◦❁ chapter one
chapter one: matching love
"El amor es la poesía de los sentidos"
—Honoré de Balzac.
El reloj marcaba las nueve de la noche, y la habitación de Taehyung estaba sumida en una penumbra cálida, iluminada apenas por el resplandor azulado de la televisión. Un cuenco vacío de ramen instantáneo descansaba en la mesa de noche, junto a una lata medio terminada de cerveza que había comprado para "ocasiones especiales". Sin embargo, la verdadera protagonista del momento era la pantalla, donde una joven Elizabeth Bennet, con sus diálogos afilados y mirada orgullosa, debatía con un nervioso pero magnético Sr. Darcy.
Taehyung, envuelto en una manta de felpa gris, tenía los ojos fijos en la película. Aunque su atención parecía absoluta, la verdad era que su mente iba y venía entre la historia y sus propios pensamientos. ¿Cómo es que siempre terminaba así? Se preguntó mientras mordisqueaba una galleta de arroz. Solo, mirando películas románticas, suspirando por un amor que probablemente nunca tendría.
El llanto llegó sin avisar, un par de lágrimas silenciosas rodando por sus mejillas. —Maldita sea, Darcy. No puedes ser tan perfecto y luego destruir todas las expectativas humanas,— pensó, secándose el rostro con la manga de su suéter.
Entonces, la puerta se abrió de golpe, sin ningún anuncio previo. Jimin entró en la habitación como un torbellino de energía. Vestía una chaqueta de cuero negra sobre una camiseta blanca, su cabello perfectamente despeinado y una sonrisa radiante que gritaba "mi vida es genial y lo sé". Llevaba consigo una bolsa de papel de una pastelería cara y hablaba antes de siquiera cerrar la puerta.
—¡No sabes lo increíble que estuvo nuestra cita de hoy, Tae! Yoongi me llevó a este restaurante nuevo donde hacen ramen con trufa, ¡con trufa! ¿Te imaginas? Y luego fuimos al parque y—
Jimin se detuvo en seco al ver a su mejor amigo hecho un ovillo frente al televisor. Su mirada pasó rápidamente de la pantalla al rostro ligeramente hinchado de Taehyung. Sus labios se torcieron en una mueca de desaprobación mientras dejaba la bolsa de pasteles sobre la cómoda.
—No me digas que otra vez estás viendo Orgullo y Prejuicio... —dijo, cruzándose de brazos. Su tono mezclaba exasperación y un poco de ternura.
—¿Y qué si lo estoy? —respondió Taehyung, con la voz un poco nasal por las lágrimas. Intentó sonar desafiante, pero el efecto quedó arruinado cuando una escena particularmente conmovedora hizo que soltara otro suspiro emocionado.
Jimin rodó los ojos y se dejó caer en la cama junto a él.
—Amigo, esto ya es un problema. No puedes seguir viviendo tu vida como una tía solterona. ¿Cuántas veces has visto esta película este mes? ¿Cinco? ¿Seis?
—¡Es un clásico, Jimin! Además, tú no entiendes. Darcy y Elizabeth son—
—¡Ficticios! —lo interrumpió Jimin, arrebatándole el control remoto y pausando la película. —Y mientras tú sigues llorando por un romance del siglo XIX, el mundo real está allá afuera, lleno de posibilidades.
—No estoy llorando —mintió Taehyung, alejando la manta de su rostro.
Jimin lo miró con una sonrisa astuta y se inclinó hacia él.
—Sabes que eres guapo, ¿cierto? O sea, si me gustaran los hombres como tú, ya estaríamos casados, con hijos y un perro. Pero, Taehyung, no puedes quedarte aquí toda la vida esperando a que un Darcy moderno toque a tu puerta.
Taehyung soltó un bufido, acomodándose de nuevo en la cama.
—Déjame en paz, Jimin. Estoy bien así. Tengo mi trabajo, mi colección de vinilos y... bueno, Orgullo y Prejuicio.
Jimin no se dio por vencido. Se levantó de un salto, abrió las cortinas para dejar entrar la luz de las farolas de la calle y comenzó a caminar por la habitación como un general trazando un plan de batalla.
—No. Ya decidí que esto se acaba hoy. Vas a salir de esta cueva y vas a conocer a alguien.
—¿Cómo exactamente? ¿Quieres que me meta en una aplicación para citas? Gracias, pero no quiero encontrarme con otro tipo que solo busca... —Taehyung hizo una pausa, buscando la palabra adecuada. —...conocerte entre las sábanas.
—Claro que si, guapo desesperado. Te voy a encontrar una cita.
—¿Qué? ¡No! —respondió Taehyung, incorporándose en la cama con una expresión de pánico.
Jimin sonrió de oreja a oreja, ignorando la protesta de su amigo.
—Es perfecto. Encontraremos al tipo ideal para ti. Que sea guapo, inteligente, tenga un trabajo estable y además... esté soltero.
—Eso suena a una trampa mortal. ¿Y si resulta ser un psicópata?
Jimin se encogió de hombros.
—Bueno, a lo sumo sales con una historia interesante para contar. Pero, vamos, ¿cuáles son las probabilidades?
Taehyung suspiró, sabiendo que no podría ganar esta batalla.
—Te odio tanto, Jimin.
—Lo sé, cariño, lo sé. Ahora cámbiate y sal de este cuchitril. Te encontraremos una cita... y yo tengo pasteles para celebrarlo.
──────✧✦✧──────
Jimin y Taehyung se encontraban sentados en el pequeño sofá de la sala de estar, con el celular del castaño entre ambos. Jimin, con la postura de alguien que sabe exactamente lo que hace, había tomado el control del dispositivo y estaba descargando una aplicación de citas mientras Kim lo miraba con una mezcla de resignación y desconfianza.
—No puedo creer que esté dejando que hagas esto,—murmuró Taehyung, cruzado de brazos.
—Tae, necesitas modernizarte. La gente ya no se conoce en cafeterías o librerías como en tus malditos dramas,—respondió Jimin mientras comenzaba a llenar los datos básicos de Taehyung en la aplicación.
—Oye, los doramas no tienen nada de malo.
Jimin no respondió, solo levantó una ceja mientras escribía.
—Edad: 26. Altura... ¿1.69, verdad?
—¿Qué estás escribiendo? ¡Ni siquiera me estás preguntando!
—Estoy haciendo lo que cualquier amigo haría: salvar tu vida amorosa. Ahora necesito fotos.
Taehyung, aún aferrado a su dignidad, se inclinó para tratar de recuperar su teléfono, pero Jimin fue más rápido y se lo mantuvo lejos, usando su otra mano para empezar a buscar en la galería de imágenes.
—¡No, no mi galería! —gritó Taehyung, pero era demasiado tarde.
La primera foto que apareció era un selfie de Taehyung con la cara completamente embadurnada de una mascarilla verde, el cabello recogido con una diadema rosa con orejas de gato.
—¡¿Qué es esto?! —exclamó Jimin entre carcajadas.
—Es mi rutina de cuidado de la piel, ¿qué esperabas?
Jimin seguía riéndose mientras deslizaba a la siguiente imagen. Allí, Taehyung aparecía abrazando un cojín de Sailor Moon mientras hacía pucheros.
—¿En serio? ¿Esto es lo mejor que tienes? ¡Esto es material de "bloqueo inmediato"!
—¡No iba a mostrar esas fotos a nadie! ¡Son privadas!
La tercera imagen era aún peor: Taehyung posando frente al espejo del baño con una camiseta del fandom de EXO, haciendo el signo de la paz con una expresión que parecía una mezcla entre un guiño y un espasmo.
—Tae... cariño, —dijo Jimin mientras trataba de contener las lágrimas de risa. —Si subimos esto, la única gente que te va a escribir serán personas pidiéndote dónde compraste esa camiseta.
—¡Es edición limitada!
—Eso no lo hace mejor.
Cuando llegó a una foto de un plato de ramen con un filtro vintage ridículamente exagerado, Jimin dejó el teléfono a un lado, cruzando los brazos y mirando a Taehyung con la misma seriedad que tendría un entrenador motivacional.
—Escucha, esto es un desastre. Si queremos que consigas una cita decente, vamos a necesitar algo completamente nuevo.
—¿Qué propones? —preguntó Taehyung con cautela.
Jimin se levantó de golpe, chasqueando los dedos.
—¡Un photoshoot improvisado! Vamos a capturar todo tu potencial. Fotos naturales, elegantes... y quizás algo un poquito más atrevido.
—¿"Atrevido"? Eso suena peligroso.
—Confía en mí. Soy un profesional, —respondió Jimin con un guiño.
Minutos después, Jimin había transformado la sala de estar en un pequeño estudio. Había movido las plantas al fondo para "darle un toque de vida" y sacado un par de luces de su habitación.
Primero, comenzaron con fotos simples. Jimin hizo que Taehyung se sentara en el sofá con un libro en la mano, simulando un momento casual.
—Perfecto. Ahora sonríe... pero no como si te hubieran atrapado robando galletas. Algo más natural.
—Así es como sonrío.
Jimin suspiró.
—Ok, ahora mira hacia la ventana como si estuvieras pensando en la vida. ¡Eso es, misterioso y sexy!
Luego vinieron las fotos "atrevidas". Jimin lo obligó a ponerse una camisa de seda negra, dejándola abierta justo lo suficiente para insinuar, pero no mostrar demasiado.
—Ahora, inclínate un poco hacia atrás. ¡Eso es! Perfecto. Ahora imagina que eres el protagonista de un drama que acaba de descubrir que su mejor amigo está enamorado de él.
Taehyung soltó una carcajada.
—¿Quién piensa en esas cosas mientras posa?
—¡Yo! —respondió Jimin, tomando más fotos.
Finalmente, cuando terminaron, ambos se sentaron a revisar las imágenes. Algunas eran serias, otras realmente lograban capturar el lado atractivo de Taehyung, y unas cuantas eran un desastre, pero intencionalmente cómicas.
—Estas son las buenas, —dijo Jimin, seleccionando un par de las mejores.
—¿Y estas? —preguntó Taehyung, señalando una donde parecía estar imitando la postura de un modelo en una revista de los 90.
—Las guardamos para cuando te hagas famoso, —dijo Jimin con una sonrisa, mientras ambos estallaban en risas.
Y así, con un perfil renovado y fotografías que iban desde "intelectual interesante" hasta "¿cómo estás?", el perfil de Taehyung estaba listo para salir al mundo.
──────✧✦✧──────
La luz de la tarde se filtraba por las cortinas de la sala mientras Jimin estaba sentado con las piernas cruzadas en el sofá, sosteniendo el teléfono de Taehyung como si fuera un premio. Taehyung, por su parte, había decidido ignorar completamente lo que ocurría a su alrededor y estaba tirado boca abajo en la alfombra, con la cabeza descansando sobre sus brazos cruzados.
—¡Bien! Tenemos solicitudes, —anunció Jimin con una sonrisa triunfal.
Taehyung levantó apenas la cabeza, frunciendo el ceño.
—No me digas que ya hay locos interesados en mí.
—Por supuesto que sí, cariño. Eres guapo, misterioso y ahora, gracias a mí, pareces todo un hombre sofisticado.
—O un blanco fácil para psicópatas.
Jimin ignoró el comentario y empezó a leer las primeras solicitudes.
—A ver... este tipo tiene 32 años, es fotógrafo y amante del arte. Dice que le encantaría conocerte para tomar un café y tener conversaciones profundas sobre la vida.
Taehyung bufó.
—Fotógrafo suena a "voy a secuestrarte después de tomarte unas fotos comprometedoras". Rechazado.
Jimin rodó los ojos, deslizando hacia la izquierda con frustración.
—Ok, siguiente. Este es profesor de literatura, vive a solo dos calles de aquí y tiene un gato llamado Kafka.
—¿Profesor? Eso suena a alguien que va a sermonearme toda la cita sobre cómo no he leído suficientes clásicos. Paso.
—¡Tae! ¿Por qué estás siendo tan imposible?
—No soy imposible, soy cauteloso. Sigue leyendo.
Jimin suspiró, pero siguió deslizando.
—Este tipo es chef. Dice que le encanta cocinar para las personas que ama y que prepara una lasaña que podría cambiar tu vida.
Taehyung se sentó de golpe.
—¿Chef? ¿Y si está metido en algún negocio turbio, como un cartel que usa restaurantes como fachada?
—¡Por favor! Estás viendo demasiadas series de crímenes, —replicó Jimin, rechazando la solicitud con un suspiro.
Pasaron al siguiente perfil, y luego a otro, y a otro más. Las excusas de Taehyung se volvían cada vez más elaboradas: uno podría ser un hacker, otro un ladrón de órganos, y otro un espía internacional. Jimin estaba al borde del colapso.
—Esto es inútil. Inútil, Taehyung. Vas a morir solo y lo sabes.
—Tal vez, pero al menos moriré con mi colección de vinilos intacta y mi dignidad en pie, —respondió Taehyung, acomodándose de nuevo en la alfombra.
Jimin dejó caer el teléfono en el sofá y enterró el rostro en sus manos.
—Dios, dame paciencia.
Pero justo cuando estaba a punto de rendirse, una notificación llegó. Jimin la miró sin mucho entusiasmo al principio, pero su expresión cambió al instante.
—Espera. Espera, espera, espera.
—¿Qué pasa ahora? —preguntó Taehyung, levantando la cabeza con pereza.
Jimin se inclinó hacia él con los ojos brillando de emoción, sosteniendo el teléfono como si acabara de encontrar el Santo Grial.
—Tienes que ver esto.
Taehyung se levantó de mala gana y se acercó al sofá. Jimin giró el teléfono para mostrarle la pantalla, y Taehyung se quedó sin palabras.
El chico de la solicitud era, en una palabra, impactante. Tenía ojos oscuros e intensos, una mandíbula perfectamente definida y un cabello ligeramente desordenado que le daba un aire rebelde. En la foto, estaba sonriendo de una forma que parecía decir: Sé exactamente lo guapo que soy, pero finjo que no lo sé.
—¿Qué... qué demonios es esto? ¿Un modelo?
—Es Jungkook, 26 años, diseñador gráfico, amante del café y del gimnasio. Y sí, modelo no oficial, por lo que veo, —respondió Jimin, mordiéndose el labio mientras revisaba el perfil.
—Es demasiado guapo. No puedo confiar en alguien así, —dijo Taehyung, alejándose del teléfono como si fuera un objeto peligroso.
—¿Qué? ¿Ahora las personas atractivas también son sospechosas?
—Obviamente. Nadie que se vea así tiene intenciones puras. Seguro que tiene problemas, como una obsesión con los espejos o una personalidad narcisista.
Jimin lo miró fijamente, incrédulo.
—¿Estás escuchándote? ¿Sabes lo difícil que es encontrar a alguien como este chico? Es como si el universo te estuviera enviando una señal.
—O una trampa.
—¡Por favor! Haz match. Solo una conversación. Si resulta ser raro, lo bloqueas. Pero, por favor, hazlo por mí.
Taehyung miró el teléfono con cautela, como si fuera a explotar en cualquier momento. Finalmente, con un suspiro resignado, tomó el dispositivo de manos de Jimin.
—Está bien. Pero si termino en un episodio de Crímenes sin Resolver, será tu culpa.
Jimin sonrió de oreja a oreja mientras Taehyung, con el pulgar tembloroso, deslizaba hacia la derecha.
La pantalla mostró la frase "¡Es un match!".
espero les guste este nuevo shot; nos leemos en el siguiente capítulo ♡
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