Los ruidos exitantes resonaban en los pasillos de aquella vieja casa; el sonido de la cama golpeándose contra la pared y los gruñidos que se escapaban de los labios del mayor, creaban una atmósfera meramente lujuriosa.

Un gemido gutural salió de los belfos del menor, corriendose por segunda vez aquella noche; el mayor dio unas cuantas estocadas más y posteriormente llegó a la cúspide de la exitación. Al cabo de unos cuantos minutos, el menor reposaba plácidamente en la cama enfundada por unas sábanas blancas, todo era tan apacible; bajo la atenta mirada del pelirubio, el mayor saco un cigarrillo de la cajetilla que yacía en el buro, tomó su encendedor y abrió las puertas de cristal que daban hacia el balcón, se sentó en el suelo y encendió aquel pequeño rollo.

El menor observaba como Hoseok calaba del cigarro, el humo expulsado cubría todo lo que quería ver y decirle al azabache; era una rutina, Jimin llamaba a Hoseok, se acostaban y luego el más alto salía al balcón a fumar, conocía aquella historia a la perfección. Sabía que después de dar el último toque de nicotina, Jung se recostaria con él y posiblemente dormirían.

–Deja de observarme como si quisieras decirme algo y no lo dices por miedo– soltó el pelinegro roncamente.

–Lo siento.

–¿Qué quieres decir?

–Yo... ¿Te quedaras? – susurró.

–Solo un par de horas, debo irme temprano, tengo que hacer algo.

–Entiendo...

Eso fue lo último que hablaron, el mayor culminó su accionar y tal como lo dijo se recostó junto al menor.

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Dos horas, había dormido durante dos horas completas. Ese era un completo milagro, nunca dormía tanto tiempo de forma continua; Hoseok se reincorporo, vio el reloj: 2:45 a. m, y salió de aquella casa.

Cuando estuvo vestido y fuera de la zona donde vivía el rubio, camino por algunos callejones oscuros, sabía lo que tenía que hacer aunque no le gustase. El fétido olor a carne podrida le causaba náuseas, vio uno que otro cuerpo ensangrentado en el suelo, posiblemente estaban muertos o a punto de morir; llegando al final de aquel callejón se posó aquel bar en su campo de visión y se decidió a entrar, cuando Jung Hoseok pisaba aquel lugar de mala muerte recibía la atención de todos.

¿Cómo un chico tan radiante y hermoso podía ser tan oscuro y triste?

Se sento en los bancos de la barra, pidió lo de siempre, una copa de vino tinto amargo, si se perdería en los vicios al menos lo haría con clase. Copa tras copa bebió el joven, no hablaba con nadie solo se disponía ingerir el amargo líquido rojo, se dieron las 4:00 de la mañana, dejó dinero suficiente para pagar por lo consumido, cogio su abrigo y salió de aquel rincón oscuro que le hacía perder la cordura.

Quizá iría a donde su casa o con Kim Seokjin, el mayor siempre estaría para él, aclaremos: siempre que no estuviera con su novio.

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La luz entró por la ventana del joven rubio, fregó sus ojos perezosamente y soltó algunos quejidos, los recuerdos de la maravillosa noche con Jung Hoseok se agolpaban en su cabeza, vaya que el mayor sabia como satisfacerle y es que con el simple hecho de estar junto al mayor esa ya era una fascinación extraordinaria.

07:00 a. m

El más bajo salió corriendo a alistarse, nuevamente llegaría tarde a la universidad, ya era costumbre, los profesores siquiera le reprendian no era nuevo que Park Jimin llegara tarde a una clase.

Taetae
Mueve tu lindo culo y apresurate o Jeon y yo nos vamos.

A la velocidad de la luz el rubio quedó listo, salió y subió a la furgoneta que manejaba Jeon.

–Dios, pero que ojeras traes– reprendió el castaño, el menor tocó sus ojos por inercia –¿Estuviste follando toda la noche con ese chico de nuevo?

Los ojos del rubio querían salirse, el azabache  que conducía sacó una carcajada. Jimin sólo atinó a decir: –No, bueno si y no.

–Explicanos– habló por primera vez el azabache.

–Si tuve sexo con él como siempre, pero no lo hicimos toda la noche, él tenía algo que hacer.

–Dios que descarado te volviste, aunque no es novedad– el castaño río y se dirigió a su novio –Kookie– llamó de forma tierna.

–Mhm– soltó un sonido de aprobación.

–¿Quieres tener sexo conmigo toda la noche?

–Pero que invitación tan más decente, claro que te voy a follar toda la noche.

–Dios, callense ya.

Los tres jóvenes se dirigieron a aquel edificio que pretendía llamarse "lugar de aprendizaje".

Sí tan sólo el rubio supiera todo lo que Hoseok hizo mientras él dormía, quizá, solo quizá Park Jimin no estaría tan colado por Jung Hoseok.

Debo aclarar que esta es la primera historia que voy a hacer centrada en el smutt, tenganme paciencia porque no suelo escribir este género, espero les guste linduritas♡

Gracias por leer, votar y comentar ♡

ꕤ⊰ Shine