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Puñaladas

Quiero que solo me veas a mí

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Con sus mejores ánimos se levantó temprano, recordando la invitación de Seonghwa para ir al club el fin de semana, bajó la escaleras hacia el comedor dónde solo se encontraba la señora Park.

—Buenos días —saludó al mismo tiempo que tomaba asiento.

—Buenos días querido —contestó tranquilamente, mientras respondía un mensaje en su celular —cómo siempre.

—Hola mi lindo cuñadito —saludó la delgada muchacha que aún vestía su pijama luciendo su largo cabello en una coleta floja.

—Hola Yuna —contestó devolviendole la sonrisa.

—¿Y SeongHwa? —preguntó la chica al no ver a su hermano.

—Aquí estoy —una fría voz se escuchó en el comedor, justo detrás de Yuna, el castaño buscó su mirada, pero él lo ignoró por completo— no me dará tiempo de desayunar, voy retrasado —rápidamente volteó para irse, pero el sonido de la voz de HongJoong lo detuvo.

—Estoy listo, espérame.

Seonghwa respiró profundo y lo miró con el ceño fruncido.

—¿Porqué debería esperarte? —preguntó enarcando una ceja.

Mientras Yuna y su madre observaban extrañadas.

—Quedamos en que te acompañaría, ¿no recuerdas?

—Iré solo, no quiero que me vean contigo...

HongJoong lo miró también con el ceño fruncido, ¿porque no quería que lo viesen con él?

Sin decir nada más se marchó sin siquiera desayunar.

Un sentimiento de pesadez se instaló en su pecho, en mucho tiempo no había vuelto a experimentar la humillación, hasta ese día.

—No le hagas caso, es un lunático —comentó Yuna queriendo animarlo— voy a salir solita porque no hice planes con nadie, ¿me puedes acompañar?

Decir que tenía ánimos de salir a algún lugar era tan falso como su matrimonio, pero no quería que Yuna se sintiese mal, valoraba su preocupación por querer levantarle el ánimo.

—Está bien.

—¡Perfecto! Nos vamos en mi auto, ahorita no tengo chófer porque el que tenía fue despedido.

(...)


La chica parecía ser muy hábil al conducir, y también muy rápida, parecía gustarle mucho, en un abrir y cerrar de ojos se encontraban en el estacionamiento del majestuoso, ¿club?, HongJoong frunció el ceño al presentir lo que la chica había hecho.

—¿Qué te parece HongJoongie? Mi hermano no te trajo, pero yo sí —sonrió triunfante, y el castaño suspiró.

Definitivamente lo llevó al mismo club y era el lugar al que menos quería ir, si hubiese sabido no hubiese aceptado.

—¿Yuna porque me trajiste aquí? —se quejó y ella soltó una risita.

—Vamos, no seas dramático, este lugar es grande y mi hermano no es el dueño —lo tomó del brazo y le arrastró con ella hacia una de las tantas mesas cerca de la piscina.

—Esperame aquí —le dijo y se levantó.

El asintió con duda mientras le veía alejarse.

Literalmente estaba arrepentida de aceptar, tenía un mal presentimiento.

Siguió bebiendo un vaso de jugo de naranja, cuando de repente escuchó una voz detrás de él.

—¿Qué haces aquí? —preguntó con molestia, HongJoong volteó y lo miró, casi ahogándose con el líquido cítrico.

—SeongHwa —mencionó nervioso y se levantó torpemente mientras el otro lo miraba con el ceño fruncido— estoy acompañando a Yuna, no creas que fue...

—Simplemente no te me acerques, no quiero...

—Si ya sé que te da vergüenza que te vean conmigo —le interrumpió— de verdad no te entiendo, primero actúas de una forma y luego de otra, ¿que hice de malo?, pensé que habías cambiado, pero ya veo que me equivoqué, sigues siendo el mismo idiota de siempre —su mirada estaba cargada de decepción y su voz se escuchó quebrada.

—¿Ahora te vas a hacer el dolido?, ¿porque mejor no te vas con MinGi para que te consuele? —el contrario se sorprendió al escuchar aquel nombre salir de sus labios.

—¿Min...Gi?, ¿que tiene el que ver en esto? —preguntó confundido.

Seonghwa soltó una risa cero graciosa.

—Una vez te pregunté por él y me dijiste que esa relación se había acabado, y que ese se había ido, pero es mentira, siempre has tenido contacto con él. No sigas fingiendo, ayer los ví.

La furia en sus palabras y en su mirada ardía como la más feroz llamarada.

—Tal cómo te dije esa relación se acabó, y si es verdad, ayer lo vi, después de mucho tiempo, me dijo que lo que pasó fue un engaño, mi tío lo planeó todo, fingió aceptar nuestra relación y era mentira. Lo amenazó para que se alejara de mí y así poder manipular la situación para que al final pasará lo que pasó, ¿entiendes?, yo creí que él se había burlado de mí y no fue así —terminó de hablar muy alterado, sentía su corazón latir con mucha fuerza. Mientras esperaba una respuesta comprensiva, la ansiaba, pero no llegó.

—Así que la víctima —aquel rastro amargo no se iba de su expresión, por el contrario empeoró —es decir que si no hubiese sido por lo que pasó estuvieses con él —cada palabra dicha con repudio.

—Quizás, no lo sé —contestó fríamente— y a ti que te puede importar, si tú también aceptaste la boda por el dinero que les traería, pronto nos divorciaremos y espero así poder tener un poco de paz —una lágrima se deslizó por su mejilla, pero la quitó rápidamente.

Un silencio prolongado apareció, solo se escuchaba el sonido de las personas alrededor, riendo, conversando, viviendo.

—Buscaré a Yuna y nos iremos —anunció, para acto seguido dar media vuelta y marcharse, pero el pelinegro lo detuvo tomándolo fuertemente del brazo y atrayendolo a él.

Podían sentir cada uno sus frenéticas respiraciones, sus corazones amenazando con salir disparados como si de balas se tratase.

—Ni pienses que te daré el divorcio, no me vas a dejar —dijo muy cerca de su rostro, mientras apretaba más el agarre en su brazo.

HongJoong lo miraba con una mezcla de emociones, sorpresa, nervios, dolor; intentó separarse, pero el pelinegro no se lo permitía.

—Suéltame —decía intentando liberarse de su agarre, mientras SeongHwa se acercaba más y más hasta que sus bocas quedaron demasiado cerca, sus respiraciones mezclandose, lo tomó de la nuca y rompió el pequeño espacio que los separaba.

HongJoong no sabía cómo responder, el contrario lo besaba desesperado, bruscamente, por un momento cedió dejándose llevar por su sentimientos, porque aunque aunque le costase aceptarlo, aquel chico insoportable se había convertido en alguien muy especial para él.

Pero el peso de la situación le hizo salir de la burbuja que anhelaba mantener, pero que no podía...

—¡¿Qué haces?!

—Mientras estés casado conmigo no quiero que ese malnacido te vuelva a tocar. Tú eres mío, y me importa una mierda si me quieres o no, no dejaré que te largués con él, ni con nadie. Ahora entiendo todo, aquella vez que intentaste... fue por él, por lo que te hizo...

—¡Cállate! No sabes nada —las lágrimas brotaban sin cesar, sus ojos llenos de dolor, cada palabra era cómo si un puñal fuese clavado una y otra vez.

—Ya no sé que pensar de ti, un día te besas con él y otro día te dejas besar de mí, si viene otro también te dejas...

El sonido de su palma chocando con el rostro contrario fue lo único que se escuchó en ese momento, la decepción y la rabia apoderandose de su ser.

—Eres un imbécil, siempre serás el mismo, que estúpido fuí al pensar que habías cambiado.

Su voz podía congelar una primavera entera, y su corazón dolía incluso más que miles de golpes.

—No te hagas el ofendido, sé que ayer te revolcaste con él, pero, ¿sabes algo?, sería la última vez porque no dejaré que lo vuelvas a ver —su rostro estaba transfigurado de la rabia, HongJoong jamás le había visto así.

El castaño negó con la cabeza y limpió sus lágrimas desesperadamente.

—Tus lágrimas no me convencen...

—Solo cállate, por favor...

Su voz sonaba tan rota, ¿porque tenían que ser así las cosas?

Le dió una última mirada y sin más salió corriendo, no podía seguir allí.

Escuchó los gritos de SeongHwa detrás de él, pero no se detuvo.

De repente debido a lo rápido de su correr tropezó con alguien haciendo que ambos se detuviesen.

—HongJoong, iba a buscarte, vámonos de aquí —dijo llorando y desesperada cómo si huyera de alguien.

Se trataba de Yuna.

Ella le tomó del brazo y ambos se fueron.

Subieron al auto, la chica se veía también muy mal y no hizo caso a los gritos de su hermano, arrancaron lo más rápido posible, sobre todo porque otro chico también venía corriendo detrás.

Yuna quién solo lloraba comenzó a manejar muy rápido, incluso sus manos temblaban.

—Yuna por lo que más quieras baja la velocidad, vas muy rápido —le pidió un desesperado HongJoong tratando de hacerla entrar en razón, pero ella parecía no escucharlo.

Un camión de carga se interpuso y cómo de una película se tratase, todo fue lento, demasiado.

—¡Yuna cuidado! —fue lo último que se escuchó.

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Senya 💜🌙

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