumentó. Su sueldo se haría grande esa noche.
—Baekhyun, déjame presentarte a nuestro nuevo cliente vip. Park Chanyeol — el rostro del castaño cayó cuando vio a ese alfa rubio sentado en la barra del lado vip bebiendo lo que parecía vodka.
A su alrededor había múltiples personas vestidas de traje negro, tratando de proteger lo que era el lugar en el radio del alfa rubio.
—Mucho gusto, Baekhyun. —sintió un escalofrío cuando la voz del alfa soltó su nombre con recelo —Victoria me ha hablado mucho sobre ti y tus dotes con el licor — sonrió dejando su vaso en la barra.
—Le puedo asegurar señor Park, que Baekhyun no lo va a decepcionar por nada del mundo — la beta empujó al nombrado hacia la barra, haciéndole unas señas para que siguiera con su trabajo habitual.
Luego de unas risas entre la señora Victoria y el ahora llamado Chanyeol, este le pidió un favor al oído a la mujer, que con una sonrisa triunfante se acercó a Baekhyun, precisamente a su oído.
—Chanyeol pidió un rato a solas contigo. NO LO ARRUINES — pidió con una voz demandante, lo que hizo que Baekhyun bajara su cabeza en sumisión asintiendo. El silencio se hizo abismal en los alrededores, algo que le hacía sentir realmente abrumador tanto a Baekhyun como a su lobo, que lo único que quería era salir corriendo.
Chanyeol miró el vaso vacío de vodka que tenía en sus manos para luego reír pidiéndole una nueva ronda al omega. Baekhyun asintió buscando entre los estantes el licor que tanto requería Park.
—Sabes, Baekhyun o quizás deba decir Beomhyun. Nadie, nunca en mi vida había sido capaz de engañarme como tú lo hiciste el sábado. — soltó observando los movimientos del "beta".
—¿Debería sentirme afortunado? Total fue usted el que se lo creyó — bromeó Baekhyun escaneando el cuerpo del alfa con una sonrisa.
—Alardeas mucho, ¿lo sabías?
—Me lo han dicho unas cuantas veces. — admitió orgulloso.
Una de las personas en traje se acercó a Baekhyun tomándolo por el cuello de la camisa.
—Mas te vale dejar de bromear pedazo de mierda — gruñó ese tipo, Baekhyun lo único que hizo fue hacer una mueca de asco, pues al parecer el aliento de ese alfa no era el mejor.
—Taewoo, tranquilízate — pidió frío el rubio.
Ese alfa bufo, soltando a Baekhyun, que simplemente pasó sus manos por el cuello de su camisa, como si limpiara todo rastro que dejó ese tipo llamado Taewoo. El omega le dedicó una mala mirada a ese tipo y los otros que estaban alrededor, como si se creyeran mucho solo por ser alfas.
Escucho la risa de Chanyeol. Dios, estaba comenzando a odiar esa risa.
—Me gusta tu actitud, Baekhyun —volvió a repetir su nombre, provocando un escalofrío.
—No digas tanto mi nombre, que lo gastas con tu horrible voz — soltó riendo mientras tomaba un trapo para limpiar uno de los vasos que estaban en el lavatorio.
Volvió a escuchar la risa del hombre. Por la luna, estaba volviéndolo loco, bufo dejando sus manos en la barra, apoyándose para darle una mirada penetrante al alfa.
—¿Entonces cómo debería decirte? ¿Baekhyunee? ¿Beomhyun? — susurro llevando su mano sobre la del omega, sonriendo de forma seductora.
Asco, de seguro esa era la única forma que sabía hacerlo.
—No me toques — bufó nuevamente lanzando el brazo del mayor lejos del suyo, provocando que el alfa se diera un fuerte golpe en el antebrazo.
De la nada, todos los tipos de traje sacaron un arma apuntándole directo al rostro de Baekhyun, haciendo que este temblara en su sitio, aunque seguía con un rostro serio impecable.
—No. — susurró Chanyeol haciendo un movimiento con el brazo para que todos bajaran sus armas, a lo cual obedecieron al instante.
Baekhyun dejó salir de a poco el aire que tenía en sus pulmones, acumulado por la tensión que había en el aire.
—Mira, Baekhyun. — llamó juntando sus manos para apoyar su mentón — Yo estoy aquí para ofrecerte algo, algo bueno para ambos.
—Si quieres tu reloj de vuelta no puedo dártelo, fue vendido hace tiempo — explicó Baekhyun dejando un nuevo vaso de vodka en la barra.
Chanyeol negó, mientras se cruzaba de brazos mirando el reloj que tenía en su muñeca, era literalmente una réplica del que Baekhyun había vendido.
—Quiero que trabajes para mí — sugirió Park.
Con eso, el vaso que Baekhyun tenía en sus manos se quebró por el apretón que le dio, solo de la sorpresa.
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